Marxismo

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Marxismo
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Concepto:Teoría del movimiento de liberación del proletariado, teoría y táctica de la dictadura del proletariado, teoría de la construcción de la sociedad comunista.

Marxismo. Doctrina revolucionaria de Marx y Engels; constituye un sistema íntegro y armónico de concepciones filosóficas, económicas y político-sociales.

Marxismo es superación del modo de producción capitalista, es Revolución, es cambio, y no solo de crítica del capitalismo real. El Marxismo, en sentido práctico, es también encarar el reto de superar la propiedad privada y la cultura mercantil capitalista que ésta genera.

Surgimiento

El surgimiento del marxismo como teoría Económica, política, filosófica y social en general se enmarca a mediados del siglo XIX, año 1840, a partir de la maduración de las concepciones de Carlos Marx y Federico Engels, los cuales habían llegado a conclusiones similares y unieron sus esfuerzos en la consecución de una nueva concepción del mundo revolucionaria y científica: la dialéctica materialista. Lo más importante no resulta determinar la fecha aproximada del surgimiento del marxismo sino demostrar que fue el resultado lógico del desarrollo de la sociedad y del conocimiento del hombre, el que dadas las condiciones de desarrollo no podía ya explicar en ese momento el cuadro del mundo a partir de las concepciones filosóficas anteriores.

A fines del propio siglo XIX e inicios del siglo XX, nuevos cambios en las condiciones de desarrollo de la ciencia y de la sociedad en general, determinaron un enfoque creador en la aplicación y estudio de esta concepción dialéctico materialista del mundo con aportes concretos. Es así que surge el leninismo como una nueva etapa condicionada también históricamente.

El marxismo leninismo (como posteriormente comienza a denominarse esta doctrina), que deviene concepción científica del mundo e ideología de la clase obrera, surge como resultado de determinadas condiciones y necesidades sociales, a la vez que como producto de lo mejor de la cultura humana.

El marxismo tuvo por cuna la lucha liberadora de la clase obrera y se convirtió en expresión teórica de los intereses fundamentales de dicha clase, en programa de su lucha por el socialismo y el comunismo.

Antecedentes socioeconómicos

La transición del feudalismo al capitalismo como una necesidad histórica constituyó un importante acontecimiento en la etapa anterior al surgimiento del marxismo. Esta transición se efectuó fundamentalmente a través de las revoluciones burguesas, las primeras de las cuales se produjeron en Holanda a fines del siglo XVI, en Inglaterra en el siglo XVII (1642-1649) y en Francia en el siglo XVIII (1789-94). Todas ellas y, sobre todo, la Revolución Francesa, una gran influencia sobre el desarrollo histórico al asertar un golpe demoledor a las sociedades y anunciar la victoria de la burguesía. Los ideólogos burgueses de esta etapa presentaban la supresión del feudalismo como la instauración de la razón, la justicia, y la fraternidad entre los hombres. Más tarde la historia se encargaría de dar un mentis rotundo a tales pronunciamientos.

El surgimiento del capitalismo significó la destrucción de las relaciones de producción feudales y el establecimiento paulatino de las nuevas relaciones de producción, sustentadas en la propiedad privada capitalista sobre los medios de producción. Este cambio cualitativo en el desarrollo de la sociedad no significó la desaparición de la explotación, sino el aumento de la misma en relación con las nuevas condiciones creadas. La concentración de los medios de producción en manos de la naciente burguesía se caracterizó por la utilización de métodos violentos contra millones de campesinos y artesanos que fueron obligados a vender su fuerza de trabajo a la burguesía y a someterse de esta forma, a las nuevas condiciones de explotación por ella establecidas. Esta situación trajo como resultado que, en el seno de la sociedad se fuesen conformando dos polos fundamentales, en uno la burguesía como clase explotadora, y en el otro, el proletariado como clase explotada.

Otro fenómeno importante que fortaleció el régimen capitalista fue la creación de una gran industria que se consolida desde fines del siglo XVIII en Inglaterra con la revolución industrial y que se extendió a los demás países europeos en la década de los años 30 al 40 del siglo XIX. La máquina de vapor, considerada por Engels como la inversión mecánica más importante del siglo XVIII provocó importantes cambios en los procesos productivos. El resultado fue un aumento considerable de la productividad del trabajo y de las riquezas sociales. La invención e introducción de máquinas en sustitución de la fuerza física humana se convirtió en una necesidad para el desarrollo económico del nuevo sistema social capitalista. Este proceso comenzó principalmente con la introducción de estas innovaciones técnicas en la industria algodonera, lo que permitió una elevación considerable de la producción de tejidos. Más tarde la introducción de las máquinas se hizo extensiva a otras esferas productivas y medios de transporte. Este proceso se acompañó de un despiadado aumento de la explotación; se utilizaba indiscriminadamente la mano de obra de niños y mujeres y las condiciones de vida se tornaban cada vez más espantosas para la clase obrera. La jornada laboral de los obreros ingleses de esta época no era menor de 12-16 horas y en algunos lugares alcanzaba las 18 horas. De estas agotadoras jornadas no escapaban ni siquiera los niños de 6 y 7 años. Esta ilimitada e inhumana explotación de los trabajadores representó la base fundamental sobre la cual se produjo un vertiginoso crecimiento económico e industrial del capitalismo.

