Las Tunas (municipio)
Las Tunas | |||
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Municipio de Cuba | |||
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Ubicación del municipio Las Tunas | |||
Entidad | Municipio | ||
• País | Cuba | ||
• Provincia | Las Tunas | ||
• Fundación | 1866 | ||
Población | |||
• Total | 197 921 hab. | ||
Gentilicio | tunero -a | ||
Escudo de Las Tunas |
Las Tunas, es un municipio cubano perteneciente a la provincia de Las Tunas. Surge a partir de la última división política-administrativa en 1866. Posee una extensión territorial de 6 587 Kilómetros cuadrados, incluyendo sus cayos adyacentes. Esta provincia representa el 5,9% de superficie del país, ocupando el noveno lugar en extensión. Cuenta con 8 Municipios.
Sumario
Las Tunas, balcón del oriente cubano
Con los primeros pobladores españoles se asentó en Cueybá durante el siglo XVII un rico ganadero criollo llamado Jesús Gamboa en cuyas haciendas crecía la tuna brava o espinosa en grandes proporciones, planta que obsequiaba a sus clientes con frecuencia y uno que otro Santero practicante o creyente, también la buscaban para plantarla en el patio de las casas pues servía para protegerlas de las malas influencias, de la envidia y la avaricia, además la tuna brava según la leyenda tienen las mismas potencialidades que la ceiba que al darle tres vueltas, se le pide un deseo y éste se cumple.
Por todo lo anterior cuando los vecinos o los comerciantes iban hacia la hacienda de Gamboa, solían decir “... voy para la hacienda de Las Tunas” afianzándose así el fitonimio en el lenguaje popular de tal modo que hoy le da nombre, desde entonces.
El municipio Tunas, ocupa un área de alrededor de 895 Km2 , cuenta con una población total de 192 967 habitantes, de esta 162 522 es urbana y 30 445 rural, alcanzando así una densidad poblacional de 216 hab/Km2., distribuidos en 21 consejos populares (entre ellos Altura de Buenavista), y 44 asentamientos rurales concentrados.
Principales alturas: Macagua 10, La Ceiba y San Miguel del Rompe Bartle, con 164.4m, 130.0m y 140.6m sobre el nivel del mar, respectivamente.
Principales ríos: Hórmigo (43 km,Vertiente Sur), Yariguá (62km, Vertiente Norte).
Origen y evolución del nombre de Las Tunas
La primera versión que tenemos del origen del nombre de esta ciudad proviene del misticismo aborigen, pues Las Tunas es un pueblo de mitos y leyendas que embrujan sus orígenes y dan colorido a la vida en torno a su historia.
Desde 1603 Juan Rivero González, había obtenido por Real cédula el primer hato y no fue hasta 1690 que se edificó la primera ermita católica, después de la conquista y colonización de Cuba, que en esta localidad le correspondió a Francisco de Morales. Durante estos años la economía local era fundamentalmente agropecuaria y de lento poblamiento regional, conformado fundamentalmente por hacendados de Bayamo, Holguín, Manzanillo y Puerto Príncipe.
Durante el siglo XVII, se realizaron en el hato de Las Tunas, que ya adoptaba ese nombre desde 1603, varias mercedaciones de tierras para el desarrollo agrícola y ganadero, proliferando en el sur el comercio de contrabando y rescate. Para 1729, esta localidad contaba con siete hatos denominado Cabaniguán, Birama, Las Tunas, Unique, Las Arenas, Ochoa y Aimiquiabo, y es necesario mencionarlos porque fueron la base de lo que hoy es básicamente el mayor territorio de la provincia Las Tunas.
Los apellidos fundadores de esta comarca fueron los Rivero-González; Vázquez; Santiesteban-Vázquez-Coronado; los Aguilera-Tamayo-Mejía; los Fajardo-Estrada; los Varona-González, entre otros.
