Marina de Guerra de Cuba
Marina de Guerra de Cuba | |
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Fragata de la Marina de Guerra cubana | |
Activa | 1909 - 1958 1963 - hasta la actualidad |
País | Cuba |
Fidelidad | Gobierno de Cuba |
Tipo | Armada |
Función | Defender las aguas territoriales de el Archipielago Cubano |
Tamaño | 12,000 activos |
Acuartelamiento | MINGOB |
Comandantes | |
Comandante | Carlos Alfonso Duque Ramos |
Insignias | |
Emblema | |
Guerras y batallas | |
Combate de el Caribe |
Marina de Guerra de Cuba. Institución armada de carácter nacional que, entre 1909 y 1958, tuvo la misión militar primordial de sostener la independencia de Cuba, su constitución y sus leyes. Además de esta misión militar, la Marina de Guerra tuvo a su cargo otras de carácter administrativo o civil, no menos importantes y que sufrieron variaciones a lo largo de toda su existencia.
En tiempos de paz el servicio más importante ejercido por la Marina de Guerra consistía en la vigilancia y protección de las costas por las unidades de superficie o buques que se consideraran necesarios, extendida esta misión, tanto de las aguas nacionales como extranjeras.
La armada cubana entre 1909 y 1958 recibió las siguientes denominaciones:
Fecha | Denominación |
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2 de julio de 1909 | Marina Nacional |
29 de marzo de 1915 | Marina de Guerra Nacional |
16 de agosto de 1926 | Marina de Guerra |
27 de febrero de 1934 | Marina de Guerra Constitucional |
27 de enero de 1942 | Marina de Guerra |
Sumario
Historia
Antecedentes
La historia naval cubana tiene el origen ligado a la española; desde el comienzo mismo de la colonización de la Isla, dicha plaza se convirtió en un enclave, para las reparaciones y avituallamiento de los buques de la corona.
En 1622 se suscribe el primer contrato entre la Junta de Guerra de la Corona Española con uno de los armadores más importantes de la época, Don Alfonso Ferrera, con el propósito de iniciar la construcción de bajeles en La Habana.
En 1774 es fundado el Astillero y el Real Arsenal de La Habana, con la botadura al agua del navío San Juan. Durante el siglo XVIII se llevó a cabo la reconstrucción y modernización de la flota española y el Astillero de La Habana se convirtió en el más importante de esa clase, superando con creces a los homólogos de El Ferrol, Guarnizo (Santander), Cartagena y La Carraca, todos en suelo español.
En esa época fueron construidos 197 buques en la Isla de Cuba; de los astilleros cubanos fueron botados buques legendarios como el Santísima Trinidad, el Nuestra Señora de Loreto o el Princesa.
Por esa época de los 12 grandes buques de guerra con que contaba la Armada Real, siete habían sido diseñados y construidos en Cuba; otros embarcaciones construidas en astilleros cubanos y que participarían en la Batalla de Trafalgar fueron los navíos San Pedro, San Rafael y San Roque, estos últimos con técnicas cubanas y con la intervención de constructores criollos.
Los buque construidos en Cuba adquirieron una sólida fama a nivel mundial, no es casual que el monarca Carlos III decidiera que la embarcación personal fuera construida en La Habana, llegándose a denominar al Real Arsenal de La Habana como El Fénix de la real Armada.
A principios del siglo XIX continuaron las construcciones de buques en el Real Arsenal de La Habana, hasta que en 1834 el Capitán General Miguel Tacón, propuso junto a otras personalidades de la época, detener la construcción naval en Cuba.
En 1837, una Real Orden estableció definitivamente la prohibición de fabricar embarcaciones en los astilleros cubanos; no obstante, dicha orden no se cumplió a cabalidad, y el último buque botado al agua por los astilleros habaneros en 1852, fue el vapor Cristóbal Colón.
Marina Mambisa
Durante la Guerra de los Diez Años, el primer presidente de la república en armas, Carlos Manuel de Céspedes alentó los esfuerzos por crear una fuerza naval mambisa y para ello, nombró al capitán de fragata Juan Baustista Osorio para que organizara la misma.
El 23 de marzo de 1869, Baustista con la colaboración de otros trece patriotas, embarcaron en el vapor Comandatario a cuya tripulación redujeron, una vez en alta mar, cambiando el nombre original de la embarcación por el de Yara.
La otra nave que entraría definitivamente en la historia naval cubana lo fue el vapor Moctezuma, al que el peruano Leoncio Prado y un grupo de seguidores tomó por asalto en alta mar, rebautizando a dicha embarcación con el nombre de Céspedes; en el viaje de destino a Honduras.
Servicio de guardacostas
Los primeros indicios relacionados con la creación de medios de guerra navales datan de 1899, cuando es creado el Servicio de Guardacostas de Cuba, unidad fundada por el gobierno interventor estadounidense.
Como jefe del mismo fue nombrado el general, Tasker Bliss, quien era el director de las Aduanas de Cuba: Este servicio contaba con los buques obsoletos que habían servido en la armada española y esta había abandonado al evacuar Cuba: el Guardián, el Intrépido, el Baracoa; cinco remolcadores costeros mandados a construir en Estados Unidos, y algunos yates y barcos comprados de la marina mercante nacional y del extranjero.
El general Tasker Bliss realizó gestiones en Estados Unidos y el gobierno interventor adquirió, además, cinco pequeñas embarcaciones militares, que se denominaron Abeja, Abejorro, Araña, Avispa y Alacrán. Esta pequeña flota criolla fue denominada jocosamente por la prensa de Estados Unidos como Flota Mosquito y por el pueblo de Cuba como Los Ponzoñosos.
