Unión Soviética



Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS)
Союз Советских Социалистических Республик (СССР)
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1922–1991

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Bandera Escudo
Bandera Escudo
Lema nacional: "¡Proletarios del mundo, uníos!"
Himno nacional: Himno de la Unión Soviética
Ubicación de Unión Soviética
Capital Bandera de Moscu de 1994 a 1995.png Moscú
Idioma principal Ruso
Gobierno República Socialista Soviética.
Presidente
 • 1917-1924 Vladimir Lenin
 • 1924-1953 Iósif Stalin
 • 1953-1964 Nikita Jruschov
 • 1964-1982 Leonid Brezhnev
 • 1982-1984 Yuri Andrópov
 • 1984-1985 Konstantín Chernenko
 • 1985-1991 Mijaíl Gorbachov
Historia
 • Establecido 1922
 • Revolución de Octubre 7 de noviembre de 1917
 • Tratado de la Unión 30 de diciembre de 1922
 • Victoria sobre Alemania Nazi 9 de mayo de 1945
 • Disolución 1991
Superficie
 • 1991 22 402 200 km2
Población
 • 1991 est. 293 047 571 
     Densidad 13,1 hab./km²
Moneda Rublo
Miembro de: ONU, Pacto de Varsovia, CAME, SDN, OSCE

La Unión Soviética ―oficialmente llamada Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS)― fue un Estado federal marxista-leninista que existió en Eurasia entre 1922 y 1991.[1]

La URSS nació como una unión de cuatro repúblicas socialistas soviéticas, formadas luego de la Revolución de Octubre de 1917, y creció a 15 hacia 1956.

Los límites geográficos de la Unión Soviética variaron con el tiempo, pero después de la Segunda Guerra Mundial, desde 1945 hasta la disolución, los límites correspondieron aproximadamente a aquellos de la extinta Rusia Imperial, con las exclusiones notables de Polonia, la mayor parte de Finlandia, y Alaska.

Era a menudo referida impropiamente como Rusia, por ser su estado constituyente más grande y dominante. Desde 1945 hasta 1991, en el período conocido como Guerra Fría, la Unión Soviética y los Estados Unidos eran las dos superpotencias mundiales que dominaron la agenda global de la política económica, asuntos exteriores, operaciones militares, intercambio cultural, progresos científicos incluyendo la iniciación de la exploración espacial, y deportes (incluidos los Juegos Olímpicos).

Por encima de los errores que condujeron a su desaparición este país jugó un papel esencial en la derrota del fascismo y en el avance de la humanidad hacia nuevas formas de organización social más justas y solidarias.

Historia

La Unión Soviética fue establecida en diciembre de 1922 como la Unión de las Repúblicas Soviéticas de Rusia (conocida como Rusia Bolchevique), Ucrania, Bielorrusia y Transcaucasia gobernadas, las tres primeras, por partidos bolcheviques y la última por el Menchevique.

La Revolución y la fundación del estado soviético

Primera bandera de la Unión Soviética, fue creada en el año 1923 y se mantuvo hasta 1953

La Gran Revolución de Octubre fue uno de los hechos más relevantes y trascendentales del Siglo XX, fue una verdadera revolución que estremeció al mundo, donde sobresalió el genial papel dirigente de Lenin y su concepción marxista que dio origen al Partido Bolchevique.

Vladimir Ilich Ulianov Lenin

El levantamiento popular en Petrogrado culminó con el derrocamiento del gobierno imperial en marzo de 1917.

Para asegurar los derechos de la clase obrera, las asambleas de trabajadores, conocidas como Soviets, nacen a lo largo de todo el país. Los bolcheviques, dirigidos por Vladimir Ilich Lenin, presionaron a favor de una revolución socialista tanto en dichas asambleas como en las calles, derrocándose al Gobierno Provisional el 7 de noviembre, 25 de octubre según el Calendario juliano, de 1917 y entregándose el poder a los soviets de obreros, soldados y campesinos.

