Judea

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Judea
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Ciudad de Israel
Ancient Judah.JPG
EntidadCiudad
 • PaísBandera del Estado de Israel Israel
Gentiliciojudíos

Judea: es la parte montañosa del sur de la histórica Tierra de Israel. Originalmente implicaba el conjunto de los territorios de los Reinos Judíos, pero en los tiempos del Nuevo Testamento se limitó su alcance al sur de la región. Sus habitantes, a diferencia de los de Jerusalén, fueron más fieles a su raíces y su religión y lograron reestablecerse sin mezclarse con los gentiles.

Etimología

Judea (en hebreo: יהודה‎, Yehuda, 'agradezco a Dios' o 'reconozco a Dios'), en griego (Ιουδαία) y latín (Iudaea) una adaptación del nombre Judah. Originalmente implicaba el conjunto de los territorios de los Reinos Judíos, pero en los tiempos del Nuevo Testamento se limitó su alcance al sur de la región. En hebreo Yehudah se refiere a una gran sección del sur de Israel y el Margen Occidental, o en la combinación de Judea y Samaria para referirse concretamente a Cisjordania en la zona sur de Jerusalén. Del nombre Judea viene el gentilicio «judío».

Ubicación

Los límites originales fueron Bethsûr (cerca de Hebrón), en el sur del país; Beth-horon (hoy Beit 'Ur al Fawka, en Cisjordania), en el norte; Latrun o Emaús, en el oeste (a pocos kilómetros al oeste de Jerusalén), el río Jordán en el este. El historiador clásico Flavio Josefo tenía una definición más ampliada, que abarca la mitad inferior de lo que hoy es Cisjordania en el norte, hasta Beerseba en el sur, y los límites al este y al oeste eran el Mar Mediterráneo y el río Jordán, respectivamente.

Características geográficas

Zonas montañosas judías. Tomado de: www.zionism-israel.com
Judea es una región árida y montañosa, que en gran parte se considera un desierto. Varía mucho en la altura, llegando a una altitud de 1.020 metros en el sur del país en el Monte Hebrón, 30 kilómetros al suroeste de Jerusalén, y descender hasta los 400 metros bajo el nivel del mar al este de la región.

Las principales zonas urbanas de la región incluyen Jerusalén, Beitar Illit, Belén, Efrat, Gush Etzion, Jericó y Hebrón.
Desierto de Judea. Tomado de: www.zionism-israel.com
Los geógrafos dividen Judea en varias regiones: la colinas de Hebrón, Jerusalén, las colinas de Bethel y el desierto de Judea, al este de Jerusalén, que desciende paulatinamente para el Mar Muerto. Las colinas se distinguen por su estructura anticlinal.

En la antigüedad fueron las colinas boscosas y la Biblia registra que la agricultura y la cría de ganado ovino se practicaba en la zona. Los animales siguen siendo pastoreados hoy. La región se secó a lo largo de los siglos y gran parte de la antigua cubertura de árboles de entonces ha desaparecido.

Historia

En el tercer milenio anterior a la presente era comenzaron a surgir las primeras ciudades, ciertamente en contacto con las grandes civilizaciones que se desarrollaron en los valles del Nilo y Mesopotamia.
La historia judía se remonta a las viejas tradiciones bíblicas. Cuando el arca de Noé encalló en el monte Ararat, los hijos de Noé (Sem, Cam y Jafet) dieron origen, respectivamente, a los semitas del Próximo Oriente, a los camitas de África y a los jafetitas del resto del mundo. Abraham, padre de los judíos, al recibir de Yahvéh la orden de asentarse en la tierra de Canaán, se puso en camino inmediatamente, partiendo de su patria, Ur, de los caldeos (Mesopotamia). Abraham, su hijo Isaac y su nieto Jacob fueron pastores nómadas. Sus descendientes se vieron empujados por el hambre a la tierra de Gosén, en el delta del río Nilo. Pero el faraón de Egipto, viendo que aumentaban imparablemente y se hacían poderosos, los redujo a la esclavitud. Con Moisés ungido como líder y legislador, el pueblo elegido por Dios se dirigió hacia Canaán, la tierra prometida.

