Diferencia entre revisiones de «Louis Daguerre»

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Revisión del 14:20 7 sep 2012

Louis Jacques
Información sobre la plantilla
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NombreLouis Jacques Mande Daguerre
Nacimiento18 de noviembre de 1787
Cormeilles (París), Bandera de Francia Francia
Fallecimiento1851
Nacionalidadfrancesa
Ciudadaníafrancesa
OcupaciónInventor de origen vasco
Louis Jacques Mande Daguerre. Artista Francés, es considerado, junto a Joseph Nicéphore Niépce, como inventores de la fotografía.

Síntesis biográfica

Infancia y juventud

Nació en Cormeilles, (París), el 18 de noviembre de 1787. En el seno de una pequeña familia burguesa de Francia. Hijo de un clérigo, corto en recursos económicos.

Recibió una educación muy elemental que terminó a los catorce años. Es a esta edad que tuvo que aprender a ganarse la vida. De franca inteligencia natural y con una extraordinaria facilidad para el dibujo, Daguerre empezó como aprendiz de arquitecto. Ahí aprendió con él a trazar planos, lo mismo que a saber elaborar y hacer dibujo en perspectiva.

Tales enseñanzas fueron de gran valor para su segunda ocupación, pues entró de aprendiz con el célebre y famoso -en aquel tiempo- diseñador de escenarios para teatro y ópera, Degoti. Tres años permaneció en este trabajo, el cual abandona en 1804 para ingresar de ayudante con el escenógrafo más destacado de Paris, en aquel entonces, Prevost. Aquí Daguerre se empieza dar a conocer. Sus trabajos le consagran entre los hombres más importantes de teatro de su época.

Sus trabajos llegan a la cumbre cuando organiza y dirige un espectáculo suyo llamado Diorama, que consistía en un gigantesco local de 100 metros de largo por 20 de ancho, donde con lienzos pintados de 25 por 16 metros trataba de dar la sensación de realidad tridimensional mediante luces y transparencias sobre los mismos lienzos.

En verdad un espectáculo increíble para esa época, donde, usando pantallas para moderar la luz del sol y luces de gas en los lugares precisos presenta resultados y efectos especiales, efectos excelentes. Pinta los lienzos por ambas caras para confundir al asistente y dar más realce a la escena. Escenas que transportaban al espectador a lugares remotos, sitios desconocidos, pasajes secretos, pueblos y campos desnudos, cuartos, castillos, palacios e iglesias casi verdaderas. Un “algo” que solo un genio como Daguerre lo podría hacer.

El Diorama fue inaugurado en 1822, precisamente el mismo año en que Niepce obtenía su primera fotografía; en seguida obtuvo una popularidad similar a la que hoy tiene el cine, y un año después su autor y ayudante, de apellido Bouton, partieron para Londres, donde presentaron un espectáculo similar.

Muchos años permaneció el Salón del Diorama. La fatalidad y el infortunio tendrían que aparecer. No es sino hasta el 8 de marzo del año 1838 cuando un fatídico incendio acaba con el equipo y el edificio en que todo este gran teatro estaba montado. Daguerre queda en situación difícil y aún así debe continuar.

Otra etapa de su vida

Para cuando el siniestro del Diorama ocurre, Daguerre hacía ya algún tiempo que estaba interesado en la fotografía. Llevaba a cabo diversos experimentos y poco a poco iba aprendiendo y afinando conocimientos.

Todo esto sucedía cuando Niepce, enfermo y al borde de la ruina económica, le escribió una carta por indicación de Charles Chevalier, un famoso óptico parisino, amigo de ambos. Estaba por finalizar el año 1827. Niepce volvía a Inglaterra, donde su hermano y colaborador en los inventos, quedaba al borde de muerte.

Niépce necesitaba dinero de manera desesperada, había perdido la feen sus trabajos fotográficos y necesitaba un nuevo estímulo.Chevallier le aconsejó le escribiese a Daguerre.

Daguerre era veinte años más joven que Niépce. Chevallier y Niépce sabían de su capacidad. Estaban seguros que el proceso fotográfico en manos de Daguerre podría alcanzar un gran éxito comercial en sus manos. Por estas razones, después de varias cartas cruzadas, el 14 de diciembre deciden constituirse en sociedad.