Solamente tras la larga y sangrienta Guerra civil rusa de 19181921, durante la que se aprobó la primera Constitución soviética de 1918 se afianzó el nuevo poder soviético.

Unificación de las repúblicas soviéticas

El 29 de diciembre de 1922 una conferencia de delegaciones plenipotenciarias de Rusia, Transcaucasia, Ucrania y Bielorrusia aprobaron el Tratado de Creación de la URSS y la Declaración de la Creación de la URSS, formándose la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

Estos dos documentos fueron confirmados por el primer Congreso soviético de la URSS y firmados por los cabezas de las delegaciones Mijaíl Kalinin, Mikha Tskhakaya, Mijaíl Frunze y Grigory Petrovsky, y Aleksandr Chervyakov respectivamente el 30 de diciembre de 1922. El 1 de febrero de 1924 la URSS fue reconocida por la primera potencia mundial de la época, el Imperio británico.

Gobierno de Stalin

La prematura muerte de Lenin en enero de 1924 desencadenó una dura lucha por el poder. Los principales antagonistas fueron Trotski y Iósif Stalin, entonces secretario general del partido, los cuales se proclamaban legítimos herederos de Lenin. Gracias al control sobre el aparato del partido, Stalin logró obtener el apoyo de la mayoría de los miembros de éste y consolidar así su poder. En noviembre de 1927, tras un referéndum interno, el partido repudió por completo las ideas políticas de Trotski, que fue expulsado de aquél y tuvo que exiliarse en Alma Atá (la actual Almaty, en Kazajstán). Dos años más tarde, Trotski fue desterrado de la URSS. Había rumores de una alianza secreta entre Trotski y los gobiernos alemán y japonés que les ofrecía algunos territorios soviéticos por ayudarlo asumir poder en el resto de Rusia. Es posible que fue los fascistas que dispersaron estos rumores.[2] En 1940 murió asesinado en México a manos de un agente soviético.

En 1929, Stalin fue reconocido como máximo dirigente del partido y del Estado. A partir de ese momento inició la serie de purgas que caracterizarían sus años de mandato, y que afectaron en primer lugar a sus antiguos aliados durante la pugna con Trotski. Esos dirigentes, especialmente Nikolái Ivánovich Bujarin y Alexéi Ivánovich Ríkov, fueron expulsados de los más altos órganos del partido.

En la política exterior el pacto Molotov-Ribentrop: El 23 de agosto de 1939, la Unión Soviética y Alemania firmaron en Moscú un pacto de no agresión, en el que además, en un protocolo adicional secreto: que sea reorganización territorial y política de las áreas pertenecientes al estado polaco, se limitan las esferas de influencia soviética y alemana aproximadamente a la línea de los ríos de Narev, Vistula y San.[3] El NSDAP se preparó para negociar sobre la Ucrania del oeste con el gobierno polaco pero no con los soviéticos. La Ucrania del oeste se sitúa integralmente dentro de la esfera de influencia soviética como el protocolo lo definió. El general Franz Halder escribió en sus entradas que los fascistas discutieron la formación de un estado independiente en la Ucrania del oeste. Los soviéticos anticiparían un acuerdo negociado que dejaría un estado polaco remanente entre Alemania y el límite soviético. La mayoría de la Polonia del oeste habría continuado como parte de la Polonia reducida.[4]

"Pienso que los planes imperialistas de lanzar a Hitler contra la URSS jamás habrían justificado el pacto de Hitler con Stalin, fue muy duro. Los partidos comunistas, que se caracterizaban por la disciplina, se vieron todos obligados a defender el Pacto Molotov-Ribbentrop y a desangrarse políticamente".