Con el paso del tiempo, la ermita de Las Tunas se había destruido, al no tener un cura en propiedad, pues solo se utilizaba para albergar a los peregrinos que iban hacia Santiago del Prado (hoy del Cobre) a pagar sus promesas y en 1707, cuando la visita eclesiástica al Puerto del Príncipe del Obispo Don Jerónimo Valdés Sierra, el heredero del hato de Las Tunas, Diego Clemente del Rivero, pidió autorización a dicho Obispo para reerigir la ermita ya ruinosa. Con la venia de Valdés Sierra se iniciaron los trabajos y el templo quedó concluido en 1709, al que Clemente Rivero dio por nombre San Gerónimo en honor al Obispo y el Partido pedáneo tomó el nombre de San Jerónimo de Las Tunas, enriqueciéndose el toponímico de esta comarca.
Para 1761, San Jerónimo de Las Tunas, contaba con 40 familias, 211 almas y 51 sirvientes, que al ir desarrollando su economía agropecuaria se convirtió en un partido de la extensa región de Bayamo, quedando la iglesia con el nombre de San Jerónimo y el partido pedáneo con el de Tunas de Bayamo.
La escasez poblacional y el poco uso de la iglesia, la fue destruyendo por los embates del tiempo, pues los curas que pasaban esporádicamente por la comarca, oficiaban en las haciendas fundamentalmente, y el templo religioso quedaba para el albergue de misioneros.
En 1790, fue reedificada la parroquia, manteniéndose el nombre de San Jerónimo de Las Tunas. En torno de la Iglesia se desarrollaban las festividades religiosas y los vecinos de hatos y corrales residentes en zonas alejadas del templo, iniciaron las construcciones de casas de yagua y guano alrededor de la misma. Fueron tan numerosas con los años que muchas familias se quedaban a vivir en ellas y en 1796 los principales hacendados, deciden fundar un pueblo, según consta en documentos del archivo nacional de Cuba.
El pueblo se fomentó rápidamente por las posibilidades que tenía para el comercio, la agricultura y la ganadería y en 1803, el cabildo fomentó su construcción con materiales sólidos y normas constructivas siguiendo las leyes de India.
El 27 de agosto de 1821, se constituyó la primera junta de sanidad, en 1823 se construyó la cárcel y se continuó el fomento acelerado del pueblo. Ya en 1841, lo habitaban 1853 personas con sus partidos pedáneos que eran Cabaniguán, Cauto el Paso, Ojo de Agua, Tunas y Unique.
En 1847, la población local era de 9947 personas, abarcaba el territorio 229 leguas cuadradas con los partidos de San Cristóbal, Cabaniguán, Tunas, Unique y Cauto el Paso. Para este año existía un auge en el desarrollo ganadero, la agricultura y el comercio, situación que favoreció a esta población para que el 20 de diciembre del referido año, se crease la tenencia de Gobierno, ubicándose a Don José Morales como su teniente gobernador. Y el 24 de abril de 1848, fuera creada la junta municipal.
En 1849, se le otorgó a esta comarca la jurisdicción propia, segregándose de Bayamo, otorgándosele la condición de Villa de Las Tunas. En 1853, se le confirió el título de Ciudad.
En 1851, el patriota camagüeyano Joaquín de Agüero y Agüero de acuerdo con Julián Santana, (canario radicado en Las Tunas) Ramón Ortuño, avecindado aquí, el comerciante Pablo Colíbar y la colaboración, del párroco José Rafael Fajardo, habían asaltado a Las Tunas para independizarla de España y emprender desde aquí la independencia de Cuba lo que significaba un brote primigenio de rebeldía.
Con la nueva administración política administrativa de 1866. Las Tunas fue incluida en el Departamento Central con Puerto Príncipe y Nuevitas.
Fue esta ciudad, la sede de la primera reunión que se realizara en Cuba para iniciar la lucha en 1868, presidida por Carlos Manuel de Céspedes y con representantes de Holguín, Camagüey, Bayamo, Manzanillo y Las Tunas.
Las guerras por la independencia fueron cruentas, la ciudad fue asaltada en cinco ocasiones por los cubanos, tres de ellas incendiada, una parcialmente y dos en su totalidad.