Negociado de guardacostas
El Servicio de Guardacostas se convirtió en Negociado al ser reglamentado legalmente por la Orden Militar No. 154 del 14 de mayo de 1902, cuando quedó adscrito a la sección de aduanas bajo el mando de la Secretaria de Hacienda. Entonces fue considerado hasta 1906 como un cuerpo de policía marítima, motivo por el cual su servicio comenzó a militarizarse.
La Flota Mosquito fue la verdadera fundadora de las unidades de superficie con las que contó Cuba durante esta etapa y algunas de estas embarcaciones se mantuvieron en servicio por largos años. Pero atendiendo a que esta técnica naval no era suficiente para cubrir la larga línea costera de Cuba fueron compradas nuevas embarcaciones.
Entre 1905 y 1906 se hicieron gestiones de licitaciones para la adquisición de un buque de vapor con hélices gemelas de 500 toneladas de desplazamiento a un precio que no excediera los 115,000.00 dólares.
Participaron en el contrato, la G. Hempel, la firma constructora alemana J. W. Klawitter y la Secretaría de Hacienda. El 4 de febrero de 1906, se aprueba dicha construcción por el Decreto 126 de la Secretaría de Hacienda.
En el propio año 1906, fue lanzado al agua el cañonero Baire en Danzig, Alemania. Según el contrato, desplazaba 500 toneladas; medía 196 x 23 x 9 pies, tenía capacidad para 120 toneladas de carbón, y las máquinas generaban 1.200 caballos de fuerza con calderas Babcock, con una velocidad de desplazamiento de 14 nudos.
También se adquirió en 1906 para el Negociado de Guardacostas el remolcador Humberto Rodríguez, que fue renombrado Yara, y una vez acondicionado y armado debidamente figuró como navío insignia de la armada cubana.
El Negociado compró en Estados Unidos los yates Cándida de 150 toneladas y Ailen de 125, que fueron luego convertidos en cañoneros. En 1909 fueron renombrados como 20 de Mayo y Enrique Villuendas, respectivamente. La última embarcación adquirida durante esta etapa fue el yate Pantooset que desplazaba 600 toneladas y fue renombrado Hatuey.
Creación
El 2 de julio de 1909, durante el gobierno de José Miguel Gómez, el Negociado de Guardacostas comenzó a denominarse como Marina Nacional, dirección naval que, a pesar de las funciones militares, en ningún momento abandonó los servicios de vigilancia y protección a las costas u otros de similar importancia que ya venía realizando y que mantuvieron su papel protagónico durante todos los años que existió la institución.
Primera etapa (1915 – 1935)
La Primera Guerra Mundial produjo el primero de los cambios organizativos de la Marina de Guerra Nacional, cuando Mario García Menocal, como Presidente de la República de Cuba editó la Resolución Conjunta, documento a través del cual se le declaraba la guerra al Imperio Alemán.
Con el fin de promover la defensa del territorio nacional y la conservación del orden interior se puso en vigor un nuevo decreto el 24 de septiembre de 1917 para la Marina de Guerra y se produjo el crecimiento de los efectivos dentro de la nueva plantilla aprobada. También se le incorporó la Academia Naval recién constituida.
Durante el alzamiento liberal de 1917 el presidente de la República Mario García Menocal para poder disponer del cuerpo contra los rebeldes, autorizó el completamiento de la plantilla de la Marina de Guerra haciendo caso omiso de los requisitos del reglamento, obviando a los interesados en los exámenes de oposición o aquellos que no tenían completos los días de navegación requeridos.
El 21 de noviembre de 1921 se le entrega a la Marina de Guerra de manera oficial el Castillo de la Punta, aunque ya lo venía utilizando desde 1915 como sede de su Estado Mayor General.
Como parte de las transformaciones que sufrió la estructura de la Marina en 1926 se agregó un nuevo servicio: el de señales y apareció la terminología de academias navales, dentro de las cuales se incluyó la de Mariel.
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El 27 de marzo de 1931 pasó a uso de la Marina el torreón de la Chorrera en la desembocadura del río Almendares, así como todos los terrenos costeros cercanos a este. El 2 de junio de 1933 se le asignó a la Marina la inspección, inscripción, arqueo y nombramiento de peritos arqueadores y demás particulares, que antes llevaban las capitanías de puerto y que comprendían a todas las embarcaciones de recreo. Durante el Gobierno de los cien días, el Secretario de Gobernación y Marina, Antonio Guiteras Holmes y ante la crisis dentro de la oficialidad del cuerpo, cubrió las plazas vacantes a través del ascenso de alistados a suboficiales y de algunos suboficiales a oficiales.
En enero de 1934 la Marina de Guerra comienza a darle atención a la sección de la Marina Mercante de Cuba, pesca y alumbrado de costas hasta 1940 que pasa con todos sus negociados al Ministerio de Hacienda.
La sección de marina mercante, pesca y alumbrado de costas creada con carácter civil, dependiendo directamente del jefe del Estado Mayor General y a cargo del auxiliar expresamente designado por él, poseía los negociados de asuntos generales, inspección y arqueo de buques, registro marítimo y construcción, pesca, balizamiento y alumbrado de costas, personal, contabilidad y pagos.
Esta sección era la encargada del conocimiento y aplicación de las leyes sobre pesca, servicio de practicaje en los puertos, los vigías y semáforos marítimos, los exámenes y expedición de títulos para el ejercicio de funciones técnicas a bordo de los buques mercantes cubanos. Abanderamiento de los buques nacionales y su registro, ya fuesen mercantes, de recreo o del Estado, de la provincia o el municipio, comprendiendo además, los diques secos y flotantes, varaderos y cuantos artefactos existían o se construían para la industria marítima y la navegación, y en general cuantos pertenecieran al personal de la marina mercante, el alumbrado y balizamiento de las costas, de la pesca, de la jurisdicción marítima y las capitanías de puerto de la República. Atención a la policía marítima hasta 1940 y sólo a partir de 1941 en los puertos de La Habana, Cienfuegos y Santiago de Cuba, en la zona marítimo terrestre y ríos navegables para el mantenimiento del orden público, así como, para la observancia de las leyes y la formación de los expedientes de naufragio, abordajes y averías.