La dramática marcha desde Egipto a través del mar Rojo y la peregrinación de 40 años por el desierto son hitos importantes en la historia del pueblo israelita.

El pueblo hebreo, semita, que se refugiara en Egipto, regresó alrededor del 1550 a. C., cuando escapó del territorio de los faraones. Al comienzo, los judíos se instalaron en las regiones localizadas al oeste del Mar Muerto, y poco a poco se trasladaron hacia las márgenes del Mediterráneo y las tierras del norte, en la Galilea. Durante el siglo XII a.C., los llamados pueblos del mar, entre ellos los filisteos, ocuparon las llanuras litorales, desplazando a los anteriores habitantes hebreos. Las constantes luchas entre los dos pueblos terminaron con la victoria de los hebreos.

Los judíos, una vez conquistada la ciudad de Jericó, se establecieron en la zona agrícola de Canaán, tierra de la cual en la Biblia se dice que «manaba la leche y la miel».

Una vez establecidos en Israel, la tierra fue dividida entre las doce tribus: Aser, Neftalí, Manasés, Zabulón, Isacar, Gad, Efraín, Dan, Benjamín, Rubén, Judá y Simeón. Con el tiempo se pasó de una teocracia a una forma de gobierno monárquica, siendo los reyes más famosos de la época el rey Saúl, David y su hijo Salomón, con su capital en Jerusalén.

En el siglo X a.C., el Reino de Judá aprovechó el debilitamiento de los grandes imperios vecinos para expandir su territorio. El reino, que alcanzó su apogeo a lo largo de los reinados de David y Salomón, fue más tarde dividido en dos reinos: Reino de Israel, al norte, y el Reino de Judá, al sur. Israel fue transformado en tributario de Asiria y después de subir al trono, en 721 a. C., Sargón II conquistó el reino y deportó a la mayor parte de sus habitantes. Al sur, el Reino de Judea conservó su precaria independencia hasta 587 a. C., cuando Nabucodonosor II lo conquistó y deportó a su población a Babilonia.

En ese año se destruyó el primer templo, lugar central de la actividad religiosa judía de la época. Muchos de los judíos fueron desterrados de Israel y fueron llevados como esclavos a Babilonia (actual Irak), lo cual constituye la primera diáspora judía. Durante el exilio en Babilonia, los judíos escriben lo que se conoce como el "Talmud de Babilonia" (Talmud Bavli), mientras que los judíos todavía establecidos en Judea escriben el "Talmud de Jerusalén". Estos dos manuscritos representan las primeras manifestaciones de La Torá en forma escrita, y el Talmud de Babilonia es el utilizado actualmente por las comunidades judías.

En 539, cuando el emperador persa Ciro el Grande se apoderó de Babilonia, se le permitió a muchos judíos regresar a su tierra natal luego de 70 años en el exilio babilónico. Se construyó un Segundo Templo y se restablecieron antiguas prácticas.

Después de la conquista del Imperio persa por el macedonio Alejandro el Grande, toda la región quedó sometida a la influencia helenística. La comunidad judía de Israel fue dominada por varios antiguos imperios. Los asirios fueron seguidos por los babilonios y luego por los persas hasta la conquista por parte de los griegos. Es en esta época (hacia el 170 a. C.) cuando estalla una revolución encabezada por Judas El Macabeo ("martillo", hasmoneo) que logra colocar a todo el territorio del antiguo Israel nuevamente bajo dominio judío. El Reino Hasmoneo de Judá pasó por último a manos de los romanos.

Es en el año 70 después de Cristo cuando estalló una nueva rebelión y fue destruido el Segundo Templo. Muchos habitantes judíos fueron vendidos como esclavos y esparcidos por los confines del Imperio romano, proceso que se conoce como la "diáspora". La historia de Masada demuestra el arrojo de los soldados judíos de la época. Numerosas comunidades judías florecieron en el Imperio sasánida y en el Imperio romano.

