Cojímar (Habana del Este)
Localidad Cojimar | |
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Localidad de Cuba | |
Entidad | Localidad |
• País | Cuba |
• Provincia | Provincia La Habana |
• Municipio | Municipio Habana del Este |
• Fundación | 27 de enero de 1632 |
Población | |
• Total | 20 400 hab. |
Cojímar. Localidad ubicada en el municipio Habana del Este en la provincia La Habana. En 1555 Cojímar tiene presencia de indígenas, de colonizadores españoles y de esclavos africanos germen de una futura población que caracterizó al territorio. El barrio de Cojímar perteneció hasta 1976 a la villa de Guanabacoa y desde entonces constituye parte del municipio Habana del Este. Tiene una extensión territorial de 4.2 Km.
Sumario
Geografía
Cojímar tiene componentes, naturales, históricos y socioculturales; entre ellos el río Cojímar, la playa, el valle, la vegetación, el Torreón de Cojímar, perteneciente al sistema de fortificaciones de La Habana contemplado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Límites
El poblado se encuentra aproximadamente a los 23.2 o de longitud norte y a los 82.3 0 de longitud oeste.
Forma parte del Municipio Habana del Este, que esta a 7 Km. al este de la Ciudad de la Habana.
Sus límites son:
1. Al Norte , con el Estrecho de la Florida
2. Al Sur, con la Avenida Monumental
3. Al Oeste, con la Avenida que da acceso al Estadio Panamericano y al reparto Camilo Cienfuegos
4. Al Este, con Alamar
Clima
El clima está fuertemente influido por la cercanía de la costa, por lo que la temperatura media anual varía muy poco, sólo entre los 24 y 26 grados Celsius, en tanto la precipitación media anual es del orden de los mil 200 a mil 400 mm y la humedad relativa entre 85 y 90 por ciento.
Hidrografía
El río Cojímar, que nace en la Llanura de La Habana Matanzas, desemboca por la Boca de Cojímar, con una extensión de 10 Km. corre en dirección SNO y tiene cinco afluentes. Posee una diversidad de usos importantes, entre ellos de fuente de abastecimiento de agua, agricultura, reservorio pesquero, conservación de la fauna y vegetación, vía de comunicación y otras.
En el tercio medio de la cuenca del río Cojímar su área es menos ondulada y en ella se localiza una gran parte de los núcleos poblacionales.
Relieve
El uso de la tierra es fundamentalmente urbano, es bastante limitado para la actividad agrícola, por contar con suelos poco productivos. De los sectores económicos presentes, los menos desarrollados son la agricultura y la pesca.
Historia
Colonial
Esta localidad marina es un conjunto arquitectónico y natural que surgió alrededor del antiguo fortín español conocido como Torreón de Cojímar, perteneciente al sistema de fortificaciones de La Habana, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, fundado el 15 de julio de 1649 para salvaguardar los alrededores del litoral en esa zona. A partir de entonces quedó establecido el primer asentamiento poblacional del territorio, que empezó con unos ranchos de pescadores, formándose poco a poco la aldea.
De esos oasis encantados de la costa de La Habana, quizá sea Cojímar actualmente el más modesto. Sin embargo, en el pasado, fue el que gozó de más brillantes días. Y fue, además, el único que dio a la historia de Cuba horas heroicas. Desde principio del Siglo XVIII ya Cojímar existía como una pobre aldea de pescadores, pero su vida histórica nace en 1762, por la valiente resistencia que entonces hicieran sus vecinos a las tropas inglesas que al mando del Conde de Albemarle desembarcaran en su costa. Como reliquia de la heroicidad de aquellos días, aún quedan el histórico castillo que tan bravamente se batiera con los invasores, y el lomerío que fuera testigo del coraje de Pepe Antonio.
Cojímar comienza a vivir sus más doradas horas a principio del Siglo XIX. Desde la Real Villa de Guanabacoa de la cual era, y es todavía en estos días, término dependiente y desde la Capital, llegaban los Capitanes Generales, altos oficiales y las más linajudas familias a tomar los baños y a gozar del clima saludable. Viviendas de recreo, hoteles y espaciosas residencias veraniegas se levantaron a lo largo de la playa, y se abrieron algunas calles por donde rodaban plácidamente calesas, volantas y quitrines.
