Historia de la provincia Sancti Spíritus (Cuba)

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Historia de Sancti Spíritus
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Escudo de Sancti Spíritus
Cronología
Etapa aborigen
Comunidad Paleolítica
Comunidad Mesolítica
Neolíticas incipientes
Colonia
Fundación de la villa
Traslado de la Villa
Décadas de 1840 a 1860
Movimientos revolucionarios
Ocupación norteamericana
Etapa republicana
Primeros años
Machadato
Periodo Postmachado
Gobiernos constitucionales
Dictadura batistiana
Guerra de Liberación Nacional
Revolución en el poder
Movimiento contrarrevolucionario
Organización territorial
Provincia cubana

Historia de Sancti Spíritus. La provincia de Sancti Spíritus posee una rica historia que comienza con los asentamientos aborígenes establecidos en el territorio que actualmente ocupa el municipio, lo que se le denomina etapa precolombina, y llega hasta la actualidad, pasando por la ocupación española, las luchas de independencia, la etapa republicana o seudo República hasta llegar a la etapa revolucionaria.

Los primeros hombres que habitaron el territorio espirituano fueron grupos de cazadores, con tradiciones paleolíticas, que llegaron a estas tierras procedentes de América del Norte hace unos 8 000 años. En este período precolombino existieron comunidades con incipientes similitudes a las del hombre de los períodos paleolítico, mesolítico y neolítico. Dichas comunidades se asentaron principalmente cerca de los ríos y las costas. Estas poblaciones subdesarrolladas fueron las que encontraron los conquistadores españoles en 1514 cuando llegaron al territorio y fundaron la cuarta villa del Imperio Español en la isla de Cuba. Este hecho ocurrió a mediados de este año bajo la guía del Adelantado Diego Velázquez de Cuéllar.

Los movimientos abolicionistas y anexionistas estuvieron presentes en Sancti Spíritus durante la década de 1840,estimulados por la campaña inglesa contra la trata y la esclavitud y especialmente con la llegada del inglés David Turnbull como Cónsul y superintendente de libertos. Se conoce de la llegada a Sancti Spíritus del pintor inglés James Gay Sawkins, conocido abolicionista, quien estuvo varios días en la villa, aparentemente dedicado a la creación artística. Además fue notoria la inquietud de negros y mulatos durante el proceso denominado La Escalera, tal vez por implicaciones que existieron en conspiraciones. El mulato Andrés Pérez de Ordaz y Quezada tuvo que huir hacia Santa Clara y sus bienes fueron embargados por el gobierno español. También se hizo sentir el movimiento anexionista pero en menos medida. El caso más relevante de este movimiento en la región fue la conspiración de la Mina de la Rosa Cubana dirigida por Narciso López, militar español que vivió en Trinidad y a finales de la década de 1840 pretendió levantarse contra el gobierno con el apoyo de pobladores de trinitarios unidos a hombres de Cienfuegos, Sancti Spíritus y Matanzas.

Sancti Spíritus también fue escenario del movimiento independentista y revolucionario que existió en la isla de Cuba durante el periodo colonial y que puso fin al régimen español en suelo cubano. La Guerra de los Diez Años (1868-1878) estuvo presente en suelos espirituanos desde el 6 de febrero de 1869, fecha en la cual el movimiento independentista espirituano se une a la Revolución Cubana con hombres como Honorato del Castillo Cancio, Marcos García, Serafín Sánchez, Federico Fernández-Cavada, Carlos Roloff y Ramón Leocadio Bonachea, entre otras valerosas figuras, como sus principales promotores y líderes militares. Durante las sucesivas guerras libertadoras (Guerra Chiquita y Guerra Necesaria) el suelo espirituano vio correr la sangre de mambises y españoles defendiendo cada uno su ideal hasta que las fuerzas cubanas triunfaron sobre las ibéricas, aunque la independencia no fue posible por la intromisión del gobierno estadounidense que privó a Cuba de una libertada verdadera.

Durante la etapa neocolonial (1902-1958) Sancti Spíritus vivió un ambiente inestable y un pobre desarrollo social y económico donde el poder del capital estadounidense se adueño prácticamente de toda la región. Políticamente la región fue escenario de conflictos como la Guerrita de la Chambelona (1917), el movimiento revolucionario que derrocó a Gerardo Machado (1933) y la guerra de liberación nacional que puso fin a la dictadura de Fulgencio Batista (1956-1958).

Una vez instaurada en el poder la Revolución Cubana (1959) la región sintió el accionar de las fuerzas opositoras al nuevo gobierno, ya sea desde el accionar civil o el militar como la Lucha Contra Bandidos (1960-1965). Una vez eliminada la contrarrevolución interna entonces vinieron las transformaciones en la vida socio-económica-política del territorio hasta convertirse en 1975 en una de las provincias de Cuba.

Etapa aborigen

En 1514 llegaron los primeros grupos de cazadores-recolectores, estableciéndose en el actual territorio espirituano, comunidades con características étnicas y niveles de desarrollo económico diversos, de las que los cronistas sólo pudieron dar referencias, algunas distorsionadas, de las que encontraron en su paso por la región. La llegada de las primeras personas al territorio espirituano ocurrió en diversas Corrientes Migratorias (CM).

Una segunda Corrientes Migratorias llegó hace unos 4 500 años, procedente del continente suramericano (Venezuela, Nicaragua y Honduras), formada por grupos del mesolítico temprano: unos se establecen en la costa sur espirituana, otros se adentran tierra adentro y otros llegan a establecerse en costa norte de Yaguajay, sobre todo en cuevas y solapas de los cayos: Lucas, Salinas y Caguanes, mientras que los de tierra firme, no muy lejos del litoral. La tercera Corrientes Migratorias se origina a partir del de dos tipos de comunidades diferentes, una con características de la etapa mesolítica (tardías) con presencia de tradiciones neolíticas incipientes; procedentes ahora de Norte América (Península de la Florida y Valle del Mississippi). En esta región penetran por la costa sur hasta zonas mediterráneas, mientras que otros logran ubicarse hacia la porción norte del territorio.

Las restantes están constituidas por comunidades neolíticas (agricultores-ceramistas), del tronco étnico Arahuaco que, procedentes de la isla La Española, se asentaron en la región oriental de la isla y desde allí llegaron por la costa sur hasta el territorio espirituano estableciéndose unas próximas al litoral, mientras que otras lo hacen en zonas mediterráneas.

Comunidad Paleolítica

Las primeras comunidades existentes en esta región poseían una economía de apropiación, un desarrollo socioeconómico de cazadores-recolectores y una división natural del trabajo por sexo y edad.[1] Emplearon piezas de piedra tallada de grandes dimensiones, como láminas puntiagudas para ser usadas en lanzas y otros artefactos cortantes, como cuchillos; que pudieran emplearse no sólo para la caza de pequeños roedores, reptiles, aves, etc; sino para la caza de animales más corpulentos como la foca tropical (Manachus Tropicalus), ya extinta y el manatí(Trichechus Manatus), recolectando también moluscos, capturaban crustáceos y reptiles, practicaron la pesca y la caza de aves y jutías.

De este período en Sancti Spíritus se han reportado dos sitios, uno en el cayerío al norte de Yaguajay y otros más aislados hacia el centro del municipio de Cabaiguán. Tienen asentamientos a cielo abierto, y en menor medida en cuevas y abrigos rocosos en márgenes del río Zaza, La Sierpe, Sancti Spíritus y Cabaiguán; en la Cueva de la Guinea y la de los Cuchillos, Yaguajay; donde se encuentran manifestaciones del arte rupestre cubano. [2]

Comunidad Mesolítica

Eran pueblos que vivían de la caza, la pesca y la recolección de productos, por lo que se movían en un medio dado por las consecuencias estacionales, por lo que los ecosistemas explotados por ellos fueron muy variados cuevas de los Cayos de Piedra, Yaguajay, la Toma de Agua, La Sierpe; , o hacia zonas de la llanura, como son los casos de La Luisa y La Aurora, y aquellos que explotaban los ecosistemas de montaña, como El Garrote, -Banao-, o Fomento. Sus características generales eran las mismas que se ha detallado para el resto del archipiélago cubano.

Evidencias de sus ofrendas a los muertos consistían en restos de alimentos, algunos objetos de concha (vasijas, gubias, platos, etcétera) y bolas líticas. Las primeras referencias de estas manifestaciones datan de 1888 (Cueva de la Boca del Purial, en el Pico Tuerto del Naranjal). También pueden citarse a modo de ejemplificación la Cueva de los Niños, en Cayo Salinas, al norte de Yaguajay. Otro caso particularmente interesante es el del sitio La Almendra, -La Sierpe- (antigüedad: 2868 antes del presente) donde se colectaron 24 esferas líticas. Las manifestaciones de sus concepciones mágico-religiosas quedaron plasmadas en sus expresiones del arte rupestre en algunas cuevas de la zona de Caguanes y Punta Judas, El Garrote y Cueva de La Jía.

Neolíticas incipientes

Conocidas en Cuba por el término protoagricultoras, estas comunidades, a diferencia de las mesolíticas, se caracterizan por tener conocimientos rudimentarios relacionados con la elaboración de vasijas de cerámica y por la incorporación de ciertos cultivos de manera incipiente, como complemento de las actividades apropiadoras.

A pesar de no ser numerosos los asentamientos localizados en el territorio espirituano, se tiene una información bastante detallada de algunos de ellos. En primer lugar se advierten algunas diferencias sustanciales en cuanto a la economía, pues existieron comunidades con una fuerte orientación marina, como ocurre con las que habitaron Birama Trinidad y las de los cayos, al norte de Yaguajay; además, comunidades con economía típica mediterránea o de «tierra adentro»: los emplazamientos de los territorios de Cabaiguán, Fomento y Sancti Spíritus; grupos que indiscutiblemente debieron haberse establecido mucho antes.

A excepción de Birama, en el resto de los sitios sólo se destaca la presencia de cerámica lisa dentro de su ajuar, y una industria de piedra tallada en lascas con dimensiones microlíticas; elementos que los distingue como grupos pertenecientes a la filiación cultural protoagricultores, sin embargo el resto de sus características muestra tendencias notables hacia la etapa mesolítica. En el territorio espirituano se dan dos vertientes diferenciadas, que supone una fase temprana, en lo esencial arcaica y con cerámica, y otra tardía, en la que se incorpora el componente agroalfarero Arahuaco [3] Entre las actividades económicas subsistenciales fundamentales figuraron la caza, la pesca, la recolección y la agricultura de manera incipiente, tal y como se han recogido en los estudios generales para Cuba

Manifestaciones mágico-religiosas

No resulta posible establecer una diferenciación entre las manifestaciones mágico-religiosas de estas comunidades con tradiciones neolíticas incipientes y la de la etapa mesolítica, debido muchas veces a la convergencia ―y de manera reiterada― de útiles de ambas culturas. Los asentamientos de El Garrote Banao y cueva La Jía Trinidad, donde fueron tallados en la roca un buen número de petroglifos, son ejemplos elocuentes de la presencia de algunas de estas manifestaciones.[4]

Etapa colonial

Fundación de la villa

Adelantado Diego Velázquez de Cuéllar, conquistador español que funda la Villa de Sancti Spíritus.

Las dos villas fueron fundadas por el adelantado Diego Velázquez, en 1514, y aunque en ningún documento de la época se hace referencia explícita a la fecha en que ello ocurrió, existen tres textos imprescindibles para arrojar luz sobre este proceso: Las Cartas de Relación del Repartidor de Indios Diego Velázquez a Su Alteza Fernando II de Aragón del 1 de abril de 1514 y el 1 de agosto de 1515, y el legado escritural del Padre Bartolomé de las Casas, quien realiza precisamente en tierras espirituanas el famoso Sermón del Arrepentimiento hecho simbólico y extraordinario, pues se produce la proclamación por primera vez en Cuba del grito redentor por la libertad del pueblo indio, lo que logró fijar la tención de los monarcas y del propio sistema colonial y puso sobre el tapete la necesidad de hallar soluciones más humanas.

Bartolomé de las Casas obispo español que estuvo en la expedición de Velázquez y fue un digno historiador de los primeros años de la conquista española

Al escoger los lugares de emplazamiento de ambos sitios se tuvo en cuenta idénticos factores, entre ellos la cercanía a ríos, la facilidad para las comunicaciones exteriores, la abundancia de tierras fértiles propias para la agricultura y la crianza de ganado, la existencia de minas de oro en su jurisdicción y, sobre todo, la circunstancia de estar bien poblada por indios que podían someterse al trabajo esclavo. Otros intereses de los conquistadores estaban dados por la posesión geográfica, que permitía servir de punta de partida a futuras expediciones conquistadoras como las de Fernando de Córdova a Yucatán en 1517 y de Hernán Cortes a México en 1518, para los cuales se utilizaron residentes de ambas villas, lo que influyó negativamente entre en estos pueblos.

