Pierre-Auguste Renoir

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Pierre
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Datos personales
Nacimiento25 de febrero de 1841
ciudad de Limoges,
Francia Bandera de Francia
Fallecimiento3 de diciembre de 1919
Cagnes,
Francia Bandera de Francia
OcupaciónPintor
ParejaAline Charigot
HijosJean Renoir

Pierre Auguste Renoir (Limoges, 25 de febrero de 1841 - Cagnes 3 de diciembre de 1919). Pintor impresionista francés.

Datos Biográficos

Nació en Limoges en el seno de una familia humilde, fue el sexto de los siete hijos de Léonard Renoir y Marguerite Merlet. Su padre era sastre y su madre, costurera.

En 1844, los Renoir se trasladaron a París, en donde el padre esperaba mejorar su situación económica. En 1848, comenzó a asistir a una escuela religiosa dirigida por los hermanos de las Escuelas Cristianas. Dada su gran habilidad para el solfeo, sus maestros lo incluyeron en la coral de jóvenes varones de la iglesia de Saint-Eustache, dirigida por el compositor Charles Gounod. En 1854, abandonó sus estudios en la escuela y fue enviado al taller de los hermanos Lévy con el fin de que aprendiera sobre el arte de la pintura en porcelana. Según Edmond Renoir, su hermano menor, su deseo de forjar una carrera artística era ya apreciable desde su niñez, cuando Auguste dibujaba sobre las paredes con trozos de carbón. El aprendiz fue tomando el gusto al oficio: al finalizar el día, cargando un cartón más grande que él, acudía a cursos gratuitos de dibujo. Todo esto duró dos o tres años. Demostraba un rápido progreso y, tras unos meses de aprendizaje, se le confió la realización de trabajos regularmente asignados a los obreros experimentados, lo que le valió más de una burla. Émile Laporte, uno de los obreros de los Lévy, practicaba por gusto la pintura al óleo y le permitió al joven hacer uso de sus telas y sus colores. Después de examinar la primera pintura al óleo de Auguste en la modesta morada de los Renoir sobre la calle Argenteuil, Laporte aconsejó a sus padres que le permitieran estudiar la pintura de arte, pues le auguraba un prometedor futuro como pintor. Auguste nunca vio un impedimento en sus orígenes humildes, y afirmaba que de haber nacido en un entorno de intelectuales, habría necesitado años para despojarse de sus ideas y lograr ver las cosas tal cual eran.

El almuerzo de los remeros.

Juventud

En 1858, a la edad de 17 años, pintaba abanicos y coloreaba escudos de armas para su hermano Henri, grabador heráldico. Probablemente en 1859, trabajó durante algún tiempo en la casa Gilbert, sobre la calle Bac, donde pintaba persianas de papel traslúcido que hacían las veces de vitrales en las rudimentarias capillas de los misioneros. Durante esos años, compró para uso profesional el material necesario para la pintura al óleo e hizo sus primeros retratos. Entre los archivos del Louvre, se conserva la autorización, con fecha de 1861, que le fue otorgada para copiar cuadros en las salas del museo. En 1862, Auguste aprobó el examen de ingreso a la Escuela de Bellas Artes. Al mismo tiempo, frecuentaba un taller libre en el que enseñaba Charles Gleyre, profesor de aquella institución.

Durante esta etapa, conoció en el taller de Gleyre a aquellos que serían sus mejores amigos y compañeros en el arte a lo largo de toda su vida. Allí se forjó una sólida amistad entre él, Claude Monet, Frédéric Bazille y Alfred Sisley, que a menudo iban a pintar juntos al aire libre en el bosque de Fontainebleau. Bazille sería el primero en convocar a sus compañeros a reunirse en un grupo. Sin embargo, esto no ocurrió sino hasta después de su muerte en combate durante la guerra franco-prusiana, de modo que el joven Bazille nunca tuvo la oportunidad de exponer junto al resto del grupo y recibir el título de «impresionista». Auguste contaba que había sido justamente él quien había llevado a Sisley al taller de su maestro, aunque es posible que no estuviera en lo cierto y que Sisley hubiese llegado allí por su cuenta. Auguste obtuvo sobresalientes resultados en los concursos obligatorios de dibujo, de perspectiva, de anatomía y de semejanza, lo que demostraba de modo irrefutable lo fructífero de sus años de trabajo en el taller de Gleyre.