Segunda etapa (1935 – 1958)
En febrero de 1934 el cuerpo cambio el nombre por el de Marina de Guerra Constitucional pero no quedó debidamente establecido su reglamento hasta 1935 por la Ley 66 del 2 de abril. Ese día se le realizaron concesiones a la Marina de Guerra Constitucional para formar salinas, pesquerías, corrales, parques para la cría y propagación de mariscos, y la extracción de arena. Con su implantación la armada cubana sufrió los cambios más profundos, pues los servicios que hasta entonces poseía se convirtieron en cuerpos y se le anexaron otros existentes desde 1933.
En enero de 1942 se reorganizó estructuralmente la Marina de Guerra, a la que dejó de llamársele Constitucional. Reaparecieron de nuevo los cuerpos jurídicos y de sanidad. Dentro de la nueva estructura dejaron de contemplarse los cuerpos náutico, infantería de marina, aviación y servicio de artillería, así como la sección de la marina mercante, pesca y alumbrado de costas, que a los efectos en 1940, había pasado al Ministerio de Hacienda, estableciéndose un cuerpo general.
Las escuelas comenzaron a denominarse academias y escuelas navales. A la Marina de Guerra se le anexó la defensa de las rentas de aduana para evitar el contrabando y el derecho de visita a bordo de los buques mercantes nacionales y extranjeros. Se estableció, además, la obligación de la observación de las leyes sobre aprovechamiento forestales, la navegación, disposiciones sobre la caza y la protección de buques mercantes nacionales y extranjeros en el tráfico legal que realizaran.
Quedó instaurada la dirección técnica del personal del servicio defaros y boyas, capitanías de puerto de la República y del Observatorio Nacional, aunque los mismos permanecieron adscritos a sus respectivos ministerios. En 1944 regresaría a depender de la Marina de Guerra el servicio de alumbrado de costas.
En febrero de 1953 se organizó el control sobre los reportes meteorológicos y los organismos, tribunales y escuelas para la marina mercante nacional. El cambio más significativo en la Marina de Guerra resultó la división de la institución armada en dos organizaciones: las funcionales y las constitutivas.
Las organizaciones funcionales estuvieron integradas por el Estado Mayor General, los distritos navales, los establecimientos navales, las fuerzas operacionales del mar y aire y las fuerzas tácticas especiales, hasta el año 1954, cuando quedó estructurada en Estado Mayor General, fuerzas operacionales e instalaciones terrestres. Dentro de estas últimas, además de los distritos y establecimientos navales constituidos por bases navales, aeronavales, arsenales, talleres, varaderos, unidades, dependencias terrestres y campos de aterrizaje se encontrarían también las academias, escuelas y centros de entrenamientos navales.
Organización de la Marina
Reglamentación
El 29 de marzo de 1915 se aprobó el primer proyecto de reorganización y reglamentación para la dirección superior de la Marina de Guerra Nacional. Hasta ese momento el cuerpo se había regido por las ordenanzas emitidas por el general Leonardo Wood durante la primera ocupación norteamericana.
La comisión encargada de su elaboración estuvo bajo la dirección del capitán de navío Julio Morales Coello, el capitán de fragata Eduardo González del Real y el alférez de fragata Francisco Baker Marty. Para la elaboración del mismo consultaron los reglamentos de las principales armadas del mundo, y otras, que por razones de idioma y costumbre podían servir de ejemplo a la marina cubana.
Entre 1909 y 1958 la Marina de Guerra contó con la elaboración y publicación de siete leyes o decretos orgánicos que reglamentaron su funcionamiento.
Organizaciones y organismos
La Marina de Guerra en Cuba desde su primer decreto orgánico en 1915 hasta el último de 1954 delimitó muy bien las organizaciones u organismos que formaban parte de ella:
Año | 1915 | 1917 | 1926 | 1935 | 1942 | 1953 | 1954 |
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Organizaciones y organismos | 8 | 9 | 10 | 14 | 10 | 14 | 11 |
Luego del primer decreto orgánico de 1915 quedaron delimitados dentro de la plantilla de la Marina de Guerra el Cuerpo general de oficiales de mando, el Cuerpo de oficiales maquinistas, el Servicio de administración, el Servicio de Sanidad, el Servicio de auditoría, clases y alistados, jefes oficiales y alistados retirados, y milicia naval.
A lo largo de la existencia del cuerpo estos organismos y organizaciones fueron cambiando de funciones o nombre, o simplemente desaparecieron. En 1958 existían como organizaciones funcionales de la Marina de Guerra de Cuba:
- El Estado Mayor General,
- las fuerzas operacionales
- y las instalaciones terrestres.
Las organizaciones constitutivas por su parte eran:
- El cuerpo general (servicio de cubierta, máquina, aviación, electrónica, administración, infantería de marina);
- Servicio jurídico naval;
- Servicio de medicina y farmacia;
- Servicio dental;
- Banda de Música de la Marina de Guerra de Cuba;
- Servicio militar de emergencia;
- reserva naval
- y milicia naval.
Personal
La composición del personal para el Estado Mayor, distritos navales, dotación de los buques y servicios dentro de la Marina de Guerra fue dispuesta dentro de las leyes o decretos orgánicos elaborados para regir la armada.
Según los resultados reflejados en los principales decretos o leyes orgánicas emitidas (1917 – 1954) la composición del personal, desde el punto de vista cuantitativo se mantuvo, en sentido general, poco estable entre una y otra ley o decreto promulgado y sufrió cambios o transformaciones tendientes todas, en definitiva, a su fortalecimiento, al tiempo que iba en constante ascenso su plantilla.
