Estado de Baviera (Alemania)

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Estado Libre de Baviera
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Estado de Alemania
Bandera de Baviera
Bandera

Escudo de Baviera
Escudo

Mapa de Baviera
Mapa de Baviera
EntidadEstado
 • PaísBandera de Alemania Alemania
 •Estado de Alemania
 • Fundaciónsiglo VIII
Población 
 • Total12,464,997 hab.
GentilicioBávaro
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Baviera es una región cultural y uno de los dieciséis estados federados de la República Federal de Alemania, siendo el más grande y el segundo más poblado de ellos.

En 2020 tenía 13,1 millones de habitantes y su superficie equivale al 20 % de Alemania.

Se encuentra en el sureste del país, y su capital y principal ciudad es Múnich.

Su nombre oficial es Freistaat Bayern (Estado Libre de Baviera).

Historia

Durante el reinado de Luis el Niño, Leopoldo, Conde de Scheyern, que poseyó dominios bávaros grandes, gobernó la marca de Carintia, creada en la frontera del sudeste para la defensa de Baviera. Él murió en la batalla de 907, pero su hijo Arnulfo de Baviera, llamado "el malo" reunió los remanentes de la tribu, hizo retroceder a los húngaros y devino duque de Baviera en 911, uniéndola con Carintia bajo su mando. El rey Conrado I de Alemania atacó sin éxito a Arnulfo cuando este último rechazó reconocer su supremacía real.

En 920 el sucesor del rey Conrado I de Alemania, Enrique I el Pajarero de la Dinastía Sajona, reconoció a Arnulfo de Baviera como duque, confirmando su derecho de designar a obispos, la acuñación de moneda y sanción de leyes.

En 955 el joven hijo de Enrique, Enrique II, duque de Baviera, llamado "el pendenciero", lo sucedió teniendo éxito, pero en 974 estuvo implicado en una conspiración contra el rey Otón II. El levantamiento ocurrió porque el rey había concedido el ducado de Suabia al enemigo de Enrique, Otón, nieto del emperador Otón I el Grande, y había dado la nueva Marca Bávara del Este, conocida posteriormente como Austria, a Leopoldo, conde de Babenberg. La rebelión pronto falló, pero Enrique, que en su escape de la prisión renovó sus diagramas, perdió formalmente su ducado de Baviera en 976 con Otón, duque de Suabia.

Al mismo tiempo Carintia fue hecho un ducado separado, la oficina del conde Palatino fue restablecida y la iglesia bávara llegó a ser dependiente del rey en vez del duque. Restaurado en 985, Enrique II, duque de Baviera se probó un gobernante capaz estableciendo orden interno, publicando leyes importantes y tomando medidas para reformar los monasterios. Su hijo y sucesor, el futuro rey Enrique II de Alemania en 1002, dio Baviera a su cuñado Enrique V, después de cuya muerte en 1026 pasó sucesivamente al futuro Emperador Enrique III y entonces a otro miembro de la Casa de Luxemburgo, gobernando como duque Enrique VII. En 1061, la emperatriz Inés, la madre y regente del rey Enrique IV de Alemania, confió el ducado a Otón de Nordheim.

Güelfos y Gibelinos

Enrique IV

En 1070, el rey Enrique IV de Alemania depuso al duque Otón, concediendo el ducado a Güelfo I de Baviera, un miembro de una familia bávara influyente con las raíces en Padania en consecuencia de su ayuda recibida del papa Gregorio VII en su pelea con Enrique, Güelfo perdió pero recuperó posteriormente Baviera; dos de sus hijos lo siguieron en la sucesión: Güelfo II de Baviera a partir de 1101 y Enrique IX a partir de 1120. Ambos ejercieron considerable influencia entre los príncipes alemanes.

El hijo de Enrique IX, Enrique X, llamado el orgulloso, tuvo éxito en 1126 y también obtuvo el ducado de Sajonia en 1137. Alarmado en este poder principesco, el rey Conrado III de Alemania rechazó permitir que dos ducados permanezcan en las mismas manos y declaró a Enrique depuesto. Él concedió Baviera al marqués Leopoldo IV de Austria. Cuando Leopoldo murió en 1141, el rey conservó el ducado mismo; pero continuó siendo la escena del considerable desorden y en 1143 él la confió a Enrique XI.

La lucha para su posesión continuó hasta 1156, cuando el emperador Federico Barbarroja, en su deseo de restaurar la paz en Alemania, persuadió a Enrique XI de entregar Baviera a Enrique el León, duque de Sajonia e hijo de Enrique el Orgulloso. A cambio, Austria fue elevada de una marca a un ducado independiente. Fue Enrique el León quien fundó Múnich.

