Desierto de Gobi
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Desierto de Gobi. Con 1.040.000 kilómetros cuadrados de extensión el desierto del Gobi es el más grande del mundo. Se sitúa entre el norte de China y el sur de Mongolia. El desierto del Gobi es famoso, porque fue el primer lugar donde se encontraron restos de dinosaurio en el mundo. Históricamente el desierto estaba habitado por pueblos nomadas, pero actualmente han disminuido.
Gobi. Significa desierto en mongol, y no hay palabra que defina mejor esta enorme extensión de tierra entre el sur de Mongolia, el Tíbet y el resto del gigante asiático, China, por el norte y este.
Sumario
Historia
El Desierto de Gobi se destaca por haber sido parte del imperio Mongol y por la localización de varias ciudades importantes a lo largo de la Ruta de la Seda. El viajero italiano Marco Polo, su padre y su tío fueron los primeros europeos en atravesar el Gobi, en el año 1275. La siguiente travesía registrada fue la del sacerdote jesuita francés Jean François Gerbillon (1654-1707) a partir de 1680. En épocas más recientes, varias expediciones han explorado el Gobi, incluidos los viajes organizados por el explorador sueco Sven Anders Hedin.
Descripción
Ocupando un 30% de la superficie del país, el Desierto de Gobi es una extensión de tierra enorme, de los desiertos más grandes del planeta. Ocupa el sexto lugar en los desiertos del mundo por extensión, detrás del desierto arábigo, el líbico, el australiano (este ocupa casi toda la isla), el sáhara y el más grande, el antártico.
Sus temperaturas son dignas de no querer pasar por ahí mucho tiempo, ya que en verano se pueden alcanzar fácilmente los 38º, mientras que en invierno se le da la vuelta al termómetro hasta alcanzar los -40ºC. Sin embargo, el desierto de Gobi es de un interés especial para los historiadores y arqueólogos, sobre todo desde que Marco Polo fuera el primer europeo en estudiarlo en el siglo XIII.
En este desierto se han encontrado numerosos fósiles, incluyendo los primeros huevos de dinosaurio descubiertos. Este descubrimiento comenzó en 1920, cuando unos paleontólogos viajaban en caravana por el desierto y quedaron atascados en la arena. Tuvieron que hacer noche allí, pero ningunó se quejó cuando descubrieron un enorme yacimiento. Se recogieron numerosos cráneos de lagartos y despues afloraron esqueletos de dinosaurios (como los proceratops). Esto se mantuvo así en buena parte porque los desiertos tienen buenas condiciones para la fosilización, ya que cuando un animal muere su cuerpo es rápidamente tapado por la arena, momificado, evitando la descomposición de la materia.
Clima
El clima del desierto de Gobi es extremo, combinando rápidos cambios de temperatura, no sólo a lo largo del año, sino también en cuestión de 24 horas. La temperatura promedio en invierno se encuentra entre los - 40ºC mientras que en el verano el clima va de moderado a caliente, con máximas de 45ºC. Toda el área del desierto se caracteriza por su aridez extrema, principalmente durante el invierno. En cuanto a la primavera y el verano se presentan las tormentas de hielo y nieve.
Zona animal y vegetal
Dentro del desierto y las regiones circundantes se pueden encontrar paseando por las rocas y las arenas una gran cantidad de animales cuyo sistema de adaptación se ha acoplado perfectamente al ambiente. Dentro de este grupo se pueden apreciar: la gacela de cola negra, los leopardos de la nieve, los osos pardos y los lobos. Las tres cuartas partes del área del desierto tienen una fina vegetación de hierbas, arbustos y espinos, suficiente para alimentar los rebaños de los pastores nómadas que viven en la zona; hay agua en pozos y en algunos lagos poco profundos. Es posible encontrar arbustos adaptados a la sequía tales como la Salsola Passerina, y la artemisia cana.
Desenterrando fósiles
En las profundidades del desierto de Gobi se han encontrado los más increíbles hallazgos fósiles de la historia, incluyendo los primeros huevos de dinosaurio. Los yacimientos del Gobi datan del Cretácico, uno de los periodos geológicos más críticos para la supervivencia de determinadas especies. Michael J. Novacek, paleontólogo del Museo Americano de Historia Natural, quien organiza expediciones al Gobi desde 1990 señala: “este sitio es una mina”, y agrega, “esto parece que no se acaba nunca. Cada tres minutos aparece un fósil”. El científico está convencido de que todos estos hallazgos, sobre todo el concerniente a la calavera del Mononychus, ayudará a comprender mejor la asombrosa transformación del dinosaurio en pájaro. También se han encontrado los restos de un nido para cobijar los huevos de una bestia cretácica.
Un gran yacimiento de fósiles de la era de los dinosaurios
En 1920 una expedición de paleontólogos viajaba en caravana por el desierto de Gobi en busca de restos fósiles de animales. A unos 50 kilómetros del pueblo de Dauz el camión que los transportaba quedó atascado en la arena, por lo que tuvieron que acampar allí mismo. Este percance hizo que de manera fortuita se detuvieran justo en un lugar con abundantes fósiles, el yacimiento que se denominó Ukhaa Tolgod. Primero se recogieron 30 cráneos de lagartos y de pequeños mamíferos y a los pocos días de estancia afloraron cráneos y esqueletos de 13 dinosaurios terópodos y varios nidos de dinosaurios con huevos fosilizados. Posteriormente se encontraron docenas de esqueletos de protoceratops, un pequeño dinosaurio con cuernos de hace 80 millones de años.
Los reptiles son animales comunes en los desiertos. Por eso, los dinosaurios, que eran reptiles, también debieron adaptarse bien a esos lugares. Durante el Triásico convivían dinosaurios y mamíferos, pero dominaban los primeros, ya que soportaban mejor las condiciones cálidas y secas que había en el supercontinente de aquella época llamado Pangea. Por otra parte, en los desiertos se dan buenas condiciones para la fosilización. Cuando un animal muere, al quedar cubierto rápidamente por la arena y actuar el calor y la sequedad, queda momificado su cuerpo, ya que se evita la descomposición de la materia, lo que se produciría si estuviera en zonas húmedas.
La vida bajo el suelo
Muchos de los animales que habitan en el desierto, tanto diurnos como nocturnos, viven bajo el suelo. Sus refugios bajo tierra los protegen de los depredadores y del calor. En ellos descansan en las horas de mayor insolación y temperatura, así como entre periodos de alimentación. También utilizan estos refugios para almacenar alimentos con los cuales sobreviven en la época de escasez. El gerbo (Meriones unguiculatus) es como un pequeño canguro. Sus patas posteriores son más largas que las anteriores y tienen una cola larga. Se mueve dando saltos, que pueden ser de hasta 3 m. Para protegerse del frío excava una madriguera en la que vive un único animal adulto o una hembra con sus crías.