Reino de León

Reino de León
Regnum Legionense
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(850) Bandera del Reino de Asturias Reino de Asturias

910–1230

Bandera del Reino de Portugal Reino de Portugal (1230)

Bandera Escudo
Bandera Escudo
Ubicación de
mapa siglo XI
Capital León Bandera del Reino de León
Idioma principal Latín
Otros idiomas Asturleonés, castellano y galaicoportugués.
Religión Católica
Gobierno Monarquía
Rey de León
 • 910-914 García I de León
 • 1188-1230 Alfonso IX
Período histórico Medieval
 • División del reino de Asturias 910
 • Unión de los reinos de León y de Castilla 1230

El Reino de León fue uno de los reinos de la edad Media en la península ibérica, sucesor del antiguo Reino de Asturias. Se desarrolló entre los siglos X y XIII. Durante este tiempo mantuvo continuas disputas con los reinos y ducados contiguos, como Galicia, Pamplona y Castilla, pero principalmente las tuvo con el al-Ándalus.

Antecedentes

Tras la caída de Toledo en manos musulmanas, el derrumbamiento del estado godo es imparable bajo la dirección de los generales Tarik, Muza y Abd al-Aziz. Una gran parte de la población abjura del cristianismo y se convierte al islam, para obtener un estatuto más favorable. Al mismo tiempo, una serie de nobles visigodos, antiguos dignatarios del reino, prosiguen la resistencia por su cuenta. Para ello en el año 714 se refugian en las poblaciones asturianas, aprovechando la defensa natural que les ofrecen los Picos de Europa. Estas escaramuzas míticas permitirán el establecimiento del eminente reino de León.

En los reinados de Ordoño I y Alfonso III, se da un amplio proceso de anexión territorial y colonización. Se llegó a la línea del Duero y se fundaron y repoblaron plazas como Oporto, Coímbra, León, Astorga, Zamora, Toro, Sahagún, Burgos y Osma.

Asturias y León estaban en el centro de esta nueva realidad; Galicia al Oeste, con su prolongación hasta las líneas del Duero y de Montego. Castilla, por su parte, formada en 912, se encontraba al Este, en la zona más expuesta a los ataques musulmanes procedentes del Valle del Ebro y de mayor relación con los vascones.

Extensión territorial

Antes de la creación de la Corona de Castilla junto con el Reino de Castilla, el Reino de León abarcaba las actuales comunidades autónomas de Galicia, Principado de Asturias, las provincias de León, Zamora y gran parte de la provincia de Salamanca (algunos pueblos, como Puente del Congosto y Mancera de Abajo, y Concejos de villas y tierras como el de Béjar formaban parte del reino de Castilla), así como la parte oeste de la actual provincia de Cáceres, la de Badajoz y el norte de Huelva.

Los límites fronterizos eran la actual frontera con Asturias por el norte, la actual frontera de Galicia por el oeste, el río Duero por el sur y la actual Navarra en su parte montañosa por el este.

Historia

Siglo VIII

En el año 910, tras la muerte de Alfonso III, último gran rey de Oviedo, el reino de Asturias se divide y queda repartido entre sus hijos: García I recibe León, Álava y Castilla, fundando de hecho el reino de León. Ordoño II recibe Galicia. Fruela II obtiene Asturias.

Al morir García I en 914 sin descendientes, Ordoño II (914-924) se trasladó a León donde fue aclamado rey, lo que supone que Galicia y León compartan el mismo monarca, y que traslada definitivamente la capital del reino de Asturias desde Oviedo a León. Con lo que se creará un nuevo reino, el de León, que aglutinará al asturiano, ya que Fruela permaneció en Asturias, pero reconociendo la primacía del reino leonés hasta la muerte de Ordoño II.

El nombramiento de Fruela II (924-925) como el nuevo rey leonés, venía a restaurar, al cabo de catorce años, la reunificación de los tres grandes territorios o provincias que habían constituido el patrimonio íntegro del rey Magno.

Alfonso Froilaz el Jorobado (925-926) sucede a su padre Fruela II, pero pronto se produjo una guerra civil entre los hijos de Ordoño II, Sancho, Alfonso y Ramiro (los vencedores) apoyados por Sancho Garcés I de Navarra y, los magnates galaico-portugueses (magnate regni) que reclamaban el reino para ellos porque se juzgaban con más derecho a ser reyes de León y, Alfonso Froilaz, apoyados por la nobleza astur, que defendían a su legítimo heredero.