De los 927 efectivos con que se inició oficialmente la Marina de Guerra en 1915, para el año 1957 llegó a poseer 6 980 (730 oficiales y 6 250 marineros)
1915 | 1917 | 1926 | 1935 | 1942 | 1951 | 1953 | 1954 | 1955 | 1957 |
927 | 1 140 | 1 157 | 2 027 | 2 259 | 4 486 | 4 921 | 4 960 | 6 390 | 6 980 |
El jefe de la armada era el encargado de distribuir estos efectivos dentro del propio Estado Mayor General, las instalaciones terrestres, los buques y los servicios.
Oficialidad
En 1909 al crearse la Marina Nacional fue cubierta toda su plantilla con el personal que atendía el servicio de guardacostas, respetándoseles a todos sus puestos, antigüedad y grado militar.
El nuevo personal, sin embargo, ingresó por el empleo y grado de subteniente después de que el aspirante mostrase la posesión del título de capitán u oficial de la marina mercante nacional, un aval de buena conducta y aprobase un examen sobre nociones de nueve asignaturas: náutica, pilotaje, ordenanzas de marina, higiene militar, higiene naval y derecho internacional, entre otras.
A partir del 1 de abril de 1915 los oficiales de la Marina de Guerra comenzaron a ser nombrados por decreto presidencial, mediante la expedición del diploma correspondiente. Para aspirar a una plaza de esta categoría se requería el grado de alférez de fragata, excepto entre los años 1935 – 1942 en que se recababa el grado de subteniente.
Los cuadros de oficiales asimilados en los servicios de administración, sanidad, auditoría, señales y músicos, sobre todo estos últimos, a partir de 1926, hacían el ingreso a la institución por el grado inferior de cada ramo. Las vacantes se cubrían mediante examen de oposición y cumpliendo todos los requisitos establecidos. Esta variante se mantuvo como regla general hasta 1958.
Otras plazas exigían el título correspondiente. Los contadores debían presentar el de perito mercantil, los médicos y auditores el de universitarios, además de reunir las condiciones exigidas por el reglamento. Sin embargo en casos de situación excepcional se podían obviar estos requisitos.
Generalmente para cubrir dos vacantes en un empleo, se alternaba entre los oficiales en servicio y los que levaban no menos de seis meses excedentes. La prioridad correspondía al oficial en servicio que debía ascender, excepto cuando se tratara de cubrirlas en el empleo superior del escalafón especial correspondiente; sin embargo el método establecido y más generalizado hasta 1958 para cubrir una plaza vacante era el ascenso del grado inmediato inferior.
Suboficiales
El empleo de los suboficiales se llevó a cabo a partir de 1926, por el nombramiento del secretario de la Guerra y Marina y en 1954 por el secretario de Defensa Nacional.
Desde su primer año de existencia se seleccionaban entre los alistados y los elementos civiles que en concurso aprobaban las materias determinadas por el reglamento, además de cumplir los cuatro requisitos fundamentales establecidos: edad, nacionalidad, estado de salud y jurídico. En 1935, hasta el número de 20 plazas podían aspirar a suboficiales todos los sargentos, y a partir de 1943, tendrían derecho también los contramaestres que contaran con más de ocho años de servicio en este grado y más de 20 como alistado o clase con buena conducta, independientemente de la edad que tuvieran.
Para 1954 el ingreso a suboficial se haría por series sucesivas de tres vacantes por concurso de oposición, por selección libre entre los sargentos de primera o de igual o similar denominación en los que poseían la Orden al Mérito Naval con distintivo azul turquí y 20 años naturales de servicio y ocho años naturales en el grado de sargento por antigüedad de la fecha de cumplimiento.
Clases y alistados
Desde 1915 y hasta 1958 los decretos orgánicos plantearon que el ingreso a la institución en tiempo de guerra era obligatorio para todos los ciudadanos capacitados físicamente y comprendidos entre los 18 y los 45 años de edad. En tiempo de paz el ingreso sería voluntario, y el alistado quedaría obligado a servir por un período no menor a los cuatro años hasta 1935, año en que se redujo a dos años. Para contratar un alistado la Marina exigía:
- Ser ciudadano cubano
- No tener más de 35 años de edad, ni ser menor de 18. Debiendo presentar los que tenían menos de 21 años el consentimiento escrito de los padres o tutores.
- Tener un mínimo de 1.55 metros de altura y un peso no menor de 51 Kg.
- No padecer enfermedades crónicas, ni defectos físicos, auditivos o de otro tipo.
- Saber leer y escribir.
- Poseer buena conducta y no haber sido sancionado previamente por ningún tribunal civil o militar.
Todo alistado que hubiese sido licenciado honrosamente podía ingresar en las filas de la Marina de Guerra cuantas veces lo desease, siempre y cuando tuviese menos de 45 años de edad. En este caso se exoneraba a los de realistamiento continuo en los que no se tendría en cuenta la edad. El alistamiento se realizaba a través de los jefes de las respectivas unidades, por comisiones nombradas por el jefe del Estado Mayor o los oficiales subalternos nombrado por los jefes de las unidades, los buques o los distritos navales, mientras que para los servicios del Estado Mayor se llevaban a cabo por el oficial designado por el jefe de Estado Mayor. Estas condiciones se modificaban sólo en tiempo de guerra o de grave alteración del orden público por orden directa del Presidente de la República.
El ascenso de los alistados se hacía siempre para cubrir la vacante ocurrida en el grado superior inmediato y en la misma unidad, buque o distrito. Los jefes eran los encargados de nombrar a los cabos dentro del personal con más de seis meses sirviendo dentro de la marina. De estos últimos se elegían los contramaestres de segunda y dentro de ellos, los contramaestres de primera. El resto de los cargos se asignaba libremente por el jefe de la unidad. En el período de alistamiento sólo se permitía emitir permisos por no menos de 60 días.
