Museo Farmacéutico de Matanzas
Muceo Farmacéutico de Matanzas
En la antigua Plaza de Armas, actualmente parque de La Libertad , abrió sus puertas el 1ero de enero de 1882, la Botica Francesa , única de su tipo que se conserva en el mundo.
El Museo conserva la atmósfera de esta botica del siglo XIX, gracias a que aun permanecen sus estanterías originales, frascos, utensilios, libros e instrumentos en el mismo lugar escogido por sus fundadores hace más de 100 años.
El inmueble resulta un fiel exponente de la arquitectura neoclásica doméstica de fines del siglo XIX, manteniendo hasta hoy la originalidad en sus estructuras de cantería. Consta de dos plantas y otra parcial en el nivel de la azotea, toda alrededor de un patio central.
Durante 82 años el establecimiento ganó fama y clientela por la calidad de sus productos. En 1900, tras la muerte de Triolet, la dirección técnica quedó en manos de Dolores, la esposa. La que mantuvo las características de la botica y el mismo profesionalismo de sus fundadores.
El 23 de noviembre de 1963 se nacionaliza la botica, decidiéndose su cierre como tal para el mes de enero, lográndose su apertura como el primer museo farmacéutico de Latinoamérica, el primero de mayo de 1964.
Abre sus puertas al público para mostrar los valiosos bienes patrimoniales que atesora el Museo Farmacéutico de Matanzas. Allí desafían el tiempo la mesa dispensarial, piezas del laboratorio, los libros de asentamiento de recetas, la colección de albarelos y el farol de la guardia. En el pasado marzo de 2003 en el museo se inició un proceso de restauración capital, lo que posibilitará que otras salas del museo puedan visitarse las que no estaban al disfrute como : la casa de familia, el museo reabrió sus puertas el 24 de mayo de 2006.
El museo conserva toda la estantería original de la botica así como cientos de miles de etiquetas de cristal y papel empleadas para rotular los productos medicamentosos. Ocupa la planta alta la casa de vivienda de la familia Triolet - Figueroa así como sus laboratorios privados. Esta botica convertida en museo convierte en salas de exposición permanente, la botica, antigua área de venta, rebotica, 2 almacenes, patio, laboratorio y el zaguán.Se encuentra en la calle Milanés No. 49 y 51 entre Ayuntamiento y Santa Teresa, Matanzas, Cuba.
Colecciones del Muceo Farmacéutico
Son generalmente de color blanco sobre el que aparecen bellos diseños, muchos hechos a mano, con frecuencia policromados; pero en los que siempre se lee el nombre de lo que contenían, por ejemplo: Lúpulo, Raíz de Belladona, Triaca Magua, Hojas de Acónito, Laca Amarilla, Copal o Anís Estrellado. Suman cientos los tipos de medicamentos que se elaboraron en la Farmacia Francesa y que hoy se conservan en el Museo Farmacéutico.
Sus planos originales forman parte de los fondos del Museo Farmacéutico. Su parte superior está hecha de 2 piezas de Jocuma amarilla, mide 5.51 metros de largo, 1.02 metros de ancho y 0.95 metros de altura, posee porta frascos y porta etiquetas giratorio y está rodeada de 32 gavetas y un guarda-aserrín, abridor y portallaves, así como dos tablas auxiliares usadas para la preparación de medicamentos. Sobre su superficie y con fines expositivos, pueden observarse moldes para elaborar supositorios, óvulos vaginales y obleas, así como capas graduadas, pildoreros, prensa corchos, mechero y hermosos y blanquísimos morteros de mármol de diferentes tamaños.
El Farol de la Guardia de la Botica Francesa ha vuelto encenderse para que se conozca que este Patrimonio del mundo brilla con luz propia.
El doctor Ernesto Luis Triolet Figueroa
Después matricula farmacia y se recibe como Drtor en la Universidad de la Habana el 15 de octubre de 1914 según aparece en folio 43 No. 305 de la Secretaria General de esa casa de altos estudios. Desde entonces trabaja en la Botica Francesa propiedad en esos momentos de su madre, hasta que al ocurrir la muerte de ésta en 1944 pasa a ser su dueño, se mantiene laborando aquí hasta enero de 1964, fecha en que se decide convertir el establecimiento en el Primer Museo Farmacéutico de Latinoamérica.
Luego el Dr. Ernesto Triolet Figueroa da muestras de absoluta entrega y de amor infinito a la Farmacia que lo vio nacer y trabaja en el nuevo Museo hasta el año 1979 en que ocurre su desaparición física. Durante todos estos años enseña todo cuanto sabe sobre los valiosos bienes que esta Institución atesora, esforzándose en demostrar cómo conservarlos fundamentalmente a partir del amor por ellos, este era su gran meta y a ella se refirió cuando dijo: ... "esta Botica constituye el ideal de mi vida, puesto que en ella nací y dentro de ella me crié. Me consagré a mantenerla en el orden moral y profesional con el nombre y prestigio de la familia Triolet. No salgo de ella y cuando muera me iré confiado de que alguien la seguirá cuidando".