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LAS FIESTAS DE BANDOS “AZUL Y ROJO” DE MAJAGUA

Los bailes guajiros o fiestas de bandos de Majagua, se celebran desde finales de la década del veinte del pasado siglo. Se originaron en la sociedad “Unión Club” y posteriormente, al extinguirse esta, continuaron en la sociedad “Unión Latina”, ambas instituciones de membresía blanca.

El promotor de estos festejos fue el señor Pedro García Méndez, natural de Sancti Spiritus, avecindado en Majagua, y estuvieron celebrándose hasta los primeros años de la dictadura batistiana.

Después del triunfo de la Revolución se reanudaron en la década del sesenta, con la incorporación de la población negra, cuya participación era vedada antes del primero de enero de 1959 y se celebran como culminación de la semana de la cultura.

La militancia en un bando u otro no está determinada por demarcaciones territoriales como sucede en otros lugares (Remedios, Yaguajay, Chambas, Punta Alegre), sino por las simpatías hacia los colores azul o rojo, de manera que en un mismo barrio y aún en una misma casa, pueden convivir personas simpatizantes de ambos bandos.

Cada bando organiza su comparsa con parejas vestidas a la usanza campesina antigua y su música acompañante está compuesta por guitarras, tres, acordeón, marímbula, tambor, güiro, claves y machete.

Los bailes tradicionales de obligatoria presentación son: el zapateo (con características propias de la zona, tanto musicales como danzarias), el papalote, el gavilán, el zumbantonio y la caringa, así como el Anda Pepe o Doña Joaquina para acompañar el recorrido de las comparsas azul y roja respectivamente. A partir de 1980 el repertorio de música y bailes de la fiesta se ha ampliado considerablemente por la incorporación de números del folclor campesino revitalizados por los bandos.

Cada comparsa es encabezada por los personajes de Cuba y Liborio, representantes de la patria y el pueblo, quienes van montados sobre una rastra tirada por bueyes, a lo largo del recorrido hasta el escenario central, sitio en que una vez escuchado el Himno Nacional, recitan sendas décimas para dar inicio a la presentación del bando respectivo.

Los otros personajes tradicionales son el Viejo y la Vieja, interpretados por personas jóvenes debidamente caracterizadas, quienes deben saber interpretar todos los bailes, así como poseer dinamismo, dominio del habla campesina antigua y otras aptitudes necesarias para asumir su carácter protagónico dentro del espectáculo.

El recorrido de las comparsas se inicia en un punto de la calle principal del pueblo y después de un recorrido de más de dos cuadras, hacen su presentación en un escenario debidamente ambientado, donde desarrollan el espectáculo concebido en el guión, cuya motivación gira casi siempre sobre usos, costumbres y sucesos de la vida campesina.

Esta fiesta es un vasto exponente de diversas manifestaciones artísticas y deportivas: música, danza, teatro, poesía, artesanía, juegos de pelota y torneos de cintas, todos dentro del contexto de la cultura popular tradicional campesina.

Como algo muy peculiar dentro de las fiestas folclóricas del país, la de los bandos de Majagua tiene carácter competitivo, es decir, que al finalizar la presentación de ambas agrupaciones, se selecciona un ganador.

En los primeros tiempos, el veredicto estaba a cargo del director de la orquesta que contrataba la sociedad para amenizar el baile guajiro, después de concluida la actuación de las dos comparsas. En la época actual esta función está encomendada a un jurado integrado por especialistas de reconocida competencia en las diversas manifestaciones artísticas que se exponen.

Fuera del marco competitivo, tanto azules como rojos presentan sus comparsas infantiles en día distinto al que salen las de mayores, con similar repertorio de música y bailes e idénticos personajes tradicionales, como garantía de la continuidad de esta bella tradición popular.

Fuentes

- Gilfredo Boan Pina.

- Síntesis Histórica de Majagua, Colectivo de Autores.

- Joven Club de Computación Majagua.