Samy Benmayor
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Samy Benmayor. Pintor chileno. Pertenece a la Generación de los 80 integrada también por Bororo, Ismael Frigerio, Omar Gatica y Jorge Tacla. Benmayor, junto a sus compañeros de Generación intentaron recuperar la pintura, el lenguaje y oficio propio de ésta, que se había perdido con la tendencia conceptual. Samy Benmayor ha recibido el apoyo de importantes instituciones que le han otorgado becas con las que ha podido incrementar su formación artística.
Sumario
Síntesis biográfica
Nació en Santiago el 24 de enero de 1956. Ingresó a la Facultad de Artes de la Universidad de Chile (1976-1982), donde fue alumno de los artistas Gonzalo Díaz y Rodolfo Opazo. Realizó su primera Exposición individual en 1984, a partir de ese momento su presencia ha sido activa y conocida en la plástica nacional. Ha recibido el apoyo de diversas instituciones que han respaldado su trabajo permitiéndole que continúe su formación artística.
Es así como la Corporación de Amigos del Arte le otorgó una beca por un año en Nueva York (1981); posteriormente, la Agencia de Información de los Estados Unidos y la "Foundation for Artist Colonies" le otorgaron una beca (1988). Esta misma agencia le otorgó otra beca para estudiar Arte Visual en Djerassi Foundation Woodside, California, Estados Unidos (1989).
Ha desarrollado diversas actividades de docencia y extensión. Realizó trabajos en el Instituto de Arte Contemporáneo e impartió clases de Teoría del Color y Técnicas de la Pintura en el Taller 619.
Junto a Matías Pinto D’Aguiar, organizó el Taller Chucre Manzur el cual por espacio de dos años congregó a varios artistas. De este taller surgió su primera Exposición individual en la Galería Sur (1984). Posteriormante, organizó el taller Santa Victoria junto a Fernando Allende, Odette Berthoud y Bororo (1986).
Trayectoria artística
Junto a sus compañeros de Generación intentaron recuperar la pintura, el lenguaje y oficio propio de ésta, que se había perdido con la tendencia conceptual. Buscaron retornar al carácter gestual y subjetivo del quehacer de la plástica, planteando la permanencia de la pintura tradicional, liberada de prejuicios y discursos teóricos. El interés por desarrollar un lenguaje plástico que muestre lo que siente, piensa y experimenta el artista ha sido un rasgo fundamental para Benmayor.
Ha desarrollado una pintura neoexpresionista, de gran fuerza expresiva que ha ido bastante acorde con la actitud abierta y provocativa del artista, con toques de humor pícaro y figuras caricaturescas. A través del óleo o la acuarela Benmayor se inserta en el hombre y su universo y en temáticas de gran interés personal como la orfandad, la recuperación, la transmutación, la alquimia, el cambio y mutación humana, el cambio del hombre de bestia a persona. La urbe, los edificios que poblaron su niñez es otro de los temas que aparece con frecuencia en las obras del artista. El color en la obra del artista adquiere una enorme importancia pues es a través de él que el creador puede modificar, transformar atmósferas, llevar al espectador a distintas experiencias, de alegría o de dolor, según señala Benmayor.
El artista reconoce cambios y evoluciones en su quehacer pictórico. Es así como de la tremenda agresividad y crítica de sus primeros trabajos de juventud se ha encaminado hacia una actitud Más reconciliadora y de alabanza que tienen que ver con cambios internos, con una reconciliación con la vida y una recuperación de la fe en ella.
Esto ha desembocado en una mayor profundidad, en obras más reflexivas, menos impetuosas, lo que no significa que haya dejado de lado la expresión espontánea y gestual, la subjetividad que impulsó sus primeros trabajos.
Su relación con el color se ha tornado más elaborada, con mayor reflexión y más restricción, sin embargo, su trabajo de experimentación no ha cesado.
Aportes
Samy Benmayor ha recibido el apoyo de importantes instituciones que le han otorgado becas con las que ha podido incrementar su formación artística: Beca de la Corporación de Amigos del Arte que le permitió viajar por un año a Nueva York (1981); Beca de la Agencia de Información de los Estados Unidos y de la "Foundation for artist colonies" en dos oportunidades (1988) la ingenuidad y la libertad.
Obras
El aparato dijestivo de la baca
La obra de Sammy Benmayor representó en un momento crítico de la pintura chilena, la revaloración de la pintura tradicional, esto quiere decir el regreso a la evolución natural del pintor y su oficio. Pese al informalismo presente en casi toda la obra de Benmayor, la esencia de ésta se mantuvo en las vías del cuadro y el caballete. " El aparato dijestivo de la baca" es una obra donde está presente el mundo del pintor: la infancia, el color, la ingenuidad y la libertad.
Encuentro entre Cirse y Odiseo
Dentro de las constantes en Benmayor, está la variedad de materiales que ocupa en la ejecución de la obra junto a una disposición del lienzo que fluctúa entre el exceso de materia y la ausencia total de ella. Encuentro entre Cirse y Odiseo narra un momento de la leyenda griega que se representa como ilustración.