En este contexto social va surgiendo una burguesía industrial-comercial y un proletariado industrial que comienza, poco a poco, de manera espontánea a luchar por la transformación de las condiciones de vida que le imponía la sociedad capitalista. En sus inicios esta lucha acusaba signos de inmadurez política en la clase obrera. Los obreros culpaban a las máquinas por las condiciones inhumanas de su vida. Surgen algunos movimientos espontáneos de masas como el de los destructores de máquinas denominado Ludismo, al tomar el nombre de Ned Ludd, líder obrero que destruyó el telar donde trabajaba. Esta situación condujo a que en el año 1769 se promulgara una ley que establecía la pena de muerte por la destrucción de las máquinas. Estos primeros enfrentamientos revisten gran importancia ya que, como señalara F. Engels la clase obrera no comenzó a oponerse a la burguesía sino cuando resistió violentamente la introducción de las máquinas. Otras formas de luchas sucedieron a estos primeros enfrentamientos con la burguesía, surgen las huelgas, las insurrecciones y otras formas que van mostrando un grado cada vez mayor de madurez política del proletariado.

En el año 1830 se producen revoluciones en Bélgica y Francia, de 1830-1831 insurrecciones de liberación nacional en Polonia, en 1831 y 1834 levantamientos de tejedores en Lyon, gran centro de la industria textilera en Francia. Además, en esta etapa comienza a desarrollarse en Inglaterra el primer movimiento revolucionario de masas, el cartismo.

En el cartismo como forma condensada de oposición a la burguesía es toda la clase obrera la que se levanta contra la burguesía, particularmente contra su poder político y la que asalta la muralla legal de la cual se ha rodeado.

A partir del año 1834, la industria y el comercio se desarrollan a ritmos acelerados. Crecen la producción de hierro, el número de máquinas de vapor se multiplica y perfeccionan los medios de comunicación y transporte. Todo esto hace que se produzca una progresiva concentración de la población en las ciudades las cuales van desarrollándose rápidamente a la par de una burguesía rica y un proletariado cada vez más numeroso y explotado. Al mismo tiempo que se desarrolla la oposición burguesía-proletariado también se desarrollaban en el pensamiento socio político una corriente liberal asociada a la burguesía y un movimiento de oposición representante de las ideas socialistas y comunistas vinculados a los intereses del proletariado. Todos estos acontecimientos se señalan como las primeras acciones políticas importantes del proletariado en su proceso de surgimiento y maduración como clase independiente. A pesar de que esta lucha aún padecía de un carácter espontáneo y no organizado representaron una importante etapa en el proceso de toma de conciencia en la lucha del proletariado contra la burguesía.

Al realizar un análisis del auge del movimiento obrero en esta etapa, Engels señalaba que todos estos acontecimientos habían condicionado un viraje decisivo en la comprensión de la historia, de tal forma que la lucha de clases entre el proletariado y la burguesía pasó a ocupar el primer plano de la historia de los países europeos más avanzados, al mismo ritmo con que se desarrollaba en ellos, por una parte la gran industria, y por otra, la dominación política recién conquistada de la burguesía. Por otra parte, los hechos venían a dar un mentis cada vez más rotundo a las doctrinas económicas burguesas que planteaban la existencia de una identidad de intereses entre el capital y el trabajo y de la armonía universal y el bienestar general de las naciones, como fruto de la libre concurrencia. Estos factores socio- políticos habrían de ejercer una influencia decisiva sobre el desarrollo político de los creadores del marxismo desde sus inicios, ya que condicionaban la necesidad de someter toda la historia a nueva investigación con el objetivo de dar una respuesta a las exigencias sociales del momento. Es así como se van creando las primeras premisas socioeconómicas para la liberación del proletariado y la creación de su arma teórica fundamental: el marxismo. Esto último solamente era posible en determinadas condiciones históricas en las cuales las relaciones sociales hubiesen alcanzado un alto grado de desarrollo y en correspondencia con otras apareciera en la arena política el sujeto necesario que llevara a la práctica revolucionaria dicha teoría. Estas condiciones precisamente se crean en los años 40 del Siglo XIX, en que C. Marx y F. Engels irrumpen en la historia.

Gran viraje revolucionario

El nacimiento del marxismo representó un gran viraje revolucionario en la ciencia de la naturaleza y de la sociedad. Los fundadores del marxismo llevaron a cabo una hazaña científica sin par en la Filosofía, la Economía política, la teoría del socialismo y otras esferas del saber humano, crearon una auténtica ciencia revolucionaria, cuyo objeto no se circunscribía a explicar acertadamente el mundo, sino que se incluía, además, el propósito de modificarlo.

