Aborígenes de las islas Canarias

(Redirigido desde «Aborígenes canarios»)
Canarios o Guanches
Información sobre la plantilla
Guanche canarios.jpg

Aborígenes canarios o Guanches: Habitaban las Islas Canarias antes de la conquista castellana, que ocurrió entre 1402 y 1496.

Los orígenes de la población natural

El verdadero origen de los primeros pobladores de las islas sigue siendo un misterio. Historiadores y curiosos de todos los tiempos han acudido a la Biblia, a escritos de la Antigua Roma y todo tipo de leyendas para encontrar una solución a este enigma. Pero ninguna hipótesis resulta totalmente convincente. La mayoría de los arqueólogos, sin embargo, se inclinan por que los primeros pobladores de las islas llegaran a mediados del primer milenio antes de nuestra era, procedentes de la cercana África.

Su forma de vida

Los estudios arqueológicos, apoyados por la crónicas, también indican algunos datos básicos sobre la forma de vida de los aborígenes canarios (en general):

  • Los habitantes fueron llegando en varias oleadas que no afectaron a cada isla por igual; no se sabe si fueron traídos o si vinieron por si mismos. También se desconoce la motivación.
  • La utilización de molinos circulares (romanos) sugiere contactos con Roma o pueblos norteafricanos desde aproximadamente el comienzo de la era común. Se han encontrado anforas romanas del s. III-IV EC en Lanzarote.
  • No había una cultura común entre islas (debido al aislamiento, a la diferente procedencia o contactos de los diferentes isleños o un poco de todo).
  • Vivían principalmente de la ganadería aunque, en algunas islas y épocas, se practicaba también la agricultura. Tenían cabras, cerdos y, al parecer, también ovejas (aunque de piel lisa y con pelo sólo en el rabo). Usaban perros para el pastoreo. Conocían la cebada y probablemente el trigo (aunque pudo haber sido introducido junto a las higueras por los mallorquines en el s. XIV). Usaban palos o cuernos para cavar el suelo.
  • El resto de los recursos naturales se aprovechaba todo lo posible. Así se recogían piñones, rizomas de helecho, frutos de mocán, bicácaros, moras, madroños, barrilla y dátiles para comer, sobre todo en tiempos de necesidad. Del mar se recogía marisco y se pescaban peces de la costa como viejas, sargos, pejeperres, bocinegros y morenas. Estos podían pescarse con anzuelos, nasas, redes o formando con piedras charcas cerradas en las que los peces queden atrapados al bajar la marea. También se aprovechaban ciertos vegetales para hacer cestas y cordeles, y se recogía madera para las casas y los enterramientos.

Gran Canaria era la única isla en que la agricultura no era un actividad secundaria, ya que se han encontrado graneros (los mal llamados cenobios). Las crónica también mencionan canalizaciones y prácticas de regadío.

Vida social

Se sabe poco sobre la organización social de las islas, ya que las únicas fuentes son las crónicas de los recién llegados. Gran Canaria es una de las islas de las que tenemos más datos. Estaba dividida en dos territorios, llamados reinos por los conquistadores, con sede en Gáldar y Telde, respectivamente. Estos territorios incluían tierras de montaña y costa – muy importante para la ganadería estacional. Cada uno de ellos estaba regido por un Guanarteme (ewad-n-artémin) que era de clase noble. Su poder se justificaba por ser descendiente de la mítica Attidamana. El máximo jefe religioso también era noble y, al parecer, controlaba el almacenamiento del grano. La nobleza contaba además con una asamblea – el sabor. En fin, los nobles controlaban las tierras y el ganado mientras que el resto de la población trabajaba y dependía de los primeros. Algunas fuentes declaran que en Gran Canaria se practicaba la poliandria (emparejamiento de una mujer con dos o más hombres), mientras que otros la niegan. Ésta práctica podría explicarse (si es que existió) por la práctica, también mencionada en las fuentes, del infanticidio femenino. El infanticidio debió usarse como medida de control de la población en épocas difíciles.

Sus creencias

La religión de los aborígenes es otra gran incógnita – lo poco que se sabe (si es correcto) proviene de los testimonios de visitantes y conquistadores europeos. Otras fuentes de conocimiento complementarias son el estudio lingüístico, los hallazgos arqueológicos y la comparación con los pueblos bereberes del norte de África. Uno de los aspectos más conocidos es su creencia en el más allá y la consecuente preocupación por el enterramiento correcto de los muertos. Los cadáveres podían ser cremados o, en La Palma, Tenerife y Gran Canaria, momificados. El cadáver era luego depositado en una cueva, natural o artificial, o en un túmulo (en el caso de Gran Canaria).

Dioses y demonios

El Papa Urbano V declaró en 1369 que eran adoradores del sol y la luna. Los europeos más tarde interpretaron la religión aborigen en función de la suya, nombrando a un dios superior llamado Acorán (en Gran Canaria), Achaman (en Tenerife), Abora (La Palma) o Eraoranzan (El Hierro). El estudio de estos nombre indica que los aborígenes designaban al sol como femenino y a la luna de forma masculina, como en las culturas bereberes. Nuestra estrella era así vista como origen y dadora de vida. También hay ciertos indicios de que, cómo en muchas culturas antiguas, se rendía culto a los árboles: al garoe en El Hierro y, muy probablemente, al pino en Teror, Gran Canaria. Los aborígenes también creían en seres maléficos que podían aparecer, bien en forma de perros lanudos que atacaban a la gente o a sus animales, bien sin una forma concreta y asociados a las grietas del suelo (en las que los indígenas solían dejar ofrendas).

Sus iglesias

Los lugares naturales, sobretodo las montañas, eran los escogidos para el culto. Los sitios de especial significación los reconocemos por ir acompañados de grabados rupestres o por tallas o construcciones asociadas a ofrendas y sacrificios. El más famoso de éstos en Gran Canaria es quizás el Roque Bentaiga, con su cazoleta tallada en la roca para hacer ofrendas de leche y manteca. También hay indicaciones de que el Teide (con sus impresionantes 3.715 m de altitud) era adorado, por sí mismo o como símbolo, en las islas desde donde se ve.

Los ritos

El faycán era la máxima autoridad religiosa en Gran Canaria, haciendo de intermediario entre la gente y el mundo sobrenatural. La situación era parecida en las otras islas. En Gran Canaria, además, el faycán parece haber estado encargado de los graneros. Las mujeres (de clase noble) parecen haber jugado un papel religioso importante. Así las harimaguadas estaban encargadas de ciertos ritos y ejercitaban, probablemente, la adivinación.

Uno de los rituales más importantes eran los de petición de lluvia. Solían celebrarse en un sitio alto, con una posible orientación hacia el alisio – el viento que trae la lluvia. Se encerraba al ganado y se le dejaba sin comer. Cuando el hambre apretaba estos empezaban a balar insistentemente. Entonces la gente se le unía, dando palmas y gritando. Al menos a veces, esta ceremonia continuaba con una procesión al mar, cuyas aguas se golpeaban con ramas – algo así como un antecesor de la bajada de la rama en Agaete.

Fuente