Escuela Nacional de Instructores de Arte
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La Escuela Nacional de Instructores de Arte (ENIA) fue creada por Fidel Castro el 14 de abril de 1961.
Sumario
- 1 Historia
- 2 Objetivos fundamentales
- 3 La funciones del instructor de arte
- 4 Modos de actuación
- 5 Campos de acción
- 6 Esferas de influencia
- 7 Elementos que caracterizan la labor del instructor de arte como conductor de talleres docentes, de apreciación y creación, con todos los alumnos del centro escolar
- 8 Elementos que caracterizan la naturaleza de la labor del instructor de arte como conductor de procesos de creación artística con aficionados
- 9 El instructor de arte: un singular promotor de la cultura
- 10 Principales Actividades
- 11 Responsabilidad de un instructor
- 12 Referencias
- 13 Fuentes
Historia
Preparación
En Cuba con el triunfo de la Revolución (el 1 de enero de 1959), se produjo una gran revolución cultural, y para ello el Gobierno revolucionario contó con el apoyo de la intelectualidad existente en aquellos momentos, la cual no vaciló para formar aquellos jóvenes que llegaron a La Habana de todas partes del país desde los primeros días de febrero de 1961, para ingresar en la Primera Escuela de Instructores de Artes.
La Revolución tuvo una etapa en que una serie de iniciativas dimanaban de distintos organismos, entre ellos el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), dirigido en los primeros años por el destacado intelectual Antonio Núñez Jiménez, quien promueve la realización de actividades de extensión cultural en varios lugares del país, fundamentalmente en la capital. Fue el INRA quien lanzó la convocatoria a los primeros instructores de arte, que sería la oportunidad no solo de llevar la cultura al campo, a las granjas y a las cooperativas que se iban creando, además muchos jóvenes podían convertirse en instructores de música, de baile y de teatro. Esta convocatoria era para jóvenes mayores de 15 años, aunque entre los aceptados muchos entraron con menos de 14 años que al terminar iniciaron la Escuela Nacional de Arte.
Existían muchas dificultades materiales para llevar esta idea de Fidel. Ya se habían perdido muchos talentos en campos y ciudades del país, el proyecto no se detuvo, la convocatoria los puso al descubierto y el pueblo se convirtió en actor creador.
Antes del triunfo de la Revolución la selección natural de los profesionales, dejó en la ignorancia a quién sabe cuántas decenas de miles de jóvenes, sencillamente por falta de oportunidad. Pero los nuevos proyectos abrían el camino a todas esas inteligencias, creando las condiciones para todo talento artístico, literario, científico o de cualquier orden, para que pudiera desarrollarse.
Fundación
El 14 de abril de 1961, Fidel Castro inauguró la primera Escuela Nacional de Instructores de Arte en Cuba (ENIA) con una matricula de 4 000 estudiantes, quienes trabajaron en la preparación de 3 000 jóvenes que ingresaron en la Escuela Nacional de Arte (ENA), convirtiéndose estos en la primera generación de artistas formados por la Revolución cubana.
Bajo la dirección de Marta Besa, el plantel docente estaba formado, entre otros, por:
- Onelio Jorge Cardoso (literatura),
- Ana Lasalle (dirección);
- el crítico Rine Leal (Historia del teatro) y
- Félix Pita Rodríguez.[1]
Fidel en su idea pidió además encaminar vocación y talento artístico, convencido de que estos podían defender los valores estéticos del pueblo, siendo esta la principal misión de la primera escuela de instructores de arte en Cuba, que efectúa su graduación en septiembre de 1963.
A partir del año 1967 hasta finales del 1969, el déficit de recursos y las condiciones objetivas del centro no fueron favorables impidiendo la continuación de estudios, lo que trae como consecuencia una urgente graduación integral.
En el año 2000 se retoma la idea de la creación de nuevas escuelas de instructores de arte, una en cada provincia del país, con la misión de extender la cultura a todos los rincones de la isla para maximizarla y convertir a Cuba en el país más culto del mundo con el apoyo de más de 6000 instructores.
Esta primera Escuela Nacional de Instructores de Arte surgió paralelamente a la Campaña Nacional de Alfabetización en medio de la Revolución Cultural que se desató a lo largo y ancho de la Isla. Los graduados de la ENlA debían encauzar las aptitudes y vocación por el arte de estudiantes, trabajadores, campesinos y amas de casa para convertir al pueblo en creador y materializar el pensamiento de Fidel cuando expresó: "El pueblo es el gran creador".
