Abrasión
Sumario
Resumen
La abrasión es una lesión común de la piel que se realiza por el roce contra una superficie rugosa, por la fricción prolongada contra una tela o por una caída (por ejemplo, haciendo ciclismo o patinaje). Normalmente, la herida por abrasión tiene una forma irregular y va acompañada por un intenso dolor. Puede infectarse con frecuencia, por lo que se acompaña de supuración y un moderado componente inflamatorio en la piel adyacente. Dependiendo del accidente, las abrasiones pueden contener cuerpos extraños y mucha suciedad y, por ello, ser más o menos fáciles de infectar. Si la lesión solo afecta a las capas más superficiales de la piel, no se suele producir sangrado y es más difícil que se infecte.
Definición
Una abrasión es una herida abierta de la piel causada por una rozadura. Por lo general, solo afecta a la capa más superficial de la piel, por lo que no suele sangrar o el sangrado es mínimo en forma de sábana, típico de una hemorragia capilar, que ocurre si se lesionan las capas que se hallan por debajo de la epidermis, donde se encuentran los vasos sanguíneos. Sin embargo, es muy habitual que presente un aspecto húmedo debido a la secreción del líquido seroso intersticial. Solo aparecen puntos de sangre.
Causas
Una abrasión puede ser debida a múltiples causas puesto que la piel está constantemente en contacto con superficies duras o dañinas. Las abrasiones son comunes, por ejemplo, cuando los niños se caen mientras juegan. También, al acercarse a una pared rugosa puede producirse una abrasión. Otra causa muy común de una abrasión es hacer deporte, por ejemplo, ciclismo o patinaje, donde es fácil producirse una abrasión en la rodilla debido a una caída.
Síntomas
Los síntomas más frecuentes más característicos de una abrasión son los siguientes:
- secreción de líquido seroso intersticial
- aparición de una herida irregular
- manifestación de un dolor significativo
Estos síntomas pueden ser más o menos pronunciados dependiendo de la severidad de la lesión. La profundidad de una abrasión determina la aparición de otros posibles síntomas: si la herida solo afecta a la epidermis, no suele sangrar y tiene un bajo riesgo de infección. Sin embargo, si la abrasión es profunda, puede aparecer sangre en puntos localizados o sangrar abundantemente. En estos casos, si no se limpia y trata bien la herida, los gérmenes pueden penetrar fácilmente y llegar a provocar consecuencias graves, como úlceras.
Diagnóstico
Una abrasión es fácil de diagnosticar: puede verse fácilmente, porque la piel se lesiona solo superficialmente. Durante la exploración es importante determinar cómo y cuándo se produjo la herida y si puede contener restos de cuerpos extraños. Cuando una abrasión pequeña presenta signos de infección, es importante comprobar el estado de vacunación de la persona. Principalmente, del tétanos. En caso de que sea necesario, se administrará una dosis de la vacuna.
Tratamiento
El tamaño determina el tratamiento más adecuado para una abrasión. Generalmente, no es necesario un tratamiento especial cuando se trata de una abrasión menor. Inmediatamente después del accidente comienza el proceso de curación natural. Si la herida está sucia, se debe limpiar tan pronto como sea posible con agua fría y un desinfectante y dejar secar al aire libre. Si no es posible que se encuentre al aire (porque la herida se encuentra debajo de la ropa), se pueden cubrir con un vendaje o apósito. No es recomendable aplicar geles o cremas, salvo los recomendados por su médico, ya que pueden perturbar el proceso de cicatrización natural.
Cuando la abrasión es muy grave, sangra o se inflama puede requerir un tratamiento adicional. Las abrasiones graves deben ser tratadas por un profesional. El tratamiento sanitario consiste en limpiarlas, a ser posible con una esponja-cepillo estéril y la aplicación de un desinfectante. Antes de esta limpieza, puede ser necesario tomar analgésicos para evitar el dolor que produce la misma limpieza de la abrasión. A continuación, se venda o cubre la zona para protegerla de infecciones y lesiones adicionales. Es aconsejable cambiar la venda o apósito periódicamente para asegurarse de que la abrasión sana y no empeora. De esta forma se completa el tratamiento necesario para la curación: una vez formada la costra no es necesario más tratamiento. No se aconseja retirarla, es mejor dejar que caiga sola. Si se practican deportes y se sufre una abrasión en una articulación, es recomendable descansar algunos días de las actividades deportivas, aunque esto depende del tamaño y la gravedad de la abrasión. Es importante asegurarse de que la piel no se desgarra, porque de lo contrario, el proceso de curación se ralentiza. También es aconsejable abstenerse de practicar deportes náuticos y de mojar la zona afectada.
Medidas de emergencia
Ante la cura de una abrasión supurante es muy importante usar guantes para protegerse contra una posible infección por VIH o de la hepatitis. Los primeros auxilios para tratar adecuadamente las abrasiones, son los siguientes:
- Si es superficial, se debe lavar con jabón y aplicar un desinfectante.
- Si es más profunda, afectando la dermis, se realiza el mismo tratamiento y se debe tapar con material estéril, hasta que se genere la costra. Es importante que la herida no entre en contacto con los dedos.
- Si estamos ante la infección de una abrasión, con signos de supuración, lo mejor es acudir al médico para que pueda evaluar el tratamiento.
- No se deben aplicar cremas, pomadas, polvos, o similares sobre la herida que no haya recomendado su médico.
- Si se encuentran cuerpos extraños en la herida, es aconsejable lavar a chorro con suero estéril, sin frotar la herida para no provocar más daños y acudir a un centro médico.
- Si la herida está sucia, la limpieza mediante el raspado la debe llevar a cabo un profesional sanitario.
Evolución
Una abrasión pequeña suele evolucionar sin problemas y se cura en unos pocos días, sin dejar una cicatriz permanente. Sin embargo, si la abrasión es grande puede dejar cicatrices profundas en la dermis. En estos casos, la cicatrización puede durar hasta dos semanas. Cuando la herida se ensucia pueden surgir úlceras que retrasen significativamente este proceso.
Prevención
Para evitar una abrasión lo más recomendable es tener prudencia: dependiendo de la profesión o el deporte que se practique, se puede usar ropa de protección adecuada para evitar lesiones importantes (por ejemplo, protectores de brazo en el patinaje en línea). Especialmente, los niños están muy expuestos a sufrir este tipo de lesiones, inevitables en los juegos. El cuidado adecuado de la herida y una vacunación correcta puede favorecer la curación rápida de la abrasión y prevenir complicaciones.