A mediado de 1521 se produjo en Sancti Spíritus un episodio –rebelión para algunos, pase de cuenta para otros- como consecuencia de la imposición de Don Diego de Ovalle, regidor de la villa, e influida presumiblemente por la situación política de España donde tenía lugar en esa época el movimiento conocido por los Comuneros de Castilla, los residentes de la villa eligieron libremente a Hernán López y Pedro Salazar como Alcalde y Regidor, respectivamente, desobedeciendo de esta forma al imperio. Se ha supuesto que la insubordinación a la metrópoli fue ahogada en sangre por el sanguinario Vasco de Porcallo de Figueroa, quien acusó a los “comuneros” de haber realizado semejante trasgresión, aunque bien pudo ser solo un hecho de lucha intestina. En todo caso es una hecho que todavía está en discusión, a pesar de lo cual no deja de ser muy atractivo para los historiadores.

Del siglo XVI al XVIII

Durante los siglos XVI y XVII Sancti Spíritus y Trinidad fueron víctimas de varios ataques de piratería y corsarios, siendo los más significativos los ocurridos entre 1660 y 1688. Tanto Mansfield de Port Rayal, como Legrand, de Islas Tortugas saquearon e incendiaron la iglesia de Sancti Spíritus y destruyeron los archivos originales del ayuntamiento y la iglesia. Otro hecho que puso de manifiesto la solidaridad y rebelión de los habitantes de Trinidad y Sancti Spíritus, al producirse la toma de La Habana por los ingleses, a finales del siglo XVIII contingentes de vecinos de ambas villas acudieron a reforzar las milicias de Pepe Antonio, el regidor de Guanabacoa. En 1797 los ingleses hicieron atisbos de invasión de estos territorios, sin que pudieran hacerlo porque no estaban creadas las condiciones mínimas para su éxito. Paralelo a las luchas independentistas hispanoamericanas ocurrió un suceso que iba a simbolizar la intranquilidad política en Trinidad, cuando en plena calle apareció un pasquín, uno de los primeros que se vio en la isla, que decía “Señor ayuntamiento la libertad por la razón o fuerza. Independencia o Muerte, 1822”, que se anticipó a las luchas liberadoras de estos territorios.

Gestas independentistas

La región de Sancti Spíritus, de economía predominantemente ganadera, se ve afectada por problemas que solo se aliviarán en parte después de la Guerra de los Diez Años. Su desarrollo ganadero vinculado a las zonas plantacionales azucareras, al disminuir la demanda de boyadas y aumentar la aplicación de la máquina de vapor en los trapiches y desarrollarse los Caminos de Hierro, se resiente. A la par, los altos impuestos, la inadecuada política arancelaria española y los métodos de crianza rutinarios le afectan. La otra región ganadera se resistió dé tal forma que casi se anula su próspera industria de curtir pieles y tiene que importar quesos y arrobas de carne. La industria azucarera espirituana que crecía a lento ritmo feudal, solo llegó a producir a mediados del siglo XIX el 2 % del total nacional; introdujo con lentitud el instrumental moderno en sus fábricas, a tal extremo que en 1859 tenía sólo el 43 % de sus ingresos con máquina de vapor.

En Sancti Spíritus existían en 1846 un total de 5405 esclavos, mientras que en 1862 esa cifra se elevó a 8949. Ante el encarecimiento de los esclavos y la necesidad de buscar fuerza de trabajo para los ingenios modernizados, se aplicaron soluciones como la inmigración yucateca y la asiática. La primera prosperó poco, pero la segunda adquirió cierta relevancia pues garantizaban una mejor atención al proceso fabril con inversiones limitadas para el pago de jornales. En 1861 en Sancti Spíritus ya se había introducido varios centrales por la sociedad de Naumamn y Panze, llegando a tener en 223 trabajadores asiáticos y 5 yucatecos. Sorpresivamente el 24 de julio de 1867 se recibe en Sancti Spíritus la Real Orden de su Majestad la Reina Isabel II de España, fechada el 12 de mayo del propio año por la cual se otorgaba a la villa espirituana el Título de Ciudad, lo cual fue dado a conocer en Cabildo extraordinario el 27 de julio del mismo año.

Los casos más relevantes de movimientos conspirativos anexionistas en el centro de la Isla fueron la conspiración de la Mina de la Rosa Cubana dirigida por Narciso López y el alzamiento coordinado del grupo trinitario y el camagüeyano en 1851. El Mariscal del Campo Narciso López, quien tenía buenas relaciones en el centro de la Isla por haber sido Gobernador del Departamento Central en 1842 en la ciudad de Trinidad, logró una vez cesado en el cargo, establecer la explotación de una mina nombrada la Rosa Cubana. Desde allí tejía los hilos de una conspiración que algunos autores señalan con probables ramificaciones en Cienfuegos, Sancti Spíritus y Matanzas. Los espirituanos no eran partidarios de unirse al estado esclavista del norte del continente americano. Se caracterizaban por una economía no sustentada en las grandes plantaciones azucareras, por lo que no temían a una posible abolición de la esclavitud por parte de España, y un apego a sus propias tradiciones y costumbres. Sus ideas en contra de la alianza con los estadounidenses fue expresada años después por el ayuntamiento espirituano, cuando en una extensa manifestación en contra una posible compra de la Isla por Estados Unidos manifiesta ese hecho como un acto humillante, con el que no están de acuerdo por que traería.

Guerra de los Diez Años

Los espirituanos estaban virtualmente privados de todos sus derechos, existiendo las condiciones objetivas para iniciar la lucha armada, lo que no pasó inadvertido para el capitán general Francisco Lersundy, quien designó con amplios poderes y facultades represivas a su delegado, coronel Manuel Sánchez Lámela y envió un batallón especial al mando del general Francisco Acosta y Alvear.

En Sancti Spíritus los principales dirigentes de la conspiración en Sancti Spíritus y Trinidad no eran grandes terratenientes o no se comportaron como en oriente. Si bien, algunos eran acaudalados su conducta desde los inicios de la guerra fue radical con respecto a la esclavitud y las propiedades pues aplicaron la tea, liberaron esclavos y los incorporaron a las filas insurrectas. La cantidad de esclavos de Sancti Spíritus se limitaba al 19,5% y que el total de la población negra era el 35,18%, siendo la economía predominantemente ganadera, no requiriendo grandes dotaciones de esclavos por lo que no tuvo inconvenientes por esa parte para incorporarse a la guerra el 6 de febrero de 1869, como mismo ocurrió con las demás jurisdicciones de Las Villas.

El pensamiento político predominante entre los criollos llegó a ser el independentismo y su modo de realizarlo, la lucha armada por lo que comenzaron a aparecer grupos que laboran por la independencia de Cuba. En Sancti Spíritus se comienza a conspirar en conexión con la Junta Revolucionaria de La Habana y muy vinculada a la Junta Revolucionaria de Santa Clara que presidía Miguel Jerónimo Gutiérrez, destacándose Honorato del Castillo y Cancio. La Junta de Sancti Spíritus estaba constituida a finales de 1868 mayoritariamente por intelectuales, miembros de la clase media y el artesano urbano teniendo en su dirección a Honorato del Castillo y a Marcos García, quienes aceleraron sus trabajos al calor de los acontecimientos de Oriente y Camagüey y de las primeras acciones en la región: Valdés Urra había tomado a Arroyo Blanco, Bernabé Varona, atacó a Guasimal mientras en Yaguajay se producían encuentros armados en el ingenio El Trapiche, el río Jatibonico y Mayajigua. Hacia el Oeste, en la antigua jurisdicción de Trinidad, operaban los alzados del Partido de Sipiabo.

Ante el aumento de las medidas represivas españolas se decide llevar a hechos el alzamiento el 06-02-1869 en cinco puntos de la Jurisdicción en forma simultánea de ahí que Honorato Jefe del Movimiento lo haga en Jobosí, Néstor Leonelo Carbonell en el Jíbaro, Leonte Guerra en Morón, Serafín Sánchez al frente de 45 hombres en la finca Los Hondones, zona de Bellamota y Marcos García en Banao, que protagoniza el levantamiento más nutrido, en los días sucesivos se levanta en arma el Partido de Yaguajay en coordinación con la Junta de Remedios. Hacia el suroeste, los trinitarios, mandados por Federico Fernández Cavada se pronuncian contra el coloniaje español, realizando exitosas acciones iniciales gracias a la labor organizativa de su Junta y al entrenamiento dado a los combatientes en la finca Boca de Camarones comprada para tal fin por el propio Fernández Cavada. Seguidamente al levantamiento, todos los grupos envían sus representantes para la gran cita colectiva: el 7 de febrero en Cafetal González, Valle de Manicaragua, Villa Clara. Los objetivos eran pronunciarse contra el coloniaje y emprender la guerra unificadamente. El primero se logró, el segundo no, pues la guerra en Las Villas se mantuvo con criterios muy regionales aunque en determinados momentos se hacían algunas coordinaciones entre los diferentes grupos.Después de la Asamblea de Guáimaro, donde fue representante Honorato, regresa a su tierra y reasume el mando de la División de Sancti Spíritus manteniendo a Marcos García al frente de la zona occidental de su jurisdicción, para ambos hostigar al enemigo en diferentes frentes.

Las Coloradas, las Yanas, Judas Grande, Santa Gertrudis y el Jobo se añaden a la cadena de éxitos de Honorato mientras que Marcos moviéndose hasta los límites de Trinidad, se llega a convertir en una amenaza para el gobernador Mediavilla que pide al Ayuntamiento fondos para fortificar la ciudad. Su habilidad guerrera se manifiesta en las acciones victoriosas del Hondón, Río Abajo, Las Angosturas, Loma de los Barriles y otras. Luego de esta serie de acciones favorables a las huestes dirigidas por Honorato, la revolución sufre un duro golpe con la caída del iniciador del movimiento independentista en Sancti Spíritus el 20 de julio de 1869 en el Naranjo cercano a Morón, sucediéndole en el mando de la división el General Camagüeyano Ángel del Castillo. En la Jurisdicción de Trinidad se mantiene todo el año la actividad guerrillera.

La fatalidad siguió cerniéndose sobre las fuerzas Villareñas: epidemia de cólera morbo asiático que diezmó considerablemente las tropas, caída del General Ángel del Castillo, recepción de mínima ayuda desde el exterior, Las Villas fue la región más reforzada de soldados españoles y armas modernas (cañones KRUPP) y hubo muchas e importantes bajas de jefes militares, como: Coronel Diego Dorado, los generales Federico Fernández Cavada, Adolfo Fernández Cavada y Juan Díaz de Villegas, así como los jefes villaclareños Arcadio García, Tranquilino Valdés y Guillermo Londa Ortegaza. Por otra parte se produjeron indisciplinas y sediciones que obligaron a pasar el mando de la División de Sancti Spíritus de José Payán a Francisco Villamil, quien al final tuvo que salir hacia Camagüey, marzo de 1871, con sus tropas, que comenzaron un peregrinar un año casi hasta que son reunificadas y supeditadas al MG Ignacio Agramonte , quien creó el Cuerpo de Rifleros de Las Villas. Estas tropas pasaron posteriormente bajo el mando de MG Máximo Gómez con el que participan en importantes acciones como Palo Seco, la Sacra, ataque y saqueo de Nuevitas, toma de Santa Cruz del Sur y Las Guásimas, entre otras acciones gloriosas.

Las Villas queda con menos combatientes en acción, uno de ellos, el valiente José Antonio Legón realiza acciones guerrilleras en la jurisdicción hasta la llegada de los invasores en 1875, en la noche del 5 al 6 de enero de 1875, cuando cruzaron la trocha contingente mandado por Máximo Gómez Báez por experiencias anteriores, conocía lo necesario que era contar con bases de operaciones en los proyectos invasores, por eso comenzó a preparar a Sancti Spíritus como su futura base (con prefecturas y hospitales) desde donde apoyar las invasiones a otras jurisdicciones. Además estudió detalladamente la zona en que debían combatir, mientras tanto enviaba a sus mejores oficiales a operar en las diferentes regiones de Las Villas.

Sin abandonar su objetivo estratégico, ordenó acciones simultáneas por todo el territorio que obligaban al enemigo a mantenerse desconcentrado, lo hacía mover tras sí pero evitó combates frontales realizando solo acciones que le permitieran acopiar recursos de guerra como en El Jíbaro, Río Grande, Lázaro López, Marroquín, Chambas y Jatibonico los cuales le aportaron más de 500 armas de fuego, 100 000 cartuchos, cientos de caballos y medio millar de nuevos combatientes que se le incorporaron. Uno de los hechos de armas de más repercusión fue el ataque a San Antonio Abad del Jíbaro el 18 de enero de 1875 que contaba con un fuerte guarnecido por 40 soldados y tenía abundante material de guerra. El pueblo fue incendiado después que la tropa se abasteció de todo lo necesario.