A la muerte de Alfonso Froilaz, se repartió otra vez el reino según la medida aceptada por los hijos de Ordoño, donde Alfonso Ordóñez (Alfonso IV) posee el núcleo central, constituido por las dos grandes provincias de León y Castilla. En 931 Alfonso IV (926-931) entregó el reino a Ramiro II (931-951) por problemas personales y se retiró al monasterio Domnos Sanctos en Sahagún, por lo que se le apellidó el Monje.

Ramiro II, dejó a su muerte, un reino fuerte, aparentemente cohexionado y más amplio que el que recibió. Gran herencia que recibió Ordoño Ramírez (Ordoño III (951-956)) cuando ascendió al trono. Pero poco después de conde su entronización una coalición entre su hermanastro, el infante Sancho Ramírez, su suegro el Fernán González y el rey de Pamplona se acercaron a León para derrocar al legítimo monarca y colocar en su lugar a su medio hermano Sancho con la que se inicia la decadencia del reino leonés.

Al morir Ordoño III inesperadamente a los treinta años de forma natural, le sucedió en el trono de León su hermanastro Sancho Ramírez (Sancho el Craso (956-958 1ra etapa)) que no tenia aptitudes para gobernar y junto al fomento del descontento de los leoneses contra el rey para que este dejara de gobernar, en 958, se logra que Sancho I se refugiara en Navarra, con la intención de volver.

Ordoño IV el Malo (958-959) motejado el Malo por los cristianos y Aljabit (jorobado) por los musulmanes, no remedió los males de la monarquía leonesa, pues tampoco reunía las condiciones físicas y morales necesarias para mantenerse en el trono. Pero Sancho I el Craso (segunda etapa 960-966) sale hacia Zamora comandando las huestes musulmanas para recuperar el trono y Ordoño IV, huye una noche hacia Asturias. El efecto de la victoria fue inmediato y ya en 960 gobernaba Sancho en León.

Ramiro III0 (966-985) ascendió al trono tras la muerte de su padre por envenenamiento, no era más que un niño de cinco años. Su tía Elvira, hermana de Sancho I, junto con la reina madre, que tomó los hábitos a la muerte de su esposo, se encargaron de la regencia del niño-rey Ramiro.

El reino leonés, debilitado por las guerras civiles que se suceden desde mediados del siglo X, es incapaz de ampliar sus fronteras al disgregarse el califato y no puede evitar la presión castellana, que será sustituida por la navarra al morir el conde García II (1029) e incorporarse Castilla a los dominios de Sancho el Mayor. Sus tropas llegaron a ocupar León, donde algunos documentos dan a Sancho el título de emperador, quizá para indicar su poder y autoridad en tierras leonesas.

Siglo IX

Fernando I (1037-1065), hijo de Sancho El Mayor de Navarra, convertido en rey de Castilla desde 1035, derrotará dos años más tarde al último rey leonés, Vermudo III (1028-1037), y se proclamará rey de León. Incorpora los condados de Sobrarbe y Ribagorza y obtiene el vasallaje del conde de Gascuña.

Fernando I entrega el núcleo de su reinado al hijo primogénito Alfonso VI el Bravo (1065-1109) Así, cede a Sancho el reino de Castilla y el cobro de parias de Toledo; a García, el Reino de Galicia, y a Alfonso, la corona de León.

Sancho II derrota a Alfonso el 19 de julio de 1068 en Llantada, territorio fronterizo próximo al Pisuerga. En 1071, acuerdan unir sus fuerzas para derrotar a su hermano García, que es capturado en Santarem y despojado de Galicia. Poco tiempo duró la cooperación, ya que en enero de 1072 vuelven a enfrentarse en las vegas del Río Carrión y Alfonso es encerrado por su hermano en el Castillo de Burgos.

