Avenida del Puerto
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La Avenida del Puerto es el nombre popular de la avenida que se encuentra paralela al mar de la Habana Vieja, en la zona más antigua de La Habana. aunque en sus distintos tramos recibe varios nombres como Desamparados, San Pedro y Carlos Manuel de Céspedes. Este último es el tramo comprendido entre la Capitanía del Puerto y el Castillo de la Punta.
Sumario
Ubicación geográfica
La Avenida del Puerto es una extensa vía situada en el borde occidental de la Bahía de La Habana. En un primer momento se le llamó Avenida del Golfo.
Proyecto de Construcción
Las primeras labores constructivas, de la avenida o malecón a la entrada del puerto habanero, se iniciaron el 11 de mayo de 1927. Más de 128 000 m² de terreno le fueron arrebatados al mar para su cimentación. Las calles que desembocaban en ella fueron ensanchadas y rectificadas. La avenida del puerto, en La Habana Vieja, se creó en correspondencia con una serie de obras contempladas en la ley de Obras Públicas aprobadas por el Congreso cubano el 15 de julio de 1925.
Este plan de Obras Públicas denominado por Gerardo Machado como “Agua, caminos y escuelas” sirvió desde sus inicios como enriquecimiento para los politiqueros y negociantes cubanos.
Se rectificaron y ensancharon las calles que desembocan en la gran Avenida del Golfo (conocida actualmente como Avenida del Puerto).
Entre 1956 y 1957, se comenzó el proyecto para la terminación del muro del Malecón en esta avenida y la construcción de un muelle para la marina de guerra frente al entonces Estado Mayor. El muro de 56.50 metros de largo se levantó desde la calle Obrapía hasta llegar al costado del espigón de San Francisco frente al callejón que corre por el fondo del edificio de la Lonja del Comercio.
Transformaciones
Entre las grandes transformaciones que se aprecian en la Avenida del Puerto están las experimentadas en el muelle de San José, considerado el más añejo del puerto habanero, que luego de una cuidosa rehabilitación cedió su espacio al arte y al sano disfrute de sus visitantes.
Los antiguos depósitos de San José luego de un minucioso proceso de restauración de casi tres años, exhiben una estructura de acero perfectamente conservada y renovada.