Servicio militar de emergencia
El servicio militar de emergencia voluntario y obligatorio apareció por primera vez en la Marina de Guerra dentro del decreto orgánico de 1954, aunque ya se había establecido por ley desde 1919 y también, en más de una ocasión, se habían efectuado algunos llamados. El servicio militar de emergencia voluntario y obligatorio estaba constituido, según la ley orgánica de la armada, por las fuerzas que con carácter de urgencia o por condiciones imperiosas del servicio, se organizaban voluntaria u obligatoriamente para los fines de la defensa nacional.
En los presupuestos anuales de la Marina eran consignadas las cantidades requeridas para cubrir sus necesidades, mientras que, en caso de guerra o grave alteración del orden público, el Presidente de la República disponía de los fondos del Tesoro no afectos a otras obligaciones para el pago de los gastos ocasionados.
El 4 de abril de 1908, la milicia naval se organizó con los ciudadanos que reunían los mismos requisitos exigidos por el alistamiento voluntario. Sin embargos no fue hasta el 16 de febrero de 1917, en que, a través del Decreto 223 fue aprobado su reglamento. Y casi ocho meses después, el 3 de octubre, teniéndose en cuenta el número de plazas que requería las necesidades del servicio en esos momentos, se organizaron por primera vez las siguientes jerarquías:
- Oficiales: Alférez de fragata y terceros maquinistas asimilados a alférez de fragata.
- Suboficiales: Operadores de telegrafía sin hilos de segunda.
- Alistados: Contramaestres de segunda, ayudantes de máquina, cabos de mar, cocineros de segunda, marineros de primera y de segunda, engrasadores.
Como parte del reglamento en la milicia naval, el Estado Mayor General quedaba facultado para crear tantas compañías como fueran necesarias con el mismo personal y organización de la Marina de Guerra.
El personal que no se encontrase prestando servicio en embarcaciones asumiría el mando y en el caso de no ser suficientes para cubrir las necesidades, en momentos determinados, sería nombrado por el Secretario de Gobernación a propuesta del jefe de la armada.
Tres días después de emitido el reglamento, fue decretado que los oficiales de las compañías se elegirían entre los oficiales de la marina, los guardiamarinas, contramaestres de primera y los civiles de buena reputación. Las clases serían nombradas por el jefe de dichas compañías.
Al cesar las causas que motivaban el llamado para la prestación de este servicio, los miembros de la armada con cargos temporales dentro de él, recibían el sueldo correspondiente y regresaban a sus buques o unidades con el grado alcanzado en la Marina de Guerra antes de su incorporación a las milicias.
El primer alistamiento como voluntario dentro de la milicia naval se hacía por un período de tres meses, pero una vez cumplido este tiempo se podía prealistar por un año el personal que así lo deseara.
Los miembros de la milicia naval, en tiempos de paz, eran provistos del uniforme reglamentario y en tiempo de guerra o grave alteración pública el gobierno los abastecía, además, de equipos, armamentos, municiones, alojamiento, manutención, transporte y paga señalada por el Presidente de la República. La única diferencia entre sus uniformes y el del personal regular de la Marina de Guerra consistía en distintivo en el cuello con las letras MN dentro de una circunferencia de 2.5 cm y la gorra de los alistados que llevaba el letrero de MN.
Los jefes de las unidades eran los máximos responsables del personal de la milicia naval, y debían ser tratados de la misma forma que los miembros de la Marina de Guerra. Es por ello que disfrutaban de iguales haberes, beneficios y asignaciones, según su jerarquía y las disposiciones vigentes en la armada.
Las plazas de oficiales se obtenían a través de concursos, que una vez ganado permitía al aspirante prestar el juramento requerido para que entonces fuera nombrado como oficial por el ministro de la secretaria a la que se subordinaba la Marina de Guerra. Todos los nombramientos tenían carácter temporal.
Los alistados se regían por las leyes, órdenes y decretos de la Marina de Guerra, por lo que su licenciamiento se podía producir en cualquier momento por conveniencia del servicio.
La Ley 66 del 2 de abril de 1935 en su capítulo 36, artículo 157, creó el cuerpo de la reserva naval como parte integrante de la Marina de Guerra Constitucional.
La reserva naval integraba la organización de la armada y su misión principal consistió en cooperar eficientemente con esta en los casos en que se estimara que pudiera peligrar la soberanía nacional y la forma republicana de gobierno. El presidente de la República era el único autorizado para llamar al servicio a sus miembros.
La reserva naval estaba integrada por el personal de la Marina de Guerra comprendido en los siguientes casos:
- Los retirados.
- La policía marítima y los miembros que la integraban.
- Los individuos que habían sido honrosamente licenciados.
- Todos los civiles que percibían sueldo de ella.
- Los buques y embarcaciones de nacionalidad cubana, de todas las clases y el personal que laboraba en ellos.
- Todo ciudadano que libremente hiciera juramento de pertenecer a la armada.
Los miembros de la reserva naval llamados al servicio activo tendrían iguales obligaciones y deberes que los empleados de la Marina de Guerra. Dentro de los presupuestos anuales de la Marina de Guerra se consignaba la cantidad necesaria para cubrir los gastos originarios al activarla.
A partir de las reformas introducidas al reglamento de 1935 durante la Segunda Guerra Mundial se dispuso que formaran parte de la reserva naval los empleados en servicio dentro de las capitanías de puerto de la República, del servicio de faros y boyas, del Observatorio Nacional y el cuerpo de policía marítima.