Después de firmado el Pacto del Zanjón en Camagüey el 10 de febrero de 1878, Serafín Sánchez (por orden de Pancho Jiménez Jefe de la División de Sancti Spíritus y de Marcos García quien fungía como inspector del ejército) convoca a Roloff para una reunión con Pancho Jiménez y demás jefes cubanos de la División de Sancti Spíritus. La reunión sería en Monte Oscuro, pero Pancho Jiménez no asistió. Hasta allí llega el brigadier Fuentes del Ejército Español con las bases de la paz y les comunica de que ya estaban en Las Villas comisionados cubanos enviados por el Comité de Paz creado en Camagüey, a saber, Juan B. Spotorno, Ramón Pérez Trujillo y Enrique Mola, además les anticipa que ya Pancho Jiménez ha aceptado las bases de la paz. Roloff se niega a aceptar las propuestas del jefe español, días después recibe a los comisionados cubanos citados y les comunica que Las Villas tiene recursos para continuar la guerra y que todos sus hombres están dispuestos a seguir luchando.

Pero, unos días después, el 28 de febrero, Pancho Jiménez capitulaba con 700 hombres de la División de Sancti Spíritus en Ojo de Agua. Entre aquellos hombres se encontraba también Serafín Sánchez. Roloff trata de obtener noticias de la situación de Oriente pero también las fuerzas de Trinidad capitulaban por orden de Spotorno. Roloff trata de obtener recursos de la Junta Revolucionaria de La Habana enviando un subalterno suyo a entrevistarse a la capital. Ante la imposibilidad de ayuda, Roloff tenía que sucumbir por el paso de los acontecimientos y el 18 de marzo capitulaban el resto de las fuerzas cubanas de Las Villas con excepción del irreducible grupo de Ramón Leocadio Bonachea, quien no aceptó la capitulación, manteniéndose por espacio de un año y un mes después de la firma humillante del Pacto del Zanjón, hasta concluir en la zona conocida por Jarao, nombre por el que se conoce su Protesta de 25 de abril de 1879.

En Sancti Spíritus en septiembre de 1878 se constituye el Partido Liberal, liderado por Marcos García Castro, Rudesindo García Rijo, Panchito Rabel, Tomás Pina Gómez, Castro Marín, Díaz de Villegas y otros que se asumían como independentistas. Marcos García Castro participó en las elecciones municipales de 1885 saliendo Concejal; de 1886 a 1889 lo fue de Alcalde, designación que obtuvo también en varios años hasta el 8 de noviembre de 1897 que pasó a ocupar el cargo de gobernador de la provincia de Las Villas. Consecuente con su ideario se negó a participar en la lucha armada y rechazó las invitaciones que para tal fin, le hicieron sus antiguos compañeros José María Aguirre y Enrique Collazo. O sea, dio la espalda total y definitivamente a la Revolución. Sin embargo, su actuación personal durante su estancia en la Alcaldía espirituana se señalaba como muy humanitaria por diversos autores espirituanos. Simultáneamente a las labores autonomistas espirituanas, en Trinidad el ex independentista Juan Bautista Spotorno se convirtió en autonomista intransigente que promovió mítines en su ciudad natal y rechazó las proposiciones de los enviados de José Martí en 1892 y 1894.

Por contar con recursos económicos y ventajas políticas, el Partido Liberal Autonomista logró captar temporalmente a amplias capas de la población que desde luego, al reiniciarse el proceso bélico del 95, se vinculan a la lucha independentista y dan la espalda al autonomismo. Después de 1878 Sancti Spíritus perteneció a la recién creada provincia de Las Villas, quedando ahora reducido casi a la mitad de su territorio pues se establecía como su límite Oriental el Río Jatibonico del Sur y la parte existente al este de dicho río pasaba a formar parte de la provincia de Camagüey.

Guerra Chiquita

Inmediatamente después de los alzamientos de Las Villas se hizo sentir la fuerza de la ofensiva española dirigida personalmente por el Capitán General y los partidos políticos Liberal y Unión Constitucional emprendieron una campaña periodística en contra de los insurrectos. A un entusiasmo inicial derivado de acciones victoriosas siguieron problemas como el asesinato de Pancho Jiménez por un capitán del ejército español y la presentación de José Miguel Gómez al enemigo, todos ocurridos antes de finalizar 1879, manteniéndose en pie de lucha Serafín Sánchez que había sido ascendido al grado de Mayor general. En marzo de 1880 se producen encuentros afortunados para las fuerzas espirituanas y por varias semanas se mantiene la decisión de permanecer en la manigua. Toda la lucha cesó por las mismas condicionantes que se han establecido para toda la historia de Cuba.

Guerra del 95

Mariscal de campo Narciso López, máximo exponente del anexionismo en la región central de la isla de Cuba en la década de 1850.

En Sancti Spíritus hubo varios levantamientos previos al de 1895, y aun contra la línea del Partido Revolucionario Cubano (PRC), ponen de manifiesto lo más radical de la población espirituana por lanzarse a la lucha por la independencia. Serafín Sánchez, fue uno de los primeros jefes mambises del 68 que se consagró desde el inicio, en la organización y constitución junto a José Martí, de la nueva gesta independentista y del PRC, siendo uno de los coordinadores entre los Viejos Robles del 68 y de los Pinos Nuevos del 95. A principios de julio de 1895 se encuentran sobre las armas diferentes grupos de hombres en Trinidad, Sancti Spiritus, Fomento y el norte espirituano zona de Yaguajay, quienes desarrollan algunas acciones y hacen un primer intento de organización; pero no es hasta la llegada de la expedición Sánchez-Roloff-Mayía por Punta Caney al sur de Sancti Spiritus, el 24 de julio de 1895, que se puede hablar de acciones importantes y de un verdadero estado de guerra en el territorio.A su arribo a tierras espirituanas el general Serafín Sánchez Valdivia lanzó una proclama a los habitantes de Las Villas, que constituye un llamado a la lucha.

Esta expedición aporta 150 nuevos combatientes, tres experimentados y prestigiosos generales y numerosos recursos necesarios para la lucha que permiten equipar convenientemente a muchos soldados que se incorporan a partir de este momento a la guerra. Por otra parte contribuyó notablemente a la cohesión del movimiento revolucionario en Las Villas. A partir del desembarco se produce la incorporación a los expedicionarios de los principales grupos que estaban sobre las armas. De ahí que a la llegada de Gómez y Maceo con la invasión se encontraran con un ejército equipado y organizado.

Durante los meses agosto, septiembre y octubre de 1895, las acciones de las fuerzas cubanas que están operando en el territorio, se han caracterizado por interrupción de las comunicaciones, destrucción de los puentes o vías férreas, alcantarillas, postes de líneas telegráficas y telefónicas; los asaltos a convoyes y almacenes para la obtención de víveres y armamento, e incluso ataque y toma de fuertes como el Taguasco, con ello se proponen desconcertar el enemigo, obligarlo a emplear muchas tropas en cuidas sus vías de comunicaciones y tener que hacer las jornadas a pie. A partir de noviembre comienza un movimiento del Mayor General Máximo Gómez por el noreste del territorio espirituano recorriendo lugares claves como Pozo Azul, Las Damas, Saltadero, Los Pasitos, Pelayo, etc.; lugares próximos a los cuales pasaría después el contingente invasor. Durante este recorrido lanza circulares prohibiendo la zafra, disposiciones y medidas organizativas, aunando las fuerzas que están operando en el territorio y desarrollando acciones de hostigamiento y ataque; entre los que sobresalen la toma de Pelayo y destrucción de sus fuertes el 17 de noviembre de 1895, acampados en Los Hoyos, recibe la noticia que Maceo y el contingente invasor ha cruzado la Trocha –29 de noviembre; parte a recibirlos encontrándolos en un lugar conocido por San Juan, produciéndose el encuentro de ambos y la celebración de un acto emotivo; después acampa en el potrero de Lázaro López. En este lugar se produce el día 30 la formación militar donde Gómez pronuncia a los invasores su famosa arenga, explica los objetivos de la invasión y las realidades que tendrán que afrontar durante la misma.

A partir de ese momento comienza su avance por el territorio espirituano, dirigiéndose el día 1 de diciembre hacia La Reforma y de ahí el día 2 hasta Trilladeritas, donde acampan hasta el amanecer del día 3. En este lugar se produce la división del contingente invasor: una columna de infantería con 700 hombres bajo el mando del general Quintín Banderas y el teniente coronel José Miguel Gómez, partió en horas tempranas de ese día con órdenes de avanzar por el sur, destruir la riqueza azucarera del valle de Trinidad, sostén económico del régimen español en la zona y aplastar al enemigo para unirse posteriormente al ejército invasor en Matanzas o La Habana; el resto de las fuerzas y núcleo principal de la invasión, incluida la caballería, marcharía por el centro bajo el mando de los generales Máximo Gómez, Antonio Maceo y Serafín Sánchez, junto con esta fuerza avanza el Consejo de Gobierno, el que venía acompañando al contingente invasor. Ese mismo día, 3 de diciembre, al realizar el cruce sobre el río Jatibonico del Sur, se produce el primer encuentro con el enemigo en tierras villareñas: el combate de Iguará; al enfrentar una columna española de 800 hombres al mando del coronel Enrique Segura Campoy que se movía del fuerte de Iguará a Sancti Spiritus, la posición ventajosa de las fuerzas españolas, unido a las características del terreno, limitaban el movimiento de la caballería invasora; lo que obliga a los jefes de las fuerzas cubanas -Maceo y Gómez– a una peligrosa carga al machete.

La acción resultó una victoria para los cubanos después de dos horas de combate, obligando al jefe español a retirarse hacia el fuerte de Iguará en busca de refugio; lo que pudo lograr gracias a su serenidad, sus acertadas disposiciones y la bravura de sus soldados ante la persecución de los cubanos. Esta acción le deja libre el camino a las fuerzas invasoras en su avance, el día 4 pasan por La Campana donde entierran a los muertos, curan y envían los heridos a la prefectura de Taguasco y llegan a Ciego Potrero donde acampan. Temprano en la mañana del día 5 de diciembre en este lugar forman las fuerzas cubanas. El Consejo de Gobierno en la figura de su presidente Salvador Cisneros Betancourt, entregó al lugarteniente general Antonio Maceo, una bandera cubana enviada por jóvenes camagüeyanas para que acompañara a los invasores y la hicieran ondear en los confines de occidente; también le son ratificados a Serafín Sánchez los grados de mayor general y su nombramiento de jefe del Cuarto Cuerpo del Ejército Libertador de Las Villas.

Acto seguido se produce la despedida y separación del Consejo de Gobierno que marcha hacia Oriente, mientras la columna invasora continúa su marcha rumbo noroeste, encontrándose el día 6 en Remate de Las Vueltas –Remedios–, lugar donde Maceo lanza su proclama a los villareños. De ahí marchan hacia el sur, cruzan el río Zaza y acampan en Sabanilla el día 7. Después se dirigen casi en línea recta hacia el suroeste, acampando en Las Pozas el día 8. Emprenden nuevamente la marcha el día 9 con dirección oeste, cruzando por el norte y frente de Fomento, lugar bien defendido por las fuerzas españolas desde donde son tiroteados los invasores. En horas de la tarde sostienen un encuentro en el lugar conocido como Casa de Tejas o Los Indios, donde estaba emboscado el enemigo, causando un muerto y trece heridos a las fuerzas cubanas; Maceo ripostó el ataque y obligó a retirarse al enemigo. Después de esta acción, última en el territorio espirituano en esta etapa.

Entre abril y agosto de 1896, se aprecia un incremento de la actividad revolucionaria de las fuerzas que actúan en el territorio espirituano; las que ejecutan acciones tales como emboscadas a columnas españolas en movimiento: la del convoy de Arroyo Blanco 18 de abril, en Santa Teresa 21 de abril, Tuinucú 2 de junio, en Boquerones y La Sierpe 12 de junio y el 5 de agosto en Rosa Perdida y Constancia a una columna española que conducía un convoy a Mayajigua el 26 de agosto, entre otras; hostilizamiento de las fuerzas españolas: en Tuinucú el 16 y 18 de abril; el Majá y Siguaney el 22 de abril, en el camino de Paso de Las Damas a Sancti Spíritus 3, 4, 5 y 6 de mayo, en Las Delicias el 16 de mayo; en el Bejuco y Covadonga, así como en Bacuino y Yagunal el día 2 de junio; columnas con rumbo al Jíbaro y Trinidad el 11 de junio, columna que va de Sancti Spíritus a Tuinucú el 17 de julio y el 23 a otra que se dirige a Cabaiguán, el 27 al convoy que va hacia Pico Tuerto; el 4 de agosto a columna española de 1 500 hombres que se dirigen desde Sancti Spíritus hasta El Jíbaro; incendio de casas, cañaverales y campamentos españoles: 18 de abril campamento español en Cabaiguán, los cañaverales del central Tuinucú el 19 de abril; así como los cañaverales de los ingenios Mapos, Natividad y San Fernando.