La importancia cada vez mayor de territorios bávaros anteriores como la marca de Styria (erigido en un ducado en 1180) y del Condado de Tirol había disminuido la fuerza real y relativa de Baviera, que ahora en casi todos los lados careció de las oportunidades para la extensión. El ducado vecino de Carintia, los territorios grandes del Arzobispo de Salzburgo, tan bien como una tendencia general a demandar más independencia de parte de nobles administrativos y puestos: todos estos obstaculizaron el expansionismo bávaro.

Edad antigua y media

Los habitantes conocidos se mencionan en fuentes escritas eran un pueblo, probablemente Celtas que los romanos sometieron momentos antes del comienzo de la era cristiana, fundando colonias e incluyendo su tierra en la provincia de Recia. El centro romano de la administración para esta área era Castra Regina, conocida desde la Edad Media como Ratisbona.

Desde el reinado de Marco Aurelio, Recia fue gobernada por el comandante de la Legión III Itálica, cuya base estaba en la ya mencionada Castra Regina. Durante los últimos años del Imperio Romano de Occidente, el país se encontraba casi desierto, pero desde su ocupación por los godos en la época de Teodorico el Grande, quien además lo colocó bajo el gobierno de un duque, restableció hasta cierto punto su prosperidad. Durante el siglo V los romanos en Recia se vieron sometidos a la presión de los pueblos invasores, en su mayoría de origen germánico.

El gentilicio bávaro fue utilizado en primer lugar por los francos en una lista de pueblos escrita hacia 520. El primer documento, que también describe su localización al este de los suevos, se encuentra en la Historia de los Godos de Jordanes el historiador compuesta a partir del 551. Más tarde aparece una observación de Venancio Fortunato en su descripción de sus recorridos desde Rávena (565-571) durante los cuales había cruzado las tierras de los Bávaros, refiriéndose a los peligros del recorrido en la región, anota: “Si el camino está libre y si los Bávaros no te detienen, entonces cruzas a través de los Alpes”.

Datación de la evidencia arqueológica de los siglos V y VI apuntan las influencias sociales y culturales de varias regiones y pueblos, tales como alamanes, longobardos, turingios, godos, bohemios (eslavos) y la población local Romanizada. La investigación reciente se ha movido lejos de la búsqueda para los orígenes geográficos específicos de los Bávaros. Ahora se piensa que la pertenencia étnica tribal fue establecida por el proceso de etnogénesis, por el que una identidad étnica está formada porque las presiones políticas y sociales hacen necesaria una identidad coherente.

Por un siglo y medio, una sucesión de duques resistió las incursiones de los eslavos en su frontera del este, y por el tiempo del duque Teodoro, que murió en 717, había alcanzado independencia completa de los débiles reyes franco. Cuando Carlos Martel se convirtió en el virtual jefe del Reino Franco él trajo a los bávaros en estricta dependencia y depuso a dos duques sucesivamente por la contumacia.

La ley bávara fue confiada a la escritura entre los años 739 y 748. Cláusulas suplementarias, agregadas luego, evidencian la influencia franca. Así, mientras que el ducado pertenece a la familia de Agilolfinga, el duque debe ser elegido por el pueblo y su elección confirmada por el rey franco, a quien aquél debe lealtad. Cinco familias nobles existen, posiblemente representando las divisiones anteriores de la gente. Subordinado a los nobles encontramos el pueblo libre y entonces a los libertos. La ley divide el país en condados, asistidos por los jueces responsables de declarar la Ley.

El cristianismo había retrocedido en Baviera a partir de las épocas romanas, pero una nueva era fijada en cuando Ruperto, obispo de Worms, fue al condado por invitación del duque Teodoro en 696. Él fundó varios monasterios, al igual que St. Emmeran, obispo de Poitiers, con el resultado que después de poco tiempo el grueso del pueblo profesó el cristianismo y comenzaron las relaciones entre Baviera y Roma. El siglo VIII atestiguó de hecho una reacción pagana, pero la llegada a Baviera cerca de 734 de San Bonifacio comprobó apostasía. Bonifacio organizó la iglesia bávara y fundó o restauró obispados en Salzburgo, Freising, Ratisbona y Passau.

