Ileana Álvarez González

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La renovación de la poesía cubana
NombreIleana Álvarez González

Ileana Álvarez González. Poeta y ensayista que nació en Ciego de Ávila en 1966. Licenciada en Teología por la Universidad de las Villas desde 1989.

Títulos y premios

Obtuvo el Premio Ávila con El Horizonte nos existe y el premio Fundación de la Ciudad de Santa Clara en 1995 con el Libro de la Insaciable (Ediciones Capiro en 1999/2000, obtuvo el premio Ballegos (1996) por el Libro Oscuro Cicatriz, Master en cultura Latinoamericana (1999), publicó poemas: El Agua tampoco resiste los grilletes (1996) El Protodeoma en el Horizonte nos existe (México 2000), Los Ojos de Dios me están soñando (2001), Desprendimientos del Alba ( 2001) Premio Raúl Roblado, Inscripciones sobre un viejo Tapete Deshilado(Fundación Vigía Premio América Babia), Los inciertos umbrales ( 2004, premio Sed de Belleza , Consagración de las trampas( 2004 premio Eliseo Diego). En 2001 Obtuvo el premio de Ensayo Juan Marinelo, por Dulce María Loynaz.
Realizó la antagonía femenina Cuarto Creciente (2007).Corresponsal en Cuba de la revista Alhucema(Granada, España).Miembro fundadora de la AHS y de la Unión Católica de Prensa de Cuba (UCLAP-Cuba).HA visitado México y Colombia ofreciendo recitales en espacios como la UNAM, el Claustro de Sor Juana, la Universidad de la Mixtec y Palacio Nacional de Bellas Artes. Recibió el premio Internacional al Joven Talento del Frente de Afirmación Hispanista, México, 1998.

Resumen de sus obras

-Libro de lo inasible: La sugerente atmósfera de estos textos permite establecer desde su intensa subjetividad una fértil relación entre la experiencia y lo expresado. Sobresale este poemario por su coherencia estructural y la rica dinámica interior de todo el poema, dejando con ello constancia de un oficio forjado desde la vocación y el dinámico ejercicio de la palabra.
-Oscura Cicatriz: Poesía que inscribe con alta fricción léxico, sutileza y dolorosos estados de animo: poesía de la virilidad del ser, desamparada y creciente, movida por aires deseosos de la eternidad. En la delgadez insurta del silencio, la palabra como quién borde una feligrama de angustia: esa es la atmósfera genérica de estos versos que el lector agradecerá, por la belleza y autenticidad que despliegan.

Fuentes

  • Biblioteca Provincial Ciego de Ávila

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