Al nombre de la ciudad se le adhirió el apéndice de “Victoria de Las Tunas” debido a la victoria española sobre los cubanos el 16 de agosto de 1869, nombre que se mantuvo hasta 1976, al aplicarse la nueva división político administrativa aprobada en el Primer Congreso del Partido en 1975 cuando la Opuntia que le dio nombre tan brava como los hombres que lucharon durante más de 100 años para darnos la independencia.
Volvió a ocupar su lugar en el topónimo que hoy es orgullo del tunero, porque somos un pueblo pegado a la costumbre, al mito y a la tradición, pero también gallardo con nuestras realidades, nuestro patriotismo insondable, nuestra fe y confianza en el futuro, por eso con profunda alegría desde 1976 volvimos a la raíz porque fuimos somos y seguiremos siendo Las Tunas, ese fitónimo que nos identifica y con la belleza el mito todavía protege a las personas ¿y la evolución del pensamiento?, cada minuto y cada hora del día, cada día del mes y cada mes del año.
Tierra de curiosidades
Cualquier día de estos nuestra provincia de Las Tunas va a ser declarada con toda justicia como "Tierra de las Curiosidades". ¡Tantas son las que se dan periódicamente por acá! La Naturaleza parece haberla escogido para realizar en ella algunas de sus excentricidades más notables y para tomarles el pelo a sus pobladores. Voy con algunos ejemplos que lo confirman.
Hace un tiempo, en la zona tunera conocida por el Cerro de Caisimú, una mata de plátanos parió un racimo con la mitad de sus frutos machos y la otra mitad burros. En la ciudad capital, una familia exhibió con orgullo hará unos meses un gallo con cuatro patas. Y otro gallo, por la zona de Chaparra, cubría a las gallinas por el día y ponía huevos por la noche. ¿Habráse visto?
En el municipio de Manatí, un cerdito causó el asombro de la gente al nacer con dos cuerpos y una sola cabeza. Y de nuevo en la cabecera provincial: una perra parió cachorros tan idénticos a los gatos que confundieron a más de uno. En la comarca de Becerra, una mujer domesticó de manera tal a un colibrí que consiguió darle de comer en su propia mano. Dígame, amigo internauta, ¿no es como para poner los ojos como platos ante tamañas rarezas?
Las Tunas a través del tiempo
Todo parece indicar que los primeros quinientos años antes de la conquista y colonización esta región cubierta por selvas vírgenes no afloró a la bibliografía publicada. Sabemos que estaba poblada en 1492 por aborígenes, conformadores de los primeros momentos en la cultura y la historia local.
La Cultura
La cultura tunera en el siglo XIX tuvo su momento de esplendor con poetas como Juan Cristóbal Nápoles Fajardo (El Cucalambé), quien a través de sus décimas contribuyó a la conformación de la nacionalidad cubana y con su quehacer selló un elemento de identidad en el pueblo que ha llegado hasta nuestros días.
Tomasa Varona, fina poetisa, dejo no sólo su álbum de poemas, sino que en sus versos se trasluce el azul del cielo y sus anhelos de libertad, al igual que su esposo Francisco Muñoz Rubalcava, quien en poema apasionado le decía, “Canta calandria de mis patios lares”, aludiendo tal vez a la necesidad de tener patria y nación, que entonces sólo se acunaba en sus corazones.
La primera imprenta difusora de la vida local entró en 1859 y el primer periódico, bajo el título de “El Hórmigo”, se publicó el 6 de Noviembre del propio año. Aquí vieron la luz folletos, libros y en las páginas del semanario estaban las impresiones de la vida cotidiana, tronchada por la gesta emancipadora del 68.
El 2 de Enero de 1887 se publicó en la imprenta El Iris, el segundo periódico local titulado “El Novel”, del cual salieron solamente 27 números debido a problemas económicos, cuya colección rescatada por este redactor, se encuentra en el Museo Provincial gracias a la gentileza de la Tunera Sara Díaz.
En los primeros años de la República neocolonial surgieron diferentes sociedades que sin dejar de ser elitistas fomentaron la cultura en el pueblo entre otras las que más se destacaron fueron El Liceo, la Sociedad Arabe y la China.