República necolonial
Más tarde, ya establecida la República, Cojímar aún vio días en que el sol dorado fulguró sobre sus aguas. Fue allá por los años presidenciales del general José Miguel Gómez y el general Menocal. Entonces doña Pilar Somoano del Toro, dueña por esos tiempos de uno de los más famosos hoteles capitalinos, El Telégrafo, construyó en sus alrededores un hermoso establecimiento de veraneo, el Hotel Campoamor. Aun no soñaba alcanzar la joyante Varadero el auge que ha llegado a disfrutar en estos días, y Cojímar volvió a la moda. Desbordó de lunas de miel; contempló nuevamente las más poderosas familias; banqueros que buscaban unas breves horas de placidez en la agitación de sus negocios; ilustres hombres públicos criollos, restaurando en sus aguas los agotados nervios, destrozados en la abnegada lucha de hacer patria.
Revolución en el poder
Mas a pesar de este republicano esplendor, ya desde entonces puede notarse un cierto olvido como balneario público en esta hermosa villa marina. Y es que siempre recatada, casi íntima, respetando a grado extremo el espíritu de sus grandes días, Cojímar tarda en aceptar, de buen grado, los revolucionarios tiempos de las modernas trusas. Ella había vivido la época de las cerradas casetas, cuando la mayoría de las gentes tomaban los baños de mar por prescripción facultativa, para aliviar sus reumas y curar los males del hígado, cuando las hermosas habaneras púdicas y ruborosas, entregaban sus bellezas al mar enfundadas castamente en antiestéticos sayones, que las resguardaban de todo ojo pecador desde el cuello a los tobillos. Pero al llegar a estas costas soleadas, lo mismo que los vientos del norte, las modas de las playas abiertas en que el baño de mar se realiza no sólo en función medicinal, sino como higiene física y mental, como deporte recreativo y como vida social, Cojímar poco a poco fue olvidada. No pudo ya competir con Santa Fe, Marianao, Varadero, Guanabo, que en más amplia extensión, con inmensos paseos de arenas surgían a la vida bajo el signo de la más desnuda modernidad.
Aparte de ese espíritu tradicional de que hemos hablado, quizá si ese desplazamiento se debe también a que Cojímar reposa como una tímida gaviota sobre un lecho de agresivos arrecifes. Su intimidad y pequeñez unida a la agresividad del lecho marino y su poca extensión de arena, no permiten el tumultuoso desbordamiento de multitudes, ni tiene escenario adecuado para esos largos desfiles de trusas y de carnes exquisitamente tostadas que tan maravillosamente hoy embellecen las más modernas playas.
No obstante Cojímar posee no sabemos qué gozosa intimidad, sabe encantar con tan espiritual frescura y placidez, que no obstante la suntuosidad de las demás playas cercanas, en verano o en invierno no se encuentra en Cojímar una casa vacía, siempre está harta de residentes y sus aguas siempre llenas de bañistas. Pues, como panorama, es uno de los más hermosos rincones del norte de La Habana. Su clima es saludable. En sus alturas se levanta el Preventorio en lo que fue antiguamente el Hotel Campoamor, que funcionó durante 9 años desde 1907 y luego fue convertido hasta los años de 1960 en el Centro Médico Educativo Preventorio Anti-tuberculosis “José Martí”, sanatorio para niños en estados pretuberculosos, la atmosfera natural de este poblado marino era idónea para los que padecían esa enfermedad.
Arquitectura
Presenta un conjunto arquitectónico y natural representativo del modo de vida de los pescadores, que surgió alrededor del Torreón de Cojímar a mediados del Siglo XVII. Es en este sitio en el que desarrolló su afición por el deporte de la pesca el novelista norteamericano Ernest Hemingway y es en este pequeño pueblo de pescadores, al este de la capital, donde ambientó Hemingway su novela mas famosa y poética: El viejo y el mar. El lugar es bastante pintoresco aunque la afluencia turística lo ha desvirtuado ligeramente. Se destaca en este escenario el restaurante Las Terrazas, donde solía comer el novelista con su amigo Gregorio, el capitán del Yate Pilar, con el que salía de pesca.
El Torreón de Cojímar es un antiguo fortín español construido en el surgidero como extensión de las defensas de La Habana, encargado de salvaguardar los alrededores del litoral en esa zona; su fecha de fundación se supone que haya sido el 15 de julio de 1649 y es a partir de entonces que quedó establecido el primer asentamiento poblacional del territorio. El poblado empezó con unos ranchos de pescadores, formándose poco a poco la aldea.