Lenin indicaba:

La doctrina de Marx, indicaba Lenin, es completa y armónica. Proporciona al hombre una concepción cabal del mundo. Es omnipotente porque es exacta.

Lo principal, en el Marxismo, estriba en la fundamentación del papel histórico-mundial de la clase obrera como creadora de la sociedad comunista sin clases.

Fuentes teóricas

Las fuentes teóricas del marxismo son: la Filosofía clásica alemana (Hegel y Feuerbach), la economía política inglesa (A. Smith, Ricardo) y el socialismo utópico (Saint Simón, Fourier, Owen).

La adquisición más grande dé la filosofía clásica alemana fué la dialéctica hegeliana. Pero la dialéctica de Hegel era una dialéctica idealista. Para convertirla en un método verdaderamente científico, hubo necesidad de reelaborarla sobre base materialista.

"Mi método dialéctico, no sólo es fundamentalmente distinto del método de Hegel, sino que es, en todo y por todo, su reverso. Para Hegel, el prcceso del pensamiento, al que con el nombre de Idea, transforma en sujeto con vida propia, es al demiurgo (creador) de la realidad, y ésta sólo es la simple forma externa en que toma cuerpo. Para mí, lo ideal no es, por el contrario, más que lo material traducido y transpuesto a la cabeza del hombre"

En la dialéctica materialista de Marx y Engels quedó sintetizado todo lo positivo y progresista que la ciencia había creado antes de Marx. El mérito más importante de Feuerbach consiste en su crítica materialista del Idealismo de Hegel. Pero Feuerbach, materialista en la interpretación de los fenómenos de la Naturaleza, siguió siendo idealista en la interpretación de la Sociedad, Marx y Engels hicieron extensivo el materialismo filosófico de una manera consecuente también a la interpretación de los fenómenos sociales.

"...El Idealismo quedaba desahuciado de su último reducto en la ciencia histórica; se echaban los cimientos para una concepción materialista de la historia"
Engels

La economía política inglesa echó los cimientos de la teoría del valor por el trabajo. Pero Smith y Ricardo no estuvieron en condiciones de comprender el carácter histórico, transitorio, del modo capitalista de producción. Smith y Ricardo veían en el régimen capitalista un régimen social natural y eterno. Las leyes que rigen el desarrollo del capitalismo como régimen económico-social históricamente determinado sólo fueron descubiertas por Marx, quien probó que la base de la explotación capitalista es la plusvalía.

"La teoría de la plusvalía es la piedra angular de la teoría económica de Marx"

La tercera fuente del marxismo es el Socialismo utópico. El socialismo utópico criticó severa y audazmente los contradicciones del capitalismo, oponiéndole la idea del socialismo como un régimen social más perfecto. Pero los utopistas, a causa de su limitación histórica, no alcanzaron a comprender la esencia de la esclavitud asalariada bajo el capitalismo, las leyes que rigen el desarrollo del capitalismo y el significado del proletariado como creador del socialismo. Marx y Engels convirtieron el socialismo, de un sueño en una ciencia, en un socialismo científico, señalando que la fuerza impulsora de la historia es la lucha de clases. Marx enseñaba que el único camino de la transición hacia el socialismo es el camino del movimiento revolucionarlo del proletariado, el camino de la revolución proletaria y da la dictadura del proletariado.

Comunismo Científico

El Comunismo Científico -importantísima parte componente del Marxismo-Leninismo- tiene su profunda fundamentación económica en la Economía política creada por Marx, teoría que descubre las leyes del modo capitalista de producción y demuestra que el cambio de la sociedad capitalista en socialista es inevitable.

Base filosófica

La base filosófica del Marxismo-Leninismo está constituida por el Materialismo Dialéctico e Histórico.

Espíritu de partido en filosofía

Importantísimo principio de la concepción marxista-leninista del mundo. Dicho principio ha sido fundamentado por Marx, Engels y Lenin.

En la sociedad de clases, la filosofía, lo mismo que toda la ideología, no puede no tener espíritu de partido: refleja los intereses de determinadas clases y está al servicio de las mismas. En la historia del pensamiento filosófico, las corrientes fundamentales contrapuestas, los partidos que en filosofía han estado en lucha, son el materialismo y el idealismo. La lucha ideológica contemporánea es un reflejo en la conciencia de la humanidad, del proceso histórico en virtud del cual se pasa del capitalismo al comunismo.