Entre las de orden cívico las que más aportaron eran el Patronato todo por Tunas y Pro. Arte, además de existir los clubes de Leones y el de los Rotarios.
Las sociedades de Instrucción y recreo desarrollaban actividades de incidencia popular tales como las verbenas, las ferias populares, desarrollaban conferencias instructivas y conmemoraban fechas históricas. Promovían la construcción de Monumentos y Tarjas en sitios y lugares históricos que dejaron su huella en diversas puntas de la Ciudad. La Sociedad Liceo fue la más antigua, construida en 1905, fecha en que se realizó la primera reconstrucción de la ciudad con el siglo XX. Fue su primer presidente el español Pelegrín Bori.
En 1918 se fundó la Unión Fraternal para negros y mulatos, su primer presidente fue Eduardo Vidal Fontaine, comandante del Ejército Libertador cubano. Por sus salones pasaron destacadas personalidades como Jorge Mañach, Nicolás Guillén, Salvador García Agüero y el poeta nicaragüense Santiago Arguello.
También impartieron su sapiencia en esta Sociedad el Primer Historiador de la Ciudad, Manuel Herrera Martínez, el Dr. Pedro O. Verdecia Pérez, Gilberto Rodríguez, entre otros. Al respecto, el desaparecido Alfonso Silvestre Sierra nos dijo: “Esos salones eran nuestros escenarios y allí aprendimos de cultura, arte e historia”.
El patronato todo por Tunas, se fundó en 1945, a iniciativas de José Hernández Cruz (Pepillo). Su desarrollo estaba encaminado hacia las obras sociales, tales como el stadium municipal deportivo como un reclamo de la juventud. Apoyaban a las escuelas públicas, etc. El de Pro-Arte quedó más arraigado y afianzado en la memoria, surge en la década de 1950 y muchos de sus fundadores como Alfonso Silvestre, Nego Licea, Manuel Fernández González, Pablo Armando Fernández, Nelda Telles, Felipe Yabor, Rafael Alcarrazana, Rafael Zayas González y el alcalde municipal José Hernández Cruz como correas conductoras del acervo cultural. Fueron activos miembros también Neyda Barrera, Elio Campos, Julia Palacios, Margot Ramos, entre otros. Pro. Arte se nutrió con la sabiduría del Dr. Pedro Verdecia Pérez, y la pluma afilada de Rosario Zamora Padín, por todo eso su huella quedó en la memoria popular, tal es así que Felix Ramos aún recuerda de sus pininos con Pro. Arte, cuando aún era muy niño.
También aportaron al desarrollo de la cultura local las logias masónicas como instituciones fraternales, en las cuales se daba tratamiento desde entonces y aún, a la historia de la Patria con la conmemoración de fechas históricas y el impulso a la construcción de tarjas y bustos en sitios y lugares históricos.
La delegación de veteranos fue un pilar insondable en la conformación del amor a la Patria, pues como testimonio de la lucha revolucionaria dejaron grabados en la memoria popular el respeto a los héroes y fueron sus testimonios los horcones seguros que han contribuido al sostenimiento de la nación. Hubo aquí también una sociedad de músicos donde se agrupaban los de esa profesión y que también contribuyeron al quehacer cultural de la Sociedad.
En 1909, Rafael Zayas González fundó el Periódico El Eco de Tunas, el cual se mantuvo publicando y promoviendo la cultura local hasta 1962. Fue el de mayor durabilidad y puede nominarse como el Padre de la Prensa Tunera y el mayor difusor de la cultura local.El Eco de Tunas, es cultura e historia en cada página durante 53 años se mantuvo en manos del pueblo, alimentando la noticia, el mito y la tradición.
