Tribuna Antiimperialista José Martí

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Tribuna Antimperialista José Martí
Información sobre la plantilla
Obra Arquitectónica
Trib 1234.jpg
Escenario donde se desarrollan actos políticos-culturales
Descripción
Localización:Al final del Malecón, en la Habana
Uso inicial:3 de abril del año 2000


La Tribuna Antimperialista José Martí es una plaza ubicada en La Habana (Cuba). Es el escenario idóneo para decirle al mundo las verdades evidentes, esas que saltan a la vista, del proceso socialista cubano.

Construcción

El Líder de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz precisa que esta tribuna debía ser fuerte y bien diseñada, para que se pudieran realizar en ella toda las actividades previstas, caracterizadas por grande concentraciones de pueblo. Deja bien establecido, además, que una vez que devolvieran al niño cubano, (Elian González) no cesarían las mismas, cambiando únicamente la posición de los alto-parlantes que ya no apuntarían hacia la SINA; teniendo en cuenta que la Tribuna había llegado para quedarse, por su importancia en la educación cultural, general y política de la juventud cubana. A partir de entonces, la dirección de la Revolución le da a la UJC Nacional, la gigantesca misión de organizar y supervisar la construcción de la tribuna en el más breve tiempo posible y con la calidad requerida.

Principales responsables de la construcción

El proyecto fue encomendado a la joven ingeniera civil Annia Martínez, quien se auxilió de un equipo integrado entre otros por el ingeniero civil Armando Sánchez Cantillo y el ingeniero eléctrico, Antonio Palacio, todos miembros de la Empresa de Proyecto de Industrias Varias, (EPROYIV), quienes concibieron, en tiempo record, la estructura de la misma, a partir de los motivos por los que se construía esta tribuna permanente.

Su ejecución comenzó, después de haber sido convenientemente aprobado por el Consejo Nacional de Esculturas Ambientales y Monumentos (CODEMA) el 15 de enero del 2000 a las bajo la dirección del arquitecto Maikel Menéndez, en el lugar que anteriormente ocupara el Parque "4 de Julio", en homenaje al Día de la Independencia Estadounidense, merecido tributo a ilustres hijos de ese pueblo.

Desde el primer momento, los 198 obreros, técnicos, ingenieros y arquitectos de varias provincias del país, la mayoría, miembros del Contingente Raúl Roa, laboraron en las distintas etapas constructivas, con un máximo de 500 trabajadores en los días finales de la construcción.

Entrega de la obra

Todos hicieron gala de rapidez, calidad, tesón y entrega sin límites al trabajo para poder cumplir con este compromiso contraído con la Patria, lo que permitió que en solo 80 días de 24 horas de trabajo, se pudiera terminar la tribuna con 21 días de antelación a la fecha programada.

Características

Tribuna Antiimperialista.

Es importante señalar que la Tribuna Antiimperialista José Martí, es una obra civil dotada de una tecnología moderna de audio y luces y concebida para desarrollar en su área actividades para 10 500 personas sentadas y 30 000 de pié, y 100 000 utilizando los espacios abiertos, que la circundan, caracterizándose así por su funcionalidad.

Las circunstancias históricas y las razones por las que fue construida esta Tribuna, explican el hecho, de que todos sus elementos representen aspectos importantes de nuestra historia, cultura e identidad nacional; de esta manera lleva el nombre de José Martí, por constituir el Maestro, un símbolo de la colosal batalla que libró y libra nuestro pueblo en el campo de las ideas, como lo hiciera de manera magistral el Apóstol en los años difíciles de la preparación de la guerra; su nombre constituye, un homenaje al Maestro y a sus ideas....". Esta es además la razón por la que la escultura "Martí Antiimperialista" del artista habanero Andrés González, sea la que presida toda la estructura.

En el pedestal del monumento se hermanan dos gigantes de nuestra América, Martí y Bolívar, a través de dos históricas frases que expresan la profunda unidad de pensamiento que existía entre ambos y que ponen de manifiesto sus concepciones acerca del carácter imperialista de los Estados Unidos, ya en aquel entonces.