El período de estudio con Gleyre no se prolongó demasiado. En 1863, todos los miembros del grupo se vieron obligados a dejar el taller debido a su cierre, aunque Jean Renoir, hijo de Auguste, estima que su padre debió abandonarlo incluso antes, puesto que no tenía dinero para pagar sus estudios. Comenzó entonces una etapa de pobreza, pero también de nuevos encuentros, descubrimientos en la pintura y nuevas amistades

En 1863, un importante acontecimiento sacudió la vida artística de la capital francesa. Por orden de Napoleón III, se abrió, al margen del Salón de París oficial, el Salón de los Rechazados, en donde Almuerzo sobre la hierba de Édouard Manet causó un gran impacto. A partir de entonces, su nombre se asoció con el concepto de arte moderno. A mediados de la década de 1860, Manet frecuentaba el Café Guerbois, sobre la calle Grande-des-Batignolles (actual avenida de Clichy). La presencia de Manet atrajo al Guerbois a artistas, escritores y críticos simpatizantes de las ideas del arte moderno. Hasta allí llegaron también Renoir y sus amigos, que habían abandonado la Margen Izquierda.

La vida en París no era fácil para el joven artista. A falta de dinero, la ayuda de sus amigos fue de gran importancia para Auguste, quien, sin vivienda estable, en ocasiones residía en la casa de Monet, en otras con Sisley. Bazille, de mejor posición económica que sus camaradas, arrendó un taller en el que pudieran trabajar todos juntos.

El 18 de julio de 1870, la tranquilidad de la vida cotidiana conoció un abrupto final: Francia entró en guerra con Prusia. Auguste, que nada sabía sobre caballos, fue destinado a la caballería y enviado al depósito de remonta, primero en Burdeos y luego en Tarbes. El capitán de la caballería estaba muy satisfecho con los progresos del pintor. Su hija era una apasionada de la pintura y el artista le daba clases y, a su vez, pintaba su retrato. Sin embargo, este idilio terminó tristemente pues Auguste enfermó de gravedad y pasó un tiempo en el hospital de Burdeos. En marzo de 1871, fue desmovilizado y regresó a París, al Barrio Latino, donde antes de la guerra tenía arrendado un departamento con Bazille y luego con Edmond Maître, músico y amante de la pintura. Allí supo de la muerte de Bazille, que le afectó más que la guerra en sí misma. La etapa del Renoir jinete encontró una prolongación en su obra. En 1873, pintó Paseo a caballo en el bosque de Boulogne.

El Salón oficial rechazó su cuadro, que sería eventualmente expuesto en el Salón de los Rechazados, organizado detrás del Grand Palais. Este episodio acabó con las ilusiones de Auguste respecto de un posible compromiso con el Salón oficial, principalmente porque es en ese período que madura en él y entre sus camaradas la convicción de la necesidad de oficializar su pintura con una exposición propia. La unión de los artistas, con la que ya habían fantaseado Bazille y Pissarro a fines de la década de 1860, finalmente se concretó.

El persistente rechazo sufrido por Auguste y sus camaradas por parte del jurado Salón oficial les dificultaba vender sus obras. Debían exhibir sus cuadros en algún lado, pero no tenían en dónde. El afamado fotógrafo Gaspard-Félix Tournachon les prestó el lugar que necesitaban para exponer en el número 35 del Bulevar de las Capuchinas. Los amigos decidieron llamar a su asociación «Sociedad Anónima Cooperativa de Artistas, Pintores, Escultores, Grabadores, etc.». Acordaron que cada miembro de la sociedad contribuiría con la décima parte de los ingresos obtenidos por la venta de sus obras.