El espíritu de partido de los ideólogos burgueses se revela en su anticomunismo, en su tendencia a denigrar el socialismo, el marxismo-leninismo, en sus intentos de desvirtuar los antagonismos de la sociedad burguesa, de presentar el Estado burgués como el «Estado de prosperidad general», los intereses de los capitalistas, como ideales de toda la humanidad. El marxismo aplica consecuentemente el principio de partido en filosofía, considera el materialismo dialéctico e histórico como arma científica del proletariado en su lucha contra el capitalismo, por la victoria del comunismo. Frente al espíritu de partido burgués, encubierto por el objetivismo, el espíritu de partido de la filosofía marxista-leninista posee un carácter abiertamente combativo; sus rasgos distintivos son la intransigencia frente al idealismo y a la metafísica, al revisionismo y al dogmatismo, la coincidencia del espíritu de partido y del espíritu científico, es decir, la auténtica objetividad en el análisis de lo real, la conexión orgánica entre la teoría y la práctica, entre la filosofía y la política, la manera creadora de abordar los problemas de la teoría marxista y de la práctica en la construcción del comunismo. El principio marxista del espíritu de partido niega que la idea de la coexistencia pacífica pueda trasladarse de la esfera de la política al terreno ideológico, exige que se refuten con sólidos argumentos la filosofía burguesa, las teorías reformistas, revisionistas y dogmáticas, que se ponga de manifiesto la orientación política y el sentido de clase de las mismas.

Doctrina viva y creadora

El Marxismo-Leninismo se desarrolla como una doctrina viva y creadora, incompatible con todo dogmatismo. Extrae de la vida, de la práctica revolucionaria, su fuerza creadora.

Es característico del Marxismo-Leninismo, el estrecho vínculo entre la teoría y la práctica, y ello lo distingue de todo género de teorías reformistas y revisionistas.

Revisionismo

Corriente oportunista en el movimiento obrero revolucionario, es hostil al marxismo, pero se presenta bajo su bandera. Recibió su nombre por someter a “revisión” la teoría marxista, su programa revolucionario, su estrategia y su táctica.

Marx y Engels

Marx y Engels prosiguieron infatigablemente las investigaciones acerca de su teoría, la fueron enriqueciendo con nuevas tesis y conclusiones cuya veracidad comprobaban en la experiencia revolucionaria de las masas, en los nuevos éxitos de la ciencia.

Lenin

La nueva etapa en el desarrollo creador del Marxismo está indisolublemente unida al nombre de Vladímir Ilich Lenin, fiel continuador de la teoría de Marx. La aportación de Lenin a la teoría marxista es tan grande que con razón esta teoría se llama, actualmente, Marxismo-Leninismo.

“La historia de la filosofía y la historia de la ciencia social enseñan con toda claridad, que en el marxismo nada hay que se parezca al “sectarismo”, en el sentido de ser una doctrina cerrada, petrificada, nacida al margen de la ruta principal del desarrollo de la civilización mundial. Por el contrario, toda la genialidad de Marx consiste, precisamente, en que él dio las respuestas a preguntas que ya se había planteado el pensamiento avanzado de la humanidad. Su doctrina surgió como una prolongación directa e inmediata de las doctrinas de los más grandes representantes de la filosofía, de la economía política y del socialismo”
Lenin.

Nueva época histórica

La nueva época histórica que se inicia a fines del siglo XIX –la época del imperialismo y de las revoluciones socialistas- planteó al movimiento comunista internacional nuevos problemas acerca de la teoría y de la práctica de la lucha revolucionaria.

Lenin aplicó con gran maestría la dialéctica marxista al análisis de los fenómenos de la época que se iniciaba, prosiguió el análisis que Marx había hecho del capitalismo, formuló una teoría científica acerca del estadio imperialista del modo capitalista de producción, hizo avanzar la teoría de la Revolución Socialista y llegó a la conclusión de que era posible la victoria del Socialismo primero en un solo país.

Marxismo legal (del siglo XIX)

Reflejo del marxismo en la literatura burguesa; tergiversación liberal-burguesa del marxismo. Surgió en la última década del siglo XIX. En aquellos años Lenin, Plejánov y otros marxistas habían derrotado ideológicamente al populismo, y el marxismo se difundía ampliamente por Rusia.

Entre la intelectualidad burguesa aparecieron “compañeros de ruta” temporales del movimiento obrero. Publicaban sus trabajos en periódicos y revistas legales, es decir, permitidos por el gobierno (de ahí que se les llamaran “marxistas legales” y en nombre del marxismo combatían a los populistas. Para los “marxistas legales”, decía Lenin, la ruptura con el populismo no significaba pasar del socialismo pequeño-burgués (o campesino), al socialismo proletario, sino al liberalismo burgués.

Los marxistas legales intentaban adaptar el movimiento obrero a los intereses de la burguesía, exaltaban por todos los medios el régimen burgués e instaban a que en lugar de emprender la lucha revolucionaria se procurase aprender del capitalismo.El marxismo legal negaba lo principal en el marxismo (la teoría de la revolución proletaria, la dictadura del proletariado).

