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al enfrentar una infección por virus. Los antígenos virales, sobre todo los de superficie, | al enfrentar una infección por virus. Los antígenos virales, sobre todo los de superficie, | ||
son el blanco de esta respuesta. La inmunidad de las mucosas mediadas por anticuerpos secretorios (IgA) es vital para la resistencia a la infección por virus que se replican en las | son el blanco de esta respuesta. La inmunidad de las mucosas mediadas por anticuerpos secretorios (IgA) es vital para la resistencia a la infección por virus que se replican en las |
Revisión del 10:06 30 oct 2012
Vacunas virales. La esencia de las vacunas virales radica en la capacidad de respuesta inmune del huésped al enfrentar una infección por virus. Los antígenos virales, sobre todo los de superficie, son el blanco de esta respuesta. La inmunidad de las mucosas mediadas por anticuerpos secretorios (IgA) es vital para la resistencia a la infección por virus que se replican en las mucosas (rinovirus, virus de la influenza, rotavirus, poliovirus). Los anticuerpos séricos son efectivos contra los virus que se diseminan por viremia (poliovirus, virus de la hepatitis, virus del sarampión). En las infecciones sistémicas es importante la protección mediada por células (sarampión, infección por herpervirus). Se dispone de vacunas para la prevención de varias enfermedades virales humanas. Las mismas se describen en detalle en los capítulos correspondientes a las familias específicas de virus y las enfermedades que estos causan. El Cuadro 55.7 resume las vacunas virales humanas de probada eficacia.
La inmunidad adquirida artificialmente no solo es importante por sustituir la necesidad
de un contacto natural con el agente, el cual siempre representa un riesgo para la salud y, a
veces, para la vida, sino que muchas veces otorga un estado de protección que no podría
obtenerse por ningún otro medio.
Determinadas características de un virus o de una enfermedad viral pueden complicar la
elaboración de una vacuna eficaz. La existencia de muchos serotipos (rinovirus) o de varios
reservorios animales (virus de la influenza), dificulta la producción de una vacuna. Por otra
parte, la integración del ADN viral al genoma celular (retrovirus) y, en general, todos los
mecanismos involucrados en la persistencia viral, son obstáculos para el diseño de una
vacuna.
Incluso para el tratamiento profiláctico del cáncer, se ha propuesto el uso de vacunas.
Recientemente, se logró controlar la enfermedad de Marek (un tumor linfoproliferativo común
en los pollos domésticos causado por un herpesvirus) mediante una vacuna de virus
vivo atenuado que produce una infección activa a lo largo de toda la vida del animal y,
aunque no evita la sobreinfección con virus virulento sí protege de la aparición del tumor.
Una segunda vacuna contra el cáncer se encuentra actualmente en uso: la vacuna contra la
hepatitis B que previene el carcinoma hepatocelular primario en regiones con altas tasas de
portadores crónicos.
Vacunas de virus muertos
Son virus inactivados por diferentes métodos (tratamiento con formalina, beta-
-propiolactona, radiación UV) de manera que las preparaciones virales purificadas pierdan
infectividad procurando sea mínimo el daño a las proteínas estructurales virales. Para algunas
enfermedades, este es el único tipo de vacuna disponible. Cuando son preparadas a
partir del virión completo estimulan, generalmente, el desarrollo de anticuerpos séricos contra
las proteínas de la cubierta viral, confiriendo cierto grado de resistencia. Su principal
ventaja radica en que no existe posibilidad de reversión a la virulencia por el virus vacunal.
Cuadro 55.7. Vacunas virales de probada eficacia en humanos
Virus Tipos de vacunas comúnmente usadas Posible mecanismo de protección
Adenovirus Virus vivo atenuado Acs séricos y secretorios
HAV Virus muerto Acs séricos
HBV Recombinante Acs séricos
Virus de la influenza Virus muerto, de subunidades Difusión de Acs séricos a superficies respiratorias,
células T?