En 1947, el gallego Isaac Rivera Castro, fundó el Teatro Rivera, por cuyo tablado pasó lo mejor de la cultura local, nacional y del mundo. Fue Riveras quien introdujo aquí el Cinemascope y por su escenario dejaron su cariño artistas del patio y otras latitudes tales como el Tenor José Mojica y el Orfeon infantil mexicano, la Compañía Española Moreno de Torroba, Pedrito Rico, el Indio Araucano, Lucho Gatica, Benni Moré y la recién fallecida novia de América Libertad Lamarque, entre otros. También fueron de extraordinaria magnitud las presentaciones de la orquesta Miramar.
Con el triunfo revolucionario de 1959, la cultura local floreció con más bríos, las brigadas artísticas se fueron organizando, se crearon los Círculos Sociales, que han devenido en socioculturales. Las escuelas para la formación de artistas comenzaron a dar sus frutos, especialmente la Escuela Vocacional de Arte Cucalambé, la de cerámica y la más reciente la de Instructores de Arte.
En 1980, fue creado el Primer Museo Municipal de la ciudad y en la actualidad suman 4 en el municipio Las Tunas especificando que existe uno en cada municipio de la provincia, además de las Galerías de Arte, las Casas de Cultura, las Bandas Municipales, principalmente las de Tunas y Puerto Padre.
Mención especial merece las Bibliotecas que conforman una red a escala provincial encabezadas por la José Martí, orgullo de la ciudad capital y la provincia, las cuales atesoran el Patrimonio bibliográfico más significativo para la cultura general e integral. Las Bibliotecas de los Centrales Azucareros, las comunitarias y las Casas Bibliotecas del Barrio, nos dice cuanto hemos avanzado en la lectura que es un sinónimo de cultura.
Cada domingo cuando la Banda Municipal deja escuchar las notas de nuestro Himno Nacional en el parque Vicente García, sabemos que la Retreta nos espera y el pueblo que gusta de ella se congrega a pasar un rato de esparcimiento, pues hace cerca de una centuria que nos deleita con su accionar. Cultura y Educación han de andar de la mano y hoy en cada rincón ha sido plantada una escuela, desde la enseñanza primaria hasta la Universidad.
La Educación
Entre las sociedades educacionales se encontraban la Unión Estudiantil de Tunas, (UET) fundada en la década de 1930; la Asociación de Estudiantes del Bachillerato (AEB) fundada en 1939, ambas promotoras de cultura y como uno de sus resultados surgió la biblioteca pública de Las Tunas. Esta sociedad promulgaba la adquisición de conocimiento en general. Entre los centros de educación durante la neocolonia fueron los más significativos el Colegio Victoria de Las Tunas, Verbo Encarnado, La Escuela del Hogar, La Academia Regil, el Colegio Panchin Varona de Rita Orozco Batista, la Escuela de Comercio y el Colegio Médico, entre otros.
Una de las grandes batallas llevadas a cabo por la Revolución, fue sin dudas la campaña de alfabetización, tarea en la que se aglutinó en la región una fuerza alfabetizadora de más de 10 mil integrantes. La campaña de alfabetización concluyó con un alto porciento de alfabetizados. El 16 de diciembre de 1961, en entusiasta acto revolucionario se declaraba territorio libre de analfabetismo el municipio Victoria de Las Tunas.
En cuanto finalizó la campaña de alfabetización el gobierno revolucionario adoptó una serie de medidas para desarrollar la base material del sistema educacional. Se incrementó la construcción de escuelas y centros de enseñanza, aumentó considerablemente la producción y compra de equipos docentes y materiales didácticos modernos, y unido a ello se prestó especial atención a la formación del personal docente calificado.
Los resultados no se hicieron esperar, si en el curso 58 – 59, en el término municipal de Victoria de Las Tunas (el de mayor población), la matrícula no pasaba de cinco mil alumnos, ya en el curso 1963-1964 la matrícula del regional Tunas-Puerto Padre ascendía a 50 483 alumnos y se contaba con 1 227 maestros. Estas cifras continuaron creciendo hasta alcanzar una amplia red de instalaciones de todo tipo.