Lenin sostuvo una lucha intransigente contra el marxismo legal, aunque para batir más rápidamente a los populistas, admitió el establecimiento de un acuerdo temporal con los marxistas legales.

En “El contenido económico del populismo y su crítica en la obra el señor Struve” (1894-1895), Lenin puso de manifiesto la esencia antimarxista del marxismo legal, sometió a honda crítica el objetivismo burgués, al que contraponía el espíritu de partido del marxismo revolucionario. En filosofía, los marxistas legales, por regla general, mantenían posiciones kantianas.

Filosofía marxista soviética

Surgió después de la Revolución Socialista de Octubre. En los primeros años de su existencia, la filosofía marxista soviética se desarrolló en lucha contra los vestigios de la vieja filosofía burguesa y también contra las teorías filosóficas del menchevismo, del machismo ruso (Bogdánov y otros), etc.

En 1922 se fundó la primera revista filosófica marxista «Bajo la Bandera del Marxismo» («Pod známienem marxisma»), en cuyo tercer número se publicó el artículo de Lenin «Sobre el significado del materialismo militante» dedicado a los objetivos de la revista y del desarrollo de la filosofía marxista soviética. Este artículo de Lenin, lo mismo que sus otros trabajos teóricos, ejerció una influencia decisiva sobre toda la actividad ulterior de los filósofos soviéticos. La tarea fundamental de los primeros años estribaba en formar nuevos filósofos estrechamente unidos al Partido Comunista y a la lucha por la reestructuración socialista del país. La lucha de clases del primer período de la existencia del Estado soviético halló su expresión en todos los sectores de la ideología, incluido el de la filosofía.

A fines de la década de 1920 y comienzos de la siguiente, se desplegó la crítica contra las recaídas en el materialismo mecanicista y también contra las manifestaciones del idealismo menchevizante, cuya esencia consistía en identificar la dialéctica marxista con la hegeliana, en separar la teoría de la práctica, subestimar la etapa leninista en el desarrollo de la filosofía, etc. Aparecieron los primeros manuales en que se explicaba el contenido del materialismo dialéctico e histórico. En la revista «Bajo la Bandera del Marxismo» (dejó de publicarse en 1944) y en otras publicaciones, se estudiaban los problemas fílosóficos que planteaba la edificación de la sociedad socialista, la revolución cultural; partiendo de la filosofía marxista, se daba la correspondiente interpretación de la historia de la filosofía del pasado, se luchaba por establecer una alianza con los naturalistas, para lograr que éstos adoptaran los principios del materialismo dialéctico.

Marxismo creador y marxismo dogmático

El marxismo creador es el auténtico marxismo revolucionario, entendido como guía para la acción revolucionaria, como ciencia de vanguardia que no permanece estancada, sino que, junto con la vida, avanza y hace avanzar a la propia vida.

El marxismo dogmático, por el contrario, es la vulgarización, la tergiversación del marxismo, especialmente por los ideólogos de la II Internacional oportunista, que se limita a reconocer externamente el marxismo y que aspira a embotar su filo revolucionario crítico, a convertirlo en un dogma muerto, inofensivo para la clase burguesa.

Stalin, en su artículo con motivo del 50º aniversario del nacimiento de Lenin, titulado “Lenin, organizador y jefe del Partido Comunista de Rusia”, dio una caracterización profunda y cabal del marxismo creador y del marxismo dogmático:

««Hay dos grupos de marxistas. Los dos actúan bajo la bandera del marxismo y se creen marxistas “auténticos”. Y, sin embargo, están lejos de ser idénticos. Es más: los separa un abismo, porque sus métodos de trabajo son diametralmente opuestos»».
««El primero de estos grupos se limita, habitualmente, a reconocer en lo externo el marxismo, y a proclamarlo solemnemente. No sabiendo, o no queriendo penetrar en la esencia del marxismo; no sabiendo, o no queriendo encarnarlo en hechos, transforma las tesis vivas y revolucionarias del marxismo en fórmulas muertas y huecas. Basa sus actividades no en la experiencia, no en las enseñanzas del trabajo práctico, sino en citas de Marx. Las indicaciones y las directivas las deduce no del análisis de la realidad viva, sino de analogías y de paralelos históricos. Divergencia entre las palabras y los actos: tal es la enfermedad principal que padece dicho grupo. De aquí las decepciones y el eterno descontento del destino que, en todo momento, le juega malas pasadas y le deja con un “palmo de narices”. Este grupo se llama menchevismo (en Rusia) y oportunismo (en Europa). En el Congreso de Londres, el camarada Tyczko (Jogiches) definió muy certeramente este grupo, diciendo de él que no se mantenía, sino que yacía en la plataforma marxista»».
««El segundo grupo, por el contrario, traslada el centro de gravedad del problema, de este reconocimiento únicamente externo del marxismo a su aplicación, a su realización. Determinar de acuerdo con la situación los caminos y los medios para realizar el marxismo, modificar estos caminos y estos medios cuando la situación cambia: esto es lo que merece principalmente la atención de este grupo. No es de las analogías y de los paralelos históricos de donde este grupo deduce las directivas e indicaciones, sino del estudio de las condiciones circundantes. Sus actividades no descansan sobre citas y sentencias, sino sobre la experiencia práctica por medio de la cual comprueba cada uno de sus pasos, obteniendo lecciones de sus propios errores y enseñando a los demás a edificar la vida nueva. Esto es lo que precisamente explica que en las actividades de este grupo la acción no diverja de la palabra, y que la doctrina de Marx conserve enteramente su fuerza revolucionaria viva. A este grupo se aplican plenamente las palabras de Marx según las cuales los marxistas no pueden contentarse con interpretar el mundo, sino que deben ir más lejos para transformarlo. Esto grupo se llama bolchevismo, comunismo. El organizador y jefe de este grupo es V. I. Lenin»».[1].