Virus del sarampión Virus vivo atenuado Acs séricos e inmunidad celular
Virus de la parotiditis Virus vivo atenuado Acs séricos
Virus de la rubéola Virus vivo atenuado Acs séricos y secretorios
Poliovirus Virus vivo atenuado Acs séricos y secretorios
Virus muerto Acs séricos
Virus de la rabia Virus muerto Acs séricos
Virus de la viruela Virus vivo atenuado Acs séricos e inmunidad celular
VZV (varicela) Virus vivo atenuado Acs séricos e inmunidad celular
Virus de la fiebre amarilla Virus vivo atenuado Acs séricos
Virus de la encefalitis japonesa Virus muerto Acs séricos
Patogenia y control de las enfermedades virales
3 9
El cuidado en su fabricación ha de ser extremo para garantizar que no queden residuos de
virus vivo virulento en la vacuna. Como principales desventajas se citan la brevedad de la
inmunidad conferida (se deben administrar dosis de refuerzo), la protección limitada por no
inducir resistencia local adecuada (IgA) en el sitio primario de multiplicación, la deficiencia
de la respuesta mediada por células y los fenómenos de hipersensibilidad que frecuentemente
inducen estas vacunas.
Vacunas de virus vivo atenuado
Estas vacunas utilizan mutantes virales de un virus nativo, que se superponen
antigénicamente, pero que están restringidas en algún paso de la patogenia de la enfermedad.
Las cepas virales atenuadas pueden ser seleccionadas naturalmente o mediante cultivo
en serie (pasajes en animales o cultivo celular), pero actualmente su selección suele efectuarse
por manipulaciones de laboratorio encaminadas a alterar parte de la genética viral a modo
de conservar aquel carácter relacionado con la inducción de respuesta inmune efectiva y
modificar lo que pudiera implicar daño patogénico en el vacunado.
Su mayor ventaja es la similitud de acción de los virus empleados con los que causarían
la infección natural. Los mismos se multiplican en el huésped y tienden a estimular la producción
persistente de anticuerpos secretorios y séricos, así como una respuesta celular satisfactoria.
Sus desventajas estriban en el riesgo a la reversión a una mayor virulencia durante
la multiplicación dentro del vacunado (cepas vacunales de poliovirus pueden revertir a la
neurovirulencia por multiplicación en el tracto gastrointestinal del individuo vacunado y
provocar poliomielitis paralítica asociada a la vacuna), en la posibilidad de infección latente
del sustrato de cultivo por virus contaminantes que pueden penetrar en la vacuna
(papovavirus SV40 y CMV simiano), en su limitada vida de almacenamiento, en la interferencia
con una infección natural concurrente por otro virus que pudiera inhibir la replicación del
virus de la vacuna y disminuir su eficacia, y por último, el problema potencial de que la
incorporación de un virus vivo pueda producir infección persistente en el sujeto vacunado.
Otros tipos de vacunas virales
1. Vacunas recombinantes.
Los recombinantes se utilizan para expresar los antígenos virales de interés en células
procariotas o eucariotas, a partir de la construcción de plásmidos que contienen los
genes virales que codifican para dichos antígenos y que son introducidos en los sistemas
de expresión de modo que se obtendrá el antígeno en cantidad e inmunogenicidad
suficientes. En la actualidad es fácil clonar genes virales dentro de plásmidos. Recientemente
se ha encaminado el uso del sistema de expresión del baculovirus en células de
insectos, con genes clonados de rotavirus y de virus Norwalk. La vacuna cubana de la
hepatitis B es un recombinante que expresa el antígeno de superficie del HBV (HBVAgS)
en levaduras y un ejemplo de este tipo de vacuna.
2. Vacunas de péptidos sintéticos.
Es posible sintetizar péptidos cortos que correspondan a determinantes antigénicos de
una proteína viral. Mediante la síntesis química se excluye la exposición del vacunado al
ácido nucleico viral evitándose así toda posibilidad de que el virus recupere la virulencia
y el problema de contaminación con las proteínas celulares. No obstante, no es fácil
iLa inmunidad adquirida artificialmente no solo es importante por sustituir la necesidad
de un contacto natural con el agente, el cual siempre representa un riesgo para la salud y, a
veces, para la vida, sino que muchas veces otorga un estado de protección que no podría
obtenerse por ningún otro medio.
