Joaquina Osma y Zavala

Joaquina Osma y Zavala
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Reconocida Duquesa española
NombreJoaquina Osma y Zavala
Nacimiento1855
Lima Bandera de Perú
Fallecimiento16 de agosto de 1901
Madrid, Bandera de España
Nacionalidadperuana
Ciudadaníaperuana
Ocupaciónaristocrática
CónyugeAntonio Cánovas del Castillo
PadresJosé Joaquín de Osma y Ramírez de Arellano y de Ana de Zavala y de la Puente

Joaquina Osma y Zavala. Primera Duquesa de Cánovas del Castillo.

Síntesis biográfica

Nacimiento y Ámbito familiar

Nació en 1855 en Lima (Perú). Era la hija menor de José Joaquín de Osma y Ramírez de Arellano y de Ana de Zavala y de la Puente, marquesa de la Puente y Sotomayor. Había nacido en América, y era la menor del trío de hermanas fruto del matrimonio. Blanca Rosa, la mayor, había casado con Fernando Fernández de Córdoba. La segunda, Ana, se unía con Emilio Alcalá-Galiano. Nuestra protagonista, con treinta años, permaneció soltera hasta que emparejó con Cánovas, cuando éste era un sexagenario.

Trayectoria profesional

Joaquina no parece que tuviera "buena prensa" la pequeña de las hermanas Osma. Era una mujer -a lo que se decía- esquiva, altanera, orgullosa, ... desdeñosa hasta el extremo de atribuírsele por los murmuradores que le hablaba a los criados vuelta de espaldas", tal como es descrita en la obra de Cánovas por Fernández Almagro, no parecía una mujer dotada de cualidades sociales y simpatías. Sus rasgos físicos eran un fuerte complemento de este carácter. Era Joaquina "morena y pálida, enérgicas las facciones, finísima la tez; de grandes ojos e imperiosa expresión; mediana de talla, bien formada y muy distinguido el porte".

Así veían sus coetáneos a Joaquína Osma de soltera. Pero aseguran, que después de su matrimonio con el político Cánovas del Castillo, se produjo en ella tal transformación que llegó a alcanzar grandes dotes de gentileza y de tacto social.

Y el epicentro del cambio fue obra de una mudanza de habitat. Del piso de la calle de Fuencarral -propiedad del Marqués de Vallejo, otro representante riojano de la época- la pareja se trasladó a vivir a "La Huerta". Una mansión entre la Castellana y la calle de Serrano regalada por los padres de Joaquina al matrimonio.

En este palacete de "La Huerta" doña Joaquina se mutó en "una dama elegante y vivaz", y fue, como la describiera Rubén Darío en 1892, "una espléndida peruana exuberante de vida, hermosa y culta, que hablaba el español con la erre parisiense". Durante una década pasaron por los salones del palacete los arístócratas más distinguidos del Madrid de la Restauración, pero también los eximios de la cultura, entre los que más destacaba el republicano Castelar, el único polemista al que Cánovas difícilmente le anulaba la palabra. Melchor Fernández Almagro ha dejado en su libro sobre Cánovas (Tebas, 1972) varias páginas bellísimas del enlace de Joaquina y Cánovas, celebrado cuando aún estaba abierto el ciclo de la sociedad aristocrática que reflejan el General Córdoba (Memorias) y el P. Coloma (Pequeñeces). El relato de la boda celebrada en la noche del 15 de noviembre de 1887 se basa en los "Ecos Sociales" de los cronistas de los diarios más leídos del momento, pero se narra con la pericia del gran historiador que es su autor. Su esposo Cánovas fue asesinado por el anarquista Angelillo en el Balneario de Santa Agueda el 8 de agosto de 1897 cuando estaba de vacaciones, y desde ese momento Joaquina Osma y Zavala pasa a ser la Viuda de Cánovas.

Ella fue la primera que atendió al marido herido de muerte por las balas del revólver, y por tanto, la que primera que vivió "in situ" la tragedia. Su huella e impacto fue imborrable y nunca pudo después superarlo. "Fue una continua sucesión de dolorosos recuerdos que produjeron profunda huella en el corazón y en el ánimo de aquella señora."

Muerte

Muere el 16 de agosto de 1901 en "La Huerta”, Madrid, a los 4 años y 8 días después del asesinato del marido.

Fuente

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