Babilonia

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Babilonia
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Ciudad de La Edad Antigua
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EntidadCiudad de La Edad Antigua
 • Fundación1894 a.n.e.
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Babilonia en Cubadebate

Babilonia. Ciudad importante de Mesopotamia una de las civilizaciones de la antigüedad situada entre los ríos Eufrates y Tigris. La ciudad se convirtió en una de las maravillas del Mundo Antiguo. La ciudad era propiedad del dios Marduk, que designaba, según las creencias de los babilonios, al rey para que la administrara. El rey no era considerado un ser divino como el faraón, era sólo un intermediario entre la gente y los dioses y vivía rodeado de sus colaboradores, los nobles, que lo asistían en sus tareas.
La población estaba dividida entre hombres libres y esclavos. Los esclavos podían dejar de serlo: si lograban juntar algunos bienes, podían comprar su libertad. Los hombres libres, a su vez, se subdividían en otras dos categorías: los privilegiados (sacerdotes, funcionarios) y los muskhenum (comerciantes, campesinos, artesanos), que representaban al sector productivo libre. La base de la economía era la agricultura. El rey se encargaba de construir y mantener los canales de riego para aumentar la extensión de la zona fértil.

Síntesis arqueológica

Según las excavaciones realizadas la ciudad era casi cuadrada, con muros de más o menos un kilómetro y medio de largo en cada lado; se la llama la Ciudad Interior. Los palacios y edificios de la administración estaban en la sección noroeste de la ciudad, y al sur de ellos estaba el principal conjunto de templos, llamado Esagila, dedicado al dios principal de Babilonia, Marduk.

El Río Eufrates corría a lo largo del muro occidental de Babilonia. Cuando Babilonia sirvió de capital al vasto imperio de los tiempos de Nabopolasar y Nabucodonosor, necesitó ser agrandada. Se construyó una nueva sección sobre la margen occidental del Eufrates. Se conoce su extensión, pero se han realizado pocas excavaciones en esa zona.

Lo que se sabe en cuanto a sus templos y calles son los datos obtenidos de los documentos cuneiformes que describen ese barrio. La sección nueva estaba unida con la ciudad vieja por un puente que descansaba sobre ocho pilares, como lo han revelado las excavaciones. Nabucodonosor también construyó un palacio nuevo muy alejado de la ciudad vieja y al norte de ella, el así llamado Palacio de Verano. Un gran muro exterior fue construido para abarcar también ese palacio.

Aunque la antigua Babilonia no tenía el tamaño fantástico que le atribuyera Herodoto, la ciudad era enorme para un tiempo cuando las ciudades eran muy pequeñas de acuerdo con los conceptos que hoy tenemos. Su perímetro de unos 17 km. es superior al perímetro de 12 km. de Nínive, capital del imperio de Asiria; al de los muros de la Roma imperial, de 10 km. de perímetro; y al de los 6 km. de los muros de Atenas en el tiempo del apogeo de esa ciudad en el siglo V a.n.e. Esta comparación con otras ciudades famosas de la antigüedad muestra que Babilonia era, con la posible excepción de la egipcia Tebas - que entonces ya estaba en ruinas - la más extensa y la más grandiosa de todas las capitales antiguas, aunque fue mucho más pequeña de lo que la describieron posteriormente los escritores clásicos. Es comprensible por qué Nabucodonosor sintió que tenía derecho a jactarse de haber construido "la gran Babilonia... con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad."

Cultura babilónica

Los babilonios estaban orgullosos de su ciudad, cuando decían: "Babilonia es el origen y centro de todas las tierras". Son numerosas las características que hablan de su grandeza (palacio, templos, murallas, canalización del Río Eufrates).

Los babilonios tenían infinidad de divinidades pero algunas eran las más importantes. Marduk era el más poderoso de todos. Anu era el dios del cielo; Enlil el dios del Aire; Ea, el dios de las aguas; Sin, la Luna; Asmas, hijo de Sin, era el dios del Sol e Ishtar, diosa del planeta Venus, era la diosa del amor, pero también de la guerra. Los antiguos babilonios estimaban que su ciudad era el "ombligo" del mundo por el hecho de que allí estaba el santuario del dios Marduk, a quien se consideraba como señor del cielo y de la tierra, el principal de todos los dioses. Por eso Babilonia era un centro religioso sin rival en la tierra. Una tablilla cuneiforme del tiempo de Nabucodonosor enumera 53 templos dedicados a dioses importantes, 955 pequeños santuarios y 384 altares callejeros; todos ellos dentro de los límites de la ciudad.