Como revolución en el pensamiento filosófico

Desde el momento de su nacimiento, los conocimientos filosóficos han ido evolucionando y sustituyéndose unas teorías por otras, como una muestra del camino ascendente del hombre en el proceso del conocimiento de su propia esencia así como de sus vínculos multifacéticos con la realidad.

En este milenario, contradictorio y penoso camino ocupan lugar especial Carlos Marx y Federico Engels ya que, al decir de Lenin, su genio estribó precisamente

"en haber dado solución a los problemas planteados antes por el pensamiento avanzado de la humanidad. Su doctrina apareció como continuación directa inmediata de las doctrinas de los más grandes representantes de la filosofía, la economía política y el socialismo".

Lo característico de esta teoría científica es que, en la misma medida que constituye continuación del pensamiento anterior, rompe con los elementos ya caducos y, en forma de negación dialéctica, se enriquece con nuevos elementos aportados por la práctica y la reelaboración creadora de sus fundadores, por tanto constituye un salto cualitativo en el propio desarrollo del pensamiento de la humanidad, en el sentido de no ser una doctrina encerrada en si misma, ni surgida al margen del cambio de la civilización mundial, sino que, en todo momento con su propio carácter, está abierta a otros cambios que impliquen también la continuación y ruptura características de su esencia dialéctica.

El surgimiento de la filosofía del marxismo no fue simplemente la aparición de una filosofía más, sino que ella representó toda una revolución en la historia del pensamiento filosófico, caracterizada esencialmente por la conversión de la filosofía en ciencia.

Los aspectos básicos que demuestra por qué el marxismo constituyó una revolución en el pensamiento filosófico son:

  • La elaboración de la concepción materialista de la historia: según los fundadores del marxismo, para constituir esa nueva concepción filosófica del mundo era preciso, ante todo, ver a los hombres actuar en la historia. Por ello, el proceso de creación de esta nueva filosofía se inició con la elaboración de una comprensión acerca de la sociedad y su desarrollo. La elaboración de la concepción materialista de la historia no fue posible realizarla sin el materialismo y la dialéctica
  • La Unidad indisoluble del materialismo y la dialéctica: no es posible dejar de tener en cuenta que la reelaboración del materialismo y la dialéctica premarxistas y su unión indisoluble en la filosofía del marxismo, significó la reevaluación de las posiciones ideológicas desde las cuales hacer filosofía. Demostrando el estrecho vínculo entre las posiciones ideológicas de determinada clase social y uno u otro modo de concebir la filosofía y sus funciones, Marx y Engels esclarecieron que, sólo desde las posiciones de la clase obrera y del resto de las clases y grupos progresistas de la sociedad, es que se podía elaborar una filosofía consecuentemente científica. Haciendo ver que las cuestiones filosóficas no eran sólo problemas de los filósofos de profesión sino también , y ante todo,cuestiones que tocaban de cerca las necesidades, intereses y anhelos del proletariado, los fundadores de la filosofía del marxismo dejaron en claro en su época que, precisamente, el movimiento obrero de Alemania era el genuino heredero de la filosofía clásica alemana y de su más auténtico fruto: la dialéctica materialista. La unión indisoluble del materialismo y la dialéctica en la filosofía del marxismo sólo fue posible a partir de una nueva comprensión del objeto de estudio de la filosofía.
  • La delimitación del objeto de estudio de la filosofía: los fundadores de la filosofía del marxismo efectuaron una ruptura en el modo tradicional de hacer filosofía, la cual era comprendida como ciencia de las ciencias. En líneas generales, este modo de concebir el quehacer filosófico le adjudicaba a la filosofía la tarea de estudiar y darles respuesta a aquellos problemas específicos que las ciencias particulares no podían resolver. La filosofía se encargaba entonces de reflexionar sobre esas lagunas o territorios del conocimiento científico particular y se extraían los esquemas, leyes y respuestas, no de la realidad estudiada sino de su propia invención: "Los filósofos prefieren sus ideas a la naturaleza, queriendo que ésta se arregle a aquellas". Los fundadores de la filosofía del marxismo lograron delimitar adecuadamente el objeto de estudio de la filosofía como ciencia en virtud de una nueva comprensión, también, de la teoría y de la práctica, así como de su vínculo recíproco.
  • La unión indisoluble de la teoría y la práctica: los fundadores del marxismo se enfrentaron, en primer lugar, a la comprensión de la teoría y de la práctica que hasta el momento había prevalecido. La teoría, y en particular la filosofía como forma de ella, poseía ante todo un profundo carácter especulativo. En el caso del idealismo (especialmente el hegeliano), éste se veía obligado a convertir en un problema especulativo los problemas reales para poder "resolverlos". Su objetivo era sólo comprobar, cómo en cada caso particular, se manifestaba el esquema teórico preconcebido, no desarrollando el pensamiento de acuerdo con el objeto sino al objeto partiendo del pensamiento. En relación con ello, Marx consideraba que la superación de tales deformaciones consistía no en reconocer, en todas partes, las determinaciones del concepto teórico sino en concebir la lógica especial del objeto especial. La nueva comprensión de la teoría y de la práctica en filosofía del marxismo se elabora en el proceso mismo del esclarecimiento de su interrelación dialéctica. La esencia de la función teórico-práctica de la filosofía reside no en dar una receta sino en preparar al hombre, en crearle la aptitud para construir la nueva sociedad.

