Una taza de té

Una taza de té (libro)
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TAZA TÉ.JPG
Autor(a)(es)(as)Katherine Mansfield
Editorial:Editorial Gente Nueva
GéneroCuentos
Edición1989
Diseño de cubiertaBladimir González Linares
Primera edición1981
PaísBandera de Nueva Zelanda Nueva Zelanda
Notas
Seleccionado de OBRAS DE KATHERINE MANSFIELD, Barcelona Plaza janés, S.A Editores, 1959.

Una taza de té (Ciudad de La Habana 1989). Selección de cuentos de Katherine Mansfield.

Agrupa este libro – parte del cual se dedica a A.H. M Tomlison – cuentos de diferentes épocas. Así El cansancio de Rosabel (1908) junto a Veneno (1921). No obstante, la mayor parte de ellos escritos durante los años transcurridos entre su primer libro, En una pensión Alemana (1911), y el segundo, Felicidad y otros cuentos (1920).

Sinopsis

Estas selecciones cuentos cortos se agrupan bajo los títulos En una pensión alemana, Algo pueril pero muy natural, felicidad y otros cuentos, La Fiesta en el jardín y Nido de palomas. En una pensión alemana toma como base los sucesos en los que la escritora fue indirecta protagonista durante una breve estancia en Alemania. No obstante, su autora nunca estuvo satisfecha con la calidad de los mismos, pues representaba una etapa juvenil de acritud y cinismo, amén de evidenciar una destacada animosidad hacia las cosas de Alemania. Escritos a los 19 años son verdaderamente notables.

Algo pueril pero muy natural. No pueden engavetarse estos cuentos como el producto genial de una mentalidad que ha sufrido los horrores de la guerra – la mayor parte se escribe antes – o de los sucesivos estados depresivos originados por el aislamiento y la larga enfermedad arrastrada durante la casi mitad de su vida: hay más fuera del contexto que los crea: la insomne pupila que cata la naturaleza humana, y desnuda – con absoluto menosprecio con que se venden “yo soy así, yo hago tal cosa” – a la gente.

Felicidad y otros cuentos. Escritos entre 1916 y 1919 y publicados no ya tan solo en revistas estrictamente literarias, los cuentos de este segundo libro poseen según los críticos, un estilo transparente y se hace eco de los acentos profundos del ser en su quehacer cotidiano. En Retrato – también publicado con el título de Cine – aborda el contexto cinematográfico que conoció muy de cerca por haber desempeñado papeles de poca importancia en algunas películas.

La Fiesta en el jardín y Mariage á la mode explotan una misma vertiente: la hipocresía de la vida burguesa cuyos falsos lazos entretejen y ahogan las relaciones familiares.

Nido de palomas. Es quizás este libro donde se hacen más ciertos los criterios de la autora acerca de cómo debe ser su narrativa: “… no es suficientemente fuerte. Quiero ir más allá que eso. Quiero usar toda mi fuerza, aun cuando adopte un giro delicado” – nos dice en su diario en julio de 1921.

Dedicados a su amigo el poeta Walter de la Mare, Nido de palomas recoge los cuentos escritos simultánemente o posteriormente a los publicados en LA FIESTA DEL JARDÍN.

La casa de muñecas y Una taza de té gozan de delicadez de giros y de ambientes – propugnada por la autora y al mismo tiempo, resultan una bofetada para el lector, impactado por la dureza del escrutinio y la moral realizado por Katherine Mansfield.

Autor

Katherine Mansfield en su corta vida (1888-1923) produjo una singular obra literaria. De padres ingleses, nació en Nueva Zelandia. De niña fue a la escuela de su país natal. Afortunadamente, no había más que una en la pequeña ciudad donde se crió, de modo que a diferencia de otros niños ingleses de su tiempo – principios del siglo XX, pues Katherine nació en 1888 –, compartió el aula con el hijo del lechero y las hijas de la lavandera en medio de una sociedad capitalista.

Empezó a escribir muy temprano, a los nueve años una revista local le aceptó su primer cuento. Se le ha comparado con otro gran maestro de la narración, el ruso Antón Chejov, y hay sin duda estrechas semejanzas porque las miradas de ambos estaban iluminadas por la compasión, la ternura y la fe en el valor último de la enigmática criatura llamada hombre. Pero ella miró como una joven, y él como un hombre maduro, y así sus testimonios se complementan.

Como por desdicha sucede tantas veces con las obras realmente originales, las que escapan de todo patrón previo y, por tanto, quedan fuera de cualquier cómodo casillero, sus primeros cuentos fueron recibidos con indeferencia por los críticos literarios. Probablemente no entendían lo que de aquel modo los tomaba por sorpresa, y escogieron refugiarse en el silencio. Pero a oídos de Katherine llegó el comentario del cajista encargado de imprimir el pequeño volumen donde hacen su aparición los niños de La casa de muñecas “¡ Vaya si son de verdad estos niños!”, exclamó aquel hombre sencillo al leer el manuscrito. El crítico Middleton Murry, esposo de Katherine desde 1918, cuenta que el espontáneo comentario la llenó de orgullo, como si hubiera recibido el más alto premio que pudiera otorgarle la cultísima Inglaterra.

Desde 1915, justo a los 27 años, sufre unos dolores reumáticos que le afectan el funcionamiento del corazón. En noviembre de 1917 tiene un resfriado que degenera en pleuresía y viaja a Francia en donde la sorprenden los bombardeos alemanes. Regresa a Inglaterra hecha un espectro.

El afán de la autora por revelar todo lo que tiene de malo la sociedad de su época llevan aparejado un empeño de perfectividad en el plano creativo: sus normas de autocrítica varían constantemente, siempre con rigurosidad creciente. Su diario – el 13 de octubre de 1921 – recoge este afán: sobre Fiesta en el jardín nos dice que está en la mitad de una novelita agradable que no está mal del todo.

Dedicada a su esposo Jhon Middleton Murry, y terminadas en otoño de 1921, estas breves novelas (LA FIESTA EN EL JARDÍN) le permitieron – al decir de la crítica – conquistar definitivamente el lugar de excepción que hoy ocupa en la literatura universal. Es, sin dudas, la escritora neozelandesa más leída por las generaciones de postguerra, quienes han sabido apreciar el raigal sentimiento humano que preside sus narraciones no exentas, algunas de ellas de trágico tono, aunque en las más predomine un sabor irónico salpicado de humorismo.

Índice

  • EN UNA PENSIÓN ALEMANA
    • La hermana de la baronesa
    • La dama de ideas avanzadas
    • El vaivén del péndulo
  • ALGO PUERIL PERO MUY NATURAL
    • El cansancio de Rsabel
    • La mujer de almacén
    • Millie
    • Algo pueril pero muy natural
    • Dos de dos peniques, por favor
    • Veneno
  • FELICIDAD Y OTROS CUENTOS
    • Felicidad
    • Retratos
    • El día de Reginald Peacock
    • La pequeña institutriz
  • LA FIESTA EN EL JARDÍN
    • La fiesta en el jardín
    • Mariage á la mode
  • NIDO DE PALOMAS

Fuentes

  • Mansfield, K. (1989). Una taza de té. La Habana: Editorial Gente Nueva.