Pascual Cervera
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Pascual Cervera y Topete nació el 18 de febrero de 1839 en Medina Sidonia y murió en Puerto Real el 3 de abril de 1909. Fue un destacado Almirante de la Armada Española que estuvo al frente de las fuerzas navales durante la batalla de Santiago de Cuba.
En 1888, y con José Ferrándiz y Niño como segundo al mando, fue el primer comandante del acorazado Pelayo como parte de su primera dotación.[1]
Sumario
Conflicto Hispano-Cubano-Norteamericano
Contaba con una larga experiencia en cargos militares navales y, al estallar la guerra entre España y Estados Unidos en 1898, logró burlar el bloqueo al que estaban sometidas las Antillas españolas por tres poderosas formaciones navales norteamericanas.
El 3 de julio de 1898, en aguas de Santiago de Cuba, presentó batalla a la flota del almirante William Thomas Sampson, muy superior en número, siendo vencida la escuadra española tras un desigual y heroico combate. Cervera y sus superiores mantenían posturas enfrentadas sobre la forma en que se debía actuar. Cervera acató siempre las órdenes recibidas, pero lo hizo a regañadientes, en el último momento y mostrando su disconformidad. La decisión de Cervera de salir de Santiago a pleno día y pegado a la costa sólo se explica desde el punto de vista humanitario, para tratar de minimizar el número de víctimas en la batalla, lo cual confirma que Cervera daba por perdida la batalla antes de iniciarla.
Esta forma de pensar coincide con su decisión inicial de evitar enfrentarse a la escuadra estadounidense y esperar resguardado en el puerto, lo que resultó indudablemente erróneo y contraproducente, pues de todos modos tuvo que acabar enfrentándose a la flota estadounidense, pero en una situación infinitamente más desventajosa que en una batalla en mar abierto, pues sus buques tuvieron que salir del puerto y presentar batalla de uno en uno. El puerto de Santiago era aparentemente un buen refugio, pues ofrecía protección a la flota frente a un ataque de fuerzas navales pero, por esas mismas características, resultó una ratonera para la flota española al salir de puerto a presentar batalla.
Aunque hay que reconocer que las fuerzas navales españolas eran notablemente inferiores a las estadounidenses, Cervera fue incapaz de idear una estrategia militar coherente y estructurada. El Capitán de Navío Fernando Villaamil había propuesto realizar acciones ofensivas para hacer replegarse al enemigo y conseguir un mayor equilibrio de fuerzas, y el también Capitán de Navío Joaquín Bustamante había propuesto una salida nocturna escalonada. Ninguna de las dos propuestas fue atendida por Cervera, que optó por la inacción. Además, Cervera pudo haber tomado otras decisiones erróneas: la distancia entre unos barcos y otros al salir fue excesiva, y resulta bastante discutible que el orden que eligió de salida de los barcos fuera adecuado.
Cervera fue hecho prisionero en la batalla. Otra suerte corrió el Capitán de Navío Fernando Villaamil, auténtico héroe y mártir de la batalla, que resultó muerto en combate a bordo del Furor. El Capitán de Navío Joaquín Bustamante no participó en la batalla, pues había desembarcado al mando de las columnas de desembarco, resultó herido en la Batalla de las Colinas de San Juan, cerca de Santiago de Cuba y falleció pocos días después.
Luego de la guerra en Cuba
Tras la guerra de Cuba, Cervera tuvo que soportar la incoacción de un procedimiento contra él y sus oficiales supervivientes. El cual, tras el clamor popular y las voces que se pronunciaron a su favor desde el exterior, dieron como resultado el sobreseimiento de la causa y la restitución del honor del Almirante.
Cervera falleció once años más tarde, después de ocupar varios cargos importantes y sus restos descansan en el Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando.
Cervera era un veterano de la Armada Española altamente condecorado. Sirvió con distinción durante las Guerras Carlistas antes de retirarse del servicio activo para convertirse en Ministro de Marina. Desde su muerte, siempre ha existido un barco con el nombre de Almirante Cervera en la Armada Española.
Fuente
Referencias
- ↑ El Acorazado Pelayo de Alejandro Anca Alamillo, Quirón Ediciones, Valladolid, 2002, ISBN: 8496016021