El trato estaba hecho. Niépce y Daguerre firman un contrato (contrato que aún se conserva), por el cual se comprometían a perfeccionar y explotar el invento. Las ganancias se repartirían por partes iguales. El contrato tenía un término y duración de diez años y en él se podía leer: “el señor Daguerre invita al señor Niepce a unirse a él a objeto de obtener perfeccionamiento en el nuevo método inventado por el señor Niepce para fijar las imágenes de la naturaleza sin tener que recurrir a un artista”.

Niépce contribuía a la sociedad con su invento; Daguerre, por su parte, aportaba con sus conocimientos, su talento y su trabajo a la modificación y perfeccionamiento de la cámara obscura. El contrato fue firmado en la finca campestre de Niepce, quien aprovechó la estancia de Daguerre en Chalons-sur-Saône para adiestrarse en sus técnicas.

Fueron varios días los que Daguerre y Niépce estuvieron trabajando juntos. Cada uno informaba sobre lo suyo. A veces con recelo, otras veces con más espontaneidad. Trabajaban con placas sensibles de plata, cobre y cristal. Hacían uso de vapores para ennegrecer la imagen.

Luego, ellos se separarían. Daguerre retornaría a París. Jamás estos dos hombres que habían firmado un acuerdo por diez años volverían a encontrarse. Cada uno trabajaría en forma aislada y por separado en su propio campo. Alguna que otra ocasión se cartearon, pero nunca jamás se volverían a ver.

Daguerre, con mucho más brío y entusiasmo que Niépce continuó adelante. Con gran visión comercial, estaba totalmente convencido de que no debía lanzar al mercado tal invento sin que este estuviese completamente comprobado. La razón le aconsejaba no lanzar al mercado una novedad conseguida a medias, una novedad defectuosa. Era indispensable, pues, perfeccionar el invento. Nada se publicaría hasta que la fotografía no quedase nítidamente definida. Niepce, por otra parte, no alcanzaría a llegar a obtener ningún beneficio en la sociedad. Casi totalmente empobrecido, Niepce muere a los sesenta y nueve años.

En el contrato se había establecido que, a la muerte de Niepce, su hijo Isidoro heredaría la participación en la sociedad. Sin embargo, aunque el hijo conservaba el interés por la fotografía, en realidad no tenía el genio ni la inventiva de su padre. Isidoro quedose atrás ante la arrolladora actividad de Daguerre, quien cada vez se vio más cerca de la solución definitiva.

Daguerre era un hombre de ideas. Firme y decidido a propagar su invento buscó por otros caminos, y lo consiguió. Acudió a visitar a varios científicos e incluso a artistas de quienes, si bien no podía esperar mucho dinero, si le podrían servir de ronda y apoyo para interesar a los sabios.

Fue un científico, el famoso astrónomo Dominico Francisco Aragó, quien se dio verdadera cuenta del enorme valor que contenía el invento de Daguerre. La influencia del científico era muy grande, pero ni aún así se conseguía ayuda del gobierno. Entonces -cuenta la historia- que Daguerre esparció el rumor que los gobiernos ruso e inglés querían comprar, al precio que fuese, el invento de Daguerre.

El hecho es que el astrónomo, convencido sinceramente del peligro que corría Francia de perder tan magnífico e interesante invento, presentó el 7 de enero de 1839, en la Academia de Ciencias de París, una descripción general del procedimiento y propuso al gobierno francés que adquiriese el método.

El anuncio del daguerrotipo produjo sensación; la mayor parte de las revistas científicas y de tecnología publicaron las palabras de Aragó. En pocos días Daguerre adquirió más popularidad por sus trabajos fotográficos que por el Diorama que venía dirigiendo desde hacía diecisiete.

Científicos, hombres de ciencia, editores de revistas y periódicos le pidieron muestras de sus trabajos, y él les enseñaba las excelentes vistas y tomas de Paris. Se sentía entusiasmado. Había logrado lo que quería. Faltaba solo el premio y éste habría de ser de 200,000 francos (doscientos mil francos). Al menos eso era lo que él pedía.

El gobierno decidió que en lugar de otorgar una cantidad determinada a los participantes de este invento (Daguerre e Isidoro, el hijo de Niépce), sería mejor otorgarles una pensión vitalicia. La propuesta se hizo. Esto sucedía el 15 de junio de 1839. Un mes más tarde el rey Luis Felipe firmaba el decreto por el cual se concedían a Daguerre 6,000 francos anuales y a Niepce 4,000; a su muerte, las viudas recibirían la mitad de la pensión también hasta su muerte.

Muerte

Daguerre murió en 1851. Ese mismo año se inventó una nueva técnica, el proceso mojado del colodión, por Frederick Scott Archer.

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