Lawrence Alma-Tadema
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Sir Lawrence Alma Tadema. Uno de los pintores más famosos del periodo victoriano tardío; se especializó en la representación de escenas históricas, primero de la Edad Media y más tarde de la Antigüedad.
Sumario
Síntesis biográfica
Nació en Dronrijo, Holanda el 1836. Tras estudiar en Amberes, se establece en Londres en 1870. Sus pinturas ofrecen una visión de la Grecia y la Roma antiguas: en ellas representa bellas mujeres y preciosas escenografías, llenas de mármoles. Emana de ellas una gran sensualidad. En 1899 se le concedió un título nobiliario y en 1905 recibió la Orden del Mérito Británica.
Tuvo, gracias a su éxito, algunos imitadores como John William Godward y Edwin Long.
Su obra cayó en desgracia tras su muerte y sólo recientemente ha vuelto a ser reconocido como un gran pintor.
Su obra
Su pintura participa directamente de las características de un tipo de arte inglés -el Prerrafaelismo- desarrollado en la época victoriana (reinado de Victoria I de Inglaterra, entre 1837- 1901). A través de sus cuadros, los Prerrafaelistas intentan dar mensajes morales y didácticos, entre los que destaca la lucha por el decoro victoriano. En definitiva, este arte es un reflejo de la lucha social que intenta eludir los traumas de la Revolución industrial, y por el que los artistas se sumergen en un mundo idílico y disfrazan la realidad con bellas metáforas. Los artistas se vuelcan en el mundo medieval y clásico, en las ciudades legendarias, en un mundo dominado por la estética femenina y la figura de la mujer, elemento este último que se toma como tema principal de todos sus cuadros.
La mujer
Sus pinturas más conocidas son las que se adentran en el mundo romano y griego. De ellos toma la predilección por el mármol, material al que hizo un gran homenaje en todos sus lienzos. Es el elogio del mármol, de la sutileza, la poética pictórica y la serenidad. Sus ambientes están creados para acoger a sus personajes femeninos. El paisaje se adapta con su calidad y cromatismo a los cuerpos y rostros de sus mujeres. Fue un gran conocedor y apasionado de la cultura clásica. Su admiración por Pompeya, cuyas ruinas fue a visitar, se refleja en los muros de sus espacios pintados, en los que aparecen numerosas escenas que se pueden constatar artísticamente. Su aportación al mundo plástico del Reino Unido (considerado en vida como el más grande de los pintores de la época victoriana) le valió el reconocimiento de Sir en el año 1899, a pesar de su origen holandés.
Ideal femenino
El universo plástico de transparentes colores de los cuadros se enriquece con las posturas, gestos y delicados rostros de sus mujeres. Las mujeres de este pintor distan mucho de las de sus colegas prerrafaelistas, juega con los sutiles ritmos de las manos y con el ritmo de los estilizados cuerpos. Sus mujeres están llenas de luz y en ellas se representa el ideal clásico de la belleza. A través de la plasticidad de la pintura, recrea a sus mujeres con similares características que las esculturas de la Grecia Clásica y postclásica. Los mismos peinados de Afrodita o Ariadna, los mismos tratamientos de la piel remarcando la tersura, el frescor y la firmeza. Las mujeres con él se divierten, sonríen y escuchan complacientes. Las escenas están repletas de luz y los movimientos de sus cuerpos se representan con la misma delicadeza que se refleja en las flores que esmaltan el entorno. El mundo femenino recreado por este pintor es cándido, ingenuo, sugerente y sensual. Los cuerpos se modelan con suavidad, y los velos crean una sinfonía plástica con la transparencia de luces, eludiendo en todo momento las sombras.
La mujer burguesa
En un momento en que surgía el movimiento feminista por el que se pedía el derecho al voto de la mujer, se producía la Revolución Industrial y la mayor parte de la población vivía hacinada en casas insalubres, sus pinturas representan un rayo de luz a las miserias de una sociedad luchadora. Se alejó de las inmundicias, su realismo pictórico se aleja mucho del realismo contemporáneo. Representa a la mujer burguesa, culta, delicada, cultivada y sensible al arte, la música. Una mujer divertida, amena, de rostro agradable. Goza representando a la mujer joven, de piel tersa, y se centra en las miradas y los rostros sonrosados. La riqueza de ropajes, de telas vaporosas, sedas casi transparentes, adornados con flores frescas dan el toque de distinción que en aquellos momentos distinguían a las grandes damas. Su pintura es refinada, sensual, sugerente y, ante todo, femenina, digna de ser recuperada del olvido en la que cayó tras su muerte.