José Cano González

José Cano González
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NombreJosé Cano González
Nacimiento21 de enero de 1921
Santa Fé
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana

José Cano González. Aficionado a la música desde pequeño, se inclinó por los instrumentos de cuerdas, específicamente por la guitarra. Su primera guitarra la construyó con sus propias manos y la hizo de yagua.

Infancia

Nació el 21 de enero de 1921, en Santa Fé. Nunca salió de esas lomas. Eran siete de familia: muy pobres, muy hambreados.

A los catorce años comenzó a tocar la guitarra de yagua, no podía hacer otra cosa: ¿cómo iba a haber dinero para comprar un tres o una guitarra, si no lo había para comer la mayoría de las veces?

Él goloseaba los instrumentos de cuerdas, veía a la gente tocarlos y se le caía la baba. Entonces se dijo un día: nada, voy a hacerme una guitarra de yagua y le voy a poner unas ligas, quizás suene bien. Y se puso a hacerla. Buscó un lomo de yagua seca, lo picó, le dio forma de guitarra pequeña y consiguió un pedazo de cámara de automóvil. Le sacó seis ligas finiticas y se las puso al instrumento; luego, por la parte de abajo, le colocó un palito de cedro para que levantara las ligas y pudiera tocar mejor. Pero la cosa no le salió bien la primera vez: aquello no sonaba como él quería; le fue quitando ligas y probando, hasta que la dejó con tres nada más. ¡Con tres ligas sonaba bien!

Como era un poco entendido para la música, no le fue difícil dominar el instrumento. Llegó a tocar de todo con la guitarra de yagua, todo lo que estaba de moda por aquellos tiempos: danzones, boleros, sones, canciones, tonadas campesinas…

Por las zonas vecinas había muchos decimistas; eran muy buenos improvisadores, pero no tenían instrumentos para acompañarse. Entonces iban a su casa y comenzaban la canturía. Como él sabía bastantes tonadas, ellos le pedían en la que querían cantar, le decían: “Yo voy a cantar por la tonada de Luis Gómez.””Y yo por la de Felo García.”

La Guitarra de Yagua

La guitarra de yagua se convirtió en una locura para la gente: siempre estaba haciendo planes con ella, programando fiestas. Claro, él era joven y aquello le gustaba, los complacía; pensar que iba a divertir a los demás le hacía sentir bien. Salía para una fiesta y llevaba su guitarra, y en el bolsillo veinte o treinta ligas, listas para ponerlas. Si se partía alguna, sacaba otra del bolsillo, y ya.

Se casó, luego murió su primera hija, y ya no volvió a tocar más. Sus ánimos no estaban para eso. Durante muchos años se sumió en una gran tristeza. Pero el tiempo fue pasando y pasando, después de viejo volvió a su guitarra de yagua.

A muchos trató de enseñarles a tocar, pero nadie aprendía. Le agradaba que en esas tierras y en esos paisajes alguien siguiera sacándole música a un pedazo de yagua y a unas ligas. Eso lo deseaba con el alma. La música es muy buena para el hombre, tanto oírla como tocarla. ¿Qué sería de él sin su guitarra de yagua?

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