Espiritualismo
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Espiritualismo. Se aplica este término a toda doctrina que practique la filosofía como análisis de la conciencia o que pretenda inferir de la conciencia los datos de la investigación filosófica o científica. Sistema filosófico que defiende el espíritu y la inmortalidad del alma, el positivismo surge como respuesta a esta filosofía.
Sumario
Concepto
Doctrina filosófica que reconoce la existencia de otros seres, además de los materiales: el cristianismo es un tipo de espiritualismo. Sistema filosófico que defiende la esencia espiritual y la inmortalidad del alma, contraponiéndose al materialismo.
Origen
Surge este término en 1853 por V. Cousin, el cual escribió en su obra Du vrai, du beau et du: «Nuestra verdadera doctrina, nuestra verdadera bandera es el espiritualismo, esta filosofía tan sólida como generosa. Esta filosofía enseña la espiritualidad del alma, la libertad y la responsabilidad de las acciones humanas, las obligaciones morales, la virtud desinteresada, la dignidad de la justicia, la belleza de la caridad y fuera de los límites de este mundo muestra un Dios, autor y modelo de la humanidad que luego de haberla creado, evidentemente con una excelente finalidad, no la abandonará en el desarrollo misterioso de su destino. Tiene el desarrollo y la naturaleza de una escolástica
Tesis fundamentales
- la negación de la realidad del mundo externo, o sea el idealismo gnoseológico. Esta negación puede estar más o menos condicionada o ser más o menos indirecta, pero en último análisis es inevitable porque una realidad externa a la conciencia sería, por definición, inaccesible a ésta y estaría en contradicción con el empeño metodológico del espiritualismo. Por lo tanto, directa o indirectamente, esta doctrina reduce toda realidad a objeto inmediato de conciencia.
- la consiguiente reducción de la ciencia a conocimiento falso, imperfecto o preparatorio. Los espiritualistas más sagaces, como Lotze y Bergson, han reducido, precisamente, la ciencia a conocimiento preparatorio.
- El encuentro en la conciencia de datos adecuados para construir el mundo de la naturaleza y el mundo de la historia en su carácter finalista o providencial.
- El encuentro en la conciencia y, por lo tanto, en el mundo de la naturaleza y de la historia, de datos adecuados para llegar a Dios o a un principio divino en aquella de sus especificaciones que concuerde con la tradición teológica del cristianismo.
- la defensa de la tradición y de las instituciones en las cuales encarna, ya que la tradición es interpretada como la manifestación en el mundo humano del mismo principio divino que se revela en la conciencia. La defensa de las buenas causas» de que hablara Cousin se traduce en el ámbito de esta corriente, y en la mayoría de las ocasiones, en el conservadurismo político.
Repercusión
La corriente espiritualista tiene amplia repercusión en toda Europa (Alemania, Inglaterra, Italia), no obstante haya sido en Francia donde ha tenido mayor eco. La filosofía francesa es por excelencia una filosofía de la conciencia.
Principales representantes
Montaigne inicia esta forma de filosofar que consiste en una actitud de recogimiento interior, de indagación de la propia espiritualidad
En el siglo XIX, Maine de Biran recuperará esta forma de pensar. Para los espiritualistas, este será un maestro de quien todos ellos se declaran deudores
Es una figura enigmática es J. Lequier. El problema sobre el que versa la filosofía de Lequier es la relación entre la necesidad y la libertad. La libertad es el postulado fundamental de la ciencia, que muestra el orden o la uniformidad de la naturaleza.
Otros clásicos del espiritualismo francófono son E. F. Amiel y C. Secrétan, que centran su reflexión en el tema de la libertad condicionada, que depende de un ser incondicionado y absoluta libertad.
También E. Boutroux; el título de su primer escrito es pragmático: La contingencia de las leyes de la naturaleza. La polémica antipositivista llega hasta la misma raíz del positivismo: su concepto de ley natural.
M. Blondel. Se destaca dentro del espiritualismo, que entiende la filosofía como una auscultación interior o repliegue sobre uno mismo, merece un relieve especial la llamada filosofía de la acción.
También destaca L. Ollé Laprune; su principal obra es La certeza moral (1880). En ella mantiene que el predominio en la vida del espíritu corresponde a la voluntad.
Corrientes espiritualistas
- La filosofía de la acción El objeto de su investigación es la conciencia, ahora caracterizada como voluntad, actividad y acción, más que como facultad contemplativa o teorética. Al igual que el espiritualismo, la filosofía de la acción es eminentemente religiosa.
- La evolución creadora. También, dentro de la corriente espiritualista En su filosofía se mezclan motivos del espiritualismo antiguo y de la tradición introspectivo-espiritualista francesa, con temas del evolucionismo de Spencer y con una crítica sin paliativos al dogmatismo positivista.