Al Ministro de Defensa le correspondía todo lo relacionado con los tres primeros servicios mencionados anteriormente, en lo referente a sub personal, concediendo sólo a la Marina ciertas facultades en el interior de los puertos de la República.
En el período de 1909 a 1959 esta entidad contó con la siguiente estructura organizativa, dividida esta en tres Distritos Navales;
- Distrito Naval del Norte
- Distrito Naval de Oriente
- Distrito Naval del Sur
Estaba formada por la Sección de Operaciones Navales, dividida esta en Operaciones y Unidades de Superficie, también contaba con un departamento de inspección y un departamento de imprenta, siendo administrado este último por el alferez de navio Joel Remón.
En 1911 es incorporado a la entidad el Servicio de Guardacostas, contando con el buque Baire como principal cañonero, siendo reconstruido en 1917 en Estados Unidos, siendo incorporado desde ese momento a la fuerza móvil radicada en La Habana, junto a los cruceros Cuba, Patria y cuatro cazasubmarinos más.
Entre 1933 y 1942 mediante Ley Orgánica la marina adquiere el nombre de Marina de Guerra Constitucional.
Servicio auxiliar voluntario de la reserva
En el marco de la Segunda Guerra Mundial, el 5 de junio de 1943, con el llamado servicio activo de todas las embarcaciones de recreo consideradas de utilidad por el estado Mayor General de la Marina de Guerra, se creó, de modo honorífico, el servicio voluntario auxiliar de la reserva, formado por el personal de propietarios y tripulantes que las operaban y que contó con un reglamento cuyas funciones principales serían: la vigilancia y la patrulla de costas, la inteligencia, el rescate y el salvamento.
El servicio voluntario auxiliar de reserva tuvo como unidad básica a la flotilla, con un comandante y un segundo comandante al frente, elegidos entre sus miembros atendiendo a las aptitudes demostradas. Estaba integrada por una agrupación de no menos de diez embarcaciones con similar residencia que sus integrantes, los que prestaban sus servicios, preferentemente en sus inmediaciones.
Las solicitudes de ingreso y de baja de acuerdo con las disposiciones dictadas al efecto, se hacían por conducto del comandante de la embarcación. En el caso de la primera, el interesado, además de ser cubano y tener 21 años o más, debía ser tripulante o patrón de una lancha de recreo con el título de patrón deportivo de primera y segunda clase cuando se tratara de un oficial.
Los miembros estaban provistos de una tarjeta de identificación que llevaban siempre consigo y sólo debían entregar al jefe inmediato superior en caso de causar baja. Estaban, además, sometidos a los efectos del código penal para las fuerzas armadas. Sus oficiales alcanzaban los grados de teniente o alférez de navío y alférez de fragata. El primero correspondería solamente al comandante de la flotilla. El uniforme de servicio era el blanco y azul, reglamentado para la Marina de Guerra. Las embarcaciones eran identificadas por su color. Eran pintadas de color gris oscuro y llevaban la letra F y el número de la flotilla en las amuras de babor o estribor.
El 30 de abril de 1946, terminada la Segunda Guerra Mundial y sin necesidad de continuar manteniendo las medidas de emergencia, se procedió al restablecimiento de la normalidad, por lo que se dejaron sin efecto las llamadas al servicio activo de todas aquellas embarcaciones consideradas de utilidad por el Estado Mayor de la Marina de Guerra y se dispuso la baja de todos los oficiales, suboficiales y alistados que integraban su tripulación.
Salarios y gratificaciones
Salarios
Al constituirse la Marina de Guerra en 1909 se determinó que los sueldos a devengar por los miembros de la institución serían iguales a los disfrutados por el personal de los cuerpos armados de tierra.
A partir del 10 de febrero de 1917, tras el alzamiento de La Chambelona, y atendiendo a que estos haberes no eran suficientes para cubrir los gastos extraordinarios demandados por la campaña o su constante movilización en los servicios públicos, se determinó que los oficiales y alistados disfrutaran de un plus extra: los oficiales 20 % más de lo que tenían señalado en el presupuesto, y los alistados un 30 % más.
Meses después por el decreto orgánico del 24 de septiembre de 1917, comienzan a ser considerados como servicio prestado en campaña en tiempo de paz (siempre que fuera por más de cinco días) los viajes realizados fuera de las aguas jurisdiccionales. Tres años después el personal en esa situación recibiría por concepto de gratificación el 25 % del sueldo y sobresueldo que comenzó a disfrutar a partir de la salida que hizo desde el último puerto nacional y hasta la llegada al primero de los regresos. Esta ventaja desapareció con la ley del retiro militar el 21 de agosto de 1923.
El 29 de abril de 1922 los oficiales de la Marina de Guerra Nacional, desde guardiamarinas hasta teniente de navío, recibieron un aumento salarial, no así los capitanes de navío, de fragata, de corbeta y los alistados, quienes mantuvieron el mismo sueldo. Algo novedosos sucedió en 1926 cuando una disposición estableció que el tiempo de servicio prestado en el Ejército Libertador se contaría como doble a los efectos del pago y la antigüedad. Hasta ese entonces sólo se había contemplado como tal el tiempo de servicio prestado en campaña.
Entre las campañas contempladas a este efecto, en lo adelante estarían las de 1906 y 1912, la efectuada contra los imperios centrales de Europa desde el 10 de febrero hasta el 30 de junio de 1917, en virtud de la alteración del orden público, y desde la resolución conjunta del 7 de abril de 1917 hasta el 13 de enero de 1919, fecha última en que se dispuso la desmovilización de las fuerzas del mar. También fueron incluidas las campañas de 1933, desde el 12 de agosto de ese año hasta el 20 de enero de 1934 y la campaña contra los Imperios de Japón e Italia y el Reich Alemán desde el 1 de junio de 1942 hasta el 31 de mayo de 1945.
