Adenocarcinoma de endometrio
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Adenocarcinoma de endometrio. El adenocarcinoma de endometrio es el cáncer del cuerpo uterino que tiene su origen en el endometrio.
Sumario
Características
Entre todos los tipos de cáncer que puede padecer una mujer, el 6 % corresponde al cuerpo uterino. En los países desarrollados la proporción carcinoma cervical adenocarcinoma de endometrio es de 2:1; antes se estimaba que esta proporción era 10: 1.
El hecho del aumento de la esperanza de vida y los programas de lucha contra el cáncer cervicouterino, explican la proporción 2: 1.
La edad de aparición en el 75% de las pacientes es después de la menopausia. Teniendo su acmé entre los 55 a 65 años. El 25% de las pacientes portadoras de esta enfermedad pueden tener edades por debajo de la edad de menopausia.
Etiología y factores predisponentes
La etiología del cáncer se desconoce, pero en el adenocarcinoma de endometrio concurren varios factores que se consideran como predisponentes de la enfermedad. Es un hallazgo frecuente la baja fertilidad en las pacientes que tienen un cáncer de endometrio y sólo el 40% de ellas han tenido embarazos previos según los datos epidemiológicos de la mayoría de las estadísticas. Es raro que un adenocarcinoma de endometrio se origine en un endometrio normal, casi siempre estas pacientes durante su vida sexual presentaron sintomatología de hiperestrinismo con trastornos menstruales asociados a hiperplasia endometrial típica (benigna), que posteriormente se transforma en hiperplasia atípica. También es frecuente observar esta enfermedad en pacientes que han padecido de tumores de la granulosa o la teca, productores de estrógenos, así como en pacientes con historia previa de Stein-Leventhal o con estrogenoterapia mantenida durante mucho tiempo.
La obesidad y la hipertensión arterial se señalan como factores asociados, planteándose en el caso de la obesidad trastornos en el metabolismo andrógenos –estrógenos en el tejido adiposo, con almacenamiento de estos últimos en dicho tejido y con el consecuente hiperestrinismo posmenopáusico, además de la ausencia de la progesterona después de la menopausia. El 30% de estas pacientes pueden presentar diabetes mellitus.
Anatomía patológica
El cuadro anatomopatológico se basa fundamentalmente en los siguientes tipos de alteraciones del epitelio que determina, en parte, el pronóstico de la evolución de la enfermedad. El adenocarcinonia inmaduro se presenta con células poco diferenciadas sin ningún aspecto de endometrio secretor y es de mal pronóstico. El adenocarcinoma maduro recuerda la estructura glandular normal y, en general, es de mejor pronóstico que el anterior. El adenoacantoma es un adenocarcinoma con metaplasia escamosa; es el de mejor pronóstico y el más raro. Por último, el llamado carcinoma in situ de endometrio, que constituye la etapa 0, es una entidad no aceptada por todos que se puede confundir con la hiperplasia atípica de endometrio y que tiene un excelente pronóstico en lo que a sobrevida se refiere. Es un diagnóstico microscópico.
Etapas clínicas
Muy importante es la clasificación en etapas clínicas, pues el pronóstico y la terapéutica dependen de ellas. La FIGO ha propuesto la siguiente clasificación:
Etapa O (Carcinona in situ). Diagnóstico microscópico. Cáncer limitado a las glándulas endometriales con integridad de la membrana basal. Etapa 1. Carcinoma confinado solo al cuerpo uterino. Difuso o circunscrito. Puede subclasificarse de acuerdo con la histerometria en la y Ib, si esta es o no mayor de 8 cms. Etapa II. Extensión del tumor al cuello. Etapa III. Extensión fuera del útero pero todavía en la pelvis. Etapa IV. Extensión o metástasis a recto, vejiga o cualquier órgano fuera de la pelvis. Las metástasis en la cúpula vaginal (50% en el 1er año después del tratamiento quirúrgico) son un hallazgo bastante frecuente.
Cuadro clínico
El sangramiento posmenopáusico a veces en forma de agua de lavado de carne es el síntoma predominante. Puede acompañarse de leucorrea fétida sanguinolenta. El dolor es un síntoma de aparición tardía, y se presenta en las etapas finales. La piómetra es, a veces, el debut de la enfermedad. El útero suele palparse pequeño como es de esperar en los úteros posmenopáusicos y en etapas recientes de la enfermedad. Si se palpa un útero aumentado de tamaño o fijo a la pelvis, se debe sospechar un adenocarcinoma uterino en etapas tardías.
Diagnóstico
El diagnóstico se hace en nuestro medio utilizando el legrado diagnóstico uterino bajo anestesia. El llamado microlegradoque puede hacerse en consulta externa utilizándose una cureta especial de Novak, no necesita dilatación del cuello uterino ni anestesia, y tiene valor cuando el resultado es positivo; su resultado negativo no excluye la posibilidad de la enfermedad. Existen otros métodos menos frecuentes en nuestro medio, tales como la histerosalpingografía y la histeroscopía. La citología endometrial por aspiración o escobillado del endometrio es otro medio de diagnóstico, pero se recomienda completar este método con el legrado de la cavidad uterina.
Pronóstico
El pronóstico de este tipo de tumor es, en general, mejor que el de cáncer de cuello y depende fundamentalmente del grado de extensión (etapas clínicas) de su asociación o no a la diabetes, obesidad e hipertensión, que agravan el cuadro clínico.
Tratamiento
El tratamiento se puede resumir destacando que en las etapas clínicas 0 y 1 se realiza histerectomía total con doble anexectomía, y radiaciones pre o posoperatorias para la prevención de las metástasis. En la etapa clínica II el tratamiento quirúrgico es la histerectomía ampliada con linfadenectomía pélvica (operación de Wertheim-Meigs). La radioterapia sola (radium-terapia + cobaltoterapia) puede ser utilizada en algunas pacientes en etapas tempranas, con gran riesgo quirúrgico y en las etapas más tardías. También se utiliza la hormonoterapia, a veces con buenos resultados en pacientes con metástasis a distancia (pulmón, etc.); el caproato de 1 7-hidroxi-progesterona a la dosis de 5 g a la semana, como complemento de las radiaciones o como tratamiento único en fases tardías.
Fuente
- Ricardo Orlando Rigol.Obstetricia y ginecología tomo III
- Adenocarcinoma de endometrio - Foto