Adenoma tubular en el colon

Adenoma tubular (colon)
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Pólipos o tumores con sobrecrecimiento anormal de tejidos, que sobresalen de la membrana mucosa, formados por túbulos epiteliales, pequeños y pueden ser sésil o pediculares.

Adenoma tubular (colon). Son pólipos o tumores con sobrecrecimiento anormal de tejidos, que sobresalen de la membrana mucosa, considerados displasia de bajo grado. Formados por túbulos epiteliales, pequeños y pueden ser sésil o pediculares.

Características

Un pólipo adenoma tubular tiene una estructura similar a un tubo, con 75% del epitelio dispuesto de forma tubular. La mayoría de estos pólipos resultan ser no cancerosas, pero el riesgo de cáncer de colon se va incrementando según estos pólipos crecen. La mayoría de los pólipos son pedunculados y se puede encontrar en cualquier parte del colon, mientras que los pólipos vellosos en su mayoría se desarrollan en el recto.

El tercer tipo, llamados pólipos de colon tubulovellosos, son tubulares con 25% a 50% de componente velloso. Los tubulares desarrollan componentes más vellosos a medida que crecen y pueden llegar a ser demasiado sésiles. Estos desarrollos aumentan el riesgo de cáncer en los pólipos adenoma tubular.

Los adenomas tubulares son los que tienen menos riesgo de degeneración cancerosa (alrededor del 5%), en comparación con los tubulo-vellosos o vellosos (al rededor del 40%), pero se debe estar alerta porque son considerados displasia de bajo grado. La displasia es un término que significa alteración celular. Quiere decir que las células que constituyen al adenoma ya no tienen una estructura normal; sino que están alteradas en cierta medida; es decir, están más chatas, más altas, de otra forma, más grandes, etc. La displasia no es sinónimo de cáncer, pero sí es un factor de riesgo muy importante para que una lesión de malignice. Digamos que es un paso antes del cáncer.

Sintomatología

La mayoría de los pólipos colónicos son asintomáticos. Cuando causan síntomas, por lo general se manifiestan por hemorragia digestiva baja (HDB), que puede variar desde el sangrado inaparente, como el que detecta el análisis de de sangre oculta, o la aparición de anemia ferropénica, hasta la proctorragia franca. Los pólipos pocas veces causan una HDB importante. Algunos pólipos rectales en localizaciones bajas pueden provocar la salida de moco por el recto. La mayoría de los pólipos no se pueden detectar mediante el examen físico, pero algunos pólipos rectales de localización baja pueden descubrirse al realizar un tacto rectal. Hay pacientes asintomáticos que presentan un alto riesgo. Son los que tienen antecedentes familiares de pólipos o cáncer colorrectal, los pacientes con colitis ulcerosa, Enfermedad de Crohn, o algún síndrome de poliposis familiar (poliposis adenomatosa familiar [PAF] y cáncer colorrectal hereditario no asociado a poliposis previa; también pueden presentarse otros síntomas:

  • Cambio del hábito intestinal: tanto diarrea como estreñimiento.
  • En los niños aparece intususcepción (invaginación) de la pared colónica.
  • Dolor abdominal intermitente: porque los pólipos pueden provocar crisis suboclusivas.
  • Prolapso rectal o del pólipo.

Métodos de diagnóstico

Existen distintos métodos accesibles para la detección de los pólipos colónicos. Entre ellos, el análisis de sangre oculta en materia fecal, la rectosigmoidoscopia, la colonoscopia, y la combinación del enema opaco o baritado (colon por enema) y la rectosigmoidoscopia. El estudio de sangre oculta en materia fecal es un examen sencillo, no invasivo, efectuado por la mayoría de los médicos de atención primaria. Distintos estudios indican que este análisis, realizado a intervalos anuales, especialmente si se lo combina con rectosigmoidoscopia, puede reducir la mortalidad del carcinoma colorrectal.

