Elisabetta Sirani

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Elisabetta Sirani
Información  sobre la plantilla
Autorretrato (1658) Museo Pushkin, Moscú.jpg
Datos personales
Nacimiento1638
Bolonia, Bandera de Italia Italia
Fallecimiento1665
Bolonia, Italia
OcupaciónPintora
Datos artísticos
MovimientoBarroco, de la escuela boloñesa

Elisabetta Sirani. Pintora que crea la primera escuela de arte para mujeres en la ciudad italiana de Bolonia, en el siglo XVII; ciudad que en aquel momento llegaba a ser una de las que más mujeres se les permitía entrar al mundo del arte, como resultado del reconocimiento de algunos derechos al género femenino.

Datos biográficos

Primeros años

Nace en Bolonia, Italia, en 1638. Hija de Giovanni Andrea Sirani, pintor de esa ciudad; y discípulo de Guido Reni. La joven tuvo la posibilidad de una refinada educación que incluía música, literatura, historia sagrada y, por supuesto, pintura, pero desde el seno del hogar; como otras mujeres de su época por su condición de mujer no le fue permitido la formación académica como pintora.

Aunque al principio su padre estuvo en desacuerdo conque la joven se dedicara a la pintura como profesión, contó con la ayuda del conde Carlo Cesare Malvasia, quien más tarde se convertiría en su biógrafo.

Trabajo artístico

A los diecinueve años Elisabetta comenzó a pintar como actividad profesional y pronto se hizo cargo del taller de su padre cuando se encontró incapacitado por la enfermedad conocida como la gota o enfermedad de reyes como era llamada en la antigüedad, la misma ataca las articulaciones por el exceso de ácido úrico en el organismo. A través del arte, la joven pudo mantener a sus padres y sus tres hermanos. Su trabajo era tan maduro y su producción tan vasta que se corrió la voz de que era el padre el que realizaba las obras y luego ella las firmaba. Para deshacer el rumor, la pintora creó su obra en público el 16 de mayo de 1664.[1] La joven trabajaba con asombrosa rapidez y su taller llegó a ser visitado por amantes del arte de toda Europa, interesados en presenciar su proceso pictórico.

En todos estos ámbitos desarrolló sus obras en torno a temas históricos y religiosos. También realizó varios retratos, pero que no se tienen en la actualidad, salvo sus autorretratos. Una de sus primeras obras fue San Jerónimo en el desierto,[2] que se encuentra en la Pinacoteca Nazionale de Bolonia.[3] Un ejemplo de tema histórico es su obra “Porcia hiriéndose el muslo” (1664), que representa a la esposa de Brutus tratando de probar a su marido que es digna de su confianza, hiriéndose el muslo para demostrar su valentía, cualidad asociada comúnmente con los hombres. Esta es una escena de Julio César, como está contada por Shakespeare.[1]

En su temática religiosa tuvo gran aprecio de la Iglesia, que luego de conocer sus aguafuertes le hizo varios encargos, entre los que se encuentra “El Bautismo de Cristo” para la iglesia de Certosini. Otras de sus obras fueron Virgen con el Niño y de la Sagrada Familia, obras con las que alcanza su pintura mayor prestigio.[2]

También la nobleza se interesó en el trabajo de Elisabetta. Entre sus clientes más prominentes se encuentra el Gran Duque Cosimo III de Medici. En 1644 pintó el retrato del Príncipe Leopoldo de la Toscana, y el Príncipe Heredero de la Toscana le encargó una Virgen.

El estilo de su pintura difiere un poco del de sus dibujos a lápiz y tinta, caracterizados por fuertes contrastes de luz y sombra. En concordancia con la escuela clásica boloñesa, en su pintura suaviza más los contrastes con sombras tostadas. La composición es simple, la pincelada rápida. Algunos califican su estilo como de tendencia decorativa y otros también han notado dificultades en sus dibujo anatómico, tal vez por no poder representar desnudos con modelos vivos.

El Retrato de Anna María Ranuzzi con La Claridad (1665) es un ejemplo de la retratística boloñesa de la segunda mitad del siglo XVII. Se realizó a partir del encargo del hermano de la retratada, la cual se muestra como representación de la maternidad por encima del rango social. El profesor y especialista en arte italiano Babette Bohn, ha calculado que Elisabetta firmó un 70% de sus obras.[4]

Muerte

Tumba de Elisabetta Sirani y Guido Reni (Foto:Web La mujer en el arte moderno)

Tenía 27 años cuando comenzó a sufrir fuertes dolores estomacales que provocaron repentinamente su deceso en agosto de 1665[2], en su ciudad natal. Su padre sospechó que había sido envenenada por una mucama celosa, a quien llevó a juicio, pero la muchacha fue absuelta. Una autopsia que se realizó ante testigos mostró varias úlceras perforadas en el estómago de Elisabetta. Hoy se cree que la presión bajo la cual trabajaba fue probablemente la causa de su enfermedad.

Su funeral fue realizado con grandes honores, con un catafalco representando el Templo de la Fama que contenía una estatua de la artista sentada frente a su caballete, en tamaño natural. Actualmente, sus restos y los de su maestro Guido Reni descansan en la Basílica de Santo Doménico de Bolonia.[2]

Legado

Como legado, esta artista no sólo dejó sus obras, compuestas por casi 200 piezas, además de dibujos y grabados, realizadas todos en tan sólo una década, debido a su temprana muerte. También tuvo el mérito de haber fundado la primera Escuela de Arte para mujeres a la edad de 14 años, que contó con más de doce discípulas[5] de donde surgieron varias pintoras profesionales, entre las cuales se encontraban sus dos hermanas menores, Anna María y Bárbara.

Referencias

Fuentes