La provincia romana de Judea en el siglo I

Judea, o Iudæa en latín (en inscripciones, IVDAEA), fue una provincia romana en la región romana de Oriens, es decir Oriente (hoy día parte del Medio Oriente), en la orilla oriental del mar Mediterráneo. El Imperio romano cambió el nombre de Judea a Palestina o Provincia Syria-Palæstina en el año 135, como forma de borrar toda memoria judía de la región, tras aplastar la rebelión de Bar Kojba. Los geógrafos Estrabón y Ptolomeo describieron la Provincia de Judea como abarcando la Galilea, la Samaria, las alturas de Golán (Gaulanitis), la orilla oriental del río Jordán, además del territorio del antiguo reino de Judá.

El Nuevo Testamento usa el nombre Judea en dos sentidos:

  1. solamente el territorio del antiguo reino de Judá
  2. el territorio entero de la provincia romana de Judea. La noción de Judea en su sentido más amplio coincide grosso modo con la noción judía de Tierra de Israel (Eretz Israel).

Comercio

Durante el Medievo, por más que se buscasen mercaderes de profesión, no se hallaba ninguno o más bien se hallaban únicamente judíos. Sólo ellos, a partir de la época carolingia, practicaban con regularidad el comercio, a tal punto que, en el idioma de aquel tiempo, las palabras judaeus y mercator eran casi sinónimos. Unos cuantos se establecieron en el sur de Francia, pero la mayoría venía de los países musulmanes del Mediterráneo, desde donde se trasladaron, pasando por España, al occidente y Norte de Europa. Todos ellos eran radhanitas, perpetuos comerciantes viajeros, merced a los cuales se mantuvo el contacto superficial con las religiones orientales.

El comercio al que se dedicaron fue exclusivamente de especias y telas preciosas, que transportaban trabajosamente desde Siria, Egipto y Bizancio hasta el Imperio carolingio. Los mercaderes judíos se dirigían a una clientela muy reducida. Las utilidades que realizaron debieron ser muy importantes, no obstante se debe considerar que su papel económico no llegó a ser trascendental.

Cultura y Religión

Los habitantes de Judea eran los más celosos conservadores de la pureza de la religión (al menos, en lo exterior). No consideraban judíos (es decir, hermanos de religión) a los samaritanos; toleraban a los galileos, si bien los consideraban gente ignorante (algo así como provincianos) y no del todo puros. En Jerusalén se encontraba el Templo, corazón de la religión judía. También en Judea se encontraba Belén (pueblo de nacimiento de Jesús) y Betania (donde frecuentaba la casa de Lázaro, María y Marta).

La situación del pueblo judío era difícil no sólo por el problema político, sino también por el problema cultural: Grecia tenía una fuerte influencia en lo intelectual, y la conservación de las tradiciones y la pureza racial era dificultada por la mezcla de pueblos.
El pueblo usaba el idioma arameo; muchos conocían el griego vulgar (koine) y algunos el latín. El idioma hebreo sólo era conocido por el estamento sacerdotal.

Dato interesante

Paisaje judío. Tomado de: www.zionism-israel.com
Paisaje judío. Tomado de: www.zionism-israel.com
Despúes de la edad de oro (reyes David y Salomón, año 1000 AC), el pueblo judío se dividió en dos reinos: Judá al sur (capital: Jerusalén) e Israel (capital: Samaria) al norte.

Cada reino sufrió el exilio en distintas ocasiones (a manos de los babilonios y los asirios), pero los habitantes de Judá lograron reestablecerse sin mezclarse con las otras razas; en cambio, en el reino del norte (que vendría a llamarse Samaria) se unieron con otros pueblos a la vuelta del exilio.

Esto provocó el escándalo de los judíos, que dejaron de considerar a los samaritanos como judíos auténticos; en represalia, los samaritanos dejaron de considerar obligatoria la asistencia al templo de Jerusalén, construyendo su propio templo.

En el siglo I, "israelita" es ya sinónimo de "judío" y la ruptura entre los dos pueblos es completa.

Bibliografía