La primera exposición impresionista

Deseaban reunir la mayor cantidad de participantes posible para la exposición. Edgard Degas envió invitaciones a James Tissot y Alphonse Legros, ambos artistas franceses radicados en Londres, para que expusieran con ellos. También Manet fue invitado, pero rechazaría la propuesta. De acuerdo a cierta versión, Manet habría expresado que no expondría nunca junto a Paul Cézanne, pero Renoir planteaba el asunto de manera algo distinta: según él, Manet no encontraba razón para exhibir su trabajo con ellos, los jóvenes, siendo que su obra sí era aceptada en el Salón oficial. Finalmente ni Manet, ni su amigo Fantin-Latour, ni Tissot, ni Legros participaron en la exposición. A pesar de ello, el grupo de amigos logró convocar a veintinueve artistas, que presentaron 165 obras.

Las grandes bañistas

Si bien la mayoría de los críticos europeos y estadounidenses se burló de la exposición, llegando a calificarla de «cómica» y a incriminar a sus participantes de querer declarar la guerra a la belleza, sus repercusiones fueron particularmente reverberantes. Aunque no tuvo éxito comercial, la imagen de cada impresionista comenzaba lentamente a perfilarse. Auguste exhibió seis cuadros y un pastel. La bailarina, La parisina (o La dama de azul), grandes telas para las que había posado Henriette Henriot, actriz del Odeón, y El palco ―también llamado El proscenio― captaron la atención del público. En esta última obra, Nini se convirtió en la representación del retrato de Renoir: ninguna alusión a su situación, a su carácter o a su humor, solo el encanto de su piel de porcelana, de sus labios sutilmente maquillados y de su elegante vestido, en suma, de la gracia fugitiva de la parisina. La primera exposición de los impresionistas coincidió con el momento de afirmación de la visión de pintor de Auguste. Esta etapa de su vida estuvo marcada por un suceso significativo: en 1873, se mudó a Montmartre, en donde residiría hasta 1884 en el número 35 de la calle Saint-Georges. El artista sería fiel a ese barrio hasta el fin de sus días, pues allí encontraría sus motivos al aire libre, sus modelos e incluso su familia. También fue por esos años que Auguste forjó nuevas amistades que conservaría por el resto de su vida. El marchante Paul Durand-Ruel fue una de ellas. Comenzó a comprar sus obras en 1872 y, si bien en ocasiones se encontraba al borde de la quiebra, nunca abandonó a los impresionistas a su suerte. Cuando carecía de los medios para comprar sus cuadros, ayudaba a Renoir entregándole cierta cantidad de dinero al mes.

En 1875, en una infructífera venta llevada a cabo en el Hotel Drouot en la que participaron Renoir, Monet, Sisley y Berthe Morisot, un funcionario de la Dirección de Aduanas llamado Victor Chocquet compró algunos cuadros de Auguste. De esta manera comenzó otra larga amistad. Chocquet le encargó de inmediato el retrato de su esposa. El funcionario fue uno de los primeros en percibir que Renoir y sus camaradas eran los herederos directos del arte del siglo XVIII. Por su parte, Auguste consideraba a Chocquet el más grande coleccionista de arte de todo el país.

Los años vividos en Montmartre, alrededor de la década de 1870, probablemente hayan sido los más dichosos en la vida artística de Renoir. El jardincito descuidado en las cercanías de su taller de la calle Cortot, arrendado en 1875, le proporcionó más de un motivo al aire libre que promovió la realización de sus mejores pinturas de esta etapa. El mismo jardín, en donde regularmente se encontraba con algún amigo suyo, se convirtió en objeto de representación en su cuadro El jardín de la calle Cortot en Montmartre. Allí pintó El toldo, El columpio y Baile en el Moulin de la Galette, una de sus telas más célebres. Auguste halló su fuente de inspiración justo al lado de su casa, sobre la misma calle Cortot, en el restaurante del Moulin de la Galette.

La mujer que juega con el perrito

En Montmartre el artista conoció a Anne, que se convertiría en su modelo en numerosos lienzos; a Angèle, que lo ayudó a arrendar el jardín en el que se hallaba el columpio pintado en el cuadro del mismo nombre; y, por último, a Margot que apareció por primera vez en Baile en el Moulin de la Galette, en donde se la ve bailando con un español alto, Pedro Vidal de Solares y Cárdenas, otro amigo de Auguste. Más adelante, Margot posaría para toda una serie de lienzos, entre los que sabe destacar La taza de chocolate, aceptada en el Salón en 1878, con el título de Café. Aquejada por una enfermedad incurable, Margot falleció en 1879 y su deceso causó un profundo impacto en el pintor.