Presencia y enseñanza en Cuba

Pseudorrepública

La presencia del Marxismo en la vida política y cultural de Cuba tiene una historia relativamente larga. Líderes obreros, estudiantes y destacados intelectuales identificados con él dejaron, con su actividad revolucionaria y su producción teórica y literaria, una huella en la historia y cultura nacional.

Figuras como las de Carlos Baliño, Julio Antonio Mella, Rubén Martínez Villena, Juan Marinello, Pablo de la Torriente Brau o Raúl Roa, por solo mencionar algunas, desempeñaron un significativo papel durante la pseudorrepública en la defensa de las masas trabajadoras y de los intereses nacionales. Cada una de estas personalidades desarrolló su actividad revolucionaria atendiendo a su interpretación y recepción del Marxismo-Leninismo, que no resultaba en todos los casos coincidente con las de la mayoría de los «iniciados» en el movimiento comunista.

El Marxismo en la Cuba de la República mediatizada era una Concepción del mundo rechazada y perseguida por los círculos gobernantes y diferentes sectores y grupos de la sociedad burguesa. Es solo con el triunfo revolucionario que se produce un cambio radical en relación con la acogida y divulgación de esta teoría.

Concepción del mundo

Es un sistema de ideas, conceptos y representaciones, sobre el mundo circundante. En sentido general, abarca el conjunto de todas las concepciones del hombre sobre la realidad El núcleo básico de la concepción del mundo está formado por las ideas filosóficas. La concepción del mundo es un reflejo del ser social y depende del nivel de los conocimientos humanos alcanzados en el periodo histórico dado. La concepción del mundo tiene una gran importancia práctica, pues de ella depende la actitud del hombre frente a la realidad que lo rodea y sirve de guía para la acción. La concepción científica del mundo, descubre las leyes objetivas de la naturaleza y de la sociedad y expresa los intereses de las fuerzas progresivas y facilita el desarrollo en sentido progresivo. La concepción marxista-leninista cuya base filosófica es el materialismo dialéctico e histórico, es auténticamente científica y expresa los intereses de los grupos sociales más progresistas de la sociedad

Revolución triunfante

La Revolución triunfante, democrática, popular y antimperialista, rescató el honor y la dignidad nacional y dio origen a gigantescos cambios socioeconómicos, políticos y espirituales. Las masas imbuidas de fervor revolucionario radicalizaron su conciencia en proporción directa con la radicalización del proceso, que transitó en virtud de su propia naturaleza, aunque favorecido por la coyuntura internacional, hacia el socialismo.

Con la declaración del carácter socialista de la Revolución, el Marxismo como teoría social devino hegemónico. A partir de ese momento se inició un proceso masivo de aprendizaje, que con algunas variantes se prolonga hasta estos días, y en el cual la población se instruye y educa en los principios y conceptos fundamentales del Marxismo-Leninismo por vías directas (cursos en escuelas políticas o en diferentes niveles de enseñanza), o indirectas (participación en las organizaciones políticas y de masas, medios masivos de comunicación, etcétera).

