El Caimán Barbudo

El Caiman Barbudo
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Revista artístico-literaria, con énfasis en el pensamiento y la reflexión sobre la realidad cubana. Sus páginas dan cabida al pensamiento cultural, la crítica de arte y literatura y el análisis social. Promueve y difunde la labor creadora de los jóvenes intelectuales.
Director(ar):Fidel Díaz Castro
Grupo Matriz:Editora Abril
Editor(a):Rafael Grillo
Editor(a) Web:Leopoldo Luis
Redactor(a):Paquita Armas Fonseca, Bladimir Zamora Céspedes, Joaquín Borges Triana
Diseño de cubierta:Helena Arco
Diseño Web:Héctor Otero
ISSN0864-0513
Fecha de Fundación1966
UbicaciónPrado 553 entre Dragones y Teniente Rey, La Habana, Cuba.
PaísBandera de Cuba Cuba
IdiomaEspañol
Sitio web
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El Caimán Barbudo. Revista cultural de la juventud, comprometida con lo más avanzado y revolucionario de la cultura cubana e internacional. Sus páginas dan cabida al pensamiento cultural, la crítica de arte y literatura y el análisis social. Promueve y difunde la labor creadora de los jóvenes intelectuales.

Historia de la revista

Surgió en 1966 como Suplemento cultural del periódico "Juventud Rebelde". Unió a la primera promoción de autores emergida en la Revolución. Jesús Díaz su primer director, ganador del premio Casa de las Américas en el Género de testimonio, Luis Rogelio Nogueras, Víctor Casaus, Guillermo Rodríguez Rivera, Raúl Rivero y otros.

Salía en forma de tabloide, con frecuencia mensual de casi 80 000 ejemplares, e incorporaba una amplísima gama temática. Desde sus inicios, devino una indispensable plataforma para los jóvenes creadores donde desarrollar el ejercicio del criterio y dar a la luz su literatura más reciente. Tuvo proyecciones más allá del hecho editorial, al promover concursos, recitales, tertulias.

Marcó profundamente la concepción crítica de la Literatura cubana, de tal manera que se concibe a buena parte de los jóvenes vinculados a este proyecto cultural como segunda generación de la Revolución (o primera del Caimán), con la consecuente saga generacional que de esta asunción se deriva.

Luego fue dirigida por Fidel Díaz Castro y como institución La Unión de Jóvenes Comunistas de Ciudad de La Habana.

Panorama intelectual cubano

La clave del asunto habría que buscarla tal vez en la historia. Si nos remitimos a sus orígenes, El Caimán nace como una necesidad en el panorama intelectual cubano (intelectual, más allá del cultural). Algunos de sus fundadores lo han visto incluso como el espacio que vino a llenar el vacío dejado por el cierre de “Lunes de Revolución”. Más allá de esta sospecha, nos debe quedar el marcado carácter periodístico, de inserción en la realidad, de careo con ella, que algunos consideran un defecto desde el prisma meramente literario cuando constituye una de sus esencias.

portada del primer número de El Caimán Barbudo

Todo esto descartando su formato, tirada (20 mil ejemplares en la actualidad), variedad de géneros y temática, así como la inmediatez de su salida, que hacen de “El Caimán” es una publicación que interactúa con el entorno ideológico (en el amplio sentido del término).

Superando las definiciones extremas, reduccionistas o, si se quiere, "oficialistas" como las del propio Jesús Díaz, que paradójicamente no provenía de la cantera de cuadros sino precisamente de las filas de los escritores (a raíz de su premio Casa de las Américas), a “El Caimán” lo pare el ansia de revolucionar desde las ideas, o, para decirlo trovadorescamente de virar esta tierra de una vez. Sus hacedores, en diversos momentos, andamos convencidos de que podemos, desde la palabra y la gráfica impresa, transformar el país.

número especial de junio de 1966

En sus inicios encontramos textos de Félix Guerra, Elsa Claro, o Félix Contreras, de formación periodística; Ricardo Jorge Machado, Aurelio Alonso y Fernando Martínez Heredia, de perfil filosófico; Wichy Nogueras, Jesús Díaz, Víctor Casaus y Guillermo Rodríguez Rivera del ámbito poético y literario, a los que habría que sumar al gallego Posada y a Juan Ayús de las artes visuales.

Perfil editorial

Se resiste a ser solo una revista; se ha demostrado que funciona como una institución social con diversas maneras de comunicarse con el público.

Desde su comienzo la revista ha tenido un perfil editorial que en esencia se mantiene. Por una parte se preocupa por reflejar lo más valioso de la literatura emergente del país, en todos los géneros. Por supuesto, sobresalen la narrativa breve y la poesía, aunque incluimos obras de teatro y ensayos. Además, se trata de mostrar un espectro del resto de las creaciones hechas por lo jóvenes, especialmente entre las Artes plásticas, que han sido siempre la resonancia visual de la revista.

Otra de sus propensiones es quizá porque Silvio Rodríguez está en la génesis de “El Caimán” una no disimulada cercanía con la Nueva Canción Cubana y con el movimiento de la Canción latinoamericana. Al mismo tiempo tiene la preocupación de revelarle a la juventud algunos testimonios de personalidades de la Cultura cubana de generaciones anteriores que tengan especial importancia para el joven creador. Otra característica es la promoción de libros de excelentes autores que es poco conocidos en el país.

