Frank Sherwood Rowland
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Frank Sherwood Rowland (Delaware, 28 de junio de 1927 - California 10 de marzo de 2012). Científico estadounidense que fue premio Nobel de Química en 1995 por sus descubrimientos sobre el deterioro de la capa de ozono.
Síntesis biográfica
Realizó sus estudios primarios y secundarios en las escuelas públicas de su ciudad natal, y ya desde entonces fue animado por sus profesores a dedicarse al estudio de las ciencias. Se graduó en su High School en 1943 y, al contrario que sus otros compañeros de promoción, no tomó parte en la guerra, ya que prefirió incorporarse a la Universidad.
Rowland recibió el título de Bachiller en Artes en la Universidad Wesleyana de Ohio (1948), obtuvo su M. S. en 1951 y se doctoró en la Universidad de Chicago (1952).
En el Departamento de Química de dicha Universidad, tuvo como mentor a Willard F. Libby -que había recibido el Nobel en 1960 por el desarrollo del procedimiento del carbono-14-, quien introdujo a Sherwood en su equipo, dedicado al estudio de la química radiactiva, y le dio nociones para llegar a ser un científico competente. Tuvo la oportunidad de estudiar con científicos muy importantes, como Harold Clayton Urey, Maria Goeppert Mayer y Enrico Fermi, que habían recibido o iban a recibir el Nobel.
Durante sus años universitarios se casó con Joan Lundberg, en 1952, que estudiaba en la misma universidad, con la tuvo dos hijos. Su tesis doctoral versó sobre el estado químico del ciclotrón producido en los átomos de bromino.
Ocupó cargos académicos en la Universidad de Princeton (1952-1956) y en la de Kansas (1956-1964) antes de convertirse en un profesor de química en la Universidad de California en Irvine (1964).
Allí comenzó a trabajar con Mario Molina a principios de los setenta. Rowland fue elegido para la Academia Nacional de Ciencias en 1978 y presidió la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS) en 1993.
Fallece a la edad de 84 años, se le recuerda como una persona abierta y muy directa; con su elevada estatura y fuerte complexión, conversando con alumnos y colegas sobre temas científicos en la UCI.
Principales contribuciones
Estuvo trabajando para el Brookhaven National Laboratory; experimentó con una mezcla de azúcar y litio carbonado dentro del flujo de neutrones del reactor nuclear de Brookhaven en lo que fue el primer paso para lograr la síntesis de la glucosa de tritio radiactivo, de lo cual se hizo eco un artículo publicado en la revista Science.
También experimentó en un nuevo subcampo de la química atómica del tritio. Estos trabajos fueron muy del interés de la Comisión de Energía Atómica (A.E.C), que se interesó por estos derroteros de la química, y decidió subvencionarlos.
Como profesor en la Universidad de Kansas, obtenía especiales facilidades para trabajar en radioquímica. Allí formó su propio grupo de investigación, al que se unieron numerosos estudiantes de todo el mundo, incluyendo Europa y Japón. Durante los siguientes ocho años, las investigaciones de este equipo acerca de las reacciones de los átomos de tritio, fueron verdaderamente productivas.
Su trabajo más conocido fue descubrir que los clorofluorocarbonos contribuyen al agotamiento del ozono de la atmósfera. Como experto en Cinética Química y Fotoquímica, tras estudiar las reacciones químicas de trazadores radiactivos (tritio, carbono-14, e isótopos de flúor y cloro), en 1974 se interesó, junto con Mario Molina, por el efecto de la acumulación creciente, como producto de la actividad humana, de los CFC, compuestos no tóxicos, muy poco solubles en agua y muy estables en la troposfera, con un tiempo de vida de cerca de 100 años.
Rowland y Molina demostraron que solo pueden ser destruidos por la fotolisis solar en la estratosfera, iniciando un ciclo que llevaba a la destrucción de la capa de ozono, que nos protege de la radiación ultravioleta y hace posible la vida. Se necesita una visión global para seguir, en frase de Rowland, "la evolución de los CFC desde la cuna, en la superficie terrestre, hasta su tumba en la estratosfera".
Rowland explicó que los gases de compuestos orgánicos artificiales se combinan con la radiación solar y se descomponen en la estratosfera liberando átomos de cloro y moléculas de monóxido de cloro que individualmente son capaces de descomponer gran número de moléculas de ozono.
La investigación de Rowland, publicada por primera vez en la revista Nature en 1974, inició una exploración científica a gran escala del problema y la adopción de medidas internacionales para su resolución. La Academia Nacional de Ciencias reconoció la validez de sus conclusiones en 1976 y en 1978 los aerosoles de clorofluorocarbonos (CFC) fueron prohibidos en los Estados Unidos.
Las predicciones de Rowland y su colaborador fueron confirmadas por el descubrimiento, en 1985, de la aparición estacional, durante la primavera austral, de un agujero de ozono sobre la Antártida. Estos hechos condujeron a que la humanidad tomara conciencia de la unidad y límites de nuestra casa común: los protocolos de Montreal (1987) y Copenhague (1992) dispusieron, respectivamente, la reducción y suspensión definitiva de la fabricación de los CFC.
Reconocimientos
Obtuvo el Premio Tyler para Logro Ambiental en 1983, Premio Japón en 1989 considerado como una antesala de los Nobel porque se concede a personas cuyos logros originales y más destacados en la ciencia y la tecnología son reconocidas por haber avanzado las fronteras del conocimiento y servido a la causa de la paz y la prosperidad para la humanidad, Premio Mundial de Ciencias, Albert Einstein en 1994.
Recibió el Premio Nobel de Química de 1995 junto con Mario Molina, del Instituto Tecnológico de Massachusetts, y Paul Crutzen, del Instituto Max Planck de Química en Maguncia, Alemania. El mismo año el edificio de Ciencias Físicas en la Universidad de California en Irvine donde tuvo sus laboratorios mucho tiempo pasó a denominarse Rowland en su honor.