El último tercio del año 1896 la actividad de las fuerzas cubanas en el territorio, presenta las mismas características del período analizado anteriormente, en cuanto a la forma y tipo de acciones combativas que se realizan. se mantiene la hostilización constante sobre el enemigo, en sus diversas formas: del 1 al 4 de septiembre tiroteos a columnas que se dirigían a Siguaney y Taguasco, batida una columna en el paso de Iguará del río Jatibonico el 6 de septiembre, tiroteo a columna que se dirige de Sancti Spíritus a Jarao, hostilizada de Taguasco a Iguará una columna española el 3 de octubre, tiroteo al enemigo en las cercanías de Las Guásimas el 10 de octubre, ataque a columna en el río Tuinucú el 4 de noviembre, fuego a columna española que se dirigía de Sopimpa a Fomento por fuerzas de Carrillo el 11 de noviembre, hostigamiento a columna que se mueve hacia Los Limpios de Taguasco el 26 de noviembre, hostilizada guerrilla por fuerza de José Miguel Gómez el 8 y 9 de diciembre, tiroteos a columnas que se mueven por Sabanilla, Sancti Spíritus, Jarao y otros lugares entre el 13 y el 25 de diciembre

En este año se produjo un enfrentamiento militar que ocasionó la lamentable muerte de una de las figuras cimeras del movimiento independentista cubano: Serafín Sánchez Valdivia. El General Sánchez Valdivia falleció en el Combate de Las Damas, el 18 de noviembre de 1896, en la quebrada del Paso de La Larga, cuando iniciaba la retirada con su cuartel general. Al volverse para observar el movimiento enemigo, un proyectil de máuser lo atraviesa del hombro derecho al izquierdo; aún así, su indoblegable voluntad y espíritu patriótico le dan fuerzas suficientes.

En los primeros días de enero de 1897 ya Gómez está nuevamente operando en el territorio espirituano. Ya en estos momentos tiene la concepción estratégica de lograr que el mando español desconcentre la gran cantidad de fuerzas que tiene operando en el occidente del país. De ahí, su genial Campaña de La Reforma con el que pretendía también, que el régimen colonial lanzara en su persecución gran número de fuerzas y que se vieran obligados a combatir en las condiciones que más le convenían y en el teatro de operaciones por él escogido. En importante señalar que el resumen de reconcentrados en la ciudad de Sancti Spíritus, en diciembre de 1897 asciende a 1 501 mayores de 14 años y 1 716 menores, para un total de 3 217. Sirva como ejemplo que sólo en el barrio San Andrés aparecen reconcentradas 512 personas, alojadas en las calles Gloria, San Telmo, Santa Genoveva, Santa Ursula, San Ignacio, San Eugenio, San Andrés, Santa Brígida, Santa Bárbara, Jesús Nazareno, Nueva, Jesús María, Príncipe, San Alejo, Santa Lucía, San Pedro, Raimundo y Rosario. Llama la atención que en la calle Santa Genoveva se reconcentran 65 personas y en Santa Ursula 90. En esta calle en el número 10, aparecen 37 personas reconcentradas, y en el 26, se registran 32. No obstante, todo ello, las fuerzas cubanas en este territorio se mantuvieron activas, en pie de lucha y contribuyeron al fracaso de Weyler en su empeño de acabar con la revolución.

La campaña de La Reforma, que tuvo por escenario parte del territorio espirituano se extendió hasta principios de 1898 y significó un duro golpe para el poder español. La forma en que Gómez concibió la misma llevó al aniquilamiento de las fuerzas españolas; las que se vieron sometidas al hostigamiento constante, largas marchas y contramarchas, los rigores del clima: sol, lluvia, plagas de insectos, etc. apenas se les permitía descansar y se les obligaba a pernoctar en lugares donde no podían reparar el sueño, o se les tiroteaba durante toda la noche. Como consecuencia de todo ello se afectó grandemente su capacidad combativa, víctimas del cansancio, el clima y las enfermedades. Ello obligó al mando español en el período 1897-1898 a tener que aumentar grandemente el número de camas en sus hospitales y clínicas; en el territorio espirituano se incrementaron 2 850 camas con relación al período 1895-1896

Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana

Honorato del Castillo Cancio, líder indiscutido del naciente movimiento independentista de 1868 en Sancti Spíritus.

Las proposiciones españolas y sus reclamos a las fuerzas cubanas para enfrentar a los norteamericanos, la posición de los cubanos es de continuar ahora más que nunca la guerra contra España. Es por eso que entre los meses de abril y junio de 1898 se producen en el territorio diferentes acciones. Las fuerzas del Cuartel General de Máximo Gómez atacan una columna española en La Herradura, mientras que la infantería le hace fuego al pasar el río Jatibonico, el día 2 de mayo; fuerzas del regimiento de infantería Serafín Sánchez de la Brigada de Sancti Spíritus, unido a fuerzas del Cuartel General de la Primera División, baten al enemigo en el camino de Pelayo a Covadonga y hostilizan los poblados de Sancti Spíritus, Arroyo Blanco, Cabaiguán y El Jíbaro, así como los fuertes de Pelayo y Covadonga.

El 2 de julio de 1898 llega por Palo Alto una valiosa expedición por el general Emilio Núñez con abundantes pertrechos de guerra, municiones y víveres. El 19 de julio de este año se produce el ataque y toma del poblado de El Jíbaro por el jefe de Primera División, general José Miguel Gómez, con fuerzas de la Primera y Tercera Brigadas de Sancti Spíritus y Trinidad respectivamente, al mando de sus jefes, coroneles, José Joaquín Sánchez y Juan Bravo. En esta acción participa También el escuadrón de caballería del ejército norteamericano, a las órdenes del teniente C. P. Johnson. Tras un fuerte combate de más de una hora, el enemigo se rinde e iza bandera de parlamento. Se ocupaba así, una importante y fortificada plaza española. Con gran entusiasmo se arrió la bandera española y fue izada la cubana, bajo gritos de ¡Viva Cuba y Máximo Gómez!.

Días más tarde, el 27 de julio de 1898, se produce el ataque y toma del poblado fortificado de Arroyo Blanco, plaza más importante del poder español entre la Trocha y la ciudad de Sancti Spíritus. El 12 de agosto de 1898 se declara el cese de las hostilidades entre España y Estados Unidos, que en la práctica pone fin a la Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana. El general Máximo Gómez, que desde el mes de agosto de 1898, se había mantenido acampado en el central Narcisa y otros territorios del norte villareño, ya había expresado su inconformidad con el proceder norteamericano; ahora, tras conocer la firma del Tratado de París, la forma en que éste se había efectuado, así como sus acuerdos, consideró necesario dejar clara su posición al respecto, lo cual hace a través de su conocida Proclama de Narcisa , el 29 de diciembre de 1898.

La guerra significó para el territorio espirituano, entre otras cosas, la pérdida de su riqueza agrícola, azucarera y ganadera; la interrupción de sus actividades comerciales y la destrucción de sus vías de comunicación; el empobrecimiento de su población, sobre todo campesina y el exterminio de cerca de 7 mil personas, fundamentalmente civiles, como consecuencia del hambre, la miseria y las enfermedades derivadas de la salvaje política de la reconcentración y los efectos de la propia guerra.

Ocupación norteamericana

Serafín Sánchez, nativo de Sancti Spíritus y uno de los principales líderes del movimiento revolucionario en la región central de Cuba.

El ejército norteamericano se hizo velozmente del control en las principales ciudades y poblados cabeceras. A las doce meridiano del 30 de noviembre de 1898, se efectuaba la evacuación de las tropas españolas[14] en la ciudad de Sancti Spíritus y hacia el 12 de diciembre hacían su entrada las fuerzas intervencionistas al mando del capitán H. Hanna. Componían estas fuerzas, 6 compañías de voluntarios de Tennessee, una brigada de transporte con avituallamiento y abundante material de guerra; funcionarios civiles, capellanes y algunos educadores.

Inmediatamente, los intervencionistas se dieron a la tarea de organizar el gobierno a sus intereses. Conformaron, en la ciudad de Sancti Spíritus, el primer ayuntamiento Santiago García Cañizares, médico y constituyente en Jimaguayú, y un grupo de profesionales, comerciantes e industriales; entre los que se encontraban Joaquín Torralbas, Fernando Cancio Madrigal, Evaristo Tabeada, Cesáreo Cancio, Ceferino Valdivia, Pío Iznaga, Florencio Méndez. El 10 de enero de 1899 el doctor Santiago García Cañizares tomó posesión de su cargo de alcalde, sustituía al Lic. Manuel de Castro Marín. Los investidos fueron obligados a firmar un juramento de fidelidad en español e inglés, donde expresaban ser fieles y guardar obediencia a los Estados Unidos.

Se licenció en Sancti Spíritus, el regimiento Castillo compuesto de 200 hombres que llegó con este fin a esta ciudad el 27 de noviembre de 1899 recibiendo cada uno de sus miembros 75 pesos. Otras fuerzas licenciadas fueron el regimiento Serafín Sánchez, las guerrillas de Agramonte y Cervantes, también la escolta de la brigada de Sancti Spíritus y la escolta y la banda de la primera división del Cuarto Cuerpo del General José Miguel Gómez. Se licenciaron 985 miembros. Los mambises recién licenciados se ven forzados a pedir prácticamente limosna y, una gran mayoría, los ayuntamientos los emplearon en la limpieza de calles y letrinas. Se cuenta, solo en la ciudad espirituana, alrededor de 800 desvalidos, por lo que el alcalde García Cañizares decreta el autorizo a las personas a ejercer la mendicidad, previa aprobación de la alcaldía.

El 24 de diciembre de 1899, el gobernador militar de la Isla, Leonard Wood, nombra a los nuevos alcaldes municipales de Sancti Spíritus fueron: Alcalde, Tomás Pina Gómez; primer teniente alcalde, don Andrés de Valdivia Betancourt; y segundo teniente alcalde, Félix Mendigutía Madrigal. Los intervencionistas cometieron actos inmorales de todo tipo, se hacían negocios turbios; los soldados y marinos vivían permanentemente ebrios. Los jefes militares eran odiados por el pueblo por lo que en múltiple ocasiones la población castigó las insolencias de los gringos. El 16 de julio de 1900 las tropas de ocupación abandonan la ciudad de Sancti Spíritus pero antes celebraron elecciones para elegir un alcalde, un tesorero, un juez y los concejales del ayuntamiento. En comunicación al alcalde municipal de Sancti Spíritus, del 29 de julio de 1900, el general José Miguel Gómez le hace saber que debe acatar los intereses del gobierno militar de Estados Unidos. Entre los siete delegados a la Asamblea Constituyente Cubana elegidos por la provincia de Santa Clara, tres correspondían al término municipal de Sancti Spíritus: José Miguel Gómez quien alcanzó la mayor cantidad de votos, los otros fueron Pedro González Llorente y José L. Robau.

Etapa neocolonial

En los primeros años de establecida la República de Cuba la situación de la sociedad espirituana en cuanto a su vida político-social era parecida o peor a la etapa colonial. Las primeras décadas se caracterizaron por el mantenimiento de las estructuras coloniales. Pero también se dieron pasos y se trazaron proyectos, generalmente con fines políticos de los presidentes de turno, para mejorar la vida de la ciudad y del municipio en general. En el año 1912 se hizo realidad la construcción de un puente de hierro sobre el río Zaza.

Sociedad y economía

El 28 de febrero de 1902 se inaugura el chucho del ferrocarril central, logra Cabaiguán su primera vía de comunicación eficiente, por lo que comenzaron a realizarse embarques directos a La Habana, propiciando un desarrollo agrícola y urbano. Ya en 1902 se inscriben como de servicio público las líneas particulares del central Narcisa y en años posteriores se amplían desde la playa Santa Catalina hasta Jobo Rosado, Meneses y la playa Boffil. Sancti Spíritus, en la época de 1917, era una ciudad en completo estado de abandono. Estaba aislada, prácticamente incomunicada; los caminos que daban acceso eran muy malos y en la temporada de las lluvias se ponían intransitables. El 22 de enero de 1924 Luis Villanueva, propietario de varios automóviles Ford da inicio a lo que se puede considerar la primera empresa de transporte o de agencia turística. El precio para visitar en excursión a Trinidad era de cinco pesos ida y vuelta, el viaje duraba ocho largas horas.

