Dólar de Australia
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El dólar australiano o dólar de Australia (conocido también por su código AUD) es la moneda oficial de la Mancomunidad de Australia, incluyendo los Territorios Antárticos Australianos, las Islas Christmas, Zimbabue, las Islas Cocos, Islas Heard y McDonald e Islas Norfolk, así como de los estados independientes del océano Pacífico (Kiribati, Nauru y Tuvalu).
Historia
La libra australiana
Los primeros billetes australianos se imprimieron hace más de un siglo, pero existía moneda en el país mucho antes.
El descubrimiento de oro en 1851 llevó a la acuñación de monedas de oro propias del país y estimuló el desarrollo de la banca. Los bancos comerciales emitían sus propios billetes respaldados por oro, aunque la gente solía ser cautelosa con ellos, sobre todo después de que muchas entidades quebrasen en 1893.
La Australian Notes Act (la ley de billetes de Australia), aprobada en 1910, asignaba la responsabilidad de la emisión de billetes al Tesoro Nacional e introducía la libra australiana como moneda oficial. Durante los tres primeros años posteriores a su entrada en vigor, algunos de los billetes de bancos privados existentes anteriormente fueron sobreimpresos por el Tesoro como una medida temporal hasta que los nuevos diseños estuvieron listos.
El dólar (1966)
En 1966, el dólar australiano ―que se divide en 100 centavos (cents)― sustituyó a la «libra australiana», la cual se dividía en 20 chelines, y estos, en 12 peniques. El cambio aplicado fue de dos dólares por libra, es decir, diez chelines por dólar.
En 1966 Australia emitió su primera serie decimal de billetes, impresos en papel, para los valores de 1, 2, 10 y 20 dólares australianos, seguidos de cerca en 1967 con la emisión de una denominación de 5 $. Los billetes de 50 y 100 $ fueron impresos más tarde, en 1973 y 1984.
Tras el desarrollo conjunto de nuevas tecnologías para la impresión de billetes en Australia por el Banco de la Reserva, en enero de 1988, para conmemorar el bicentenario de Australia, el Gobierno emitió el billete de 10 dólares en polímero ―para aumentar su durabilidad y complicar su falsificación―. En los billetes se dejan dos espacios: el primero es para la imagen de agua y la otra es el espacio transparente que sobre sí tiene una imagen en relieve.
Entre 1992 y 1996 se introdujo una nueva serie de billetes de banco, todos impresos en polímero, para reemplazar los billetes decimales originales.