Tassilo III, que se hizo duque de Baviera en 749, reconoció la supremacía del Rey de los francos Pipino el Breve en 757, pero que rechazó luego suministrar una contribución a la guerra en Aquitania. Por otra parte, durante los primeros años del reinado de Carlomagno, Tassilo dio sentencias en causas eclesiásticas y civiles en su propio nombre, rechazó aparecer en las asambleas de los franco y en general actuó como rey independiente. Su control de los pasos alpinos y su posición como aliado de los Ávaros y como el yerno del rey longobardo Desiderio formó una amenaza tan seria al Reino Franco que determinó a Carlomagno para aplastarlo.

Los detalles de esta contienda siguen siendo obscuros. Tassilo parece haber hecho homenaje en 781 y otra vez en 787, probablemente debido a la presencia de ejércitos franco. Pero el apuro adicional pronto se presentó y en 788 los francos convocaron al duque a Ingelheim, y condenándolo a la muerte en un cargo por traición. El rey, sin embargo, perdonó a Tassilo que entró en un monasterio y renunció formalmente a su ducado en Fráncfort en 794.

Gerardo, cuñado de Carlomagno, gobernó Baviera hasta su muerte en una batalla con los Ávaros en 799, cuando los condes franco asumieron el control de la administración y asimilaron la tierra con el resto del Imperio Carolingio. Las medidas tomadas por Carlomagno para el progreso intelectual y bienestar material de su reino mejoraron las condiciones. Los Bávaros no ofrecieron ninguna resistencia al cambio que suprimió así su ducado. Su incorporación al Reino Franco, debida principalmente a la influencia unificadora de la Iglesia Católica, aparecía ya tan completa que Carlomagno no encontró necesario publicar más de dos juntas eclesiásticas cristianas que se ocupaban especialmente de asuntos bávaros.

Nueva era

En la consecuencia de Enrique el León que era colocado bajo interdicción imperial en 1180, el emperador Federico Barbaroja concedió el ducado a Otón, un miembro de la vieja familia bávara de Wittelsbach (familia), y a un descendiente de las cuentas de Scheyern. La Casa de Wittelsbach gobernó Baviera sin interrupción hasta 1918. También el Palatinado electoral fue adquirido por los Wittelsbach en 1214.

Cuando Otón Wittelsbach ganó Baviera en Altenburg en septiembre de 1180 las fronteras del ducado abarcaron el Böhmerwald, el Inn, las montañas y el río Lech; y el duque ejerció poder práctico solamente sobre sus dominios privados extensos alrededor de Wittelsbach, de Kelheim y de Straubing.

Otón disfrutó solamente de su poder por tres años. Su hijo Luis I de Baviera (duque) lo sucedió en 1183, hizo un papel principal en asuntos alemanes durante los años del reinado del Emperador Federico II y murió asesinado en Kelheim en septiembre de 1231. Su hijo Otón II, llamado el ilustre, el duque siguiente, encontrado que su lealtad a los emperadores de la Casa de Hohenstaufen se colocó debajo de una interdicción y de Baviera papales colocadas bajo entredicho. Como su padre, Otón II aumentó el área de sus tierras en las compras y él consolidó considerablemente su asimiento sobre el ducado antes de que él muriera en noviembre de 1253.

Revolución

En 1792 ejércitos revolucionarios franceses invadieron el Palatinado; en 1795 los franceses, al mando de Jean Victor Marie Moreau, invadieron la misma Baviera, avanzado a Múnich - donde los largamente reprimidos liberales los recibieron con alegría - y pusieron cerco a Ingolstadt. Carlos Teodoro de Baviera, que no había hecho nada para prevenir la guerra u oponerse a la invasión, huyó a Sajonia, dejando una regencia, cuyos miembros firmaron una convención con Moreau, por la cual él concedió un armisticio a cambio de una pesada contribución (el 7 de septiembre de 1796).

Entre los franceses y los austríacos, Baviera ahora estaba en una mala situación. Antes de la muerte de Carlos Teodoro de Baviera (el 16 de febrero de 1799) los austríacos habían ocupado otra vez el país, con objeto de renovar la guerra con Francia. El nuevo elector, Maximiliano (luego rey Maximiliano I de Baviera), sucedió a una herencia difícil. Sin embargo sus propias condolencias y las de su ministro todopoderoso, Maximiliano Von Montgelas, eran, si acaso, franceses algo que austriaco, el estado de las finanzas bávaras, y el hecho de que dispersaron y fueron desorganizadas a las tropas bávaras, colocado le desamparado en las manos de Austria; el 2 de diciembre de 1800 las armas bávaras estuvieron implicados en la batalla de Hohenlinden y Moreau una vez más ocupó Múnich. Por el tratado de Lunéville (el 9 de febrero de 1801) Baviera perdió la Palatinado y los ducados de Zweibrücken y de Jülich.