La industria azucarera continúo siendo el sector más importante del municipio espirituano, el cual recibió, durante el primer cuarto de siglo y años posteriores, un fuerte impulso con la penetración del capital norteamericano que controla los ferrocarriles y grandes áreas para el cultivo de la caña. A partir de 1910, posibilitado por el establecimiento definitivo del ferrocarril central unido a la construcción de caminos, se facilita la emigración de españoles, canarios, pinareños (vuelta bajeros) en el territorio, los cuales se dedicaban en lo esencial al cultivo del tabaco y de la caña de azúcar. Por otra parte, gran número de trabajadores asalariados procedentes de las zonas pobladas cercanas, también son atraídos hacia este lugar.

Otro de los cultivos fuertes de la economía en esta región los constituyó el cultivo del tabaco. Con el inicio de la República llegaron a Sancti Spíritus numerosos cultivadores de Canarias, los cuales fomentaron vegas en Guayos, Cabaiguán, Neiva, Santa Lucía, Macaguabo, Guasimal, Bijabo, Manacas, Taguasco y Zaza del Medio. En El Jíbaro, comienza a desarrollarse nuevo renglón económico: la explotación del Palo Tinta. Aunque se hacía desde épocas bastantes remotas, no es hasta inicios del siglo XX en que este lucrativo negocio va a tomar gran auge.

El comercio alcanza un desarrollo amplio demostrado por la apertura de gran cantidad de establecimientos dedicados al giro de tejidos, ferretería, tiendas mixtas, entre otras. En los principales pueblos se erigió una fuerte red de tiendas mixtas. Se abrieron las primeras boticas; donde los boticarios, en ausencia del médico, vendían o indicaban las medicinas que consideraban podían mejorar el mal de los enfermos. Entre 1910 y 1920 aparecieron otros servicios como panaderías, barberías, teléfonos público, café, bares y cantinas. Entre 1898 y 1925 las sucursales de los bancos que se establecieron en Sancti Spíritus.

Educación y deporte

La educación comenzó en los principales poblados hacia la segunda década. En Taguasco y Zaza se conoce que comenzó la escuela pública entre 1915 y 1916. En Tuinucú la primera escuela que se conoce antes de construir el local que ocupó la escuela, funcionó en la Sociedad de Instrucción y Recreo allá por el año 1916. En Fomento, en los primeros años de la década de 1920 existieron dos escuelas públicas, una con aproximadamente 5 aulas y otra solamente con una. Existió una academia para jóvenes de raza blanca creada por Baldomero Suárez. Hubo también un colegio católico establecido por las monjas Dominicas, algunas de ellas de nacionalidad mexicana, en la que solo se admitían niños de familias acomodadas. El desarrollo deportivo era escaso, no se contaba con una infraestructura deportiva. El 20 de diciembre de 1908 se publicó el primer número de la Revista Hero, dirigida por el poeta espirituano Anastasio Fernández Morera del Castillo, fue representativa de la expresión más alta de la cultura en Sancti Spíritus durante el primer tercio del siglo.

Luchas por el poder

El 16 de agosto de 1906 se produce en la finca Los Olivos el primer alzamiento liberal por seguidores de José Miguel Gómez. Dos días más tarde es de conocimiento público a través de la prensa el alzamiento en El Caney. Entre el 20 y el 22 de agosto las tropas estradistas se mantuvieron en Sancti Spíritus con patrullas nocturnas, armado como una plaza sitiada. El 21 de agosto el alcalde renuncia y toma el cargo Judas Martínez Moles. Renuncia también el jefe de policías, el tesorero y otros funcionarios del gobierno. La subida de Judas, agudiza el conflicto, debido al marcado carácter liberal de la población espirituana. Entre las figuras insurrectas estaban Santiago García Cañizares, Tello Sánchez, Juan Velazco, Tomás Alpízar, Raimundo Sánchez, Indalecio Salas y Ruperto Pina.

Sistemáticamente sucedían hechos relacionados con rivalidades políticas y personales. El 25 de mayo de 1915 el cienfueguero Joaquín Meruelos, hiere de muerte al alcalde de la ciudad Judas Martínez Moles. Durante la Guerrita de la Chambelona en 1917, enfrentamiento producido como consecuencia del intento de reelección del entonces presidente Mayor General Mario García Menocal al cual se opusieron los seguidores y principales figuras del Partido Liberal, la región fue terreno de constantes movimientos militares, tanto por parte de los insurgentes cómo por el ejército. El poblado de Taguasco fue zona de tránsito para las fuerzas de ambos bandos en contienda. A inicios de la guerra transitó por este poblado la columna de Collazo, quien marchaba al encuentro con insurgentes subordinados al General José Miguel Gómez. Mientras que en Tres Guanos se alzó Demetrio Barrios Gil contra la reelección presidencial. En febrero de 1917 se produce un encuentro armado en Bamburanao, las fuerzas insurgente estaban comandadas por el liberal Enrique Quiñones al frente de casi mil hombres y ocasionaron varias bajas al ejército regular, hubo otra escaramuza en Ojo de Agua, sabotearon una locomotora del central Victoria y en Meneses atacaron al cuartel de la Guardia Rural.

El 15 de febrero de 1917 el comandante Luis Solano, espirituano al mando de 900 hombres se apodera de Sancti Spíritus, siendo derrotadas las fuerzas menocalistas. Dos días después la abandona quedando la ciudad sin autoridades, ni vigilancia, lo cual originó saqueos. Los vecinos se reúnen y designan a Vicente Castayo y Enrique Pina para que se pongan al frente de la ciudad. El 19 de febrero las tropas de Collazo con 600 hombres entran a la ciudad a la una de la madrugada y ocupan la Cárcel y el cuartel.

Ocupación norteamericana

Cuando a finales de 1898, en las principales ciudades y poblados de la región central, como sucedería en toda Cuba, se efectuaba la evacuación de las tropas española y en los ayuntamientos se bajaba el pendón español para izar otra bandera extranjera; las fuerzas vencidas dejaban, en manos de sus adversarios, una zona prácticamente en ruinas.

El testimonio más evidente de la situación de la comarca, lo daría, ya desde 1896, José Miró Argente, durante el paso de la invasión:[5]

(...) No quedaría un sólo rumiante de tantos miles cómo allí pastaban, ni un solo caballo, ni una sola cría, ¡Ni vestigio de tanta abundancia y fecundidad!, Todo estaría devorado: Únicamente la tierra (...).

Producto de la guerra; la riqueza pecuaria, otrora cualidad de la zona, estaba liquidada. Los campos arrasados, alrededor de 343 fincas se encontraban en estado de abandono, 392 en reconstrucción y solo 157 estaban en producción. Productos de primera necesidad, como la carne y la leche, escaseaba; era difícil encontrar animales de trabajo o de cría,[6]; el comercio estaba paralizado y las pocas manufacturas que existían habían cerrado. Los principales accesos, puentes, caminos y vías férreas se hallaban destruidos. La situación no difería en otras comarcas de la región central. En El Jíbaro.[7] Varios partes oficiales hablan de la crisis de varias fincas como El Cedro, Quemados Nuevos, La Quinta, El Sigual, entre otras.

Durante los primeros días, sin una institución legal que constriñera la conducta humana, reina en los principales pueblos y caseríos la anarquía y el saqueo, producto del hambre y las calamidades de la población civil.

El ejército norteamericano se hizo velozmente del control en las principales ciudades y poblados cabeceras. A las doce meridiano del 30 de noviembre de 1898, se efectuaba la evacuación de las tropas españolas[8] en la ciudad de Sancti Spíritus y hacia el 12 de diciembre hacían su entrada las fuerzas intervencionistas al mando del capitán H. Hanna. Componían estas fuerzas, 6 compañías de voluntarios de Tennessee, una brigada de transporte con avituallamiento y abundante material de guerra; funcionarios civiles, capellanes y algunos educadores.

El 1º de enero de 1899, Estados Unidos entraba formalmente en posesión de Cuba. Se materializaba así una antigua ambición. Se trataba ahora de definir el futuro de Cuba, y cualquiera que este fuese, el gobierno de Washington consideraba conveniente la desaparición de las instituciones representativas del movimiento libertador cubano.

Inmediatamente, los intervencionistas se dieron a la tarea de organizar el gobierno a sus intereses. Conformaron, en la ciudad de Sancti Spíritus, el primer ayuntamiento Santiago García Cañizares, médico y constituyente en Jimaguayú, y un grupo de profesionales, comerciantes e industriales; entre los que se encontraban Joaquín Torralbas, Fernando Cancio Madrigal, Evaristo Tabeada, Cesáreo Cancio, Ceferino Valdivia, Pío Iznaga, Florencio Méndez. El 10 de enero de 1899 el doctor Santiago García Cañizares tomó posesión de su cargo de alcalde, sustituía al Lic. Manuel de Castro Marín. Los investidos fueron obligados a firmar un juramento de fidelidad en español e inglés, donde expresaban ser fieles y guardar obediencia a los Estados Unidos.

En marzo de 1899, los voluntarios de Tennessee fueron sustituidos por tropas de voluntarios de Ohio, dirigidos por el Comandante Stanberry. Estas tropas ignoraron por completo a las autoridades y cometieron abusos contra la población: extorsión a los comerciantes, el no cumplir con el pago de las cuentas en los comercios y la falta de respeto. El capitán Freemont no se dignaba a contestar la correspondencia oficial que se mantenía entre él y el alcalde Santiago García Cañizares, lo cual provocó la protesta de este ante el Gobernador del departamento del centro General Wilson[9].

El 6 de junio de 1899, el brigadier José J. Sánchez informó al pueblo que por orden del general de división José Miguel Gómez, a partir del 27 de junio próximo se procedería al licenciamiento de los miembros del ejército Libertador, perteneciente a la Brigada de Sancti Spíritus.

Se licenció en Sancti Spíritus, el regimiento Castillo compuesto de 200 hombres que llegó con este fin a esta ciudad el 27 de noviembre de 1899 recibiendo cada uno de sus miembros 75 pesos. Se abrieron 3 oficinas para el licenciamiento de los regimientos de caballerías Honorato del Castillo, Martí y Máximo Gómez, a cargo de los tenientes Ramón Solano, Irene Cervantes y Rafael Sorí. Otras fuerzas licenciadas fueron el regimiento Serafín Sánchez, las guerrillas de Agramonte y Cervantes, también la escolta de la brigada de Sancti Spíritus y la escolta y la banda de la primera división del Cuarto Cuerpo del General José Miguel Gómez. Se licenciaron 985 miembros.

Los mambises recién licenciados se ven forzados a pedir prácticamente limosna y, una gran mayoría, los ayuntamientos los emplearon en la limpieza de calles y letrinas[10]. Se cuenta, solo en la ciudad espirituana, alrededor de 800 desvalidos, por lo que el alcalde García Cañizares decreta el autorizo a las personas a ejercer la mendicidad, previa aprobación de la alcaldía[11].

Debido a la deficiente atención médica y a la falta de higiene, proliferan la epidemias; varias enfermedades como la hidrofobia, la anemia y las fiebres infecciosas, causan estragos entre los sectores más vulnerables de la población. La situación era extraordinariamente crítica en poblados como Cabaiguán, donde las calles se encontraban intransitables por los pantanos existentes, la acumulación de basura en los portales de las tiendas y comercios, los huesos humanos prácticamente al descubierto en los cementerios, cadáveres de animales envenenados por doquier y la carencia de agua potable.

Las fuerzas norteamericanas también son seriamente afectadas por estos males, por lo que las autoridades se ven obligadas a tomar medidas rápidamente. En los principales términos municipales se crean las juntas de sanidad, con la misión de amortiguar las secuelas de las epidemias, fundamentalmente la fiebre amarrilla. El 24 de diciembre de 1899, el gobernador militar de la Isla, Leonard Wood, nombra a los nuevos alcaldes municipales. Los nombrados en Sancti Spíritus fueron: Alcalde, Tomás Pina Gómez; primer teniente alcalde, don Andrés de Valdivia Betancourt; y segundo teniente alcalde, Félix Mendigutía Madrigal[11].

Los intervencionistas cometieron actos inmorales de todo tipo, se hacían negocios turbios; los soldados y marinos vivían permanentemente ebrios. Los jefes militares eran odiados por el pueblo por lo que en múltiple ocasiones la población castigó las insolencias de los gringos. No convenía pues causar problemas en uno de los más importantes territorios del país ocupado, por lo que en septiembre de 1900, con el pretexto de tratar lo relacionado con una Casa de Mercado, el propio gobernador Leonardo Word informara al alcalde de una posible visita suya[12].