El Maestro se encuentra escoltado en la Tribuna por diez torres verticales de acero que representan a nuestro árbol nacional, la Palma Real, en cuyas bases aparecen grabadas en sencillas placas, los nombres de personalidades latinoamericanas y cubanas que hacen de este lugar un sitio de recordación y homenaje a lo mejor del género humano, destacándose los líderes del proletariado mundial, Carlos Marx, Federico Engels y Vladímir I. Lenin, próceres de las guerras independentistas americanas como Simón Bolívar, Antonio José de Sucre, el cura Miguel Hidalgo, así como grandes luchadores latinoamericanos y antiimperialistas entre los que se destacan, Augusto Cesar Sandino, Benito Juárez, Salvador Allende, Omar Torrijos, Ernesto Che Guevara, ilustres representantes de las luchas libradas por el pueblo cubano como Carlos M. de Céspedes, Antonio Maceo, Máximo Gómez, Juan Gualberto Gómez, Julio Antonio Mella y José Antonio Echeverría.

De igual manera aparecen representados algunos de los mejores hombres y mujeres de los Estados Unidos, entre los que podemos señalar Clara Burton, Henry Reeves, Martín Luther King, Malcolm X, hasta llegar a 101 personalidades.

Cuenta además la Tribuna con 4 arcos de acero, colocados de mayor a menor, a partir del escenario, con 26 metros el más grande, 23, 20.5 y 16 respectivamente, montados todos sobre dados de concreto de 2 metros de altura; que representa la unidad del pueblo cubano, imprescindible en todos estos años de lucha, teniendo además, el propósito de garantizar que llegue con buena acústica a la Oficina de Intereses de los Estados Unidos, todo lo que dicen y hacen los cubanos en este lugar.

El escenario de vital importancia, teniendo en cuenta la función política y social de la instalación se caracteriza por su movilidad, tanto de la base como del techo y tiene, en uno de sus laterales, un ascensor para discapacitados, lo que da la posibilidad de que los impedidos físicos también puedan puntualizar su respaldo a las conquistas alcanzadas. A ambos lados del escenario aparecen dos gigantografías sobre paneles de cartón madera que constituyen reproducciones de dos oleos del destacado artista plástico Roberto Fabelo que realizó, a solicitud de la comisión encargada del proyecto que representan a un gallo de pelea, expresión de cubanía y de la valentía y disposición de los cubanos en la lucha y una isla emergiendo del mar, dando idea de la disposición de nuestro pueblo de crecerse ante las dificultades y seguir adelante.

Toda la estructura, construida en forma de antorcha, abierta y encendida hacia la SINA, evidenciando así la dimensión de la batalla que estamos dispuesto a librar, siempre que sean mancillados nuestros principios; todo encima de un piso con los colores rojo, azul y blanco, de nuestra Enseña Nacional.

Significación para los cubanos

Desde su mismo surgimiento ha sido el escenario idóneo para decirle al mundo las verdades evidentes, esas que saltan a la vista, del proceso socialista cubano. También es el muro desde donde rebatimos cualquier intento descabellado y ridículo en el afán sempiterno de desacreditar nuestra Revolución. Esta Revolución que nació hija del “caudal de su pueblo, sus héroes”, allá en 1959 cuando los barbudos, guiados certeramente por Fidel, conquistaron la libertad de la Isla.

La Tribuna Antiimperialista, es otro tramo irrevocable en el camino de hacer prevalecer nuestro sistema “con todos y para el bien de todos”. Tomada desde entonces por el pueblo también como fortín de su quehacer cultural, los cubanos han cantado, saltado, gritado y proclamado su realidad al mundo desde allí, usando las expresiones artísticas como puente multigeneracional. Es un “lugar de reunión, arte y lo que exprese nuestro patriotismo y avances económicos y sociales”.

Fuentes