Determinadas características de un virus o de una enfermedad viral pueden complicar la
elaboración de una vacuna eficaz. La existencia de muchos serotipos (rinovirus) o de varios
reservorios animales (virus de la influenza), dificulta la producción de una vacuna. Por otra
parte, la integración del ADN viral al genoma celular (retrovirus) y, en general, todos los
mecanismos involucrados en la persistencia viral, son obstáculos para el diseño de una
vacuna.
Incluso para el tratamiento profiláctico del cáncer, se ha propuesto el uso de vacunas.
Recientemente, se logró controlar la enfermedad de Marek (un tumor linfoproliferativo común
en los pollos domésticos causado por un herpesvirus) mediante una vacuna de virus
vivo atenuado que produce una infección activa a lo largo de toda la vida del animal y,
aunque no evita la sobreinfección con virus virulento sí protege de la aparición del tumor.
Una segunda vacuna contra el cáncer se encuentra actualmente en uso: la vacuna contra la
hepatitis B que previene el carcinoma hepatocelular primario en regiones con altas tasas de
portadores crónicos.
Vacunas de virus muertos
Son virus inactivados por diferentes métodos (tratamiento con formalina, beta-
-propiolactona, radiación UV) de manera que las preparaciones virales purificadas pierdan
infectividad procurando sea mínimo el daño a las proteínas estructurales virales. Para algunas
enfermedades, este es el único tipo de vacuna disponible. Cuando son preparadas a
partir del virión completo estimulan, generalmente, el desarrollo de anticuerpos séricos contra
las proteínas de la cubierta viral, confiriendo cierto grado de resistencia. Su principal
ventaja radica en que no existe posibilidad de reversión a la virulencia por el virus vacunal.
Cuadro 55.7. Vacunas virales de probada eficacia en humanos
Virus Tipos de vacunas comúnmente usadas Posible mecanismo de protección
Adenovirus Virus vivo atenuado Acs séricos y secretorios
HAV Virus muerto Acs séricos
HBV Recombinante Acs séricos
Virus de la influenza Virus muerto, de subunidades Difusión de Acs séricos a superficies respiratorias,
células T?
Virus del sarampión Virus vivo atenuado Acs séricos e inmunidad celular
Virus de la parotiditis Virus vivo atenuado Acs séricos
Virus de la rubéola Virus vivo atenuado Acs séricos y secretorios
Poliovirus Virus vivo atenuado Acs séricos y secretorios
Virus muerto Acs séricos
Virus de la rabia Virus muerto Acs séricos
Virus de la viruela Virus vivo atenuado Acs séricos e inmunidad celular
VZV (varicela) Virus vivo atenuado Acs séricos e inmunidad celular
Virus de la fiebre amarilla Virus vivo atenuado Acs séricos
Virus de la encefalitis japonesa Virus muerto Acs séricos
Patogenia y control de las enfermedades virales
3 9
El cuidado en su fabricación ha de ser extremo para garantizar que no queden residuos de
virus vivo virulento en la vacuna. Como principales desventajas se citan la brevedad de la
inmunidad conferida (se deben administrar dosis de refuerzo), la protección limitada por no
inducir resistencia local adecuada (IgA) en el sitio primario de multiplicación, la deficiencia
de la respuesta mediada por células y los fenómenos de hipersensibilidad que frecuentemente
inducen estas vacunas.
Vacunas de virus vivo atenuado
Estas vacunas utilizan mutantes virales de un virus nativo, que se superponen
antigénicamente, pero que están restringidas en algún paso de la patogenia de la enfermedad.
Las cepas virales atenuadas pueden ser seleccionadas naturalmente o mediante cultivo
en serie (pasajes en animales o cultivo celular), pero actualmente su selección suele efectuarse
por manipulaciones de laboratorio encaminadas a alterar parte de la genética viral a modo
de conservar aquel carácter relacionado con la inducción de respuesta inmune efectiva y
modificar lo que pudiera implicar daño patogénico en el vacunado.
Su mayor ventaja es la similitud de acción de los virus empleados con los que causarían
la infección natural. Los mismos se multiplican en el huésped y tienden a estimular la producción
persistente de anticuerpos secretorios y séricos, así como una respuesta celular satisfactoria.
