Fortaleza de Jagua (Cienfuegos)
Fortaleza de Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua | |
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Ubicación | Entrada de la Bahía de Cienfuegos, Cuba |
Época de construcción | Siglo XVIII |
Uso actual | Fortaleza militar Museo (24 de marzo de 1998) |
Fortaleza de Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua. Se encuentra situada a la entrada de la bahía de Cienfuegos, zona centro sur de la Isla de Cuba, en una comunidad con fuertes tradiciones marineras. Es la única fortaleza militar española, construida a finales del siglo XVIII estilo renacentista. Fue declarada Monumento Nacional el 10 de octubre de 1978 e inaugurada como museo el 24 de marzo de 1998.
Historia
La Fortaleza de Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua, fue fundada en 1745 con el objetivo de servir de defensa de la bahía, y muy probablemente de toda la costa sur de la Isla ayudada por el Castillo de San Pedro de la Roca en Santiago de Cuba.
Son muy variados los hechos que hablan, desde el siglo XVI, de los intentos por fortificar la bahía de Jagua, topónimo aborigen del actual Cienfuegos, dado lo propicio del lugar para la estancia y aprovisionamiento de corsarios y piratas, así como las facilidades que la soledad del paraje proporcionaba al comercio de contrabando. Sin embargo, este objetivo no pudo convertirse en un hecho real hasta que los propios intereses económicos de los terratenientes criollos no se vieron perjudicados por el “salidero” que representaba la bahía desprotegida.
En 1554 Jacques de Sores, y Francis Drake en 1586, junto con John Morgan, Jean el Temerario y Gilberto Girón fueron, cada cual en su tiempo, famosos filibusteros visitantes de la bahía de Jagua. Con ellos comerciaban los activos habitantes de la comarca, contrabandeando así sus productos que carecían de otra salida por la política restrictiva de la Metrópoli.
No fue, pues, hasta que la Real Compañía de Comercio de La Habana se propuso costear dicha fortificación, que en 1733 el ingeniero militar Joseph Tantete Dubruller recibió la orden de acometer inmediatamente la construcción del Castillo, 12 años después estaría terminado y más tarde se vería convertido en el protagonista de las acciones militares que, desde el interior de la isla, se dirigieron para el rescate de la capital durante la toma de La Habana por los ingleses en el año 1763.
De la Fortaleza, se cuenta que fue escenario de combates navales contra embarcaciones piratas. En la mayor parte de las oportunidades rechazó el ataque enemigo y evitó la entrada de las naves y de las tripulaciones indeseables. No pocas veces sirvió de prisión a muchos de los que se rebelaron contra el poder de la Metrópoli. Hoy las añejas paredes son mudos testigos de siglos de historia.
Características constructivas
La Fortaleza posee características arquitectónicas provenientes de la Edad Media europea, por sus naves abovedadas y el foso que la rodea, pero su adaptación a la configuración del terreno y su planta geométrica la convierten en una fortificación típica americana.
Es expresión genuina de la arquitectura renacentista. La explanada escalonada de la entrada conduce a un puente levadizo que descansa sobre pilares y flanquea la entrada principal, impidiendo la comunicación con el interior de la Fortaleza.
En la construcción de Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua se emplearon sillares extraídos de las canteras de Pasacaballo, con un grosor de más de 1.10 m de ancho. La puerta de entrada tiene forma rectangular coronada por un arco abovedado. Una escalera de caracol enlaza los dos niveles de la Fortaleza. La torre cilíndrica con su cubierta en forma de cúpula define la mayor altura del inmueble.
En lo extremos de la plaza de armas, están situadas dos garitas cilíndricas que funcionan como atalayas con sus aspilleras dirigidas hacia la bahía y un aljibe con capacidad para 100 metros cúbicos de agua. Configurada para acopiar hasta la última gota de lluvia, la red hídrica del Castillo se alimenta del líquido natural desde la planta más alta, recorre interiores de muros y desciende hasta el aljibe, el cual posee aliviaderos hacia los fosos.
En buen estado de conservación se encuentra también la espadaña con su campana, regalada, según relatos, por el Capitán de Navío San Antonio, conocido como El Arrogante, a Doña Leonor, esposa del primer comandante de la Fortaleza, Don José Castilla Cabeza de Vaca, en 1762.
Para reforzar el sistema defensivo del puerto, en 1898, en vísperas de la intervención de los EE.UU., durante la Guerra hispano cubana norteamericana, se construyeron tres baterías de cañones y obuses, adaptados a la topografía del terreno: la loma de Jagua o Vigía, la del faro de Villanueva y la de Carbonell, de las cuales sólo esta última quedó en su lugar como constancia histórica.
Durante las obras de restauración que se llevaron a cabo entre 1922 y 1923, la fortificación sufrió transformaciones en el subsuelo de los fosos, la capilla y algunos elementos del edificio y sus alrededores.
Colecciones
A través de las salas expositivas puede conocerse sobre las incursiones de piratas y corsarios a este territorio de la Isla de Cuba, su conquista y colonización, así como la fundación de la Villa Fernandina de Jagua, nombre con que quedó bautizada originalmente Cienfuegos, en honor al monarca Fernando VII.
El Museo muestra además todo el proceso de construcción del inmueble y entre sus objetos más significativos se encuentran los proyectiles y piezas de artillería procedentes de la fábrica de Turbia de España. También se exponen fragmentos de cerámica y mayólicas españolas, y armas de fuego y blancas utilizadas durante los siglos XVIII y XIX por los cuerpos militares que allí se encontraban.
Los fondos de etnología no religiosa son únicos y tipifican las artes y medios utilizados en la zona para las labores vinculadas a la pesca.
La oficina del comandante está ambientada con un juego de escritorio estilo Renacimiento Español, mesa con tapete de mármol, panoplia para armas blancas y cofre de madera tallada, entre otras piezas que armonizan con el entorno oficial.
En la que fuera capilla de Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua, amueblada con rústicos bancos y mesa de madera, se exponen objetos religiosos como misal, libro de oraciones, crucifijos, candelabros. La decoración mural de una de sus paredes se considera hasta el momento la más antigua hallada en Cienfuegos.
En la antigua celda de tortura, donde se sometían a los reos al martirio físico conocido como ¨gota de agua¨ se muestran grilletes esposas y cadenas.
Gran parte de las colecciones expuestas en la Fortaleza provienen de los hallazgos de las expediciones arqueológicas dirigidas por Alfredo Ranquin a los fosos de la edificación.