Juan Manuel de Rosas

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Juan Manuel de Rosas
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Juan Manuel de Rosas (retrato).jpg
NombreJuan Manuel de Rosas
Nacimiento30 de marzo de 1793
Buenos AiresBandera de Argentina Argentina
Fallecimiento14 de marzo de 1877 (83 años) 
ciudad de Southampton,
país de Inglaterra,
Reino Unido Bandera del Reino Unido
Nacionalidadargentina
Ocupacióngobernador de Buenos Aires
PredecesorJuan José Viamonte
SucesorJuan Ramón Balcarce
Partido políticoPartido Federal
CónyugeEncarnación Ezcurra
HijosPedro Rosas y Belgrano (adoptivo), Juan Manuel de Rosas, María de Rosas, Manuelita de Rosas

Juan Manuel de Rosas (Buenos Aires, 30 de marzo de 1793 - Southampton, 14 de marzo de 1877). Militar y político argentino, que entre 1829 y 1853 fue el principal dirigente de la denominada Confederación Argentina (actual República Argentina).

Síntesis biográfica

Hijo de León Ortiz de Rozas y de Agustina López de Osornio; cursó sus primeros estudios en el colegio privado que dirigía Francisco Javier Argerich. Pero su vocación no iba para el lado de las letras sino para las tareas rurales.

Durante las invasiones inglesas (1806 y 1807) participó activamente de la defensa de Buenos Aires en el regimiento de Migueletes de Caballería. Tras la reconquista volvió al campo. Se mantuvo completamente al margen de los sucesos de la Revolución de Mayo, contra el Reino de España.

Matrimonio

En el mes de marzo de 1813 se casó con Encarnación Ezcurra, quien sería su compañera en la vida y en la política. Tras el casamiento Rosas devuelve a sus padres los campos que les administraba y decide formar su propia empresa.

Para noviembre de 1815 se asoció con Juan Nepomuceno Terrero y Luis Dorrego en una compañía destinada a la explotación ganadera, saladero de pescado y exportación de productos varios en la estancia de Los Cerrillos.

Política

A la caída del Directorio, en 1820 Rosas comienza a participar activamente de la política bonaerense. Apoyó e impuso la candidatura de Martín Rodríguez a la gobernación de Buenos Aires. Participó activamente en el Pacto de Benegas entre Santa Fe y Buenos Aires y se hace cargo de entregarle al caudillo santafecino, Estanislao López, 30.000 cabezas de ganado.

Al ocurrir el derrocamiento de Dorrego y su posterior fusilamiento a manos de Lavalle, vuelve a colocar a Rosas en el primer plano de la política.Tras fusilar a Dorrego, Lavalle marcha hacia Santa Fe para encontrarse con Paz, pero es derrotado en Puente de Márquez por las fuerzas aliadas de López y Juan Manuel de Rosas.Lavalle firmó con Rosas el pacto de Cañuelas que nombró como gobernador interino de Buenos Aires a Viamonte y convocó a una reunión de la sala de representantes porteña para elegir el gobernante definitivo.

Gobernador de Buenos Aires

El 8 de diciembre de 1829 la sala de representantes proclamó a Juan Manuel de Rosas gobernador de Buenos Aires otorgándole las facultades extraordinarias y el título de Restaurador de las Leyes.

Rosas llevó a cabo una administración provincial ordenada. Recortó los gastos y aumentó los impuestos, superando lentamente el déficit fiscal heredado. Reanudó las relaciones con la Santa Sede, suspendidas desde 1810.

Fue el sector terrateniente el que sustentó el liderazgo rosista. La estructura social durante el período rosista, estuvo basada en la tierra. La gran estancia era la que confería status y poder.Acompañaban a Rosas en el poder los grupos dominantes porteños que no estaban dispuestos a compartir las rentas de la aduana con el resto de las provincias.El restaurador les garantizaba el orden y la disciplina social necesarios para desarrollar sus actividades económicas.

En agosto de 1830 varias provincias del interior conforman la Liga Unitaria bajo el liderazgo del General Paz. En enero de 1831 Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos firmaron el Pacto Federal, una alianza político militar para terminar con los unitarios de Paz. Finalmente Paz será derrotado y capturado por López. Rosas, López y Quiroga dominaban la confederación. Pero el restaurador demostró ser el más poderoso y continuó aislando a Buenos Aires de las otras provincias.