“El Caimán Barbudo” ha perdurado en el tiempo primero como suplemento de Juventud Rebelde y ahora como una de las publicaciones de la Casa Editorial Abril. La razón por la cual el propio Caimán se salva de las tendencias entre sus realizadores es el abarcador perfil que lo define desde su fundación. No es la voluntad de quienes lo hacen, sino el tiempo quien dicta el Caimán necesario. No hay tendencia o agrupación capaz de domarlo porque su espectro es mucho más amplio que las fronteras de cualquier posición reduccionista.

Propósito de la revista juvenil

No solamente ser una Revista literaria, sino ser una revista de cultura y pensamiento en su sentido más amplio. No solamente un espacio de poetas o narradores, sino también de pensadores, de ensayistas, de gente que discurriera sobre lo que pasaba en la Cultura cubana, en América Latina, en el mundo. A lo largo de su trayectoria, en alguna que otra de sus etapas, "grupos" ligados a la revista pretendieron reducirla a una publicación de arte y de literatura. Y no han faltado, incluso, quienes han querido transformar su perfil social y político. Por suerte, tales esfuerzos sólo han conseguido como recompensa el fracaso.

No se puede deslindar el perfil editorial del acontecer sociopolítico en una publicación que desde su nombre marca una postura de compromiso concreta y real con una peculiar circunstancia. Y no es sólo un problema de título. Más allá de la metáfora está el texto de la primera portada, una elocuente definición de su perfil salida tal vez de la pluma de su primer director, el compañero Jesús Díaz , y la cual, por su nivel de comprometimiento, vale la pena reproducirla textualmente:

Obra de los jóvenes revolucionarios

El Caimán Barbudo ha hecho acto de presencia. Comprometido sólo con la revolución, con su partido, que es igual a estar comprometido con la verdad y con el arte. El arte verdadero no ha sido ni podrá ser jamás contrarrevolucionario. Conscientes de la profunda militancia, y de que los Dogmas no han hecho siempre sino frenar el desarrollo de la cultura, alentaremos la investigación en todas las esferas sin olvidar que somos hombres de una época, hombres de una Revolución, hombres de la Revolución Socialista de Cuba, y que a ella nos debemos.

Escribir para el pueblo es llamarse Miguel de Cervantes en España, William Shakespeare en Inglaterra, Tolstoi en Rusia; creemos, con Vladimir Illich Lenin, que la cultura nueva sólo puede ser desarrollada conociendo con precisión la cultura que ha creado la humanidad en toda su historia y transformándola; creemos, como José Martí, que no hay igualdad de derechos sin igualdad de cultura; creemos como Fidel Castro Ruz, que debe ser preocupación fundamental de la Revolución el desarrollo espiritual del hombre nuevo. Órgano de los Jóvenes, sea éste un llamado a la colaboración y a la crítica.

Sabemos que el arte no está divorciado de la vida, esta publicación tratará de literatura y de política; de Artes plásticas y Filosofía. Así, comprometidos con la revolución y con el arte hasta la médula de los huesos, entonaremos desde estas páginas el canto nuevo, alegre y triste, esperanzado y cierto de los constructores.

Como se nota, desde su fundación la revista rebasaba el ámbito meramente literario. El primer artículo de aquel Caimán 1/66, es "Las ideas seudomarxistas de la alienación"

Sección de rock

La sección de Rock del Caimán se llama actualmente “La cuerda floja” y la escribe el periodista Humberto Manduley. En sus inicios se llamó “Entre cuerdas” y la hacía el Guille Vilar. Era un espacio mucho más breve que el actual y las informaciones que brindaba podrían parecer hoy muy elementales.

portada con referencia a tema de rock

Sin embargo, la revista las publicaba en un período en que a una gran cantidad de personas, sobre todo funcionarios de Instituciones culturales y no culturales, les parecía que esa tendencia musical era parte del “enemigo”. Entre cuerdas fue una ventana dentro de aquella restricción en la prensa escrita. Considero que la revista puso alguna piedrecita en el muro que contuvo la intolerancia a ese género y posibilitó que ahora no sea nada raro hablar de rock y la propia publicación cuente con un espacio más amplio para tratar el tema.

Madrina de trovadores

La Revista cultural “El Caimán Barbudo” se ha convertido en una especie de madrina de trovadores, en medio de tanta variedad musical y de la presencia aplastante de géneros banales. Por eso surgieron unos espectáculos que en Cuba se llaman “Peñas”, en las que un músico, casi siempre un trovador, se sube al escenario de los antiguos estudios Areito, en La Habana, a cantar para un público que ama la canción a guitarra, el arte que hace pensar y la bohemia.

Al frente de todo eso están “El Caimán Barbudo” y su director, Fidel Díaz Castro. El origen de esas peñas es el disco “La voz del Diablo Ilustrado”, que le siguió al segundo libro de la saga de El diablo ilustrado, y que se titula Confesiones.

Véase también

  • Librínsula, Imagen de… Posada en El Caimán Barbudo. Por MSC. Vilma Ponce[2]
  • Librínsula,Conversando con Guillermo Rodríguez Rivera sobre El Caimán Barbudo A 45 años de la salida de su primer número Por Vilma N. Ponce Suárez, investigadora de la BNCJM[3]
  • Cubadebate,Paquita de Armas: “El Caimán Barbudo bien vale una fiesta”[4]

Fuentes