En 1876, en ocasión de la segunda exposición de los impresionistas, Auguste exhibió principalmente retratos, debido a que era justamente con ellos que el artista intentaba ganarse la vida. Sus amigos les presentaban a potenciales clientes. Junto a algunos viejos aficionados a su trabajo, comenzaron a comprar sus cuadros financieros como Henri Cernuschi y Charles Ephrussi. Eugène Murer, dueño de un restaurante sobre el bulevar Voltaire, encargó a Renoir y a Pisarro la tarea de pintar su sala. Cada miércoles, un gran grupo de artistas cenaba gratis en su restaurante. Asimismo, consignó a Auguste retratos, entre ellos el suyo y el de su hermana.

En 1879, el pintor conoció al diplomático Paul Bérard, que también se convirtió en su amigo y mecenas. En 1877, en la tercera exposición de los impresionistas, Renoir expuso más de veinte obras, entre las que se encontraban paisajes pintados en París, a orillas del Sena, fuera de la ciudad y en el jardín de Monet, estudios de rostros, de mujeres y de ramos de flores, los retratos de Sisley, de la actriz Jeanne Samary, del escritor Alphonse Daudet y del políticoEugène Spuller, El columpio y Baile en el Moulin de la Galette. En las etiquetas de algunos de estos cuadros se podía leer: «Propiedad de Georges Charpentier». La vinculación de Auguste con la familia Charpentier jugó un papel determinante en su destino. El artista trabajó asiduamente para satisfacer los pedidos de los Charpentier.

Esposa

Para la séptima exposición de los impresionistas en 1882, Auguste expuso veinticinco lienzos gracias a la iniciativa de Paul Durand-Ruel, quien le prestó sus propios cuadros. Ese mismo año, el pintor comenzó a preocuparse por perder el éxito que había alcanzado en los Salones, pues ahora tenía una familia que mantener. La historia de su matrimonio había comenzado alrededor del año 1880. Por esas fechas, aparece cada vez más frecuentemente en los dibujos y pinturas de Renoir el rostro de una joven de mejillas redondas y nariz ligeramente respingada. En ocasiones, el rostro se deja ver entre la muchedumbre de la Plaza Clichy, dejando una sensación de fugaz felicidad. Otras veces, su presencia se adivina en la imagen de la muchacha pelirroja leyendo, o bien en la flexible silueta de una joven subiéndose a una barca. En El almuerzo de los remeros de 1881, la joven aparece representada de perfil en la parte inferior izquierda del lienzo, con un sombrero adornado con flores a la moda y sosteniendo un pekinés entre ambas manos. Su nombre era Aline Charigot; en 1880 tenía 21 años. Auguste la conoció en la cremería de la señora Camille, frente a su casa, sobre la calle Saint-Georges. Aline vivía con su madre justo al lado y se ganaba la vida como costurera. La mutua atracción entre ellos era evidente. Jean Renoir afirmaba que su padre había comenzado a pintar a su madre mucho antes de conocerla. En efecto, en numerosos cuadros, como La primera salida (1876-1877), su modelo era similar a Aline. A sus cuarenta años, el artista parecía haber encontrado una nueva juventud.

Matrimonio y últimos años

El 14 de abril de 1890, el artista contrajo matrimonio con Aline en el ayuntamiento del IX Distrito de París. Jean, el segundo hijo de la pareja, nació en 1894. Gabrielle Renard, una prima de Aline, viajó de Essoyes a la capital francesa para ayudarles con las tareas domésticas. Llegó a la casa de los Renoir cuando Pierre ya era mayor, por lo que su principal preocupación fue Jean. Los habitantes de Montmartre se acostumbraron a ver a Gabrielle llevando a Jean sobre su espalda. Más adelante, se convertiría en una de las modelos predilectas del artista.