En 1832 Rosas fue reelecto como gobernador de Buenos Aires. Exigió que se le renovaran las facultades extraordinarias. La sala de representantes se opuso y Rosas renunció.Rosas combinó durante la campaña la conciliación con la represión. Pactó con los Pampas y se enfrentó con los ranqueles y la Confederación liderada por Juan Manuel Calfucurá. Según un informe que Rosas presentó al gobierno de Buenos Aires a poco de comenzar la campaña, el saldo fue de 3200 indios muertos, 1200 prisioneros y se rescataron 1000 cautivos blancos.

El éxito obtenido por el restaurador en la campaña aumentó aún más su prestigio político entre los propietarios bonaerenses, que incrementaron su patrimonio al incorporar nuevas tierras y se sintieron más seguros con la amenaza indígena bajo control. Rosas se alejó de la provincia pero no de los manejos políticos. Su mujer, Encarnación Ezcurra era su fiel representante y con el apoyo de la mazorca, conspiró contra los gobiernos de Balcarce, Viamonte y Maza que se sucedieron durante la ausencia del restaurador.

La agitación política conducida por Encarnación contribuyó de manera decisiva a crear un clima de gran inestabilidad favorable a los intereses de Rosas.Un hecho agravará aún más la situación. El caudillo riojano Juan Facundo Quiroga, residía por entonces en Buenos Aires bajo el amparo de Juan Manuel de Rosas.

Quiroga había manifestado al Restaurador sus inquietudes sobre la necesidad de convocar a un congreso y organizar constitucionalmente al país. Rosas se opuso argumentando que no estaban dadas las condiciones mínimas para dar semejante paso y consideraba que era imprescindible que, previamente, cada provincia se organice.

A Rosas no se le escapaba que la organización nacional implicaría la pérdida para Buenos Aires del disfrute exclusivo de las rentas aduaneras, entre otros privilegios. Ante un conflicto desatado entre las provincias de Salta y Tucumán, el gobernador de Buenos Aires, Manuel Vicente Maza (quien respondía políticamente a Rosas), encomienda a Quiroga una gestión mediadora.

Tras un éxito parcial, Quiroga emprendió el regreso y fue asesinado el 16 de febrero de 1835 en Barranca Yaco, provincia de Córdoba. La muerte de Quiroga determinó la renuncia de Maza y provocó entre los legisladores porteños que prevaleciera la idea de la necesidad de un gobierno fuerte, de mano dura.

Por una amplia mayoría de votos, expresados en la legislatura y a través de un plebiscito que dio un resultado de 9.713 votos a favor y 7 en contra, fue electo nuevamente Juan Manuel de Rosas, en marzo de 1835, esta vez con la suma del poder público.

Juan Manuel de Rosas.

Todo producto argentino destinado al exterior debía pagar su tributo a Buenos Aires y todo producto extranjero destinado a cualquier parte del país deber pagar también a Buenos Aires. Mediante este procedimiento, Buenos Aires puede estimular cierta actividad económica del interior y boicotear otra, determinando qué mercadería extranjera y de qué países de procedencia podrá consumir el interior.

En esta segunda gobernación, Rosas favoreció la venta o el otorgamiento de las tierras públicas que pasaron a manos de los grandes ganaderos. Otorgó opción de compra de tierras a los arrendatarios de contratos de enfiteusis facilitando así el acceso a la propiedad privada tanto al norte como al sur del río Salado.

Rosas mantuvo durante gran parte de su mandato excelentes relaciones con los comerciantes británicos y su gobierno. Francia no había obtenido de Rosas un tratado comercial como el que Inglaterra había conseguido de Rivadavia. Los ciudadanos franceses no estaban exentos de hacer el servicio militar como los británicos. Rosas, además había encarcelado a varios franceses acusados de espionaje.

Se produce un conflicto diplomático y las naves francesas que estaban estacionadas en el Río de la Plata, bloquearon el puerto de Buenos Aires a fines de marzo de 1838.

El bloqueo se mantuvo por dos años generando una obligada política proteccionista, más allá de la Ley de Aduana y produjo ciertas grietas en el bloque de poder. Los ganaderos del sur de la provincia de Buenos Aires se rebelaron contra Rosas ante la caída de los precios de la carne y las dificultades provocadas por el cerco francés al puerto.