La URSS y la Segunda Guerra Mundial

Una vez iniciada la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, y considerando Hitler que la caída de Inglaterra era inminente, ordenó atacar a la Unión Soviética, haciendo del pacto letra muerta. El 18 de diciembre de 1940, el mando alemán decidió que la invasión a la URSS (Operación Barbarroja) se realizaría en abril de 1941, pero solo se pudo concretar el22 de junio de ese año, cuando se inició el ataque a territorio soviético con más de 3.000.000 de soldados alemanes. La invasión tomó por completa sorpresa a Stalin a pesar de que tenía suficientes antecedentes a través de diversas fuentes de su propia inteligencia (como el agente soviético Richard Sorge) de que esta era inminente. Desde el comienzo de la invasión, la guerra recibió, por parte del pueblo soviético el nombre de Gran Guerra Patriótica o Gran Guerra Patria.

Inicialmente las fuerzas alemanas avanzaron rápidamente por las llanuras occidentales de la URSS, causando inmensas bajas en recursos humanos y materiales al Ejército Rojo. Sin embargo la resistencia soviética hizo fracasar los intentos de tomar Leningrado y Moscú, esto último en noviembre-diciembre de 1941. La parte no ocupado el país se transformó en una zona de producción continúa para asegurar la resistencia y la victoria, mientras que en las zonas ocupadas por los nazis ardía la resistencia guerrillera.

El Ejército Rojo paró la ofensiva nazi en la Batalla de Stalingrado, desde finales de 1942 hasta principios

Desfile del Ejército Rojo tras la victoria soviética sobre la Alemania Nazi.

de 1943, para luego dañarle definitivamente en la Batalla de Kursk, siendo el punto decisivo mayor, y avanzó por Europa del Este y Central a Berlín hasta la toma de Berlín y la rendición incondicional de Alemania el 8 de mayo de 1945.[5]

Posteriormente, la URSS fue parte decisiva en la derrota del Japón militarista y la liberación del norte de China y la península coreana. Aunque destrozada por la guerra, la URSS emergió del conflicto como una superpotencia reconocida y un enorme prestigio, habiendo sido el país que soportó el ataque del 80 % de las fuerzas alemanas y sus aliados, sufriendo más de 27 millones de bajas, entre civiles y militares.

Durante la posguerra inmediata, la Unión Soviética reedificó primero y entonces ensanchó su economía. La Unión Soviética ayudó la reedificación de la posguerra en los países de Europa del Este, fundó el Pacto de Varsovia en 1955, más tarde, el Consejo de Ayuda Mutua Económica, ayudó económicamente a la naciente China popular y vio crecer su influencia en otras partes del mundo. Mientras tanto, política imperialista de Guerra Fría giró a los aliados del tiempo de guerra de Unión Soviética, el Reino Unido y los Estados Unidos, como enemigos.

Gobiernos posteriores a Stalin

Iósif Stalin murió el 5 de marzo de 1953. Luego de su muerte su sucesor, Nikita Jruschov, presentó al pleno del XX congreso del Partido Comunista en 1956, un informe con los errores políticos y los crímenes cometidos por Stalin, lamentando el culto a su personalidad e iniciando una campaña de desestalinización.

La Unión Soviética desató un enorme potencial científico y tecnológico , lanzando el primer satélite artificial Sputnik 1, el primer ser vivo en viajar al espacio es Laika, y más tarde, el primer ser humano que está en la órbita de la Tierra, Yuri Gagarin.

Valentina Tereshkova fue la primera mujer en volar al espacio a bordo de Vostok 6 el 16 de junio de 1963, y Alexei Leonov llegó a ser la primera persona en andar en el espacio el 18 de marzo de 1965. Kruschov fue jubilado en 1964. El enorme esfuerzo realizado para alcanzar la paridad nuclear con Estados Unidos contribuyó a desangrar la economía soviética y junto a otros errores provocó que la industria y la agricultura se fueran estancando.

Después de Khrushchev, siguió otro período de gobierno por el Comité o mando colectivo que duró hasta que Leonid Brézhnev se estableció a principios de los años 1970 como la figura preeminente en la vida política soviética.