En la guerra de 1805, de acuerdo con un tratado de la alianza firmado en Würzburg el 23 de septiembre, las tropas bávaras, por primera vez desde los días de Carlos VII del Sacro Imperio Romano Germánico, lucharon de lado a lado con los franceses y por el tratado de Pressburg, firmado el 26 de diciembre, el principado de Eichstädt, el Marquesado de Burgau, el señorío de Vorarlberg, los condados de Hohenems y Königsegg-Rothenfels, los señoríos de Argén y de Tettnang y la ciudad de Lindau con su territorio debían ser agregados a Baviera. Por una parte Würzburg, obtenido en 1803, debía ser cedido por Baviera al elector de Salzburgo a cambio del Tirol. Por el 1º artículo del tratado el Emperador reconoció la asunción del elector del título de Rey como Maximiliano I de Baviera. El precio que Maximiliano tenía renuente pagar esta accesión de la dignidad era la unión de su hija Augusta con Eugène de Beauharnais. El 15 de marzo de 1806 él cedió el ducado del Leuchtenberg a Napoleón.

Turismo

Paisajes

De belleza paisajista con su capital Munich. Una naturaleza intacta, aire sano, riqueza cultural y el proverbial acogedor modo de vida bávaro son su emblema. Los muchos lagos de aguas cristalinas, los incontables parques nacionales y naturales son un paraíso para los que buscan descanso como también para los aficionados de deporte. Festivales regionales o óperas – los castillos medievales y pequeñas ciudades, fastuosos palacios e iglesias barrocas ofrecen junto a las metrópolis bávaras los escenarios perfectos. Tradición y modernidad en armónico acorde.

Geografía

Befreiungshalle (Sala de la liberación), conmemora las victorias durante las Guerras napoleónicas. Baviera comparte fronteras internacionales con Austria y la República Checa. Entre los estados federados alemanes vecinos se encuentran Baden-Wurtemberg, Hesse, Turingia y Sajonia. Los dos ríos principales que atraviesan el estado son el Danubio y el Meno, que están conectados entre sí por medio del Canal Rin-Meno-Danubio. Las ciudades más importantes son Múnich, Núremberg, Augsburgo, Wurzburgo, Ingolstadt, Ratisbona, Fürth y Erlangen.

Política

En el ámbito político de la Unión Europea (UE), Baviera es considerado el principal feudo del Partido Popular Europeo en Alemania. Su filial en el estado, la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU), ha ganado todas las elecciones en este estado en el período democrático desde 1947, aunque ha ido perdiendo fuerza con el paso de los años. En las elecciones regionales de septiembre de 2008 la CSU perdió la mayoría absoluta, lo que provocó la dimisión de su líder Günther Beckstein. Entre 1993 y 2007, Edmund Stoiber, presidente de la CSU y primer ministro de Baviera, mantuvo el control sobre la jefatura del gobierno estatal. En 2007, fue sucedido por Günther Beckstein como primer ministro y por Erwin Huber en su cargo de partido.

Economía

En Baviera se encuentra la sede central de numerosas sociedades y empresas de renombre mundial, las automotrices como Audi (Ingolstadt) y BMW (Múnich), las industriales Siemens AG y MAN AG, firmas deportivas como Adidas y Puma (Herzogenaurach) y la aseguradora Allianz, además de varias empresas multinacionales que tienen una de sus sedes en este estado. Baviera es el primer destino turístico en Alemania. En Hallertau, una región entre Múnich e Ingolstadt, se cultiva el lúpulo, considerado “el oro verde” de Baviera. De las cerca de 19.000 hectáreas cultivadas en Alemania, 14.220 se encuentran en esta región.

Cultura

Los bávaros suelen mostrarse orgullosos de sus tradiciones. El traje típico bávaro (Tracht) sigue siendo utilizado en ocasiones especiales. En él se distingue el lederhose de los hombres y el dirndl de las mujeres.

En la música tradicional destaca el uso de la gaita en la región del Alto Palatinado, remanente de la antigua herencia cultural céltica y germánica de la región.

Gastronomía

Baviera es importante en producción de vino, del que destaca el de la región vinícola de Franconia. El vino de franconia se envasa tradicionalmente en las llamadas Bocksbeutel, bastante anchas, y que sirven como identificación de la denominación de origen. En muchos pueblos de Franconia se siguen realizando festivales del vino.

Fuentes