Hasta el 14 de febrero de 1936, no se vuelve a producir otro cambio de importancia, pero para esta fecha fue significativa la disminución de los haberes anuales del personal de la marina, comprendidos entre las categorías de capitán de navío y alférez de fragata y que los oficiales cobrarían una gratificación equivalente a la diferencia entre el sueldo disfrutado por ellos y el grado inmediato superior, estableciéndose como tiempo natural designado en igual grado, el siguiente:
- Subteniente o alférez de fragata – 11 años
- Teniente o alférez de navío – 13 años
- Capitán o teniente de navío – 15 años
- Comandante o capitán de corbeta – 17 años
En el caso de concedérsele el retiro o pensión a un oficial ante su fallecimiento, sus herederos la cobrarían como si efectivamente el oficial aún estuviera en posesión de dicho grado.
Gratificaciones
Los oficiales destinados al Estado Mayor y los que desempeñaban servicios técnicos y especiales, al igual que los que ocupaban cargos de campo tenían una gratificación cuya ascendencia era fijada por el presidente de la República y recibía, al igual que el suboficial un aumento del 10 % en sus haberes por cada cinco años de servicio hasta alcanzar un total máximo de 40 %, cifra esta que 1935 aumentó al 50 %. También percibían las pensiones correspondientes al grado militar a las condecoraciones militares que poseían.
Los cadetes graduados no disfrutaban de asignaciones de ninguna clase y los alistados sólo tenían derecho a un sobresueldo mensual de 1.00 peso por cada cinco años de servicio y que en 1942 cambió a 2.00 pesos por cada cuatro años.
El cabo o marinero de primera que contaba con más de diez años naturales de servicio en el grado disfrutaba de una gratificación mensual equivalente a la diferencia entre el haber del grado que ostentaba y el inmediato superior. Esto se mantenía si se lo concedía el retiro o la pensión a sus herederos.
La gratificación mensual de acuerdo con el grado y según la escala para el año 1953, dentro de los oficiales destinados al Estado Mayor o que prestaban servicios allí, así como los que desarrollaban funciones técnica en la aviación naval era la siguiente:
- Capitán de navío o Coronel – 55.00 pesos
- Capitán de fragata o Teniente coronel – 50.00 pesos
- Capitán de corbeta o comandante – 45.00 pesos
- Teniente de navío o capitán – 40.00 pesos
- Alférez de navío o primer teniente – 35.00 pesos
- Alférez de fragata o segundo teniente – 30.00 pesos
Los oficiales destinados a prestar servicios en el tribunal superior de la jurisdicción de guerra, o como ayudantes eran gratificados según la siguiente escala:
- Integrantes del tribunal superior de la jurisdicción de guerra – 60.00 pesos
- Ayudante Naval del Presidente de la República, Ministro de Defensa Nacional, Jefe de Estado Mayor de la Marina de Guerra – 50.00 pesos
- Ayudantes de los auxiliares, jefes de departamento, jefes de distritos – 50.00 pesos.
- Los oficiales nombrados como directores, subdirectores, secretarios y profesores de las academias y escuelas navales – 50.00 pesos
Asimismo el jefe del Estado Mayor General podía conceder una gratificación especial, de acuerdo con sus grados, a los oficiales que desempeñaban determinados cargos y que por la índole de sus servicios lo merecían.
En 1954 se establecieron nuevas gratificaciones:
- Los suboficiales que desempeñaban el cargo de jefe del negociado, jefe de Estado Mayor General y jefe de departamento: 25.00 pesos.
- Contralmirante – 150.00 pesos
- Comodoro – 75.00 pesos
- Tribunal superior de la jurisdicción de guerra – 60.00 pesos
- Ayudante del Presidente de la República, Ministro de Defensa Nacional. Jefe del Estado Mayor General de la Marina de Guerra, de los jefes de departamento, de los distritos navales, arsenal de Casablanca, fuerzas aéreas navales, oficiales pilotos aviadores navales[1].
El personal de alistados de las fuerzas aeronavales que prestaba servicios técnicos dentro de estas recibía las siguientes gratificaciones anuales:
Plazas | Clasificación | Gratificación anual |
---|---|---|
12 | Técnicos de primera | 600.00 pesos |
15 | Técnicos de segunda | 400.00 pesos |
30 | Técnicos de tercera | 360.00 pesos |
15 | Técnicos auxiliares de primera | 240.00 pesos |
12 | Técnicos auxiliares de segunda | 180.00 pesos |
15 | Técnicos auxiliares de tercera | 120.00 pesos |
15 | Técnicos auxiliares de cuarta | 60.00 pesos |
Otro modo de gratificación por parte del Estado cubano fue facilitar el alojamiento al personal militar de la Marina de Guerra, hasta donde le fuera posible o pagarle una conmutación de alojamiento en caso de que dicho personal no se alojara en dependencias de la Marina. Las asignaciones mensuales por concepto de alojamiento se regían en 1954 por la siguiente escala:
- Contralmirante – 166.00 pesos
- Comodoro -138.00 pesos
- Capitán de navío -124.00 pesos
- Capitán de fragata – 110.00 pesos
- Capitán de corbeta – 96.00 pesos
- Teniente de navío -82.00 pesos
- Alférez de navío -68.00 pesos
- Alférez de fragata – 54.00 pesos
- Suboficiales – 40.00 pesos
- Capitán de la policía marítima – 40.00 pesos
- Teniente de la policía marítima – 30.00 pesos
Cuando un personal de la Marina salía en comisión de servicios se le abonaban los gastos de transporte de equipaje y de viaje. Si permanecían más de 24 horas fuera se les facilitaba el derecho al cobro de las dietas según las cifras señaladas en el reglamento.
