Diferencia entre revisiones de «Ñandutí»
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Actualmente, se conoce a la ciudad de Itauguá, fundada en [[1728]] como la patria de esta artesanía, pues la elaboración y comercialización del producto es la principal fuente de trabajo e ingresos de la localidad. Hasta hace muy poco tiempo, era común que las tejedoras hilarán sus propios hilos utilizando husos y telares caseros, pero ya en la actualidad se usan hilos industriales. | Actualmente, se conoce a la ciudad de Itauguá, fundada en [[1728]] como la patria de esta artesanía, pues la elaboración y comercialización del producto es la principal fuente de trabajo e ingresos de la localidad. Hasta hace muy poco tiempo, era común que las tejedoras hilarán sus propios hilos utilizando husos y telares caseros, pero ya en la actualidad se usan hilos industriales. | ||
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Revisión del 10:57 6 may 2012
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Ñandutí: encaje bordado a mano en bastidores de madera liviana durante siglos a partir de diseños geométricos o zoomorfos con una base de círculos radiales, en hilo blanco o de vivos colores. Fue introducido por los conquistadores españoles durante la colonia y guarda fuerte remembranza con el tejido de Tenerife.
Leyenda
Cuenta la leyenda que vivían en el Paraguay dos bravos guerreros guaraníes, Yasy Ñemoñare (hijo de la luna) y Ñandú Guasu (araña grande). Ambos se disputaban el amor de una bella joven que había que había decidido casarse con aquel pretendiente que le trajera el regalo mejor y más original. Una noche Yasy Ñemoñare suplicaba a Tupá (Dios) que lo ayudara a conquistar a su amada y vio en lo alto de un enorme árbol una especie de encaje de color plateado: era perfecto, lleno de reflejos, sin dudas, un regalo insuperable. Deslumbrado subió para bajarlo. De pronto, de entre el follaje surgió Ñandú Guasu, quien también lo quería. Ambos lucharon en un duelo de amor hasta que Yasy Ñemoñare quedó tendido bajo de luz de la luna. Entonces, el vencedor trepó rápidamente al árbol en busca del codiciado manto, pero cuando quiso tomarlo, el tejido se desgarró al instante, pues se trataba de una tela de araña. Abatido el guerrero contó a su madre el terrible secreto. Ella para ayudar a su hijo, acudió al bosque, observó como tejía la araña y decidió imitarla. Tomó sus agujas y como no encontró un hilo parecido, tejió con sus canas brillantes. Con paciencia y ternura creó el delicado encaje para hacer feliz a Ñandú Guasu, quien presentó el trabajo y fue merecedor del amor de la joven. Desde entonces los descendientes de la pareja continuaron tejiendo el fino labrado que hoy conocemos como ñandutí, homenaje eterno al telento y la sabiduría de una madre, hasta convertirlo en el encaje típico de la mediterránea nación.
Historia
Paraguay es coloquialmente conocido como el corazón de América, es una tierra rica por sus artesanías y dentro de estas destaca el fino encaje ñandutí.
Actualmente, se conoce a la ciudad de Itauguá, fundada en 1728 como la patria de esta artesanía, pues la elaboración y comercialización del producto es la principal fuente de trabajo e ingresos de la localidad. Hasta hace muy poco tiempo, era común que las tejedoras hilarán sus propios hilos utilizando husos y telares caseros, pero ya en la actualidad se usan hilos industriales.
Diseño y terminación
Los diseños del ñandutí se diferencian a lo largo de Paraguay más por los motivos referentes decorativos que por la técnica empleada para fabricarlos; así los de Itauguá semejan soles o ruedas siempre redondos y son más profusamente adornados, mientras los de Carapeguá son de urdimbre y trama mucho más abierta. Una vez terminado el bordado, se lava con agua jabonosa y se seca al sol, posteriormente se le da un agua de almidón en caliente y un nuevo secado al sol, y finaliza con un agua con un poco de azulete. Cada vez que alguna pieza debe ser lavada, es necesario proceder de la misma forma.
Usos del Ñandutí
Este especial encaje es utilizado para realizar detalles en prendas de vestir, ornamentos religiosos, sombreros, abanicos, manteles, cortinados y todo tipo de artículos ornamentales; se convierte así en un antiguo arte que no renuncia a lo utilitario y cotidiano.