Sancho se proclama rey de León el 12 de enero de 1072, pero no goza del respaldo del obispo leonés, Pelayo, ni con el de la nobleza. Algunos miembros de esta resistencia se hacen fuertes en Zamora, protegidos por Urraca, su hermana, por lo que el nuevo rey tiene que acudir a tomar la plaza. Durante el asedio, Bellido Dolfos acaba con la vida del joven Sancho atravesándole con un venablo.

Alfonso VI (1065-1109) se presenta entonces como el heredero legítimo de la corona castellano-leonesa, que asume ante Rodrigo Díaz de Vivar, de que no había participado en la muerte de su hermano. En 1073, por petición de su hermana Urraca, encierra a su otro hermano, García, en el Castillo de Luna en León con lo que acaba con cualquier posibilidad de rebelión.

Alfonso inicia una política de desgaste contra los reinos de taifas, intentando empobrecerlos mediante tributos. Esta presión creciente hace que surjan numerosas sublevaciones en los reinos de taifas, que facilitan una posterior ocupación por Castilla.

Siglo X

A la muerte de Alfonso VI sin hijos varones (1109), la situación militar hizo aconsejable un segundo matrimonio de Urraca I (1109-1126), viuda de Raimundo de Borgoña. Tras varios años de guerra civil entre estos y los partidarios de su marido, es reconocido como Alfonso VII (1126-1157), el hijo de Raimundo de Borgoña, quien a la muerte de el Batallador será coronado como emperador.

El emperador dividió el reino entre sus dos hijos: Sancho III que es designado rey de Castilla y Fernado II (1157-1188)rey de León. Las hostilidades entre hermanos se recrudecen cuando la independencia eclesiástica, y con ella, la independencia política de León, se ve amenazada con el sometimiento del clero al arzobispo de León.

Todos los intentos de consolidar las alianzas fracasaron y solo en 1197, tras un nuevo ataque almohade, se llega a una nueva alianza, ratificada esta vez por el matrimonio del hijo de Fernando II y Urraca de Portugal, Alfonso IX, y la castellana Berenguela.

Este matrimonio hará posible la unión política de ambos reinos en la persona de Fernando III que recibiría de Berenguela el reino de Castilla al morir sin heredero varón su hermano Enrique I (1217) y el reino de León de Alfonso IX (1188-1230), en 1230. Sin embargo, no es hasta un año después, con el pacto de Toro, cuando el padre de Fernando acepta las negociaciones -había alzado rebeldías contra su vástago- poniendo fin a la última guerra entre León y Castilla.

Siglo XIX

La última aparición incidental del reino de León en la historia se produce entre el 1 de junio y el 25 de septiembre de 1808, cuando la Junta Patriótica de León asume la soberanía del reino de León en la Guerra de la Independencia hasta que la cede a la Junta Suprema Central en el acto de su constitución.

En 1833 se produce la definitiva (y actualmente vigente) división provincial promovida por Javier de Burgos, que elimina definitivamente anteriores divisiones territoriales. Con la creación de las provincias se incluye una adscripción de dichas provincias a regiones, sin ningún tipo de competencia administrativa o de otro tipo. Una de dichas regiones es la de León.

Gobierno: Cortes y concejos

Como todo reino medieval, el poder supremo por la gracia de Dios recaía en el rey. Pero comienzan a surgir comunidades rurales y urbanas para tomar decisiones sobre problemas de la vida cotidiana.

Así comienzan los concejos, o concilium, como una manera de autogobierno de núcleos de población en las que todos los vecinos tenían representación. Estos concejos abiertos evolucionarán a concejos cerrados, en los que una parte de los vecinos representará al resto. Asimismo conseguirán un mayor poder como la elección de magistrados y oficiales, los alcaldes, pregoneros, escribanos,...

Ante el creciente poder de los Concejos, surge la necesidad de la comunicación entre el rey y éstos, y he aquí el nacimiento de las Cortes en el año 1188 en León. En las Cortes leonesas medievales, los habitantes de las ciudades eran un grupo reducido, conocidos como laboratores y no tenían facultades legislativas, pero era un punto de unión entre el rey y el reino, algo en lo que el reino de León había sido pionero en la Europa medieval. Las cortes estarían así constituidas por tres estamentos (clero, nobleza, representantes de las ciudades) y aparecen como un diálogo entre el rey y la curia, por un lado, y los representantes de las ciudades y villas por otro.

Véase también

Fuentes