Alfonso V

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Alfonso V
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Rey de León
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Reinado 999 - 1028
Coronación 11 de octubre de 999
Nacimiento 994
Fallecimiento 5 de mayo de 1028
Viseu, Portugal
Entierro Panteón de Reyes de San Isidoro de León
Predecesor Bermudo II de León
Sucesor Bermudo III de León
Cónyuge/s Elvira Menéndez
Descendencia Bermudo III, Sancho y Jimena.
Dinastía Dinastía Astur-Leonesa
Padre Bermudo II de León el ¨Gotoso¨
Madre Elvira García

Alfonso V. Apodado ¨el Noble¨. Undécimo rey de Asturias y León.

Síntesis biográfica

Hijo y heredero de Bermudo II, Alfonso V fue proclamado monarca en el año 999, tras lo cual, debido a su corta edad, fue puesto bajo la custodia de su madre, la reina Elvira y del noble gallego, Menendo González. En 1008 se hizo cargo personalmente del gobierno de sus territorios y tras enfrentarse a numerosas rebeliones de la nobleza entre los años 1012 y 1014, emprendió importantes reformas en la administración del reino, que culminaron con la promulgación en el año 1017 del Fuero de León.

Primeros años de vida

Hijo del rey de León Bermudo II el Gotoso y de la segunda esposa de éste, doña Elvira García, desconocemos a ciencia cierta la fecha exacta de su nacimiento, ya que existen importantes discrepancias en las fuentes escritas. Por un lado, el obispo Sapiro, que conoció personalmente al futuro monarca, indica que Alfonso contaba con 3 años de edad en el momento de la muerte de su padre, pero no es extraño encontrar imprecisiones en su crónica y es probable que cometiera un error a la hora de determinar la edad de éste, ya que todos los cronistas cristianos del siglo XII coinciden en afirmar que Alfonso llegó al poder a la edad de 5 años, versión que ha sido aceptada tradicionalmente por la mayor parte de los historiadores, que opinan que debió nacer entorno al año 994.

En este sentido es necesario señalar, que existe en el Liber Testamentorum una copia de un documento fechado el 2 de septiembre del año 992, en el que queda claramente atestiguada la presencia del joven infante, motivo por el cual algunos investigadores han afirmado que éste tenía 7 años cuando ocupó el trono, aunque esta opinión ha sido rebatida por numerosos estudios, como el de José María Fernández del Pozo, ya que se han encontrado pruebas concluyentes que permiten asegurar que el año debió ser cambiado por un error del copista encargado de la elaboración de la obra, dado que algunos de los personajes que aparecen confirmando el escrito, no se encontraban en la corte del rey de León en la citada fecha.

Fuera de estas polémicas hay que señalar que el nacimiento de Alfonso debió ser un gran acontecimiento en la corte de Bermudo II, ya que ha pesar de que éste había tenido descendencia de su anterior matrimonio con doña Velasquita, el infante fue el primer y único hijo varón legítimo del monarca. Así la presencia del heredero al trono se hizo patente desde su más tierna infancia en los distintos documentos emitido por la Cancillería Real, en los cuales se puede percibir claramente su elevada posición. Prueba de la importancia de Alfonso son los numerosos peligros a los que tuvo que enfrentarse prácticamente desde su nacimiento, ya que ha quedado registrado que el futuro rey sufrió un intento de asesinato cuando no era más que un niño. Dicha intentona fue perpetrada por el noble asturiano Analso Garvixio, el cual fue severamente castigado junto a su esposa por su traición.

Pero sin duda el acontecimiento que marcó por completo la infancia y en general toda la vida de Alfonso, fue la prematura muerte de su padre, ya que 38 días después de producirse el fallecimiento de éste, tuvo lugar de forma oficial su coronación en León, iniciándose así una situación política muy compleja para su reino, debido a la corta de edad del nuevo monarca.

Balance de su reinado

Al llegar a la mayoría de edad 1008, tomó medidas para pacificar el reino y controlar a la nobleza. En el Concilio de León del año 1017 dictó una serie de normas destinadas a restablecer la autoridad de la monarquía. Restauró la ciudad de León destruida por Almanzor 998. El 1 de agosto de 1020, reunió una gran asamblea de pontífices, abades y grandes del Reino, para promulgar un Fuero, que constaba de 58 decretos, para organizar política y civilmente el Reino.

El reino de A. comprendía León hasta el Duero, Asturias y Galicia. Castilla era, desde el s. X, un condado independiente de hecho, aunque el conde Sancho García llame «su rey» a A. Las tirantes relaciones entre condado y reino alternan con periodos de paz y buena amistad, que A. aprovecha para asentar más firmemente su autoridad y atender a la doble tarea de la reconquista y la repoblación, procurando conservar y recuperar sus posiciones al sur del Duero. Al título de ¨Noble¨ podría agregarse a A. el de ¨Restaurador¨ por la obra realizada en la ciudad de León (cfr. M. Risco, Historia de la ciudad y corte de León y de sus reyes, Madrid 1792.

En 1017 ó 1020 concedió un conjunto de leyes, elaboradas en una sesión extraordinaria de la Curia regia v. CURIA I, pues entonces no existían las Cortes, y que se aplicaron a todo el reino. Se conocen con el nombre de fuero de León, porque constituyeron su fuero municipal, que a su vez sirvió para otras poblaciones (cfr. L. Vázquez de Parga, El fuero de León, «Anuario de Historia del Derecho Español» XV, 1944, 464-498.

Guerra contra al-Andalus y la muerte de Alfonso V

Satisfecho por sus logros y aprovechando la guerra civil que se había iniciado en al-Andalus tras la muerte del segundo hijo de Almanzor, Abd al-Rahman ibn Sanchul, conocido por los cristianos como Sanchuelo, Alfonso V consideró que había llegado el momento de recuperar algunas de las posesiones que le habían sido arrebatadas en años anteriores, tanto por el citado caudillo musulmán como por su primogénito Abd al-Malik. Así decidió dirigir una expedición hacia Portugal, en el verano del año 1028, en la cual se proponía recuperar Viseo y Coímbra, plazas que prácticamente garantizaban el control sobre los territorios situados al norte del río Mondego.

Pero la expedición no iba a prosperar, puesto que el monarca el 5 de mayo de 1028 murió en las proximidades de Viseo poco tiempo después, según apuntan todos los cronistas, tras ser atravesado por una flecha mientras realizaba un reconocimiento del terreno sin contar con la debida protección. La muerte inesperada de Alfonso V el Noble, cuando contaba aproximadamente con 35 años de edad, marcó el inicio de nuevas sublevaciones nobiliarias, al parecer alentadas por Sancho el Mayor.

Los restos mortales del monarca fueron enterrados en la iglesia de San Juan Bautista, transformada años más tarde en la colegiata de San Isidoro de León. Alfonso V dejó dos hijos de su primer matrimonio, el futuro Bermudo III y la infanta doña Sancha.

Fuentes