En el año 1762 entró esta pequeña fortaleza en plena acción durante la invasión de los ingleses. Aunque no pudo hacer gran resistencia por no estar del todo bien equipado, si fue lo suficientemente defensivo para que las tropas extranjeras no pudieran usar la playa de Cojímar y tuvieran que desembarcar más al este de su protegida bahía. Los ingleses la destruyeron; pero después de reconstruida, la fortificación quedó como lo que es hoy, un pequeño castillo al cual todos prefieren seguir nombrando como torreón.
En 1813 se erigen las primeras construcciones que favorecen la explotación de localidad balneario, actividad que con el tiempo cobró gran auge y propició el desarrollo urbano, ya que considerables volúmenes de población de la vecina villa de Guanabacoa y de la cercana capital acudían temporalmente, utilizando al lugar como un sitio de veraneo por sus condiciones naturales. En el año 1864 se inauguran allí los primeros baños públicos de Cuba, conocidos como Nuestra Señora de la Asunción, con una arquitectura de madera, típica de playa. Este acelerado proceso constructivo demandó gran cantidad de recursos maderables, lo que hace presumir que se deforestaran las áreas boscosas más próximas, con la consiguiente afectación a la biodiversidad que permite establecer que los problemas ambientales; datan con suficiente anterioridad al momento actual, y que se encuentran ligados a la historia del poblamiento y la asimilación económica del territorio. La función como balneario continuó creciendo y así el Hotel Cojímar fue inaugurado en el año 1865, actualmente en ruinas . En 1907 se construye el hotel Campoamor, instalación que se caracterizó por prestar un servicio de alto nivel, con lo cual la actividad adquiere una connotación de turismo incluso internacional, que provoca el desarrollo acelerado del asentamiento, abriendo paso a una nueva etapa dentro de la historia la localidad. Existen indicios de que se construyó un hotel un poco después del Campoamor, el Villa Ruiz, que actualmente no existe y no tuvo relevancia en la época. En el mismo año 1924 se levantó un puente para bañistas y se abrió el Club Náutico de Cojímar, lo cual elevó la posibilidad de visitas al poblado para la práctica de deportes y la celebración de eventos. El restaurante La Terraza, célebre sobre todo por la presencia habitual en él de Ernest Hemingway, se inaugura el día 20 de mayo de 1925. Esta apertura en función del esparcimiento posibilitó una mayor radicación de pobladores. Se construye en el año 1927 el hotel Loma Residencial, de mampostería, considerado uno de los más lujosos de su tiempo y van apareciendo las pequeñas pensiones y casas de huéspedes, con lo cual el turismo de sol y playa se instala definitivamente como la actividad que sustenta económicamente al poblado (Bridón, 2004). En el año 1945 comienza la construcción de la Vía Blanca, lo cual posibilitó el uso de las playas hacia el Este de la capital, las que cobraron una mayor importancia debido a su calidad y extensión. Este hecho influyó negativamente sobre Cojímar, que perdió importancia al dejar de ser visitado por los pobladores de La Habana. A partir de entonces puede comenzar a hablarse de una etapa de retroceso para la localidad. En relación con esto último cobra gran trascendencia la apertura del Túnel de La Habana pues provocó un auge de la transportación en esa dirección, no sólo a partir de la Vía Blanca hacia las Playas del Este, sino hacia otras provincias con la construcción del Puente de Bacunayagua, donde el pujante balneario de Varadero ya comenzaba a ser una fuerte competencia. Con la pérdida del turismo, ninguna otra actividad económica, ni siquiera la pesca, logró convertirse en motor impulsor de desarrollo, y aunque éste continuó creciendo en volúmenes de población, los indicios de deterioro fueron apareciendo. En 1991 se construyen las últimas instalaciones turísticas en Cojímar, con motivo de los Juegos Panamericanos de ese año.
En las proximidades hay un bello paisaje de terrazas escalonadas, llamado las Escaleras de Jaruco.
Es esta una zona de protección marcada por el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural.
Población
Esta localidad cuenta con una población aproximada de 20 mil 400 habitantes.
Cultura
El Premio Nóbel de Literatura Ernest Hemingway halló en Cojímar su fuente de inspiración mayor para escribir ese clásico de todos los tiempos que es su novela El viejo y el mar. Aquí nació su amistad, en 1928, con Gregorio Fuentes, quien más tarde se convirtiera en patrón del Yate Pilar, donde tantas veces Hemingway saliera a pescar.