El 16 de julio de 1900 las tropas de ocupación abandonan la ciudad de Sancti Spíritus pero antes celebraron elecciones para elegir un alcalde, un tesorero, un juez y los concejales del ayuntamiento. En comunicación al alcalde municipal de Sancti Spíritus, del 29 de julio de 1900, el general José Miguel Gómez le hace saber que debe acatar los intereses del gobierno militar de Estados Unidos. El 9 de septiembre de 1900 el Comité del Partido Republicano en Sancti Spíritus, cuyo presidente era el doctor Rafael García Cañizares celebró un mitin en la plaza Serafín Sánchez. Entre los siete delegados elegidos por la provincia de Santa Clara, tres correspondían al término municipal de Sancti Spíritus: José Miguel Gómez quien alcanzó la mayor cantidad de votos, los otros fueron Pedro González Llorente y José L. Robau.

La Constituyente tenía como tareas redactar la constitución y establecer las relaciones con los Estados Unidos. Algunos patriotas cubanos, como Juan Gualberto Gómez y Salvador Cisneros Betancourt, miembros de la Asamblea Constituyente, declararon valiente y razonadamente su oposición a la enmienda, denunciando que Cuba sería un país seudo independiente, atado al dominio imperialista. La Enmienda Platt se convertiría en el tema principal en todos los lugares. El pueblo expresó de manera enérgica su repulsa en mítines, manifestaciones de calles y actos públicos. En Sancti Spíritus, en el Teatro Principal, una multitud se reunió para levantar su voz contra la Enmienda Platt, Judas Martínez Moles pronunció un manifiesto en su contra y luego salieron en manifestación por nuestras calles exigiendo la derogación del engendro norteamericano que menoscababa nuestra libertad y soberanía. En 1901 se ejecutan las obras para la construcción del ferrocarril, esto atrajo al territorio la entrada de nuevo inmigrantes, fundamentalmente de Islas Canarias y de otras regiones del país. Producto a la construcción del ferrocarril central, varios poblados resurgen en sus predios originales; otros se crean a lo largo de la vía. Pueblos, como Zaza, atravesados por la línea férrea van a convertirse en puntos intermedios entre las zonas norte y sur de la región.

En 1899, fueron constituidos los gremios de panaderos, albañiles y carpinteros, los cuales pretendieron crear una liga obrera. Por esta época se desarrolló la primera huelga de los panaderos por mejoras salariales. El 27 de enero de 1901 el gobierno interventor americano liquida la existencia de los gremios obreros en Sancti Spíritus, y ordena una convocatoria obrera para crear una supuesta Liga General Obrera[13]. En junio de ese año se desarrolló en Sancti Spíritus una huelga por los trabajadores de la escogida de Domingo León, quien pretendía trasladar la escogida para Placetas, lo que significaba el desempleo de los obreros que esta trabajaban. En vísperas de inaugurarse la república, el 19 de mayo de 1902, se desarrolló otra huelga, esta vez protagonizada por los cortadores de caña del ingenio Natividad, los cuales demandaban el aumento de los jornales.

Entre 1925 y la caída de Machado

En 1925 el territorio que abarca la actual provincia de Sancti Spíritus estaba formado por los términos municipales de Sancti Spíritus ―que era el mayor y comprendía los actuales territorios de La Sierpe, Taguasco, Cabaiguán y parte de Yaguajay, Jatibonico, que pertenecía a Camagüey, Trinidad y Yaguajay. El 3 de abril de 1926 fue creado el municipio de Cabaiguán con los barrios de Neiva, Pedro Barba y Santa Lucía, segregados a Sancti Spíritus y el 22 de diciembre de 1933 fue creado el término municipal de Fomento por el decreto ley # 3345 con los barrios de Fomento, General Lino Pérez (Güinía de Miranda) y Jíquima, segregados a Trinidad. Los renglones económicos principales del territorio eran la producción azucarera, ganadera, tabacalera y cafetalera en la región del Escambray. Básicamente era una zona agropecuaria, Sancti Spíritus, ocupaba el quinto lugar en el país en cuanto a fuentes de ingresos provenientes de dicho sector.

La clase obrera local experimentó un ascenso organizativo a partir de 1925, y muy particularmente desde 1929. Entre los años 1925 y 1933 el pueblo espirituano se sumó al movimiento nacional contra la tiranía Machadista. El pueblo se incorporó al movimiento insurreccional que encabezado por los nacionalistas, menocalistas, marianistas y otros sectores de la oposición burguesa, se inició en agosto de 1931. El 9 de agosto se produjo un enfrentamiento en la Finca el Guajen, perteneciente al municipio de Sancti Spíritus, entre los alzados comandados por el coronel Gabino Gálvez y las fuerzas del gobierno al mando del teniente Blanco. El resultado de la acción fue de dos muertos y varios heridos en el campo de los sublevados. Días después, el 13 del propio mes en Tunas de Zaza se produjo un encuentro entre los alzados dirigidos por Antonio Dalmau, jefe de los nacionalistas locales, que trataron de tomar la Aduana y el Correo y las Fuerzas Gubernamentales. La acción fracasó con el saldo de dos muertos y un herido en el campo opositor.

La heterogeneidad y los métodos bandidescos empleados por algunos hicieron necesaria una reunión de los distintos jefes, para darle alguna organización al movimiento insurreccional a la zona. Esta se efectuó en Pozo Colorado, donde se decidió que todos quedarían bajo la dirección de Juan Blas Hernández, aunque conservaban sus autonomías, jefaturas y zonas de operaciones, éstas últimas muy cambiantes, debido a la hostilidad del ejército y la guardia rural, que fueron reforzados con tres tercios tácticos enviados desde Matanzas. Los alzados recibieron el apoyo de la población campesina y también de algunas fuerzas políticas como las células del Partido Comunista recién creadas, pero al producirse el fracaso revolucionario a nivel nacional, en la localidad se fue debilitando este movimiento, se iniciaron las presentaciones y muchos abandonaron la lucha, no obstante entre 100 y 150 hombres al mando de Juan Blas Hernández se mantuvieron alzados operando en el territorio mencionado.

El 15 de mayo de 1933, en las primeras horas del día, fue tomado el poblado de Taguasco por una fuerza de los alzados al mando del Comandante Oquendo. En agosto de 1933 los espirituanos secundaron la gran huelga general revolucionaria que puso fin al machadato. En la tarde del 12 de agosto llegó la noticia de la caída de Machado a la ciudad de Sancti Spíritus. En la tarde del día 13 se organizó el recibimiento a los alzados que se mantuvieron sobre las armas hasta ese momento, fueron 10 ó 12 hombres de ideología y filiación política heterogénea. Al día siguiente el Alcalde Eloy Jiménez realizó una locución en la que recomendó al pueblo volver al trabajo y cumplir con las disposiciones del nuevo gobierno, en ese momento el ayuntamiento estaba integrado por 21 Concejales, 9 del Partido Conservador, 6 del Liberal y 6 del Popular. El gran movimiento popular que derrocó a Machado no culminó con este hecho, en muchos sectores laborales continuaron las huelgas como prolongación de la huelga general de agosto de 1933. Fue significativa la del Central Tuinucú y sus colonias que se extendió por más de 40 días y mediante lo cual los obreros lograron la reducción de la jornada laboral.

Caída de Machado y 1940

A la caída de Machado tomó un gran auge el proceso de creación de organizaciones sindicales en todo el territorio:

  • En La Sierpe se constituyeron a fines de 1933 las primeras organizaciones obreras en el sector azucarero, pero aún con carácter general. La más importante fue el gremio de trabajadores del Ingenio Natividad y sus colonias. En 1934 se organizaron los sindicatos azucareros de los centrales Natividad y Mapos.[14]
  • En Taguasco se creó a fines de 1933 un Comité Organizador que recorrió varias zonas rurales del barrio para dejar organizadas directivas sindicales y logró crear una directiva regional para coordinar el trabajo de los locales.
  • En Sancti Spíritus se constituyeron los sindicatos de los empleados de los ómnibus de La Flecha de Oso, de obreros del ramo, de la construcción, de obreros y empleados de la Fábrica Nestlé, etc.
  • Significativa la constitución hacia 1938 de la federación Regional de Trabajadores que logró agrupar a un gran número de sindicatos de Sancti Spíritus, Zaza, Guayos y Taguasco.
  • En La Sierpe el Gremio de trabajadores del Ingenio Natividad y sus Colonias se transformó en 1939 en Sindicato y fue derrotada su directiva pro-patronal. La nueva dirección del sindicato dirigió con éxito la huelga de los obreros de dicho en este año.
  • En Taguasco se reorganizaron los Sindicatos existentes y en 1940 se constituyó el Sindicato Agrícola del barrio del mismo nombre.
  • Punto culminante de este proceso fue la constitución de la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC) en enero de 1939. A mediados de este año el Partido Comunista de Sancti Spíritus convocó a un acto de masas frente a la Iglesia Mayor para pedir el reconocimiento jurídico de la central sindical, al mismo asistió José Felipe Carneado en representación de la Dirección Nacional del Partido.

De 1936 a 1939 en el territorio espirituano se crearon comités de ayuda al pueblo español, los que tuvieron a su cargo la recaudación de dinero, alimentos, medicinas, tabaco, ropas, etc., que fueron enviados a España. Se realizaron actos públicos de condena al fascismo y en solidaridad con el pueblo español. Varios espirituanos integraron las Brigadas Internacionales y fueron a combatir en defensa de la República Española, entre ellos se destacaron Sebastián Viciado Pérez, Ibrahim Lazo Bermúdez, Emilio Prieto, Francisco Felipe Rojas, Carlos Cañizares Cabrera y Juan Landela Valdivia.

De 1932 a 1943 se efectuaron un grupo de obras de especial significación para todas las esferas de la vida, se destacan las carreteras de Trinidad a Sancti Spíritus y la de El Jíbaro a esta ciudad que se inició en 1935, promovida por la burguesía local que tenía interés en la apartada zona. Bajo el breve gobierno de Miguel Mariano Gómez se le dio un gran impulso, debido a los fondos que el mandatario destinó a la misma, no obstante en 1938 se detuvo su construcción y no se reanudó hasta la década del 40 en que se terminó. En 1935 se inauguró en la ciudad de Sancti Spíritus la fábrica de derivados de la leche Nela, la que en la década del 40 producía también leche condensada. En 1938 la Compañía Nacional de Alimentos, construyó la fábrica de leche condensada Nestlé con capital suizo. Se construyeron varios caminos, calles, parques y puentes en diferentes lugares.

Por Sancti Spíritus fueron candidatos a delegados a la Asamblea Constituyente el Dr. Félix García Roríguez de Acción Republicana, Dr. Manuel Orizondo, por Demócrata Republicano, Dr. Aurelio Fernández por el Partido Nacional Revolucionario (Realista), Ingeniero José A. Mendigutíapor el Liberal y Francisco Alomá por Unión Nacionalista, de estos fueron electos para participar en la misma Félix García Rodríguez, que sustituyó a Miguel Mariano Gómez, Manuel Orizondo y José A. Mendigutía, los que representaban a los sectores pendientes de la sociedad espirituana.

Política y economía entre 1940-1952

De 1940 a 1952 el país se vio inmerso, en el plano político en el período de los llamados gobiernos constitucionales y se efectuaron elecciones para determinar las autoridades locales en 1940, 1944, 1946 y 1950. De forma general en el territorio espirituano hubo un predominio de los partidos que transformaron a nivel de país en los distintos períodos, coalición socialista democrática de 1940-1944 y alianza auténtico-republicana de 1944 a 1952. Es significativo el hecho que el partido comunista bajo las denominaciones de Unión Revolucionaria Comunista de 1939 a 1944 y Partido Socialista Popular21. [15] de 1944 hasta 1952, logró sacar concejales en el municipio espirituano, como mismo paso en los demás municipios que luego conformarían a la actual provincia de Sancti Spíritus.

A inicios de la década del 30 en Sancti Spíritus la población era de 85 583 habitantes. En 1943 esa cifra había aumentado en casi 20 000 habitantes para montarse en 104 578. La densidad poblacional del municipio en ese territorio era de 36,32. Con respecto a la población electoral Sancti Spíritus llegó a ocupar en 1943 el tercer lugar en la provincia de Las Villas en cuanto a porciento de electores. Este dato permite inferir la importancia que los políticos le concedían para sus intereses. En el plano político tuvieron connotación nacional los sucesos del 8 de mayo de 1942, acaecidos en la villa espirituana. Ese día se efectuó un acto político en los altos del ayuntamiento con la presencia de dirigente obrero y traidor al Partido Comunista Sandalio Junco. La actividad terminó con el enfrentamiento de varias fuerzas políticas en una gran balacera, con el saldo de 3 muertos y varios heridos. En la acción perdieron la vida el mencionado personaje y dos espirituanos José M. Martín y Evangelino Borroto. El día 16 de mayo el Partido Unión Revolucionario Comunista realizó unas declaraciones públicas en la que expone su posición ante dichos sucesos.

