Editora Musical de Cuba
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Orígenes
Luego del triunfo de la Revolución cubana, se asumen de manera oficial los empeños editoriales en el campo de la música, con la creación de la EGREM que, centrada en la producción discográfica, realiza la edición de textos y partituras musicales, a través del Buró de copias, área que se fue perfilando hasta convertirse en la Editora Musical de Cuba, a finales de la década de 1980.
Sus principales proyecciones se dirigían a:Editora Andante
El proceso de separación de la EGREM comenzó en 1988, y al año siguiente el compositor Tulio Peramo fue nombrado jefe de redacción, puesto en el cual permaneció hasta 2001.
En el año 1993, la Editora Musical de Cuba, o Editorial Andante —nombre que toma a partir de esa fecha— se independiza. Sin embargo, al coincidir su independencia de la EGREM con el período especial, la publicación se vio seriamente limitada, si se tiene en cuenta el hecho de que entre 1993 y 2002 salieron a la luz menos de 40 títulos, en comparación con los alrededor de 140 que fueron publicados durante 1988 y 1989.
A pesar eso la institución continuó la edición de obras de la música popular, del repertorio pedagógico, coral, para conjuntos de cámara, e instrumentos como el piano y la guitarra, así como ensayos biográficos e investigativos.
Durante la primera década del siglo XXI la Editora Musical de Cuba, se dedicó a la gestión de los derechos de las obras registradas y a responder a las necesidades de los Programas de Desarrollo del Instituto Cubano de la Música, implementados a partir del año 2004.
En ese sentido, es el movimiento coral cubano una de las expresiones más favorecidas. En una primera etapa, la digitalización, edición y reproducción de más de cuarenta obras de autores cubanos y extranjeros, de múltiples estilos, épocas, presupuestos estéticos y creativos, integró la cuidadosa selección entregada a todas las agrupaciones corales profesionales cubanas. Autores como Leo Brouwer, Roberto Valera, Silvio Rodríguez, Electo Silva, Beatriz Corona y Conrado Monier, forman parte del repertorio editado, al que también se suman obras contemporáneas de compositores de diferentes latitudes.
El Programa para el Desarrollo de las Bandas de Concierto es uno de los que más ha demandado la edición de libros y partituras, por ello la Editora asumió la impresión del papel pautado y de libros imprescindibles para el proceso de enseñanza de los jóvenes que se preparan como futuros instrumentistas.
Fuentes
- Linares, María Teresa: “La música campesina, la infantil y las ediciones musicales en Cuba socialista”, en La cultura en Cuba socialista, La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1982, p. 180
- Hevia, Mariana: “La Editora Musical de Cuba ante nuevos retos”, en Clave, no. 2-3, 2009, p. 80.
- Rumayor Hernández, Karina: “Editora Musical de Cuba”, Informe de trabajo, Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana, Inédito, 2012.