Su orgullo se refleja en un antiguo canto de alabanza:

"Oh Babilonia,


quienquiera que te contempla se llena de regocijo,
Quienquiera que habita en Babilonia aumenta su vida,
Quienquiera que habla mal de Babilonia es
como el que mata a su propia madre.
Babilonia es como una dulce palma datilera,


cuyo fruto es hermoso de contemplar".

El centro de la gloria de Babilonia era la famosa torre templo Etemenanki, "la piedra fundamental del cielo y de la tierra", que tenía una base cuadrada de 90 m de lado y más de 90 m de alto. Este grandioso edificio sólo era sobrepasado en altura en tiempos antiguos por las dos grandes pirámides de Giza (o Gizeh) en Egipto. La torre puede haber sido construida en el lugar donde una vez estuvo 825 la Torre de Babel. La construcción de ladrillos tenía siete niveles, de los cuales el más pequeño y más elevado era un santuario dedicado a Marduk, principal dios de Babilonia.

Un gran conjunto de templos, llamado Esagila -literalmente: "El que levanta la cabeza"-, rodeaba la torre Etemenanki. Sus patios y edificios fueron el escenario de muchas ceremonias religiosas realizadas en honor de Marduk. Grandes y pintorescas procesiones terminaban en este lugar. Con excepción del gran templo de Amón en Karnak, Esagila fue el más grande y más famoso de todos los templos del antiguo Cercano Oriente. Ya tenía una larga y gloriosa historia cuando Nabucodonosor ascendió al trono, y el nuevo rey reconstruyó completamente y hermoseó extensas secciones del conjunto de templos, incluso la torre Etemenanki.

Los palacios de Babilonia revelaban un lujo extraordinario tanto en número como en tamaño. Durante su largo reinado de 43 años Nabucodonosor construyó tres grandes castillos o palacios. Uno de ellos estaba en la Ciudad Interior y los otros fuera de ella. Uno es conocido como Palacio de Verano, en la parte más septentrional del nuevo barrio oriental. El montículo que ahora cubre sus restos es el más alto entre los que constituyen las ruinas de la antigua Babilonia, y es el único lugar que aún lleva el antiguo nombre de Babil.

Otro gran palacio, al cual los excavadores dan ahora el nombre de Palacio Central, estaba inmediatamente fuera del muro norte de la Ciudad Interior. Este también fue construido por Nabucodonosor.

El Palacio del Sur, era considerado la residencia oficial del rey, el lugar donde se desarrollaban todas las ceremonias del Estado. Se encontraba en el rincón noroeste de la Ciudad Interior, e incluía, además de otros edificios, los famosos jardines colgantes, una de las siete maravillas del mundo antiguo. Un gran edificio abovedado estaba coronado por un jardín en la azotea, regado por un sistema de cañerías por el cual el agua era bombeada hasta arriba.

Una de las edificaciones más llenas de colorido de aquella ciudad era la famosa Puerta de Ishtar, junto al Palacio del Sur, que formaba una de las entradas del norte de la Ciudad Interior. Era la más hermosa de las puertas de Babilonia, porque por ella pasaba la calle de las procesiones, que llevaba de los distintos palacios reales al templo de Esagila

Desarrollaron la astronomía Los sacerdotes estudiaban los astros, tenían mucho poder porque eran los únicos capaces de interpretar los mensajes de los dioses y adivinar el futuro. Así, pudieron dividir el año en doce meses y dividir los meses en semanas de siete días. Para los babilonios los días se dividían en doce partes de dos horas cada una. La astronomía y su necesidad de realizar complejos cálculos los llevó a desarrollar las matemáticas. Su sistema numérico era sexagesimal, o sea, que se basaban en el número 60 y no en el 10. También desarrollaron la medicina y fueron pioneros en la invención de remedios.