De 1940 a 1952 se produjo una reanimación económica en el territorio. En el principal sector productivo, el azucarero, se introdujeron cambios tecnológicos en varios centrales y en muchos se construyeron plantas destiladoras y procesadoras de los derivados de la producción principal. Sin embargo los resultados productivos tuvieron altibajos en la mayoría de ellos. El 10 de marzo de 1952 se produjo en Cuba un golpe de estado llevado a cabo por el General Fulgencio Batista y Zaldívar. La aplicación de las recomendaciones del Plan Truslow y en general la política económica del Batistato, se manifestaron de una u otra forma, en las distintas esferas de la economía espirituana en la etapa de 1952 a 1958. La economía de la actual provincia estaba basada en la agricultura, la que daba empleo al 60,8 % de la población económicamente activa. Los principales cultivos de estos territorios eran la caña de azúcar, el tabaco, el arroz, el tomate, el pepino, el café y algunos frutos menores. También la economía espirituana contaba con algunas industrias entre las que se destacaban los centrales azucareros, la industria láctea, la tabacalera, refinería de petróleo, industria de conserva y otras producciones manufactureras. La ganadería ocupó además un lugar importante, además de la minería, la construcción, el comercio y los servicios representados por una gran cantidad de medios y pequeños establecimientos.

Las luchas

Desde fine del 1920 el modelo neocolonial impusto por los Estados Unidos a Cuba comenzó a manifestar sus limitaciones y a partir de 1934 cayó en una crisis que se extendió hasta el triunfo revolucionario en enero de 1959. En 1930 se funda en Sancti Spíritus el primer Partido Marxista-Leninista[16], como consecuencia de este importante acontecimiento, surgen diversas organizaciones comunistas: La Liga Antiimperialista, La Hermandad de Jóvenes Cubanos y otras. Se incrementa la lucha obrera en Sancti Spiritus, Taguasco, Zaza del Medio, Tuinucú, lideradas por el dirigente obrero y comunista Armando Acosta Cordero. La lucha de los tabaqueros de Cabaiguán y Fomento, las de los obreros azucareros de Jatibonico, Mapos, Natividad, los obreros y comunistas de Yaguajay bajo la dirección de Félix Torres González, van a ser antológicas. La huelga tabacalera de 1951 y la azucarera de 1955, de trascendencia nacional, abarcaron varios territorios espirituanos, en las que se entabló una violenta lucha contra el ejército y la policía.

Las luchas obreras, campesinas y estudiantiles se fortalecerían con la presencia aquí de dirigentes de la talla de Jesús Menéndez Larrondo, Lázaro Peña González, Juan Marinello Vidaurreta, Blas Roca Carderío, entre otros. La situación económica y política de Cuba y de los territorios que formaban la actual provincia de Sancti Spíritus en la etapa de 1952 a 1958, expresa con claridad las consecuencias del Golpe de Estado del 10 de marzo de 1952. La política aplicada por Fulgencio Batista estuvo dirigida a satisfacer los intereses de los grupos oligárquicos nacionales y del capital norteamericano, a traves de mecanismos que favorecieron las inversiones yanquis en determinadas esferas de la economía cubana.

En los asaltos a los cuarteles Guillermon Moncada y Carlos Manuel de Céspedes21.[17], el 26-07-1953-1953, tres espirituanos integraron los combatientes que participaron en esa gesta: Reeberto Abad Alemán Rodríguez, nacido en Guayos, municipio de Cabaiguán, quien fuera asesinado después de la acción, Antonio Darío López García, posteriormente sería también uno de los 82 expedicionarios del Granma, nació en Jatibonico y Ricardo Santana Martínez, oriundo del municipio de Fomento. Después del asalto al Cuartel Moncada surgieron las primeras células clandestinas del Movimiento Revolucionario 26 de julio (MR 26/7) en Sancti Spíritus, que se extendieron por el resto de los municipios, donde se destaco el papel del expedicionario del Granma Faustino Pérez Hernández. En la región, la constitución de las células del MR-26-7 tuvo lugar entre los meses de julio-noviembre de 1955. Esta organización jugó un importante papel Faustino y su hermano Carlos.

Por otra parte el Partido socialista Popular (PSP) al frente del movimiento sindical, continuó desarrollando una incansable lucha contra el mujalismo, por las mejoras económicas, políticas y sociales a favor de la unidad y la organización. Se crearon los comités de defensa para demandas obreras, los que jugaron un papel importe dentro de los sindicatos mujalistas. El directorio Revolucionario 13 de marzo, también contribuyó en esta parte de país, junto al MR-26-7 y el PSP, a la ultima y definitiva independencia y a la libertad nacional de nuestra patria, de ahí que esa organización a partir de la firma de la Carta de México entre Fidel y José Antonio Echeverría y tras los sucesos del ataque al Palacio Presidencial y Radio Reloj en 1957, sus aguerridos combatientes se dieron a la tarea de reiniciar la lucha, ahora con nuevos métodos de combate. En las primeras horas de la noche del 13 de febrero de 1958 arriban triunfantes a las montañas del Escambray el comandante Faure Chomon Mediavilla junto a miembros del DR-13-3, que habían trasportado un importante alijo de armas y pertrechos de guerra, traído en la expedición Yate Escapade procedente de los Estados Unidos que llegó por Nuevitas, Camagüey. El DR se fortaleció y de inmediato se dio a la tareas de llevar a la practica la lucha contra la tiranía y, a la vez, implementar las leyes revolucionarias en los territorios ocupados, la creación de nuevos servicios, comando y unidades de comunicaciones, servicios médicos y de asuntos jurídicos, la construcción de escuelas y armerías, lo que elevó su prestigio y constituyó una firme base para la unidad revolucionaria entre todas las fueras rebeldes.

Después de derrotar a las fuerzas armadas de la tiranía en la ofensiva de verano de mayo a agosto de 1958, lanzada contra la Sierra Maestra, el Ejército Rebelde tomó la iniciativa estratégica y la mantuvo hasta alcanzar la victoria. El comandante en jefe Fidel Castro Ruz, concibió iniciar la ofensiva estratégica y trazó los objetivos políticos y militares a cumplir. Uno de ellos, quizás el más importante, fue el envío de dos columnas invasoras hacia el centro y occidente del país con la finalidad de extender las acciones combativas a todo el territorio nacional y para cumplir esa misión fueron destinadas dos Columnas Invasoras (CI) la CI 8 Ciro Redondo, bajo el mando del comandante Ernesto Che Guevara de la Serna, y la CI 2 Antonio Maceo, que dirigió el comandante Camilo Cienfuegos Gorriarán, quien arribó a Yaguajay, por la zona norte el 7 de octubre, tras múltiples vicisitudes. El contingente dirigido por el Che llegó al Paso del Diez, a nueves kilómetros del actual municipio de La Sierpe, el 12 de octubre de 1958, una vez en territorio espirituano, el Che comprendió la necesidad de crear una base de operaciones que sirviera de apoyo a las acciones combativas, la que quedó establecida en la zona del Pedrero (Fomento) en las alturas de Sancti Spíritus, lugar estratégico ubicado en lugar inaccesible para el enemigo y de fácil defensa para los revolucionarios. Desde aquí podía controlar las principales vías de comunicaciones, tanto al sur como el centro de la provincia, asi como importantes localidades: Sancti Spiritus, Fomento, Guayos y Cabaiguán.

A pesar de la crítica situación de las fuerzas armadas de la tiranía, el Estado Mayor Conjunto, decidió defender a toda costa el territorio villareño. El objetivo fundamental era detener la ofensiva rebelde para mantener el centro y occidente del país y entregárselo posteriormente al presidente electo Andrés Rivero Agüero. El plan contemplaba desarrollar una ofensiva contra las alturas de Sancti Spíritus para destruir la base de operaciones de los rebeldes y retirar las fuerzas y medios de Oriente para trasladarlas vía marítimas hacia la región central, incluso se pensó en la intervención del ejercito de los EE.UU y efectivos de las fuerzas armadas de la República Dominicana, brindadas por el dictador Rafael Leonila Trujillo. En la ofensiva del Pedrero, desarrollada del 30 de noviembre al 4 de diciembre de 1958, el ejército no cumplió sus objetivos, pues sufrió decenas de bajas y perdió armas, municiones y técnica, aunque pudo tomar la iniciativa de elegir el momento y el lugar por donde efectuar el ataque y escoger los itinerarios, no logró la sorpresa táctica. El genio militar del Che y el valor desplegado tanto por sus fuerzas, convirtieron en aplastante derrota lo que fue la última ofensiva del ejército de la tiranía, y sumaron otro importante triunfo a las victorias obtenidas por el Ejército Rebelde, tras el rechazo a la ofensiva de verano en Oriente.

El 28 de diciembre las misiones asignadas por el comandante en jefe Fidel Castro Ruz, a los comandantes Ernesto Che Guevara de la Serna y Camilo Cienfuegos Gorriaran habían sido cumplidas, la isla se encontrabas dividida en dos y la Carretera Central quedó interrumpida por la voladura del puente de Falcón; tanto en la carretera como en el ferrocarril y otros puentes entre Placetas y Sancti Spíritus, se había impedido el paso por tierra del enemigo hacia las provenías orientales.

Las fuerzas de las Columnas 2 y 8, en estrecha colaboración con las del Directorio revolucionario 13 de Marzo y las del Partido Socialista Popular, tenían tomado al cierre del año 1958 a Fomento, Guayos, Cabaiguán, Placetas, Caibarien, Remedios, Sancti Spíritus, Zulueta, Meneses y Yaguajay, que tras diez días de intensos combate, se rindió a las fuerzas del inolvidable comandante Camilo Cienfuegos Gorriarán; igualmente Manicaragua, Báez, así como otros pequeños poblados y todos los centrales azucareros en esas regiones. Además asediaban otras importantes posiciones de la provincia, como Jatibonico. El Ejército Rebelde fue liberando pueblos y ciudades hasta el primero de enero de 1959, en que se inicia una nueva etapa. La región espirituana aportó al martirologio de la patria en su lucha por la última y definitiva independencia a más de cien de sus mejores hijos.

Etapa revolucionaria

Primera etapa

Al triunfar en enero de 1959 una revolución social permitió a la clase obrera junto al pueblo, conquistar en toda su magnitud el poder político. Sin embargo, para consolidar ese poder y defender la victoria obtenida por las fuerzas políticas, la clase obrera, el campesinado, los estudiantes y todo el pueblo revolucionario tuvo que llevar a cabo una reestructuración económica que coadyuvara al afianzamiento de la revolución triunfante.

El problema del poder en Cuba fue resuelto desde las primeras medidas adoptadas, pues se aplicó una de las formas de la dictadura democrática revolucionaria de la clase obrera y el campesinado, aunque le correspondió asumir el papel dirigente al Gobierno Revolucionario, a quien se le transfirió todo el poder ejecutivo y legislativo. Los cambios posteriores a 1959 contemplaban la eliminación de las viejas estructuras y la creación de una base económica nueva, que se correspondiera los postulados de la revolución triunfante.

Estas trasformaciones comenzaron por la aplicación de la Ley de Reforma Agraria [18], la modificación de la Ley de Alquileres, las nacionalizaciones y por supuesto el aumento del consumo y el poder adquisitivo del pueblo. Otras medidas consecuentes con el desarrollo fueron la industrialización y diversificación agrícola planificada, la alfabetización, los curios de seguimiento y los mínimos técnicos; las campañas de vacunación y sanitaria, los planes de viviendas urbanas y campesinas, entre otras que dieron lugar a mejores condiciones de vida, higiene, educación y asistencia social a nuestro pueblo.

Es evidente que al arribar al poder, la revolución se enfrentó a la trágica realidad de cientos de personas sin trabajo, sin posibilidades de ocupación estable, segura, que debían alimentarse, vestirse y calzarse. La mayor parte vivía hacinada en lugares insanos, en tugurios y barrios de indigentes y desclasados, donde se mixtificaba la pobreza más lúgubre con toda clase de vicios y hechos delictivos.

