Silla turca

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Hipofisis y silla turca.jpg
Concepto:La Silla turca es una estructura ósea situada en la parte superior del hueso esfenoides que es uno de los huesos craneales. Su nombre no es casual, pues tiene una curvatura que se asemeja al asiento de una silla, con la forma exacta para cobijar y servir de alojamiento a un órgano clave en la regulación de las hormonas, la hipófisis

Silla turca es un nicho en forma de hueco situado en la vertiente endocraneal del hueso esfenoides, en el cráneo humano, que aloja a la hipófisis o glándula pituitaria la cual secreta importantes hormanas en el ser humano. Las cuatro apófisis clinoides se encuentran en las cuatro esquinas del surco hipofisiario.

Es un nombre muy curioso para una parte del esqueleto, pero se trata, efectivamente, de uno de los huesos que la especie humana tiene en la base del cráneo y cuya función es importante. Se la llama así porque vista lateralmente tiene el aspecto típico de silla de montar a caballo invertida.

Cuando la hipófisis se encoge o se vuelve aplanada, no se puede observar en una resonancia magnética, dando la apariencia de una silla vacía, lo cual se denomina síndrome de la silla turca vacía.

Hipófisis

La hipófisis, una glándula del tamaño de un guisante que está debajo del cerebro, produce una cantidad de hormonas, cada una de las cuales afecta a una parte específica del cuerpo (el órgano al cual está dirigida la hormona). Debido a que la hipófisis controla el funcionamiento de la mayoría de las demás glándulas endocrinas, con frecuencia recibe el nombre de glándula principal.

Mediante la detección de los valores hormonales producidos por las glándulas que están bajo el control de la pituitaria (glándulas diana), el hipotálamo o la hipófisis determinan cuánta estimulación o disminución de la secreción puede necesitar la hipófisis para reajustar la actividad de las glándulas que controla. Las hormonas producidas por la hipófisis (y el hipotálamo) no se secretan, todas ellas, de una forma continua. La mayoría se liberará de golpe en periodos de una a tres horas, alternando períodos de actividad e inactividad. Algunas de estas hormonas, como la adrenocorticotropina (que controla las glándulas suprarrenales), la hormona del crecimiento (que controla el crecimiento) y la prolactina (que controla la producción de leche), siguen un ritmo circadiano. Es decir, sus concentraciones suben y bajan de manera predecible durante el día, alcanzando su nivel más alto justo antes del momento de despertarse y llegando a sus valores más bajos justo antes de dormirse. Las concentraciones de otras hormonas varían según otros factores. Por ejemplo, en las mujeres, la cantidad de hormona luteinizante y la de hormona foliculoestimulante, las cuales controlan las funciones reproductoras, varían durante el ciclo menstrual. En cualquier caso, la secreción excesiva o insuficiente de una o más hormonas hipofisarias, provocan una amplia variedad de síntomas.

Funcionamiento

El lóbulo anterior de la hipófisis corresponde al 80 por ciento del peso total de la glándula; libera hormonas que regulan un crecimiento y desarrollo físico normales o estimulan la actividad de las glándulas suprarrenales, la glándula tiroides y los ovarios o los testículos. Cuando el lóbulo anterior secreta hormonas en cantidades excesivas o insuficientes, las otras glándulas endocrinas también aumentan o disminuyen su producción de hormonas.

Trastornos

La hipófisis o glándula pituitaria tiene forma de pera y está situada en una estructura ósea denominada silla turca, localizada debajo del cerebro. La silla turca la protege pero, en contrapartida, deja muy poco espacio para su expansión. Si la hipófisis aumenta de tamaño tiende a comprimir las estructuras que se encuentran en su parte superior, a menudo presionando las zonas del cerebro que llevan las señales desde los ojos, provocando, posiblemente, dolores de cabeza o problemas visuales. La hipófisis controla, en gran parte, el funcionamiento de las demás glándulas endocrinas y es a su vez controlada por el hipotálamo, una región del cerebro que se encuentra por encima de la hipófisis. La hipófisis consta de dos lóbulos, el anterior (adenohipófisis) y el posterior (neurohipófisis). El hipotálamo ejerce el control de las actividades del lóbulo anterior mediante la emisión de sustancias semejantes a las hormonas que se abocan en los vasos sanguíneos que conectan directamente las dos zonas. A su vez, controla el lóbulo posterior mediante impulsos nerviosos El lóbulo anterior produce (secreta) hormonas que, en última instancia, regulan el funcionamiento de la glándula tiroides, las glándulas suprarrenales, los órganos reproductores (ovarios y testículos), la producción de la leche (lactancia ) en las mamas y el crecimiento corporal. También produce las hormonas que causan la pigmentación oscura de la piel y que inhiben la sensación de dolor. El lóbulo posterior secreta las hormonas que regulan el equilibrio del agua, estimulan la bajada de leche en las mamas de mujeres con niños lactantes y estimulan las contracciones del útero.

El síndrome de la silla turca vacía

En el síndrome de la silla turca vacía, la silla turca (una estructura ósea debajo del cerebro), característicamente dilatada, aloja la hipófisis, de tamaño normal o más pequeña. El síndrome de la silla turca vacía tiene más incidencia en las mujeres con sobrepeso o con una presión arterial elevada. Alrededor del 10 por ciento de los pacientes que padecen este síndrome tienen un aumento de presión del líquido del interior del cráneo, y aproximadamente el 10 por ciento presenta, de manera crónica, una salida de líquido por la nariz. En algunos casos, el paciente tiene un tumor hipofisario pequeño, casi siempre benigno, que secreta hormona del crecimiento, prolactina o adrenocorticotropina. Una radiografía simple del cráneo, una tomografía computadorizada (TC) o las imágenes generadas por resonancia magnética (RM) pueden revelar la dilatación de la silla turca.

Por lo general, no es necesario un tratamiento para este síndrome. Sin embargo, una silla turca dilatada también puede indicar un ensanchamiento de la hipófisis. Una TC o una RM pueden ser útiles para distinguir el síndrome de la silla turca vacía de otras causas de dilatación de la misma. Por ejemplo, un tumor maligno o benigno (adenoma) puede agrandar la hipófisis, afectando a dicha glándula o el hipotálamo. El aumento de tamaño de la hipófisis puede producir síntomas, como dolores de cabeza, y en vista de que la glándula presiona sobre el nervio óptico se puede producir también una pérdida de la visión. Inicialmente sólo se afecta la parte externa de los campos visuales de ambos ojos.

Pruebas y exámenes

El síndrome primario de la silla turca vacía se descubre más frecuentemente cuando se toman imágenes radiológicas del cerebro, dado que la función de la hipófisis generalmente es normal. El médico puede examinar el funcionamiento de la hipófisis para verificar que la glándula esté trabajando normalmente. Algunas veces, se harán exámenes para la presión alta en el cerebro, como:

  • Examen de la retina por parte de un oftalmólogo
  • Punción lumbar (punción raquídea)

La hormona prolactina es un poco alta en un pequeño porcentaje de pacientes, lo cual puede interferir con el funcionamiento normal de los testículos o de los ovarios. ¿Cuándo contactar a un profesional médico? Consulte con el médico si presenta síntomas de funcionamiento anormal de la hipófisis, como interrupción del ciclo menstrual o impotencia.

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