En el ámbito deportivo se convirtió en la primera potencia mundial, la Unión Soviética organizó los Juegos Olímpicos de 1980, con sede en Moscú. Hubo un boicot del evento por parte de Estados Unidos: en el marco de la Guerra Fría y en protesta por la entrada de tropas soviéticas en Afganistán, los norteamericanos decidieron no asistir a los Juegos Olímpicos, tratando al mismo tiempo de persuadir a sus aliados para que tampoco asistieran. En total, 65 países se abstuvieron de participar, principalmente debido a la presión estadounidense.

Las reformas de Gorbachov y la disolución de la URSS

Gorbachov junto a Reagan firmando el Tratado INF, en Washington D.C., en 1987.

Tras la muerte de Leonid Brezhnev y después de la sucesión rápida de Yuri Andrópov y Konstantín Chernenko, Mijaíl Gorbachov fue designado líder de la URSS. Gorbachov comenzó a aplicar cambios significativos en la economía, la Perestroika y la política Glásnost desatando fuerzas oportunistas que con el aliento de Occidente trabajaron por desintegrar la URSS y el regreso de sus miembros -especialmente Rusia- al capitalismo. El alejamiento del Partido Comunista y su dirección de los trabajadores favoreció este proceso.

El movimiento que definitivamente derrumbó la URSS vino de Rusia, la nación que había construido el imperio zarista, antecesor del estado soviético. En mayo de 1990, Borís Yeltsin, quien había sido expulsado del PCUS en 1987, fue elegido presidente del Parlamento ruso. Desde esa posición de poder, Yeltsin impulsó medidas que precipitaron el fin de la Unión Soviética.

Impotente y abandonado por casi todos, Gorbachov dimitió como Presidente de la URSS el día 25 de diciembre de 1991. La bandera roja soviética era arriada en el Kremlin de Moscú, la bandera rusa la sustituía.

Rusia tomaba el relevo de la URSS en la escena internacional: las embajadas, el puesto permanente en el Consejo de Seguridad y el control del armamento nuclear soviético. Se anunciaba el fin de la Guerra Fría, pero Estados Unidos aprovechó para imponer su hegemonía en un mundo unipolar.

Geografía

La Unión Soviética ocupó la porción oriental del continente europeo y la porción septentrional del continente asiático. La mayor parte del país quedaba al norte de 50° de latitud norte y cubría un área total de aproximadamente 22.402.200 kilómetros cuadrados. Debido al gran tamaño del estado, el clima variaba mucho, desde subtropical y continental a subártico y polar. El 11% de la tierra era cultivable, 16% eran praderas y pasto, el 41% bosque, y 32% fue declarado como "otros" (incluyendo la tundra).

La Unión Soviética medía unos 10.000 kilómetros (6.200 millas) desde Kaliningrado, en el oeste, a la Isla de Ratmanova (Islas Diomedes), en el Estrecho de Bering, aproximadamente el equivalente a la distancia de Edimburgo, Escocia, al este de Nome, Alaska. Desde la punta de la Península de Taimir, en el Océano Ártico, al pueblo de Asia Central de Kushka, cerca de la frontera afgana, hay casi 5.000 kilómetros de terreno, en su mayor parte escabroso e inhóspito. La anchura total de los Estados Unidos continentales quedaría comprendida entre las extremas fronteras septentrional y meridional de la Unión Soviética.

Economía

Antes de su disolución, la Unión Soviética era la segunda economía más poderosa del mundo, tras la de Estados Unidos.[6] El gobierno estableció sus prioridades económicas por la economía centralizada, un sistema bajo el cual las decisiones administrativas, en lugar del mercado, determinan la asignación de recursos y los precios.

Después de la revolución bolchevique de 1917, el país creció desde una sociedad campesina en gran parte subdesarrollada con la industria mínima a llegar a ser el segundo mayor poder industrial en el mundo. Según las estadísticas soviéticas, la producción industrial del país en el mundo creció de 5,5% a 20% entre 1913 y 1980.