Evolución después del triunfo revolucionario

Cuando triunfa la Revolución Cubana y dado el carácter específico de la misma se abren otras perspectivas que repercutirían definitivamente en una nueva época del marxismo en América Latina. El propio análisis de las particularidades de este fenómeno y la decisión del pueblo cubano de construir el socialismo por vez primera en el hemisferio occidental sería motivo de reflexión permanente de muchos marxistas no sólo de esta parte del mundo. Innumerables cuestiones teóricas han tenido que ser abordadas a partir de la experiencia cubana, lo cual ha enriquecido el análisis sobre la teoría del partido, de los factores objetivos y subjetivos para el triunfo de una Revolución, de la personalidad en la historia, de las vías para la toma del poder político, de las formas del Estado Popular, de la acción de las diferentes formas de la conciencia social, en especial la ciencia, de la ideología política, así como de las particularidades del arte y la religión en el contexto cubano y latinoamericano. También han sido objeto de reflexión y enriquecimiento del problema de la formación de hombre nuevo, el análisis de los mecanismos económicos y de los estímulos morales así como del papel de la conciencia para la construcción de la nueva sociedad el tema de la enseñanza de la filosofía marxista-leninista y la formación de una concepción científica del mundo. Todos estos temas han dado lugar a una prolífica literatura que se encuentra en intervenciones de los máximos dirigentes de esta Revolución, sobre todo en Fidel Castro, Ernesto Che Guevara y en numerosos trabajos de intelectuales nacionales y extranjeros dedicados a tales cuestiones. El proceso de rectificación de errores y tendencias negativas en la construcción del socialismo emprendido por el pueblo cubano desde mediados de la década del ochenta ha revitalizado el análisis de muchos de estos problemas con una óptica creadora.

El rumbo socialista de la Revolución Cubana, que ha sido erróneamente considerado un resultado de las presiones externas generadas por las relaciones soviético-norteamericanas, demostró el carácter exótico del marxismo leninismo y de su "inadaptabilidad" al mundo latinoamericano. Por otra parte, la euforia producida entre algunos sectores de izquierda ante el triunfo de los cubanos y la falta de análisis de las circunstancias particulares llevó, en ocasiones, a que se trasladaran mecánicamente también algunos esquemas a otros países cuyas condiciones eran muy disímiles a las de la isla caribeña y esto produjo no pocos errores y descalabros -como sucedió con la proliferación indiscriminada de la teoría del foco guerrillero- tanto en el plano de la teoría como de la práctica de muchos marxistas.

Etapas

En diferentes círculos académicos se acepta por consenso que el Marxismo, así como otras Ciencias Sociales, ha conocido al menos tres etapas en su evolución después del triunfo revolucionario.

Primera etapa
La primera etapa transcurre en la década del 60 y se inaugura con la enseñanza de la Filosofía Marxista a gran escala. Se caracteriza por el debate, la diversidad de opiniones y la libertad creativa.

La enseñanza del Marxismo no sigue en todas las instituciones un patrón único. Junto al modelo soviético coexiste una interpretación del Marxismo que, inspirada en la originalidad de la Revolución cubana, no se circunscribe al empleo de los clásicos, pues recurre a la lectura de autores contemporáneos incluidos el Che, Fidel y diferentes líderes del movimiento revolucionario y de liberación nacional del Tercer Mundo.

Segunda etapa
Los años 70 marcaron un viraje en la vida intelectual, pues unido al proceso de institucionalización que experimenta`la Revolución, se produce un mayor acercamiento a la URSS y a los demás países del bloque socialista, conducente a la adopción del modelo soviético de construcción del socialismo.

La interpretación soviética del Marxismo-Leninismo y su concepción filosófica devienen predominantes, y dan lugar a un proceso masivo de aprendizaje en las universidades y otras instituciones docentes.

En el marco de este proceso arriban a Cuba numerosos asesores soviéticos para contribuir a la formación emergente de profesores y, casi paralelamente, viajan a la URSS y otros países socialistas cientos de estudiantes para prepararse como profesores de Filosofía, Economía política y Comunismo Científico. La apertura de la carrera de Filosofía Marxista-Leninista en las universidades de La Habana y Oriente fue un hecho significativo.

Tercera etapa
Si bien la preocupación acerca del Marxismo o de los marxismos posteriores a Marx no es nueva, sí adquirió mucha mayor notoriedad después del derrumbe del sistema socialista de Europa del Este y de la confusión que cundió en todo el mundo progresista.

Con los ecos de la crisis del Marxismo y la política de la Perestroika en lo internacional, se inicia la tercera etapa que llega hasta la actualidad y que tiene con el llamamiento al Cuarto Congreso del Partido Comunista de Cuba un punto significativo.

La creatividad y la búsqueda de una interpretación teórica propia sobre la realidad cubana reclaman perentoriamente su lugar principal como premisa vital para restaurar la credibilidad del Marxismo, seriamente afectado por los años de aprendizaje escolástico. Los acontecimientos que condujeron a la caída del Campo Socialista y la difícil situación del país en el Período Especial gravitan negativamente sobre estas intenciones.

Referencias

  1. Stalin, en su artículo con motivo del 50º aniversario del nacimiento de Lenin, titulado “Lenin, organizador y jefe del Partido Comunista de Rusia”

Bibliografías

Fuentes