En un programa de televisión, Fidel Castro compareció ante un panel de periodistas y habló de la importancia de los instructores de arte y de lo que estudiarían en la escuela. Posteriormente en un encuentro con los intelectuales cubanos realizada entre los días 16 y 30 de junio de 1961 en el Salón de Actos de la Biblioteca Nacional José Martí, Fidel reflexionó con los participantes acerca de la actividad cultural del país y sobre la posibilidad de implementar diferentes iniciativas que propiciarían la participación de nuestro pueblo en los procesos culturales y su acceso a lo mejor del arte cubano y universal.
En la década del 70 la estrategia a seguir por la Política Cultural de la Revolución alternaba con la apertura de la matrícula de la ENA y la ENlA (según las necesidades del país).
En los años 1980 Cuba se enfrenta a una realidad adversa, una parte importante de los jóvenes graduados de la ENlA habían abandonado su trabajo como Instructor de Arte, muchos porque se convirtieron en artistas profesionales. Se decidió crear las EPIA (Escuelas Provinciales de Instructores de Arte). Cada provincia trazó su estrategia para graduar la fuerza técnica que necesitaban las Casas de Cultura.
Por ello, durante esta década se producen 3 graduaciones. En el caso de La Habana, en 1983, uno de los titulados como Instructor de Artes Plásticas fue Francisco Martínez Villamil, ejemplo de instructor artista que se graduó en esta noble profesión, recibiendo numerosas distinciones como instructor y como artista (Primer Premio en la Bienal Internacional del Humor).
A finales de los 80 y en parte de la década del 90 surge y se desarrolla la ENIT (Escuela Nacional de Instructores de Teatro).
El Periodo Especial en la década del 90, como en tantas esferas, afecta la cultura. Desaparecen las escuelas Formadoras de Instructores, con excepción de la ENIT, esta fuerza técnica recibe un golpe demoledor. El éxodo de instructores graduados que por razones económicas causaron baja del Sistema Nacional de Casas de Cultura afectó uno de los logros más importantes de la Política Cultural de la Revolución Cubana y el más preciado fruto en la labor de los instructores: el Movimiento de Artistas Aficionados. De 400 000 artistas de este sector emplantillados en el país en los años 80, sólo quedaron 63 100 en 1995, atendidos por 531 Instructores de Arte, que a pesar de todo se mantuvieron ejerciendo en las Casas de Cultura.
En el año 2000 Fidel Castro, al frente del Grupo de Trabajo de la Batalla de Ideas, aprueba la creación de las nuevas Escuelas de Instructores de Arte y también orienta que de forma paralela en cada provincia se ofrecieran cursos de titulación para Instructores en Ejercicio. Esos técnicos cobraban como Promotores Culturales o eran artistas aficionados de calidad notoria que entraron a las Casas de Cultura en plazas de instructores no titulados.
Comienza a revertirse la dramática situación del arte aficionado y en el año 2003 asciende a 98 762 la cifra de artistas de los diferentes sectores poblacionales.
En el 2004, para júbilo de quienes trabajan en la orientación de los procesos de creación y apreciación del Arte y la Literatura, se produce la Primera Graduación de las EIA y simultáneamente también se gradúan los Instructores en ejercicio de teatro, danza y artes plásticas. Los de música se titulan un año después por ser más extenso el plan de estudios de esta especialidad.
Con la llegada de los instructores de arte, en Cuba, se consolida la escuela como institución cultural más importante de la comunidad, pues los resultados de su labor se reflejan en el seno de la familia y en toda la sociedad y el trabajo de estos profesionales se proyecta más allá de la institución escolar, dependiendo del vínculo con el resto de las instituciones culturales y sociales.
Diversos autores afirman que con la presencia responsable del instructor de arte, en la institución educativa se enriquece el sistema de trabajo con los niños, adolescentes y jóvenes. El camino que abren hacia la formación de la sensibilidad, la apreciación y la creación de las artes entre los más jóvenes, coincide con el propósito de crear una cultura general integral masiva en el pueblo de Cuba.
Objetivos fundamentales
En los momentos actuales los objetivos principales son impartir talleres de apreciación-creación en escuelas primarias, secundarias básicas, politécnicos de informática, escuela de conductas y pre-universitarios con el fin de convertirlas en los Palacios de Pioneros de la comunidad transformando su entorno sociocultural y creando un estilo propio donde se integre lo artístico, lo humano y lo patriótico para propiciar la asimilación de juicios críticos y gustos estéticos correctos desde la más temprana edad.
Los cincos objetivos fundamentales de los Instructores de Arte en las escuelas son:
- El desarrollo de Talleres de Apreciación y Creación con todos los alumnos del centro escolar.
- La atención a grupos y unidades artísticas de aficionados.
- Preparación técnica-metodológica del personal docente.
- La labor promocional de la cultura artística en la escuela.