Los oficiales podían, además, tomar para su uso personal de los almacenes, un rifle y ujn revólver reglamentario con los equipos y municiones correspondientes, que sólo podrían usar en el servicio de campaña, maniobras o prácticas de tiro, dando cuentas de estas en la forma reglamentada. El uso de los automóviles en la Marina era reglamentado por el Jefe del Estado Mayor General de acuerdo a las necesidades del servicio.
Otros beneficios
El 3 de septiembre de 1921 se les reconoció a los oficiales en activo – para los efectos de antigüedad, paga y retiro - el tiempo que permanecieron embarcados en las prácticas de navegación durante sus estudios. Un mes después se les reconocieron también los tres años de estudios empleados en la obtención del diploma acreditativo.
En 1934, con la modificación del Decreto Ley No 233, los oficiales y suboficiales que no eran ayudantes navales y los alistados que prestaban servicios especiales en las secretarías de despacho, comenzaron a recibir una dieta mensual de 50.00 pesos los oficiales y suboficiales, y de 20.00 pesos para los alistados sin derecho a recibir raciones.
El 4 de abril de 1936 los sargentos, cabos y marineros que poseían o desempañaban especialidades, empezaron a disfrutar de una gratificación cuya ascendencia era fijada por el Estado Mayor General.
Mando
En el cumplimiento la misión señalada a la Marina de Guerra, el mando de la misma le correspondía al Presidente de la República, quien, en caso de guerra, podía poner toda la marina o parte de ella bajo el mando de uno o varios oficiales subordinados a sus órdenes. El Presidente de la República contaba, además, con un ayudante naval, que le auxiliaba en todo asunto relacionado con esta fuerza armada.
Desde su creación la Marina de Guerra fue atendida por varias Secretarías o Ministerios: Hacienda (1909 – 1914), Gobernación (1914 – 1917), Guerra y Marina (1917 – 1933), Gobernación Guerra y Marina (1933 – 1934) y Defensa Nacional (1934 – 1958).
Estos se encargaban de la confección de regulaciones y planes básicos, así como la revisión de estos. A partir de 1926 se encargarían también de la aprobación de las sentencias de dictadas por los consejos de guerra contra los alistados al imponerse la pena de muerte, expulsión deshonrosa, separación del servicio y las causas seguidas por delitos comunes con penas privativas de libertad que excedieran los seis meses.
Debían además, determinar el personal, unidades, buques, aeronaves e instalaciones que creyese oportuno para la Marina mediante el aumento o disminución del total autorizado. Al secretario o ministro se subordinaban también los ayudantes navales.
Cursos
En el periódo entre 1909 y 1913, se organizan cursos de preparación y de superación de oficiales, nombrados inicialmente Cursos de Aplicación.
Jefes y primeros oficiales
Entre los principales jefes de esta entidad se citan, al capitán de navio Julio Morales Coello, el coronel Ángel A. González, el comodoro Julio Diez Argüelles, jefe estado mayor, y que anteriormente ocupó el cargo de jefe del Distrito Naval del Norte y el capitán de navío Gaspar Maspons, jefe de dirección.
Equipamiento
En 1920 las fuerzas navales se habían incrementado con la adquisición de dos cruceros livianos el Cuba y el Patria, ambas unidades, modernas y bien artilladas, construidas en los astilleros de Cramp en Filadelfia en 1911.
Por esa época contaba con 11 cañoneras; Habana, Pinar del Río, 10 de octubre, 24 de febrero, Martí, Guaimaro, Alfredo, Céspedes, Maceo, Agramonte y Yara; cinco lanchas, Arana, Tarántula y las Nº 1, Nº 2 y Nº3.
Estaba el trasporte Kydonia y los Cutre, 20 de mayo, Enrique Villuendas, Hatuey, Matanzas y Las Villas.
Durante el periódo de la Segunda Guerra Mundial, la marina adquirió nuevas embarcaciones, entre las que se citan, las cañoneras Juan Bruno Zayas, 4 de septiembre, Santa Clara, Oriente, Camagüey y Donativo. También se cuenta con el buque Columbia.
Entre 1946 y 1958 se produce una modernización en la armada de la marina con las adquisiciones de unidades, entre ellas las más importantes, las fragatas F-301 José Martí que pasa a convertirse en el buque insignia de la marina; las F-302 Antonio Maceo y F-303 Máximo Gómez.
Misiones realizadas
Durante la Segunda Guerra Mundial, los buques de esta entidad, recorrieron en diferentes misiones 399.755 millas; 134.206 escoltando a un total de 114 buques de distintos tipos y tonelajes, 66.778 millas en misiones de patrulla y 12.032 millas en misiones de rescate. En esas misiones, lograron el salvamento de más de 200 náufragos.
La marina cubana hundió al submarino alemán U-176, hecho que fue reconocido como transcendental, por el celebre Historiador Naval norteamericano, almirante Samuel Elliot Morrison.
Banda de Música
En 1910 es creada la Banda de Música de esta entidad, teniendo como uno de los directores, —desde 1925 y por espacio de 35 años— a Armando Romeu Marrero.
Referencias
- ↑ Para cobrar esta gratificación debían volar al menos cinco horas al mes
Fuentes
- Gálvez Aguilera, Milagros.(2007). La Marina de Guerra en Cuba (1909 - 1958). Primera Parte. La Habana : Editorial de Ciencias Sociales.
- Artículo: Origen y fundación de la Marina Mercante y de Guerra Cubana. Disponible en: "www.everyoneweb.es". Consultado: 6 de diciembre de 2011.
- Artículo: La Marina de Guerra en Cuba, 1909-1958. Disponible en: "books.google.com.cu". Consultado: 6 de diciembre de 2011.
- Artículo: Historia y Arqueologia Marítima. Disponible en: "www.histarmar.com.ar". Consultado: 6 de diciembre de 2011.