Los Círculos Infantiles y las Escuelas de Oficios, los Centros Politécnicos y de Gastronomía, los Centros de estudio para la Economía son también ejemplos ilustrativos. El nivel de vida del pueblo, la necesaria dolarización de la economía y la lucha de ideas son cuestiones que debemos apuntar durante el milenio al cual no puede escapar la gran obra del pueblo donde los tuneros jugaron el papel que les correspondió.
La Salud
Otro de los problemas sociales más agudos que la Revolución tuvo que enfrentar en la antigua región, fue relacionado con el sistema de salud y asistencia social, heredado del capitalismo.
Pero la medicina ya se estudia en la ciudad y la salud posee un complejo que va desde el Hospital General Docente – Gineco – Obstétrico – Clínico – Quirúrgico, hasta los Hogares de Ancianos, el Pediátrico, el Banco de Sangre, Hogar de Impedidos Físicos Motores y un Politécnico de la Salud para formar Técnicos Medios. El Centro de Atención Renal, el Tecnosuma, el Hospital Psiquiátrico, el Materno con su red de Hogares y el Médico de la Familia, así como las Clínicas Estomatólogas, son el ejemplo más fehaciente de la obra revolucionaria.
Una década del tercer milenio
La proliferación económica, social y cultural en Las Tunas, no escapan a los ojos del forastero y entre los moradores de Las Tunas, aparecen nuevos personajes que harán la leyenda de este siglo que se estrena. "El Comandantico", nuestro popular Caballero de París, está quizás, ahora mismo, en una esquina del parque Vicente García haciendo de sus gestos una nueva historia.
Por allá nadie puede olvidar la caldosa de Kike y Marina, un ajiaco de sustancia de pollo y viandas que inspiró una popular canción de notable éxito nacional y cuyo personaje principal es "Pirindingo", humilde obrero que muchas generaciones de tuneros aprendieron a querer, escoba en mano, en los pasillos de la secundaria básica Cucalambé, otro pilar de la Educación que formó a la mayoría de los profesionales que hoy apuestan sus destinos en las improntas de la consolidación integral del territorio.
Es la modernidad que se cuela veloz entre los barrotes de la memoria de una ciudad promiscua y renovada, donde la presencia de una arquitectura colonial, caracterizada por sus grandes portales y corredores, con provocativos toldos, y la influencia estilística eclíptica que caracteriza sus fachadas coqueteando con elegancia sus espacios bien distribuidos en forma de L ó U, no se ha perdido.
Hay secretos que trascienden este siglo. Están las balaustradas, las tejas criollas en cómplice armonía con el Art-Decó, las edificaciones racionalistas, neocoloniales y esos 14 inmuebles vitalicios desde la colonia que denuncian nuestras raíces y la amalgama de detalles arquitectónicos que nos identifican y distinguen por ser dueños del casco histórico más pequeño del país, con 33 manzanas, incluidos dos parques y dos plazas, una extensión de 14 hectáreas, 444 viviendas y 53 oficinas, la mayoría ubicadas en locales que fueron habitáculos antiguos.
Quizás por eso la delineación de su entorno y la asunción de los nuevos códigos conceptuales de este siglo que terminó, sea solo el pretexto que encontró el amor de sus gentes para preservar las controvertidas raíces de su origen, mutiladas por las veces que fue reducida a cenizas por sus propios hijos que juraron con sangre "QUEMADA ANTES QUE ESCLAVA".
Aún así, a Las Tunas le nacieron los retoños y hoy nadie puede arrebatárselos. Su entorno urbanístico tiene el brillo de las nuevas cadenas comerciales, como la Casa Azul.
Por eso esta región no trata de inventar su historia, más bien se regodea en ella. Y una muestra palpable es la asunción de los retos de la nueva revolución técnica que movió los cimientos de la cibernética y la informática. El Centro de Innovación y Gestión Tecnológica (CIGET) fue de los primeros de Cuba en conectarse a la gran autopista de la información: INTERNET. Hoy son pocos los centros de trabajo que no tienen automatizados y rectorados por la computación sus principales actividades.