Los bolcheviques iniciaron un programa de colectivización a la agricultura soviética para aumentar la producción de comidas. El agronómico Pavel Pantelimonovich Luk’ianenko crió un cultivo que se llamó Bezostaia-1, un producto resiente a muchas condiciones temporales y enfermas. Se plantó en áreas grandes: al menos 13 millones hectáreas por la década de 1960 y 18 millones por 1972.[7] Por 1976 el consumo medio calórico de la población fue 3 330.[8] La AIC alegó en 1983 que los soviéticos consumieron una cantidad de comida idéntica a la de los estadounidenses, aunque la dieta soviética fue talvez más nutricia. Puso el consumo calórico a 3 280 cotidianamente.[9]

Demografía

La Unión Soviética fue uno de los de los países con más diversidad étnica en el mundo, con más de 150 etnias claras dentro de sus fronteras. La población total fue estimada en 293 millones de habitantes en 1991, habiendo sido el tercer país más poblado en el mundo después de China e India durante décadas.

En los últimos años de la Unión Soviética, las etnias del país fueron: los rusos (50,78%), seguidos por los ucranianos (15,48%), uzbecos (5,84%). Otros grupos étnicos incluyen armenios, bielorrusos, georgianos, alemanes, osetios, rumanos, moldavos, tayikos, griegos, húngaros, polacos, gitanos, lituanos, búlgaros, letones, turcos, tártaros, baskires, chinos, chuvasios, judíos, kazajos, azerbaiyanos, pueblos caucásicos, pueblos urálicos, mongoles, tuvanos, pueblos semíticos, yakutos, ketos, coreanos, cubanos, sólo el 1,6% de la población no proviene de Rusia. Principalmente a causa de diferencias en índices de natalidad entre las nacionalidades soviéticas, la proporción de la población rusa fue constantemente disminuyendo en el período de la posguerra.[10]

Cultura

La cultura soviética pasó por varias etapas durante los 70 años de su existencia. Durante los primeros once años de Revolución (19181929), hubo una amplia libertad y los artistas experimentaron con varios estilos diferentes en un esfuerzo de encontrar un estilo artístico soviético distintivo. Lenin quiso que el arte fuera accesible al pueblo ruso.

El gobierno alentó una variedad de tendencias. En el arte y la literatura, numerosas escuelas, unas tradicionales y otras radicalmente experimentales, proliferaron. Los escritores Máximo Gorki y Vladimir Mayakovski estuvieron activos durante este período. El cine recibió el apoyo del Estado; muchos de los mejores trabajos del cinematógrafo Sergei Eisenstein datan de este período.

Más tarde, durante la era de Iósif Stalin, la cultura soviética fue caracterizada por el apoyo del gobierno al realismo socialista, con el resto de las tendencias seriamente reprimidas, con raras excepciones (por ejemplo los trabajos de Mijaíl Bulgákov).

En los años 1950 y 1960 la mayor experimentación en formas de arte llegó a estar permitida de nuevo. Muchos protagonistas de las novelas del autor Yuri Trífonov se refirieron a problemas de la vida de cada día. La arquitectura se centró sobre todo en un diseño funcional en contraste con el estilo altamente adornado de la época de Stalin.

Los foros mayorales para disputa publica, criticismo y la formación de opinión publica eran los medios, los periódicos especializados y las conferencias. Los medios eran el foro mayoral para las opiniones oponentes con Pravada e Izvestia variando más libremente como críticos sociales que los periódicos semanales. La prensa soviética abundaba con disputas publicas sobre muchos sujetos. Solamente la Partida Comunista como institución, la existencia de la milicia, el socialismo como sistema y el comunismo, la idea de unidad entre la Partida y la gente y los directores políticos más altos como personas eran sujetos prohibidas en la prensa.[11]

Fuentes