Monte Cabaniguán
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' Monte Cabaniguán. Reconocido como la mayor reserva del mundo de los Acutus e identificado como Refugio de Vida Silvestre, cubre 14.000 hectáreas, bordeando el Golfo de Guacanayabo. Ubicado en el municipio de Jobabo, al sur de Las Tunas, dentro de su extensión radica la Estación Biológica Don Miguel Álvarez del Toro, dotada del equipamiento imprescindible para la observación y estudio de las diferentes especies que habitan en el refugio de fauna del Monte Cabaniguán.
Sumario
Historia
En 1986 en Monte Cabaniguán comenzaron los estudios de la especie, lo que permitió desarrollar técnicas muy efectivas para monitorear los nidos, la observación de sus formas de vida en el medio natural y el cálculo de datos estadísticos relacionados con la reproducción y mortalidad. A principios de la década de 1990, se creó en la zona del Monte Cabaniguán, la Estación Biológica Don Miguel Álvarez del Toro. Su fundador fue Manuel Alonso Tabet.
La paciente labor de observación y monitoreo de la diversidad de la fauna circundante ha permitido registrar unas 140 especies, entre ellas el catey, el, Carpintero Churroso, el sijú platanero y, lagartija, Iguana, cateyes, Pájaro carpinteros, Cocos, sevilla, garza, Sijú Cotunto, la siguapa, el cernícalo y el gavilán colilargo, otras como el halcón peregrino llegan hasta allí en determinadas épocas del año. El Cocodrilo acutus (americano) es sin embargo la especie predominante.
La zona recibe los beneficios del Proyecto Internacional Archipiélago Sur, el cual permitirá incrementar las acciones de conservación de especies endémicas de esta zona.
Auspiciado por el Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el proyecto hace énfasis en las acciones de preservación de los ecosistemas costeros, mediante talleres de capacitación y estudios sobre especies amenazadas.[1]
Descripción
Ubicación Geográfica
El Monte Cabaniguán es una porción territorial que comparte su espacio entre las provincias Granma y Las Tunas, mayoritariamente de esta última. Los municipios encontrados en sus límites son los municipios Jobabo, Río Cauto, Yara y Manzanillo.
Posee una extensión de 14 500 hectáreas. Es una Reserva natural, localizada a lo largo de la orilla del Golfo de Guacanayabo, con una superficie de 626 kilómetros cuadrados (con límites geográficos aproximadamente a los 20 grados de latitud norte y 77 grados de longitud oeste.
Vegetación
En las partes donde existe mayor influencia salina predomina el complejo de manglar, representado por sus cuatro especies típicas: Mangle rojo (Rhizophora mangle), Mangle prieto (Avicenia germinans), Yana (Conocarpus erecta), y Patabán (Laguncularia recemosa), predominan las palmas del género Copernicia, y más al norte, relictos de bosque semidesíduo micrófilo (Monte Cabaniguán).
Suelos
Geomorfológicamente, el área está constituida por un conjunto de llanuras marinas lacuno -palustres y fluviomarinas deltaicas y pantanosas. Los suelos cenagosos se desarrollan abundantemente; son típicas las costas de manglares con playas alternas y en las zonas deltaicas abundan los herbazales fluviales.
Las ciénagas son húmedas, presentando suelos saturados y mal drenados, empapados en agua hasta la saturación o la casi saturación, aunque no estén enteramente rodeados por agua, a lo largo de la costa se alternan segmentos de manglares y de playas arenosas. Estas últimas presentan dos tipos de suelos: arena de concha y residuos calcáreos, de grano grueso, o de un fino polvo arenoso con alto contenido de arcilla.
Criadero de cocodrilos
Existe una población estable que se autorregula de acuerdo con las posibilidades que le ofrece el medio circundante. Manuel Alonso Tabet, especialista principal, se ha dedicado por más de una década a la observación del comportamiento de estos reptiles en el Monte Cabaniguán, atraído por la habilidad instintiva para la supervivencia de este reptil y en la búsqueda de respuestas a cómo era posible que hubiera subsistido a la depredación del hombre a través de la historia.
En su condición de biólogo, ha podido constatar las aptitudes del cocodrilo para adaptarse a los cambios del medio donde habita, no ataca al hombre excepto en defensa de sus crías, salta las redes cuando se le intenta capturar, adopta estrategias adecuadas para proteger sus nidos durante los 80-90 días de incubación, y el cuidado de las crías a las que conduce por el estero y la ciénaga hacia las guaridas que construye preferentemente en el manglar.
La atención a esta área protegida ha permitido estudiar la formación de los nidos, una de las limitantes mayores. De hecho de las 14 mil quinientas hectáreas que abarca esa zona del humedal en Las Tunas, solo nueve son propicias para que las cocodrilas pongan sus huevos. En ocasiones se han creado dunas artificiales de arena, y la respuesta en la creación de nidos en las nuevas áreas ha sido inmediata, lo que ha permitido tener una idea de las posibilidades de manejar el proceso de nidificación. Se han llegado a contar hasta 300 nidos.
Los especialistas mantienen activadas las cámaras automáticas infrarrojas, monitorean cada detalle de las etapa de nidificación y reproducción. También registran los niveles de la salinidad de las aguas.
Para facilitar la observación de los reptiles, crear una reserva genética, y aprender a manejar la especie, se dispone de un zoocriadero con una masa cautiva en la comunidad de Zabalo, distante unos 15 kilómetros de la estación biológica. Algunos de estos animales son liberados para monitorearlos y conocer sus habilidades de adaptación al medio silvestre.
Referencias
- ↑ Reservorio de cocodrilos recibe apoyo internacional. Disponible en Agencia Cubana de Noticias. Consultado el 12 de agosto de 2011.
Fuentes
- Información aportada por el Especialista Principal de la Estación Biológica, Manuel Alonso Tabet.
- Información aportada por Especialista del CITMA en la Provincia, Consultante Lic Juana María Cardosa Rafael
- Información en soporte digital aportada po el Lic. Esteban Felipe Yero Rosales. “Jobabo Otra Vez”.