Las tumbas eran sencillas. Sólo los guerreros caídos en el campo de batalla podían aspirar al descanso eterno.
Durante el reinado de Hammurabi (1728 – 1686 a.n.e.)se elaboró un código, el primero de la historia, y ordenó que lo escribieran para que la gente lo conociera. El código era muy severo e imponía la pena de muerte para varios delitos y aplicaba la ley del talión, ojo por ojo, diente por diente. Hammurabi decía que el código debía servir para "disciplinar a los malos y evitar que el fuerte oprima al débil". El Código de Hammurabi le reconocía a la mujer los mismos derechos que al hombre y aceptaba el divorcio.

Tal era la pintoresca y fuerte ciudad que el rey Nabucodonosor (Monarca de Babilonia, tercer rey de la II Dinastía de Ishin) había construido: la maravilla de todas las naciones. Su orgullo por ella está reflejado en las inscripciones que dejó para la posteridad. Una de ellas, ahora en el Museo de Berlín, reza así:

"Yo he hecho a Babilonia, la santa ciudad, la gloria de los grandes dioses, más destacada que antes, y he impulsado su reconstrucción. He hecho que los santuarios de dioses y diosas sean iluminados como el día. Ningún otro rey entre todos los reyes jamás ha creado, ningún otro rey anterior ha construido jamás, lo que yo he construido magníficamente para Marduk. Fomenté al máximo la habilitación de Esagila, y la renovación de Babilonia más de lo que se había hecho antes. Todas mis obras valiosas, el embellecimiento de los santuarios de los grandes dioses que yo emprendí, más que mis antepasados reales, yo escribí en un documento y puse por escrito para las generaciones venideras. Todos mis hechos, que yo he escrito en este documento leerán aquellos que sepan leer y recordarán la gloria de los grandes dioses. Sea largo el camino de mi vida, me regocije yo en mi simiente; gobierne mi simiente sobre los pueblos de cabeza negra para toda la eternidad y la mención de mi nombre sea proclamado para bien en todos los tiempos futuros".

Jardines colgantes de Babilonia

Jardines Colgantes. Maravilla de la Antigüedad.

Maravilla de la Antigüedad, que fueron mandados a construir por Nabucodonosor II hacia el año 600 a.n.e. para su esposa Amytis, procedente del norte de Media (Oriente Medio), que añoraba su tierra montañosa y verde, ocupaban un lugar entre el río Éufrates y la Avenida de las Procesiones, ligados al gran palacio de Nabucodonosor.

Aunque se han teorizado diversos modelos arquitectónicos de su construcción, aún se desconoce el sistema exacto utilizado para su creación; se han encontrado sin embargo poleas y diversos restos de, quizá, un sistema hidráulico, que permiten situarlos en ese lugar, además de restos de arcos construidos en piedra, material extraño en una ciudad donde casi todas las construcciones son de adobe, que elevaban el suelo unos 20 metros.

Sociedad babilónica

La ciudad era propiedad del dios Marduk, que designaba, según las creencias de los babilonios, al rey para que la administrara. El rey no era considerado un ser divino como el faraón, era sólo un intermediario entre la gente y los dioses y vivía rodeado de sus colaboradores, los nobles, que lo asistían en sus tareas.
La población estaba dividida entre hombres libres y esclavos. Los esclavos podían dejar de serlo: si lograban juntar algunos bienes, podían comprar su libertad. Los hombres libres, a su vez, se subdividían en otras dos categorías: los privilegiados (sacerdotes, funcionarios) y los muskhenum (comerciantes, campesinos, artesanos), que representaban al sector productivo libre.

La base de la economía era la agricultura. El rey se encargaba de construir y mantener los canales de riego para aumentar la extensión de la zona fértil. Los impuestos se pagaban con los productos de la tierra. También desarrollaron la ganadería criando cabras, vacas, asnos, caballos y ovejas. La metalurgia estaba muy desarrollada y se han conservado hasta hoy obras de arte y utensilios de oro, plata, cobre, estaño y plomo. El comercio era muy intenso incluso con otras regiones lejanas como la India y el Cáucaso.
Los babilonios fueron uno de los primeros pueblos en usar metales preciosos, sobre Las tumbas eran sencillas. todo oro y plata, como medio de pago con aquellas regiones que, por producir los mismos productos que ellos, no aceptaban el trueque. Éste constituye el origen de la moneda.

Fuentes