Felipe Pedrell
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Felipe Pedrell. Compositor, profesor, crítico, editor y musicólogo. Impartió clases de composición tanto en Barcelona como en Madrid. Entre sus alumnos se encuentran algunos de los compositores españoles más importantes del siglo XX, Albéniz, Granados, Falla y Gerhard.
Sumario
Síntesis biográfica
Hizo sus primeros estudios musicales con Antoni Nin, maestro de capilla de la catedral de su ciudad. Sus primeros ensayos fueron un Stabat Mater, algunas danzas para orquesta, melodías y misas. En 1859 hizo su primer viaje a Barcelona, donde tuvo ocasión de oír ópera, lo que fue un gran estímulo para su vocación.
Trayectoria artística
Durante casi veinte años residió en Barcelona, adonde se había trasladado desde su Tortosa natal en 1873. Allí se estrenaron dos de sus óperas, L’ultimo Abenzeraggio y Quasimodo, en el Teatro del Liceu.
A los treinta años tenía ya escritas más de 120 obras de distintos géneros, entre las que destaca la ópera L'ultimo Abenzarraggio, estrenada en el Teatro del Liceo de Barcelona el 14 de abril de 1874. De la misma época datan una serie de artículos en la revista España musical, así como los opúsculos Apuntes y observaciones sobre estética musical, Gramática musical y la pequeña enciclopedia Los problemas del pianista. Tras el estreno de su segunda ópera, Quasimodo, en el mismo teatro (1875), escribe varias composiciones de música sacra y se traslada a Roma pensionado por las Diputaciones de Tarragona y Gerona.
En 1877 se instala en París, donde escribe la sinfonía El cant de les muntanyes, un Cuarteto de cuerda y el poema lírico Il Tasso. Su ópera Cleopatra es premiada en Francfort. A partir de 1882 emprende con ardor infatigable diversas publicaciones.
Investigación musical
También pasó a interesarse por la investigación musical, animado en parte por prolongados viajes a Roma y París. De vuelta en Barcelona, fundó dos revistas, Notas musicales y literarias y Salterio sacro-hispano, publicando obras de compositores españoles en la segunda. Otro de los proyectos de Pedrell fue la serie «Musichs vells de la terra», que se mantuvo durante varios años en la Revista Musical Catalana, una de las publicaciones musicales españolas de referencia.
Su logro más relevante en el ámbito de la musicología, cuyos objetivos y métodos había codificado Guido Adler en una fecha tan reciente como 1885, fue sin duda su edición de las obras completas de Tomás Luis de Victoria, publicadas en Leipzig (1902-1913). En una dimensión menos internacional, pero de una importancia fundamental para los compositores españoles, fue el Cancionero musical popular español (1917-1921).
Pedrell compuso Els Pirineus (Los Pirineos), la primera obra de un proyecto de trilogía operística. Hizo público su famoso manifiesto "Por nuestra música" (1891) con la contundente declaración de que «sobre la base del canto nacional debía construir cada pueblo su sistema», una vigorosa declaración que él atribuía a Antonio Eximeno, el jesuita del siglo XVIII.
En 1894 Pedrell se trasladó a Madrid para dirigir el programa de canto coral en el Conservatorio. Allí compuso la segunda ópera de su trilogía, La Celestina, en 1902; la tercera entrega no llegaría a completarse nunca. También promocionó la música religiosa española, fundando con ese fin el Coro Isidoriano.
En 1904, sin embargo, volvió a mudarse a Barcelona, donde concluyó su última ópera, El comte Arnau. Aunque convencido de sus capacidades como compositor, sus obras fueron recibidas con un éxito muy limitado y posteriormente abandonó la composición.
Muerte
Muere en Barcelona el 19 de agosto de 1922.
Legado
Aparte de sus alumnos, podemos considerar el legado de Pedrell desde algunos otros puntos de vista. Muchos compositores se inspiraron en las riquezas del Cancionero. Además, las contribuciones de Pedrell a la musicología española, incluidos los ánimos que dio al joven Higini Anglès, fueron esenciales para el avance de la disciplina en España.
Pedrell ha tenido también algunas interesantes repercusiones, contribuyendo a la construcción de un misticismo musical inequívocamente español. Lo que resulta quizá más importante es que las cuestiones que suscitó Pedrell siguen debatiéndose en la actualidad en Europa y en Las Américas.
En la actualidad está bastante claro, que las reflexiones de Pedrell sobre la identidad musical española resultan ahora tan pertinentes como lo fueron hace un siglo.