María Muñoz Portal

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Fundó la Sociedad Coral de La Habana y la revista Musicalia- la mejor de América Latina en aquel momento. Ambas instituciones tuvieron una gran repercusión, por el alto nivel de su labor. También constituyó a la expansión del movimiento coral con la creación de otros coros y la formación de profesores instructores
NombreMaría Muñoz Portal
Nacimiento17 de septiembre de 1886
Galicia, Bandera de España España
Fallecimiento14 de diciembre de 1947
La Habana, Bandera de Cuba Cuba
Otros nombresMaría Muñoz de Quevedo

María Muñoz Portal La Coruña, 17 de septiembre de 1886 - La Habana, 14 de diciembre de 1947). Directora de coro y pianista cubana nacida en Galicia. Creadora de la más importante labor musical de docencia y de dirección coral realizada en Cuba en la primera mitad del siglo XX. En 1923 fundó, con el también músico español Pedro Sanjuán Nortes, la Escuela Filarmónica Nacional, de la que fue nombrada directora, y además impartía clases de piano y armonía. En 1925 renunció a este centro docente para fundar su propio conservatorio, al que dio el nombre de Bach. Sus resultados llegan hasta hoy: un movimiento nacional de coros que nos representan en otros escenarios del mundo, con muy reconocidos méritos.

Síntesis biográfica

Inició sus estudios de música en 1892 en el Conservatorio Santa Cecilia de Cádiz, donde recibió clases de piano de Rafael Tomassi, y de armonía del padre Otero, por aquel entonces canónigo de la catedral de Cádiz.

Trayectoria artística

En 1898 se graduó de teoría de la música, solfeo y piano, a la vez que obtuvo un premio en las clases de este instrumento y en las de armonía, otorgado por un jurado integrado, entre otros, por Manuel de Falla.

Por gestión de este, fue matriculada en 1901 en el Real Conservatorio de Madrid, donde cursó tres años de piano con José Tragó, y armonía con Arín.

Por otra parte, Falla le impartió clases privadas de piano y composición. Como pianista, María Muñoz realizó, en 1907, una gira por varias ciudades de España, formando parte de un trío integrado, además, por José del Hierro, violín, y Juan Casaux, cello.

El 6 de octubre de 1919 llegaron a La Habana María Muñoz y su esposo Antonio Quevedo, quienes tuvieron, desde entonces, una amplia participación en la vida musical de Cuba. Comenzó una infatigable labor cultural que le dio renombre: fundó inmediatamente la prestigiosa escuela de enseñanza musical, el Conservatorio Bach, en 1922.

Un año después María ofreció su primer concierto como pianista en el Teatro Nacional; en el mismo escenario, y por iniciativa de la Sección de Bellas Artes del Centro Gallego, se presentó el 23 de junio de 1922 en un recital.

Fundaciones y participaciones

En 1923 fundó, con el también músico español Pedro Sanjuán Nortes, la Escuela Filarmónica Nacional, de la que fue nombrada directora, y además impartía clases de piano y armonía. En 1925 renunció a este centro docente para fundar su propio conservatorio, al que dio el nombre de Bach.

En 1927, patrocinada por la casa de música de Salvador Iglesias, Antonio Quevedo y María Muñoz lanzaron la revista Musicalia, que en 1928 pasó a ser propiedad de los Muñoz Quevedo. Esta publicación tuvo una gran importancia en la divulgación del quehacer musical de Cuba y del extranjero, y en ella colaboraron las personalidades más relevantes de la música.

Otra institución que crearon María Muñoz y Antonio Quevedo fue la Sociedad de Música Contemporánea (Sección Cubana de la International Contemporary Music), en la que tuvo una notable participación el compositor Alejandro García Caturla.

La Sociedad dio su primera función el 31 de mayo de 1930, con una conferencia-recital del pianista y musicólogo norteamericano Julián de Grey, con palabras de presentación del musicólogo español Adolfo Salazar.

En 1931 María Muñoz fundó la Sociedad Coral de La Habana, que ofreció su primer concierto el 25 de noviembre en el Teatro Principal de la Comedia, con el auspicio del Instituto Hispano-Cubano de Cultura.