- El mejoramiento del entorno sonoro visual de la escuela
La funciones del instructor de arte
La función docente del actual instructor de arte no minimiza su condición como conductor de procesos de creación artística ni se contradice con su papel como activista de la promoción cultural artística. Por el contrario, existe una relación muy estrecha entre estas tres facetas que se le reconocen a la profesión: la de educador, la de creador y la de promotor. Pero debe aceptarse que ejercer la docencia directa en el aula implica para los jóvenes instructores un extraordinario reto, atendiendo a su inexperiencia en este campo y a las propias exigencias que plantea la pedagogía del arte en cualquiera de sus variantes. Posee sus propios modos de actuación, campos de acción y esferas de influencia.
Modos de actuación
- La dirección de la apreciación de las manifestaciones artísticas y la creación artística con aficionados
- La promoción y la investigación sociocultural.
Campos de acción
- Apreciación de las manifestaciones artísticas
- Creación artística con aficionados
- Cultura popular y tradicional
- Promoción cultural
Esferas de influencia
- Escuelas de todos los niveles de educación
- Casas de Cultura
- Otras instituciones y espacios para el trabajo cultural comunitario.
Los aspectos antes referidos permiten afirmar que: en esta profesión confluyen, coexisten y se complementan rasgos y dominios teóricos y prácticos presentes en otras profesiones como:
- las del artista
- el maestro de artes
- el educador artístico
- el promotor cultural
- el investigador sociocultural
Elementos que caracterizan la labor del instructor de arte como conductor de talleres docentes, de apreciación y creación, con todos los alumnos del centro escolar
- Exige una especial sensibilidad para asumir la preparación de públicos en el disfrute y la práctica de las artes.
- Exige el dominio y aplicación de conocimientos psico– pedagógicos para el desarrollo del diagnóstico psicopedagógico y sociocultural que permita dar respuesta a determinadas necesidades educativas y culturales.
- Demanda capacidad creativa y flexibilidad constantes para propiciar un ambiente afectivo donde se reconozcan los roles propios de la dinámica grupal, como espacio interactivo, de construcción conjunta, en el que se estimula el intercambio de saberes y de la expresión de las formas de sentir, pensar, decir y actuar.
- Reclama una adecuada conducción del proceso apreciativo en el que se logre una coherente interacción entre los lenguajes específicos de las artes y el análisis del contexto histórico, político, social y artístico del autor y su obra.
Elementos que caracterizan la naturaleza de la labor del instructor de arte como conductor de procesos de creación artística con aficionados
- Es una labor que se enfoca al mismo tiempo hacia: el adiestramiento técnico, el estímulo a la creatividad personal / grupal y el desarrollo de la sensibilidad y el interés real por el arte.
- Su propósito es despertar y/o encauzar una afición, transformando la inclinación primaria o espontánea por un arte en la práctica sistemática de ese lenguaje artístico.
- Se sirve de referentes artísticos y procedimientos ya establecidos por la práctica profesional artística o por la de instructores de otras generaciones.
- Demanda un alto grado de iniciativa creadora, un instinto renovador y un ímpetu elaborativo.
- Exige el dominio y aplicación psico– pedagógicos para enfrentar las disímiles situaciones que se presentan en el tratamiento de las individualidades o colectividades creadoras.
- Es una labor en la que se concreta la afirmación de potencialidades creadoras del instructor y la de los aficionados.
El instructor de arte: un singular promotor de la cultura
- Ejerce la promoción por distintas vías o formas que interactúan: (animación, creación, enseñanza, divulgación, investigación, programación, educación artística).
- Ejerce la promoción por distintas vías o formas que interactúan: (animación, creación, enseñanza, divulgación, investigación, programación, educación artística).
- Investiga, defiende y preserva la cultural artística y la cultura general, las tradiciones y los valores culturales.
- Actúa en diferentes escenarios o contextos: escuelas, barrios, casas de cultura, otras instituciones sociales o económicas, espacios públicos, festivales, eventos científico– prácticos, cruzadas, campañas, concursos y espacios de difusión.
- Es el profesional de la promoción cultural que de forma más directa, activa y sistemática trabaja en la formación de públicos.
- La iniciativa creadora y promocional de los instructores de arte debe vincularse en los distintos contextos con otros entes o figuras de potencial fuerza cultural como: líderes comunitarios, maestros, bibliotecarios, creadores, promotores, padres, trabajadores sociales, presidentes de Consejos Populares, educadores populares.
La comprensión de las peculiaridades de esta profesión permite concebir su formación inicial y permanente de un modo más coherente y contextualizada a las demandas de este profesional para cumplir con su encargo social, en la que debe expresarse la necesaria armonía entre su proyección artístico-creadora y la social-pedagógica del instructor de arte.