Durante el bloqueo se reanudó la guerra civil. Lavalle, con el apoyo francés, invadió Entre Ríos y Santa Fe pero fracasó en su intento de tomar Buenos Aires por carecer de los apoyos necesarios y debió marchar hacia el Norte.

En octubre de 1840, finalmente por tratado Mackau-Arana, Francia pone fin al bloqueo. El gobierno de Buenos Aires se comprometió a indemnizar a los ciudadanos franceses, les otorgó los mismos derechos que a los ingleses y decretó una amnistía.

Concluido el conflicto con Francia, Rosas limitó la navegación de los ríos Paraná y Uruguay. Bloqueó el puerto de Montevideo y ayudó a Oribe a invadir el Uruguay y a sitiar la capital en 1843. Estas actitudes de Rosas afectaron los intereses de los comerciantes y financistas extranjeros, beneficiando a los locales.

En 1845, el puerto de Buenos Aires fue bloqueado nuevamente, esta vez por una flota de Reino Unido y Francia. A pesar de la heroica resistencia del general Lucio N. Mansilla y sus fuerzas, en la Vuelta de Obligado (cerca de la ciudad de Baradero, la flota extranjera rompió las cadenas colocadas de costa a costa y se adentró en el río Paraná. El bloqueo no sólo afectaba los intereses de los extranjeros, también perjudicaba a los estancieros del Litoral que no podían navegar libremente por el río Paraná y debían comerciar sus productos por el puerto de Buenos Aires, entre los afectados estaba Justo José de Urquiza, que gobernaba la provincia de Entre Ríos desde 1841

Por otra parte, durante este período se restringe el sacrificio de animales de manera que al finalizar los bloqueos, las estancias se encuentran con su ganado multiplicado y listo para ser exportado.

Año tras año, argumentando razones de salud, Rosas presentaba su renuncia a la conducción de las relaciones exteriores de la confederación, en la seguridad de que no le sería aceptada.

En 1851 el gobernador de Entre Ríos emitió un decreto, conocido como el pronunciamiento de Urquiza, en el cual aceptaba la renuncia de Rosas y reasumía para Entre Ríos la conducción de las relaciones exteriores.

El conflicto era en esencia económico: Entre Ríos venía reclamando la libre navegación de los ríos por barcos de cualquier bandera ―beneficio que no existía en ningún país del mundo― lo que permitiría el intercambio de su producción con el exterior sin necesidad de pagar ningún impuesto.

Urquiza decidió enfrentar al gobierno argentino mediante alianzas con ejércitos extranjeros. El emperador de Brasil, Pedro II le proveyó de infantería, caballería, artillería y todo lo necesario, incluso la escuadra.

En las provincias argentinas la actitud de Urquiza despertó diversas reacciones. Córdoba declaró que era una «infame traición a la patria» y dijo que «Urquiza se había prostituido a servir de avanzada al Gobierno brasileño». Otras se pronunciaron en sentido similar e intentaron formar una coalición militar para defender a Rosas, pero ya era demasiado tarde.

En 1850, Urquiza, gobernador de Entre Ríos, se rebeló con el apoyo de los unitarios y de los Gobiernos de Brasil y de Montevideo, invadió Santa Fe, marchó sobre Buenos Aires y derrotó a las tropas de Rosas en la batalla de Caseros (1852).

Urquiza avanzó sobre Buenos Aires con el ejército brasileño, derrotando a Rosas en la Batalla de Caseros, el 3 de febrero de 1852. El gobierno porteño probritánico, instalado el 11 de septiembre de 1852, confiscó todos los bienes de Rosas. Vencido, el gobernador de Buenos Aires se embarcó en el buque de guerra Conflict hacia Inglaterra. Allí se instaló en la chacra de Burguess, cerca del puerto de Southampton, acompañado por peones y criados ingleses (aunque él nunca aprendió ni una palabra en idioma inglés). Para vivir dependía del dinero que le enviaban sus amigos desde Buenos Aires. En 1857 fue juzgado y condenado a muerte «en rebeldía» por el Senado y la Cámara de Representantes, dominado por la oligarquía probritánica.

Muerte

Rosas volvió a dedicarse a las tareas rurales, en Southampton (Reino Unido), hasta su muerte ocurrida el 14 de marzo de 1877, a los ochenta y cuatro años.

Fuentes