Taichi en Cuba
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El taichi comenzó a practicarse en Cuba hacia 1990.
Sumario
Introducción del taichi en Cuba
En Cuba desde hace mucho tiempo se practican artes marciales, inclusive para competir en eventos nacionales e internacionales.
En el siglo XIX habían chinos inmigrantes en Cuba. En las guerras por la independencia de Cuba (1868-1898), esos inmigrantes chinos combatieron del lado de las tropas mambisas independentistas. Ellos habrían introducido las artes marciales en Cuba.
En aquel entonces los chinos practicaban las artes marciales guang dong, oriundas del sur de China. En cambio el taichi se practicaba en el norte, en círculos cerrados.
En 1990 ya se practicaba taichi en Cuba. Los primeros que la introdujeron fueron Antonio Cordero (médico tradicional oriental), en la ciudad de Matanzas; y también Miguel Chang Chen, en el Casino Chong Wua, del Barrio Chino (La Habana). Más tarde Jorge Jiménez empezó a realizar sesiones de taichi en el Teatro Nacional. Gradualmente se extendió su divulgación a otras provincias.
Estos esfuerzos estaban coordinados con las áreas terapéuticas del INDER (Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación).
En 1994, los karatecas cubanos Roberto Vargas Lee y Raúl López estudiaron wushu en el Instituto de Cultura Física de Pekín (República Popular China). Anteriormente, en Cuba se aprendían estas artes a través de libros de texto y videos.
En 1995 se creó la Asociación Cubana de Wushu, que difunde el taichi de la Escuela Yang, la forma de 88 movimientos, que es la más promocionada en todo el mundo.
Al comenzar a practicar taichi en el Barrio Chino, los chinos residentes que habían nacido en China criticaban esos movimientos, a los que consideraban demasiado lentos.
Como el taichi lento fue el primero que se conoció en Cuba, costó mucho esfuerzo modificar este modo de hacer y pensar, adecuándolo a lo que se estaba realizando en China, implantándose la forma rápida de 24 movimientos, llamados jian hua taiji-quan, que comprende todos movimientos de las formas antiguas concentradas en 5 minutos de práctica.
El profesor Vargas Lee comenzó a trabajar con la forma de 24 movimientos. Había confusiones, la llamaban «la forma 24 de Beijing», a pesar de tratarse de un acuerdo entre todos los maestros de China (no solo de Beijing). El maestro Chang San Feng combinó en esa forma los movimientos del taichi y del wushu externo.
En Cuba, la práctica de 24 movimientos ―conocida como dao yang shen gong, un sistema de movimientos parecidos al taichi, pero más rápidos― se popularizó en el Barrio Chino.
Implantar el taichi en Cuba exigió paciencia y tiempo, a pesar de no tener rivalidad, había que hacerle comprender a las personas que las artes marciales no se limitan a los combates, pues se pueden utilizar para mejorar la calidad de vida del individuo.
Se inicia esta práctica de manera gratuita, abierta, sin límite de edad, con un grupo de adultos. Más tarde se propusieron ampliar la participación a todo el país.
Aplicación terapéutica
El taichi propone que se logre una plenitud espiritual y física, mediante el dominio del concepto del equilibrio interno, la concentración y la respiración.
No es un sustituto de la ciencia médica pero podría ayudar a prevenir enfermedades.
Taichi en Habana del Este
En el Reparto Antonio Guiteras (en Cojímar), el profesor Vladimir Martínez Acosta dirige varios grupos de practicantes de taichi chuan. Se destacan principalmente los círculos de abuelos, los cuales necesitan de esta vital arte marcial para el mejoramiento de su salud. Se reúnen varias veces a la semana, en días alternos, y realizan todos los ejercicios propios del tai chi. Participando en los eventos que se realizan en días de celebraciones deportivas, con los integrantes de los distintos círculos.
Fuente
- Lee Vargas, Roberto (2003): Taiji-quan, salud y vida. La Habana: Editorial Deportes, 2003.