Sus desventajas estriban en el riesgo a la reversión a una mayor virulencia durante
la multiplicación dentro del vacunado (cepas vacunales de poliovirus pueden revertir a la
neurovirulencia por multiplicación en el tracto gastrointestinal del individuo vacunado y
provocar poliomielitis paralítica asociada a la vacuna), en la posibilidad de infección latente
del sustrato de cultivo por virus contaminantes que pueden penetrar en la vacuna
(papovavirus SV40 y CMV simiano), en su limitada vida de almacenamiento, en la interferencia
con una infección natural concurrente por otro virus que pudiera inhibir la replicación del
virus de la vacuna y disminuir su eficacia, y por último, el problema potencial de que la
incorporación de un virus vivo pueda producir infección persistente en el sujeto vacunado.
Otros tipos de vacunas virales
1. Vacunas recombinantes.
Los recombinantes se utilizan para expresar los antígenos virales de interés en células
procariotas o eucariotas, a partir de la construcción de plásmidos que contienen los
genes virales que codifican para dichos antígenos y que son introducidos en los sistemas
de expresión de modo que se obtendrá el antígeno en cantidad e inmunogenicidad
suficientes. En la actualidad es fácil clonar genes virales dentro de plásmidos. Recientemente
se ha encaminado el uso del sistema de expresión del baculovirus en células de
insectos, con genes clonados de rotavirus y de virus Norwalk. La vacuna cubana de la
hepatitis B es un recombinante que expresa el antígeno de superficie del HBV (HBVAgS)
en levaduras y un ejemplo de este tipo de vacuna.
2. Vacunas de péptidos sintéticos.
Es posible sintetizar péptidos cortos que correspondan a determinantes antigénicos de
una proteína viral. Mediante la síntesis química se excluye la exposición del vacunado al
ácido nucleico viral evitándose así toda posibilidad de que el virus recupere la virulencia
y el problema de contaminación con las proteínas celulares. No obstante, no es fácil
identificar la secuencia de péptidos capaz de inducir una respuesta inmunitaria protectora
sobre todo si se trata de determinantes conformacionales. De otro lado, la respuesta
inducida por péptidos sintéticos es mucho más débil que la inducida por la proteína
intacta o por el virus. En Cuba se ensaya una vacuna de este tipo para la prevención de
la infección por VIH.
3. Vacunas de subunidades.
Se pueden obtener componentes subvirales para incluir en la vacuna solo aquellos
antígenos necesarios para inducir anticuerpos protectores. Se lleva a cabo fragmentando
el virión y con modernos procedimientos de purificación que reducen la posibilidad de
reacciones adversas a la vacuna, al tiempo que se administra un material más concentrado
y con cantidades mucho mayores del antígeno específico deseado.
Microbiología y Parasitología Médicas
4 0
4. Vacunas de ADN.
Contienen el gen o los genes que codifican para la porción antigénica del virus. La célula
hospedera incorpora el ADN extraño y lo traduce dentro de sí, por lo que la proteína viral
sigue la ruta de las moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad clase I (MHC-I)
y llevan los fragmentos del péptido a la superficie celular. De este modo, se induce
inmunidad mediada por células, pues se estimulan los linfocitos T citotóxicos CD8. La
respuesta más adecuada contra virus y parásitos es precisamente la celular. El ADN
puede ingresar a la célula a través de un vector (retrovirus, virus vaccinia, adenovirus,
moléculas cargadas positivamente como liposomas y sales de calcio) o desnudos (sin
proteínas asociadas) sin necesidad de un sistema vectorial complejo. En este último caso
se eluden los problemas relacionados con el vector (respuesta inmune contra él y riesgo
de bioseguridad en su manipulación). Dentro de las ventajas que ofrece este tipo de
vacuna está la inducción de expresión de antígenos similares a los epítopes virales
nativos (solamente el hospedero “manufactura” el epítope), la seguridad que garantiza
sobre todo para individuos inmunocomprometidos, la posibilidad de que puedan unirse
genes de diferentes patógenos (ideal para la vacuna combinada de la infancia) y el efecto
potencial que se le confiere en la profilaxis de las infecciones virales crónicas y del cáncer.
