Criogenia
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La criogenia, (del griego κρύος kryos, frío, y γενεια geneia, generación) es el conjunto de técnicas utilizadas para enfriar un material a la temperatura de ebullición del nitrógeno o a temperaturas aún más bajas.
La temperatura de ebullición del nitrógeno, es decir 77,36 K (o lo que es lo mismo -195,79 °C) se alcanza sumergiendo a una muestra en nitrógeno líquido. El uso de helio líquido en lugar de nitrógeno permite alcanzar la temperatura de ebullición de éste, que es de 4,22 K (-268,93 °C).
Bio-criopreservación
La práctica de la bio-criopreservación permite conservar un cuerpo mediante su congelamiento con la finalidad de resucitarlo en el futuro. Debe llevarse a cabo inmediatamente después que una persona ha sido declarada muerta para evitar así lesiones cerebrales que suceden rápidamente pasados los cinco a diez minutos luego de la muerte.
El objetivo, es suspender la vida de una persona amenazada por una enfermedad incurable, hasta tanto se logre obtener la cura a la misma. O suspender las funciones vitales hasta que la ciencia logre hallar la fuente de la eterna juventud o un incremento notable de la longevidad.
Actualmente la Criogenia es una de las herramientas a futuro que se barajan como arsenal terapéutico para las nuevas enfermedades llamadas vejez y muerte. Sucede que ahora un grupo de científicos y personas adineradas e influyentes han propuesto que la vejez y la muerte no sean tratadas como se las conoce hasta ahora sino como dos enfermedades o una misma enfermedad en diferentes etapas. Incluso algunos han propuesto que luego de la muerte clínica, la persona ´sigue viva a nivel tisular´ y que por lo tanto si se actúa adecuadamente se puede recuperar de ese estado.
Argumentan que antes de la aparición de la cardioversión en escena, quienes sufrían un paro cardíaco que no podía ser revertido con las maniobras de resucitación habitual, era declarado muerto definitivamente. Posterior a ello con el uso de la cardioversión muchos salvaron sus vidas. Estos científicos apuntan a que quienes no se salvan con la cardioversión podrían por ejemplo ser congelados hasta tanto la nanotecnología se desarrolle lo suficiente como para poder ´reparar´ su organismo y volverlo a la vida.
Aplicaciones
La criogenia es ampliamente utilizada en tecnologías que dependen de la superconductividad, pues todos los superconductores conocidos lo son sólo a bajas temperaturas (la temperatura crítica superconductora más alta registrada hasta la fecha, a presión ambiente, está en torno a los 135 K (-138,15 °C), pero generalmente son mucho más bajas). Por ejemplo, los aparatos de resonancia magnética nuclear utilizados en medicina dependen de técnicas criogénicas para mantener la temperatura de los imanes superconductores que albergan.
Mediante el uso de técnicas más avanzadas es posible alcanzar temperaturas aún más cercanas al cero absoluto (del orden de la milésima de kelvin): refrigeradores de dilución y desmagnetización adiabática. Tales técnicas tienen su principal aplicación en el campo de la investigación, pues a temperaturas suficientemente bajas los efectos de la mecánica cuántica se hacen notar en cuerpos macroscópicos.
Otros usos
También se utilizan en la congelación de alimentos, fluidos criogénicos como el nitrógeno o dióxido de carbono, que sustituyen al aire frío para conseguir el efecto congelador