El pintor nunca disfrutó de muy buena salud. En sus cartas se encuentran frecuentes menciones a enfermedades respiratorias, que lo mantuvieron largo tiempo postrado en la cama. En 1888, en Essoyes, tuvo su rostro parcialmente paralizado a causa de una neuralgia. En aquel mismo lugar, un día de lluvia en el verano de 1889, Auguste cayó de su bicicleta y se fracturó el brazo derecho. Afortunadamente, como consecuencia de una fractura anterior, el artista ya había aprendido a pintar con la mano izquierda. Sin embargo, en esta ocasión aparecieron dolores que dificultaban su trabajo. El médico de la familia le diagnosticó un reumatismo incurable desencadenado por la caída. A lo largo de los últimos veinte años de su vida, Renoir debió sufrir permanentes dolores. Así y todo, a pesar de la fragilidad de su estado, su fantástica sed de vida y pasión creadora no se apagaban.

Durante esas mismas dos décadas, Auguste vivió también algunas grandes alegrías. En 1901, nació Claude, su tercer hijo, que tomaría el lugar de Jean, ya crecido, como modelo. En 1900, fue nombrado Caballero de la Legión de Honor y más tarde, en 1911, Oficial. París, Londres y Nueva York fueron escenarios de exposiciones que coronaron el triunfo de su pintura. En 1904, en la Segunda Exposición del Salón de Otoño le fue dedicada una sala completa.

Por aquellos años, la familia viajaba del bulevar de Rochechouart en París a la costa mediterránea y a pequeños pueblos del sur de Francia en busca de condiciones climáticas que beneficiaran la salud del artista. Finalmente, en 1903, se establecieron en Cagnes-sur-Mer. Tras haber habitado varias residencias en el casco antiguo, Auguste compró el Domaine des Collettes, al este de la ciudad, para salvar su viejo olivar en peligro de ser destruido por un comprador potencial. Gabrielle seguía posando para el pintor, así como otras modelos que se habían vuelto casi parte de la familia. Una de sus últimas modelos sería una joven pelirroja llamada Andrée, con quien Jean se casaría más tarde, tras la muerte de su padre. En los últimos años de su vida, Renoir abrazó la idea de una gran composición hecha de desnudos. En 1887, había terminado su cuadro Las grandes bañistas, cuyo estilo, uno poco duro a la manera de Ingres, es característico de su trabajo en aquel momento. Aparecen desnudos femeninos en Gran desnudo (Desnudo sobre los almohadones, de 1907), Bañista secándose la pierna (hacia 1910), Después del baño (1912), El juicio de Paris (1913-1914), Las bañistas (1918-1919), etc. Con los años, se arraigó en él el gusto por una pintura decorativa, inspirada en los grandes italianos.

Los paraguas.

En 1915, la muerte de Aline sumió a Auguste en la soledad. Sus hijos Pierre y Jean fueron heridos durante la Primera Guerra Mundial. Renoir falleció víctima de una pulmonía en el Domaine des Collettes el 2 de diciembre de 1919, cuando acababa de finalizar su última naturaleza muerta.

Obras

La jeune fille au chat.

Muerte

Fotografía de Renoir con parálisis facial.

En 1888 Renoir tiene su primer ataque grave de reumatismo, que le provoca una parálisis facial. La artritis ya no le abandonará y lucha día a día para pintar a pesar de la enfermedad. En la década de 1890 coincide con un regreso a una pintura dulce, de colores suaves, con lo que tiene mucho éxito aunque la enfermedad empieza a mellar en él. Los últimos años de su vida están marcados por la semi-parálisis, que le obliga a permanecer en una silla de ruedas. Renoir se mantiene activo hasta el último momento.

El 2 de diciembre de 1919, pide sus pinceles para hacer un ramillete de flores. Una vez concluida su obra, murmura "Creo que empiezo a vislumbrar algo", unas pocas horas más tarde Renoir muere.

Al cabo de toda una vida dedicada al arte, el pintor, para quién el placer y la pintura se entrelazaban, deja tras de sí más de un millar de obras.

Fuentes