Con el triunfo de la Revolución y la aplicación de las leyes y la realización de la obra revolucionaria, los territorios que conforman la provincia de Sancti Spíritus, comienzan un proceso de desarrollo, modernización y ocupación, así como enfrentamiento desde su inicio a las actividades contrarrevolucionarias, principalmente en el Escambray y en la zona norte de la provincia. Se agudiza la lucha de clases, la burguesía explotadora y pro-imperialista inicia sus actividades en contra del proceso revolucionario, elije el macizo montañoso de Guamuhaya, escenarios de sus crímenes. Los sanguinarios cabecillas y sus bandas cometieron múltiples asesinatos y torturas, tratando de frenar la marcha de la alfabetización, asesinan al maestro voluntario Conrado Benítez García y al campesino Eliodoro Rodríguez Linares, al brigadista Manuel Ascunce Doménech y al campesino alumno Pedro Lantigua Ortega.

Para combatir las bandas contrarrevolucionarias miles de hombres de nuestros municipios y otros del país, se organizaron en las fuerzas combinadas de los batallones de la Lucha Contra Bandidos (LCB) y en las fuerzas del Departamento de la Seguridad del Estado del Ministerio del Interior. El bandidísimo fue derrotado, donde el imperialismo quiso levantar una trinchera, la Revolución levantó un baluarte invencible.

La limpia del Escambray

Tuvo diferentes etapas que se prolongaron desde mediados del año 1959 hasta 1965. Las acciones para derrotar a la contrarrevolución tuvieron al comandante en jefe como guía personal, destacándose su presencia en Trinidad en la liquidación de la conjura trujillista en agosto de 1959, y posteriormente en varias ocasiones donde participó directamente en el enfrentamiento a las bandas contrarrevolucionarias.

El territorio espirituano en los más de 60 años de Revolución[19] se ha trasformado a traves de los planes cañeros, azucareros, ganaderos, cafetaleros, el desarrollo de la pesca de la plataforma acuícola, el turismo, la producción apícola y acuícola, el desarrollo de sus ciudades, poblados y comunidades, de la industrias de materiales de la construcción, alimentaría Rió Zaza, combinado cárnico, sus importantes embalses y obras hidráulicas , son pruebas de lo que la Revolución ha realizado por Sancti Spiritus, y de lo que esta provincia representa en la consolidación de la obra revolucionaria.

Relevante han sido los éxitos mostrados por Sancti Spiritus en los difíciles años de Período Especial, hoy los espirituanos tienen entre sus retos la consagración al trabajo, elevar la producción y el nivel de vida de sus habitantes, teniendo como máxima lo expresado por Fidel:

«“Hay que trabajar, persuadir, luchar y perseverar”..»

Organización territorial

El paso de la etapa socialista de la Revolución no constituyó para el país una conmoción política. La definición del poder real desde los inicios de1959 y la continuidad de la dirección revolucionaria, permitieron la radicalización del proceso por parte de las cohesionadas fuerzas populares, sin traumatismo sociales. Ante esta situación, y los cambios que traía consigo la aplicación de las leyes de Reforma Agraria que modificaron de modo revolucionario el régimen de tenencia y explotación de los suelos y abrieron las posibilidades para la modernización y especialización de la agricultura, se hacía necesario aplicar una nueva estructuración administrativa en el país, en 1962 se forman las regiones, como un eslabón intermedio entre las provincias y los municipios, surgiendo la región de Sancti Spíritus.

El 2 de julio de 1976, luego de ser aprobada por el Consejo de Ministros de la República de Cuba la Ley 1304 sobre la nueva división político-administrativa y su publicación en la Gaceta Oficial de la República de Cuba el 3 de julio del mismo año, comenzó a regir la nueva división geográfica y política del país y las 14 provincias nacidas tras esa decisión se denominaron de Occidente a Oriente: Pinar del Río, La Habana, Ciudad de La Habana, Matanzas, Villa Clara, Cienfuegos, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Camagüey, Las Tunas, Holguín, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo. A la actual Isla de la Juventud se le confirió la condición de municipio especial para que fuera atendido por el gobierno central considerando sus características geográficas y económicas, así como los planes perspectivos a desarrollar en el territorio. De esta forma nacía la provincia espirituana con la fusión de territorios segregados de las regiones Escambray y Caibarién, pertenecientes hasta esa fecha a la provincia de Las Villas. En el mes de agosto del propio año 1976, se celebró en todo el país las primeras elecciones verdaderamente democráticas de los órganos del Poder Popular, donde el pueblo por primera vez en la historia del país, nominaba a sus representantes (por circunscripciones) en el órgano de gobierno, que se constituiría posteriormente.

El 7 de noviembre de 1976, se efectúa en el territorio espirituano la constitución de la Asamblea Provincial del Poder Popular. En esta sesión solemne a la que asistieron 47, de los 48 delegados, para un 97,9 % de asistencia; se procedió a dar lectura por parte del Presidente de la Comisión de Candidatura ante los Delegados a la Asamblea Provincial, las normas y procedimientos seguidos para todo el proceso de elaboración y propuesta de candidatura a Miembros del Comité Ejecutivo de la Asamblea Provincial del Poder Popular. Tras este procedimiento, se dio paso a la actuación del Presidente de la Mesa, quien invitó a los Delegados a proponer y elegir en votación abierta a la comisión de credenciales, la que quedó integrada por un Presidente, resultó electa Zoe Díaz González, Marcelino Hernández Valdés como Secretario y los vocales Dagoberto Ibarra González, Emeterio Hernández Perdomo y Juan Rodríguez Pita. Inmediatamente, se procedió a la presentación de la candidatura, con la propuesta para miembros del Comité Ejecutivo.

Finalmente, el Comité Ejecutivo propuesto nombraron para Presidente del Órgano de Gobierno a Hipólito Rodríguez Migoyo, Vice-Presidente José Azcanio Ruiz y como Secretario Alicia Crespo Díaz. En la propia asamblea se eligieron por el voto secreto y directo a un total de 21 diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Cierra así todo un proceso democrático, iniciado en la base, con la participación entusiasta y masiva del pueblo, dándosele cumplimiento a uno de los acuerdos del I Congreso del Partido Comunista de Cuba.

Partido comunista

Al conformarse la provincia de Sancti Spíritus, producto a la División Político-Administrativa aprobada por el Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, celebrado en diciembre de 1975, la estructura del Partido Comunista de Cuba quedó formada por un Comité Provincial, ocho Comités Municipales, con un total de 799 organizaciones de bases y cinco Comités de Centros, con 8 470 militantes y aspirantes del Partido.

El 24 de julio de 1976, se constituyó el Buró Ejecutivo del Partido Comunista de Cuba, en la provincia, presidiendo la reunión Osvaldo González, miembro del Buró Ejecutivo del Comité Provincial del Partido en Las Villas, siendo electo como Primer Secretario el militante Joaquín Bernal Camero, miembro del Comité Central el Partido Comunista de Cuba (CC-PCC)[20].

Posteriormente preside el Comité Provincial del Partido Jorge Valdés Rodríguez, integrante del CC-PCC, electo el 14 de noviembre de 1987, en la Asamblea de Balance Partidista correspondiente a ese período, cesando en sus funciones el 26 de agosto de 1994, en que es elegido para ese cargo Pedro Sáez Motejo, promovido para ocupar esa misma responsabilidad en la provincia de La Habana, designándose para ocupar la responsabilidad de Primer Secretario del Comité Provincial del Partido, Juan Antonio Díaz Pérez, que fungía como Primer Secretario del Partido en el municipio de Sancti Spíritus.

Designado por el Buró Político del Comité Central del Partido, Miguel Acebo Cortinas, reemplaza en sus funciones a Juan Antonio Díaz Pérez, quien pasó a ocupar tareas en el Comité Central del Partido. A inicios de la década de 2010 el militante Miguel Acebo Cortinas es sustituido por José Ramón Monteagudo Ruiz, quien se desempeña como Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba en Sancti Spíritus.

1975-2000

Transporte

Con respecto al transporte, antes del triunfo de la Revolución existían 10 rutas de ómnibus en la actual provincia, con un parque total de 60 vehículos, que brindaban servicios muy limitados a la Habana, Santa Clara y otras ciudades importantes. En el año 1986 el parque total de ómnibus en la provincia era de 465. Además 175 rutas, 16 urbanas, 75 carreteras y 84 rurales, que daban un millón de viajes al año con 45 millones de pasajeros, sin contar los 629 autos de alquiler con casi seis millones de viajeros por año.

En lo referente a los ferrocarriles a partir del año 1977, circulan coches motores que la unen a Santa Clara y Cienfuegos y desde Enero de 1978, se brindan estos servicios hasta Ciego de Ávila. También existe una amplia red ferroviaria que es utilizada en la transportación de caña desde los chuchos a los centrales. Las vías en total totalizan 540 Km. en la provincia, de los cuales 270 pertenecen al MINAZ. En lo referente al transporte portuario al inicio del quinquenio 1971-75 el territorio contaba con dos subpuertos: Casilda y Tunas de Zaza. Este último desactivado en el año 1972, debido al incremento de la mecanización de los embarques de azúcar, ya que tiene poca profundidad, y el embarque de la dulce gramínea se hacía por medio de patanas.

Educación

En lo referido a la Educación en la provincia se realizó un esfuerzo por transformar todo su sistema los nuevos requerimientos y exigencias que con esos fines adoptarían el Ministerio de Educación, que desde los primeros momentos estableció como una necesidad la articulación de la enseñanza desde el preescolar hasta la universidad. En el período de 1970-71 a 1980-81 la matrícula de educación media creció de 36.786 a 107.582 alumnos, creciéndose en 8.945 educando.

Según el informe rendido por la Asamblea Provincial del Poder Popular a la máxima instancia del Parlamento Cubano, en el VI Periodo de sesiones 14 de julio de 1984, se precisa que de cada 2,6 personas entre 5 y 49 años una se encontraba estudiando, con una tasa de 93,2 en la población de 6 a 16 años y dentro de este grupo, aparecen con 98 los comprendidos entre 6 y 12 y con el 85 los de 13 a 16, siendo superior a la media nacional la incorporación en todas las edades. En el propio informe se destaca los esfuerzos desplegados en educación especial, tanto cuantitativos como cualitativos. En 1977 había 4 centros de este tipo y hoy se dispone de 23; uno de trastornos de conducta, otro para sordos e hipoacúsicos y el resto para retrasados mentales, con un incremento en matrícula de 440 a 2 499. Como complemento a las tareas de estas instituciones fueron creados el centro de diagnósticos y orientación y el Consejo de Atención a Menores.

En el quinquenio 1970-75 -el curso secundaria obrera campesina su matrícula se multiplicó 24 veces superior al curso 1970-71, siguiéndole en ese orden la FOC con 7,8 veces superior. De ahí la gran importancia, ya que los graduados pudieron continuar sus estudios superiores en carreras universitarias. En el quinquenio continuo (1976-80) tomo fuerza la batalla por el sexto y el noveno grado en el movimiento obrero espirituano para demostrar que la educación para adultos también estaba presente en este territorio. A esto se le sumaron las escuelas de idiomas para trabajadores.

Cultura

El desarrollo de la cultura ha sido incuestionable. Desde el inicio del triunfo de la Revolución Cubana, el gobierno revolucionario aplicó su política cultural que no es otra que la elevación intelectual del pueblo y su disfrute de los bienes espirituales del pueblo. Sobre este sencillo propósito se cimentaron todas las actividades culturales que se desarrollarán en el territorio nacional, parejamente con las transformaciones económicas, políticas y sociales, llevadas a cabo después de 1959.

Salud

El salto de la Salud Pública ha sido extraordinario. Sólo la creación del Instituto Politécnico de la Salud y de la Facultad de Ciencias Médicas, que ha permitido comenzar en la provincia la formación de sus propios médicos y técnicos, bastarían para comprender el saldo positivo alcanzado en el sector de la salud. A partir de 1983, desde la instauración de los órganos del Poder Popular, se elevaron a 194 las unidades de esta esfera-, 45 más que en 1975, destacándose entre ellas el nuevo y moderno Hospital Clínico Quirúrgico Provincial Camilo Cienfuegos Gorriarán, con una capacidad de 774 camas, 4 Policlínicos, 2 Clínicas Estomatológicas, 1 Hogar de Ancianos, 2 Hogares Maternos, 2 Puestos Médicos, entre otros servicios, como son 1 Taller de Electromedicina, 4 Almacenes, 2 Centros de Enseñanza y 18 Unidades Administrativas.

Milicias Nacionales Revolucionaria

En Sancti Spíritus surgieron las Milicias Nacionales Revolucionaria (MNR) en el propio año 1959; integrada al igual que en el resto del territorio nacional, por obreros, campesinos, profesionales y estudiantes. Sacrificando tiempo de descanso, los milicianos cuidaban que centros de trabajo y adquirían la pericia, la disciplina y la técnica militar para servir mejor a la defensa de la patria. En este grande y complejo trabajo de creación de las MNR, el gobierno revolucionario se apoyó en la clase obrera y sus organizaciones sindicales fundamentalmente.

Referencias

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