La Coral de La Habana participó del estreno en Cuba de la Novena sinfonía en re menor, op. 125, de Beethoven, con la Orquesta Filarmónica de La Habana bajo la dirección de Amadeo Roldán, y la actuación como solistas de:

  • Luisa de Lepa Vez, (soprano)
  • Elisa Vázquez, (contralto)
  • Sinforiano Galán, (tenor)
  • Alberto Márquez, (barítono)

El 17 de enero de 1943 se presentaba en el Aula Magna de La Universidad de La Habana la Coral Universitaria, dirigida por María Muñoz: fue su última actuación ante el público.

Contribuciones

De 1941 a 1945, María Muñoz impartió cinco cursos en la Escuela de Verano de la Universidad de La Habana, bajo el rubro de «Cursos de música folklórica de Cuba».

Sobre el alcance de estos cursos afirmó Argeliers León:

«...el programa desarrollado por María, aún dentro de lo limitado a las seis semanas (18 horas), que duraban aquellos cursos, abría un nuevo estilo de trabajo para acercarse al conocimiento de nuestra música.
Se planteaba ahora una base metodológica que se apartaba considerablemente de lo anecdótico o de lo puramente descriptivo. El desarrollo del programa ponía al día la crítica musicológica, dando un salto metodológico respecto a lo que era usual en Cuba en aquellos momentos; incluso sobrepasaba, en ciertos aspectos, el nivel que el análisis musicológico había alcanzado en otros países [...].
El estudio giraba sobre dos aspectos básicos del análisis musicológico, lo cual partía de aislar elementos estructurales. Estos dos aspectos eran:

a) Estructura lineal (motívica y melódica —línea de altitudes—)

b) Estructura expansiva (integración de los elementos formales). El análisis crítico de la estructura se hacía aislando los movimientos o dibujos distinguibles en la música cubana.

Sin precisar estos diseños como modelos capaces de identificar cada especie folclórica estudiada (pues la brevedad del curso sólo permitía plantear el hecho, pero no llevar el análisis a un número de casos que permitiera lograr la abstracción de tales modelos), se trataba de configurar determinados esquemas lineales característicos.

Se hacía comprender el valor de lo lineal en el análisis musicológico y la posibilidad de reducirlo a determinados tipos, en donde radicaría un factor definidor. Al respecto se presentaba algunas fuentes bibliográficas para orientar el estudio, o sugerir nuevas vías para el trabajo de investigación [...].

La actividad en la clase se recoge en la confección del programa del curso, ordenado, no de modo lineal, sino por ciclos que iban ampliándose según una creciente exigencia del trabajo crítico-analítico que servía de conducción metodológica.

Esta ordenación didáctica, novedosa en un curso universitario, le permitió a María, plantear, a través de los cinco cursos que pudo explicar, cuestiones de importancia para la investigación musicológica en Cuba —como el análisis crítico de la obra de Fuentes Matons— y la posibilidad, inferida entonces, de dar con fondos documentarios que ilustraran períodos de nuestra historia musical, de las cuales no se hablaría hasta 1946, con el trabajo de Alejo Carpentier.

Los cinco cursos que explicó María Muñoz de Quevedo ofrecieron una sólida base al desarrollo de una disciplina musicológica en Cuba. Una fundación más de María».

Sus resultados llegan hasta hoy: un movimiento nacional de coros que nos representan en otros escenarios del mundo, con muy reconocidos méritos.

Bibliografía activa

  • «Cuartillas en blanco». Musicalia (La Habana) (10): 3-9; enero-marzo de 1930.
  • «El maestro Alejandro García Caturla». Estudios Afrocubanos (La Habana), vol. IV (1, 2, 3 y 4): 58-64, 1940
  • «Alejandro García Caturla». Gaceta del Caribe (La Habana), noviembre diciembre de 1944.

Bibliografía pasiva

  • Gisela Hernández. «Presencia de María Muñoz de Quevedo». Pro-Arte Musical (La Habana): 3-7; enero de 1958.
  • Argeliers León. «Historia para la historia». Música (La Habana) (43); 1973.
  • José Piñeiro Díaz. María Muñoz de Quevedo, centenario de su nacimiento (1886-1986). La Habana, Museo Nacional de la Música, 1986.

Referencias

Fuente