Tulipomanía

Tulipomanía
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Tulipomanía. Desencadenado por los deseos de tener lo nuevo, lo mejor o lo más bello, son algunas de las causas que los gustos humanos deban ser manejados con cordura y racionalidad, y nunca dejando que el pensar de los demás modifique las convicciones propias, si se viola esto entonces ocurrirán sucesos parecidos a los que sucedieron en Holanda durante los años 1634 y 1636, movidos por los deseos incontrolados de adquirir una planta de Tulipán.

Definición

La palabra tulipomanía fue el término que usaron los historiadores para describir el amor y atracción desmedida en forma colectiva hacia los tulipanes, que tuvo lugar entre los años 1634 y 1636 en Holanda, donde se vieron involucradas todas las personas independientemente del sexo, la edad y estatus económico.

Tulipán

El nombre tulipán proviene de la deformación de la palabra turca que designa a la flor, a la que por su forma se le llama tulbend, es decir, turbante. Es una planta de jardín de unos 25 cm de altura y una flor única que, de acuerdo a la variedad, ostenta uno o dos colores dependiendo de la variedad y es originaria de Turquía.

Historia, locura y comercio

A comienzos del siglo XVII el tulipán fue introducido en Holanda, teniendo una gran aceptación por su belleza y originalidad, atrayendo el respeto y admiración de sus habitantes, empezando por la clase adinerada, luego la clase media, hasta introducirse entre los de menores ingresos. La locura generada por los tulipanes se manifestó en un comercio exagerado de los bulbos o cebollas de la planta. Por algunos de ellos se pagaron sumas tan elevadas que, en las principales ciudades holandesas, se creó una bolsa de valores paralela, dedicada exclusivamente a su compra y venta. En 1936, una cebolla de la variedad Semper Augustus fue canjeada por cinco hectáreas de terreno para la construcción. Otro bulbo de esa misma variedad también se cambió ese año por un coche con sus caballos y todas sus guarniciones, además de una enorme cantidad de dinero. A los bulbos de tulipán se les llegó a pesar como si se tratasen de piedras o metales preciosos y, para valorarlos, hasta se inventó una unidad de peso a la que se dio el nombre de perit,que equivalía a unos 60 mg.

Repercusión social

En el período que duró la tulipomanía, todos los demás cultivos fueron abandonados ocasionando un alza incontrolada de los costos de los productos alimenticios, reflejándose, por supuesto, en el precio de los tulipanes.

Motivos de lágrimas

Luego del gran impacto y especulación acerca de los tulipanes, miles de personas dejaron sus trabajos de tradición familiar para dedicarse al provechoso tráfico y comercio de los tulipanes, no escapando de estas grandes aspiraciones ni las personas de pocos recursos económicos, los cuales invirtieron sus pocos ingresos y ahorros en la adquisición de algún bulbo, alentados por las probables ganancias de las ventas. Pero como todas las locuras colectivas, la tulipomanía desapareció de la noche a la mañana de la misma manera en que había aparecido, el interés por los tulipanes decayó, dejando en la ruina total familias ricas y pobres, además de un derrumbamiento repentino de la economía holandesa. Muchos especuladores se vieron obligados a comerse los bulbos que guardaban y aderezarlos con sus lágrimas después de quedarse en la más completa bancarrota.

Fuentes

Sequera Armando José (2007). Enamórate de las ciencias. La Habana. Editorial Gente Nueva