Los principales problemas que puede acarrear la inserción del plásmido se relacionan
con la mutagénesis que el mismo pudiera inducir en las células que lo incorporan, y con la
expresión del antígeno durante un largo período de tiempo lo que afectaría el sistema inmune
conduciendo a tolerancia o autoinmunidad en los sistemas que expresan el antígeno.
Aunque la influenza no es una enfermedad crónica, las múltiples variaciones y cambios
antigénicos a nivel de sus glicoproteínas de superficie, han hecho infructuosas las vacunas
convencionales. Se ha desarrollado un prototipo de vacuna de ADN desnudo contra este
virus usando genes que codifican para proteínas de la nucleocápside que son comunes
entre las distintas cepas y que por su ubicación interna dentro del virión están menos sujetas
a cambios antigénicos inducidos por anticuerpos. Esta vacuna ha protegido a ratones contra
infecciones por cepas heterólogas de virus de influenza y su inmunogenicidad se ha probado
en primates no humanos.dentificar la secuencia de péptidos capaz de inducir una respuesta inmunitaria protectora
sobre todo si se trata de determinantes conformacionales. De otro lado, la respuesta
inducida por péptidos sintéticos es mucho más débil que la inducida por la proteína
intacta o por el virus. En Cuba se ensaya una vacuna de este tipo para la prevención de
la infección por VIH.
3. Vacunas de subunidades.
Se pueden obtener componentes subvirales para incluir en la vacuna solo aquellos
antígenos necesarios para inducir anticuerpos protectores. Se lleva a cabo fragmentando
el virión y con modernos procedimientos de purificación que reducen la posibilidad de
reacciones adversas a la vacuna, al tiempo que se administra un material más concentrado
y con cantidades mucho mayores del antígeno específico deseado.
Microbiología y Parasitología Médicas
4 0
4. Vacunas de ADN.
Contienen el gen o los genes que codifican para la porción antigénica del virus. La célula
hospedera incorpora el ADN extraño y lo traduce dentro de sí, por lo que la proteína viral
sigue la ruta de las moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad clase I (MHC-I)
y llevan los fragmentos del péptido a la superficie celular. De este modo, se induce
inmunidad mediada por células, pues se estimulan los linfocitos T citotóxicos CD8. La
respuesta más adecuada contra virus y parásitos es precisamente la celular. El ADN
puede ingresar a la célula a través de un vector (retrovirus, virus vaccinia, adenovirus,
moléculas cargadas positivamente como liposomas y sales de calcio) o desnudos (sin
proteínas asociadas) sin necesidad de un sistema vectorial complejo. En este último caso
se eluden los problemas relacionados con el vector (respuesta inmune contra él y riesgo
de bioseguridad en su manipulación). Dentro de las ventajas que ofrece este tipo de
vacuna está la inducción de expresión de antígenos similares a los epítopes virales
nativos (solamente el hospedero “manufactura” el epítope), la seguridad que garantiza
sobre todo para individuos inmunocomprometidos, la posibilidad de que puedan unirse
genes de diferentes patógenos (ideal para la vacuna combinada de la infancia) y el efecto
potencial que se le confiere en la profilaxis de las infecciones virales crónicas y del cáncer.
Los principales problemas que puede acarrear la inserción del plásmido se relacionan
con la mutagénesis que el mismo pudiera inducir en las células que lo incorporan, y con la
expresión del antígeno durante un largo período de tiempo lo que afectaría el sistema inmune
conduciendo a tolerancia o autoinmunidad en los sistemas que expresan el antígeno.
Aunque la influenza no es una enfermedad crónica, las múltiples variaciones y cambios
antigénicos a nivel de sus glicoproteínas de superficie, han hecho infructuosas las vacunas
convencionales. Se ha desarrollado un prototipo de vacuna de ADN desnudo contra este
virus usando genes que codifican para proteínas de la nucleocápside que son comunes
entre las distintas cepas y que por su ubicación interna dentro del virión están menos sujetas
a cambios antigénicos inducidos por anticuerpos. Esta vacuna ha protegido a ratones contra
infecciones por cepas heterólogas de virus de influenza y su inmunogenicidad se ha probado
en primates no humanos.