La Brigada José Martí, es un movimiento cultural que encamina su accionar de acuerdo con los principios de la política cultural de la Revolución para encauzar y prestigiar la labor social de los instructores de arte, mediante el trabajo colectivo, teniendo como escenarios fundamentales, aunque no únicos, la escuela, las casas de cultura y otros espacios de la comunidad. Funciones: - Moviliza y aglutina a todos los instructores de arte en cada escenario donde se desempeñen, al tiempo que representa y defiende sus intereses, iniciativas e inquietudes a través de las estructuras de dirección constituidas a los diferentes niveles.
- Contribuye en estrecho vínculo con los ministerios, organizaciones e instituciones a la identificación del instructor de arte con su profesión en aras de validar su resultado profesional.
- Estimula y promueve la constante superación de sus miembros.
- Promueve los resultados de creación que logra el instructor de arte con el movimiento de artistas aficionados, con énfasis en las expresiones del patrimonio cultural inmaterial y las iniciativas socioculturales comunitarias.
- Estimula y propicia la participación de los instructores de arte en actividades y eventos culturales y científicos con el fin de socializar las mejores experiencias artísticas y educativas resultantes de su desempeño.
Atribuciones: - Participar en las evaluaciones profesionales de sus miembros, así como en los análisis que desde las instituciones, organizaciones y ministerios se realicen con los instructores de arte o sobre su desempeño. - Participar en los espacios donde se definan las políticas y principios de trabajo de las instituciones, organizaciones y ministerios en los que se desempeña profesionalmente el instructor de arte. - Desarrollar procesos políticos con sus miembros. Sobre los documentos normativos: La Brigada reconoce como documentos rectores para el cumplimiento de sus fines: 1. El Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el año 2004 con motivo a la Primera Graduación de esta nueva formación en las Escuelas de Instructores de arte. 2. El Código de Ética del Graduado de estas promociones. 3. El Convenio de Trabajo suscrito entre el Ministerio de Cultura y el Ministerio de Educación. 4. Las Indicaciones Metodológicas del Consejo Nacional de Casas de Cultura. 5. Palabra a los intelectuales.
Principales Actividades
- Impartir talleres de apreciación- creación en las diferentes manifestaciones del arte.
- Conformar unidades artísticas dónde los estudiantes con vocación artística tienen la posibilidad de desarrollar su talento.
- Participación en festivales de OPJM, FEEM, FEU.
- La inserción del instructor de arte en todas las comunidades para de esta manera llevar la cultura a nuestro pueblo.
- Inserción de los instructores de arte como Artistas aficionados en todo el movimiento cultural de la provincia.
- Atención a los centros penitenciarios.
- Espectáculos infantiles con las unidades artísticas.
- Acciones e intercambios de experiencias entre la Brigada "José Martí" y la EIA.
- Atención a Círculos infantiles y Círculos de abuelos.
- Presentaciones del Destacamento de Vanguardia por diferentes escuelas primarias con actividades infantiles.
- Presentación de espectáculos para el Proyecto Esperanza en la Escuela Formadora de Trabajadores Sociales.
- Talleres de intercambio de experiencias a nivel de distrito, municipio, provincia y nacional.
- Jornadas científicas a nivel de distrito, municipio y provincia.
- Festivales de los instructores de arte como artistas aficionados.
- Encuentros con diferentes proyectos culturales.
Responsabilidad de un instructor
La responsabilidad de cada instructor de arte se explicita en el respeto a la autoridad y a las atribuciones que le corresponden a quienes los dirigen, perfeccionándose profesionalmente, responsabilizándose con la programación y la ejecución no solo de los talleres sino además de las actividades artísticas en las instituciones educativas.
Fidel Castro los define:
Que los instructores de arte tienen una tarea muy importante que cumplir con la Revolución, que los ha preparado para ella y que no los encadena por toda la vida, el autor considera que son artistas formadores de patriotas, formadores de revolucionarios y formadores de excelencias en el arte, en eso consiste su tarea, aunque es importante precisar que con las excepcionales cualidades que tienen algunos, pueden llegar a ser grandes artistas.¨
Referencias
Fuentes
- http://www.juventudrebelde.cu/cuba/2011-10-20/nuevos-instructores-de-arte/
- http://www.lademajagua.co.cu/index.php/cultura/198-instructores-de-arte-restauradores-de-sonrisas-
- Documentos de la Direccion Provincial Instructores de Arte de Santiago de Cuba.
- Daphne García Abel, Lic. Sandor Saurí Hansen, sitio web Instructores de Arte.
- Sitio web del Consejo Nacional de Casas de Cultura.