Rumiñawi
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Rumiñawi fue un bravo guerrero indígena ecuatoriano que se enfrento al colonizador español.
Leyenda
Cuenta una leyenda maravillosa, que un día hace mucho tiempo en una montaña sagrada de los andes centrales nació un hermoso niño, los abuelos le profetizaron que sería un gran líder, pues había nacido en la luna llena que se tiñe de sangre, en el eclipse lunar del noveno Pachacutik.
Por eso le llamaron Orominabi que significa ojos de fuego. Creció en el valle y en las altas montañas, fortaleció sus músculos en las grandes cascadas, y forjó su carácter en la selva profunda y misteriosa de los yumbos.
Cuenta la leyenda que este niño, era de carácter indomable que asombraba a su gente por su don de profecía y de guerrero zagas. Era hermano de Atahualpa y por eso compartía las enseñanzas con los grandes Amawtas y los Jatun Tayta - Mamas Yachaks, en las famosas escuelas del Tawantinsuyu llamadas Yachay Wasi.
Pero tan fuerte era su carácter que no pudieron los grandes Amawtas armonizar su voluntad y por consejo de los Taytas Yachaks, decidieron enviarle donde los sabios de la Selva misteriosa, allí aprendió a dominar su carácter, templar su fuerza y armonizar su energía.
Regresó después de 7 años a su añorada y querida tierra natal. Pero ¡Oh! sorpresa la gente huía lleno de susto y dolor, pues habían llegado los blancos barbados, a cumplir lo que decía la profecía de matar a los hijos del INTI. Encegueció de cólera y fue a buscar a los sabios y sabias, para preguntar qué sucedía, porque no defendía a su Pueblo y ellos le contestaron: ¡Ha llegado el tiempo que los RUNAS del Tawan Inti Suyu, duerman en la noche de los 500 años! y que todos los símbolos sacros sean escondidos y que los grandes sabios Amawtas, Amuntas, Yachaks se transformen en los más humildes campesinos, indígenas, para que la sagrada sabiduría del Inti no sea destruida y regrese en el Décimo Pachakutik, a dar vida a los herederos de tan alta sabiduría.
Los ojos de este gran guerrero se tiñeron de sangre, su corazón parecía salir de su pecho y su garganta exclamó: ¡Mana sakishachu, ñuka wawkikuna wañuchun! ¡mishasunmi! ¡Noo! No dejaré que mis hermanos y hermanas mueran! ¡Hemos de vencer!
Rumiñawi junto a 8000 guerreros, se fueron a enfrentar a estos hombres apodados langostas, pues a su paso arrasaban con todo. Los guerreros Runas tenían ventaja, pues los blancos cultores de la noche eran muy pocos, vencidos estaban estos hombres langostas, cuando algo terrible sucedió, temblaba la tierra y las montañas sagradas, comenzaron a hablar, comenzaron a erupcionar fuertemente, favoreciendo a los soldados castellanos. Con voz trémula e impotente ante los mensajes de su Allpa Mama, Rumiñawi exclamó: ¡Oh! Jatun Pachakamak, señor del infinito no nos abandones. Después de un breve silencio, reaccionó, sus ojos se tiñeron de sangre, de fuego, ira, coraje y tristeza y ordenó la retirada a las altas montañas sagradas.
Mucho tiempo estuvo en silencio, meditando con el Inti Yaya, la Killa Mama, muchas veces sintió desfallecer y sus ojos, se llenaba de lágrimas al ver a su llakta, tierra sagrada, morir poco a poco.
Pero un día, una niña se acercó gritando: ¡Apu Rumiñawi! ¡Tayta Rumiñawi! donde estás, están matando a nuestra gente, a las ñustas, a las mamas y a los wawas ¡ven a defenderlos! ¡Padre Rumiñaw! Como un relámpago, se levantó y con voz de trueno dijo: ¡Defenderé hasta con mi propia vida, hasta la eternidad, porque debe cumplirse la profecía:
¡WARANKA WARANKA KUTIN SHAMUN! ¡Miles y miles regresaremos!
Kaypimi kanchi Aquí estamos.
Ñukanchimi kanchi Nosotros somos.
Ama Killa, Ama Llulla, Ama Shwa