Vale también encomiar los avances productivos que marcan las últimas décadas de este siglo como las altas producciones de calidad de la Fábrica de Acero Inoxidable (ACINOX); el desarrollo de la cerámica ornamental y técnica; el desarrollo de la poligrafía, la industria del látex con la fábrica de guantes quirúrgicos; la producción de muebles para el turismo; el desarrollo y la cosecha del tabaco, que además de generar una importante cifra de nuevos empleos demuestra que esa vieja tradición de cultivar la aromática hoja tampoco se había extinguido.
Alumbrado público; nuevas avenidas; edificios de la magnitud del "Doce Plantas", el desarrollo de las comunicaciones y la telefonía; obras ornamentales multipropósitos como la Plaza de la Revolución Mayor General Vicente García González; la consolidación de los movimientos culturales y literarios; y la ampliación de los servicios y el aval de calidad del Hotel Las Tunas, de ISLAZUL,
hablan de la elegancia con que la ciudad aceptó el reto de los tiempos difíciles de un período especial en tiempo de paz.
La ciudad de Las Tunas no está cansada
Camino a sus 214 años, no necesita del repiqueteo de los autobuses ni multiplicar su nombre por los altavoces. Como señora de este siglo y patrona original de sus ya también crecidos siete hermanos locales, lleva con orgullo la verde gracia de la opuntia que la tipifica... Majestuosa, altiva, desafiante, dueña de sí.
Este el comienzo de su historia, enamorada de sus tonadas campesinas, dulce bajos los embrujos de El Cornito y sus cantos de bambú; saltarina en sus vecinas playas; mística con su sabor a indios, negros, españoles, chinos y americanos; culta con su lenguaje escultórico; inquieta entre el humo de sus industrias y cómplice de tan maravillosa mezcla de leyendas y verdades.
Y no contará sus lágrimas estériles- si es que las hubo alguna vez- sino que reina con todos sus milagros, tan silvestre y natural como la tuna, en puntillas de pie para llegar más lejos, existirá con o sin sus manes, con o sin sus señas porque lleva en las entrañas fuego, sacrificio y poesía.
Una reina en el balcón
Ahora mismo por sus arterias principales circulan diariamente entre 75 mil y 78 mil personas, sus comercios de modernos estilos y ofertas de todo tipo con reconocida calidad, el remozamiento de oficinas, la aperturas de instalaciones como el Banco Financiero Internacional y la Consultoría Jurídica con este mismo carácter sumados a un prolifera circulación vial donde se mezclan con criollísima gracia los sugerentes bicitaxis.
Los coches tirados por caballos, las ambulancias de múltiples servicios médicos, carros de atractivos modelos, marcas, procedencias y un transporte público ágil, barato, funcional e ilustrativo de esa magia humana que es la solidaridad mundial y la decisión de unidad entre gobierno y pueblo por mantener sus conquistas.
Elevar la calidad de vida y aferrarse al progreso social aún en las más complejas estrecheces económicas, hacen de Las Tunas una ciudad provocativa y cautivante que enamora bajo los calientes rayos del sol o los resplandores de la luna.
Sus gentes, que ya no son aquellos "guajiros" que les daba la "punzá" del agua fría, masticaban malamente los vocablos o llevaban los zapatos enturbiados por el fango de las calles, sienten hoy que otro horizonte se abre a sus entornos, aunque estos duros tiempos de recuperación económica, acoso multiplicado de agresiones de ideas, recrudecimiento del bloqueo imperialista, afectaciones climáticas y las relaciones desiguales de un comercio cada vez más caro y neoliberal impidan que todas las estrellas alumbren por igual.
Mas, aún así y contra toda marea, los tuneros reímos, soñamos, nos vamos detrás de las congas, cantamos y seguiremos multiplicando los panes y los peces para que nuestra reina, que se mantiene firme en el balcón del oriente cubano, siga en su trono.
Fuentes
- Anuarios estadísticos de Cuba y sus territorios 2007. Edición 2008. Oficina Nacional de estadísticas.
- Documentos digitales del Historiador de la ciudad de Las Tunas, Víctor Manuel Marrero Zaldívar.
- Portal de Cultura
- Periódico 26
- Historiador de la ciudad