Los estudios de seguimiento adecuados, por lo general la colonoscopia, son obligatorios en los pacientes con resultados positivos. La colonoscopia se acepta actualmente como el método más exacto de detección de pólipos colónicos. La colonoscopia también permite la extirpación simultánea de la mayoría de las lesiones. La colonoscopia es la herramienta diagnóstica más invasiva y costosa. Pese a ello, se está convirtiendo rápidamente en el método más común para pesquisar pólipos y cáncer de colon. Las recomendaciones actuales para los pacientes que no son de alto riesgo (sin antecedentes familiares) es iniciar la colonoscopia de rutina a la edad de 50 años. Dado que la mayoría de los pólipos de colon con importancia clínica se localizan distalmente al ángulo esplénico, la fibrorrectosigmoidoscopia (flexible) puede ser una alternativa razonable de la colonoscopia.

La cromoendoscopia es una técnica de aplicación tópica de tinciones en la mucosa gastrointestinal para estudiar finos detalles de la misma, modificar la apariencia tisular y así mejorar la localización, las características diagnósticas de diversas lesiones mucosales y, por ende, la terapéutica; se puede utilizar un catéter aspersor o uso de enemas.Esta prueba de coloración permite la detección de pólipos no identificados en la colonoscopia convencional (diminutos, planos o deprimidos), clarificar el margen de la lesión y los signos de malignidad que ayuden a la toma de decisión terapéutica, clarificar y verificar la resección mucosa endoscópica (RME) y la disección submucosa endoscópica (DSE); además, facilita diferenciar entre un pólipo neoplásico y no neoplásico así como la extensión e invasión de los neoplásicos.

Existen diferentes formas de tinción que se clasifican, según el mecanismo de acción, en absortivos (lugol, azul de metileno, azul de toluidina, cristal de violeta), de contraste (índigo carmín, violeta de cresilo), reactivo (rojo congo, rojo fenol) y tatuaje (tinta china, verde indocianina). El índigo carmín pertenece al método de contraste y es el más usado en el colon; antes de aplicarlo es necesario realizar el lavado mucosal con N-acetilcisteína o ácido acético, remover el moco y las partículas con agua o solución salina, aplicar el colorante, reaplicar y remover el exceso de tinción. Con el índigo carmín se pueden identificar las lesiones deprimidas y planas, diferenciar entre pólipos hiperplásicos y adenomatosos, y además realizar el análisis del patrón críptico.

La clasificación de Kudo18 está basada en el empleo de la magnificación endoscópica y la visualización de las criptas y predice la histología y la RME, por lo que es utilizada para diferenciar entre pólipos hiperplásicos y adenomas; al agregar a la magnificación la cromoendoscopia se logran resaltar aun más las características de las lesiones, lo que se conoce actualmente como la clasificación de Pit-Pattern.

Clasificación de Kudo

  • I. Patrón de cripta normal, con glándulas no ramificadas y con orificios circulares dispuestos a intervalos regulares.
  • II. Patrón en forma de cruz o estrellado, más grandes que las normales, típicas en pólipos hiperplásicos.
  • IIIL. Tubular largo, curvas, presentes en lesiones adenomatosas, displasia presente.
  • IIIs. Tubular pequeño o circular, criptas pequeñas dispuestas de manera compacta, típica de lesiones deprimidas, suele asociarse a displasia de alto grado o carcinoma in situ.
  • IV. Aspecto cerebriforme, combinan glándulas neoplásicas ramificadas con criptas tortuosas, largas, frecuentes en lesiones con componente velloso.

V Irregular intramucoso, glándulas desestructuradas, desorganizadas, rodeadas de tejido adenomatoso e inflamatorio que sugieren invasión. Carcinoma submucoso.

Más recientemente se han creado nuevas técnicas diagnósticas mucho más avanzadas, aunque aun en ensayos, y no generalizadas en el mundo, como es el caso de la endomicroscopia confocal y la endocitoscopia. En la endomicroscopia confocal los más recientes colonoscopios desarrollados contienen en la punta los componentes del microscopio laser confocal. La imagen confocal de alta resolución es posible si se usa una técnica fluorescente exógena. Algunos agentes potencialmente fluorescentes son la fluoresceína, la acriflavina, la tetraciclina y la violeta de cresilo; el más usado es la acriflavina. Un estudio con endomicroscopia confocal se desarrolló para determinar la diferenciación entre tejidos neoplásicos y no neoplásicos; mediante la clasificación del patrón confocal se llegó a la conclusión de que dicha prueba tenía una sensibilidad de 97.4% y una especificidad de 99.4%.19

Principales factores en la evolución del cáncer

Los principales factores que determinan las posibilidades de desarrollar cáncer, es el tamaño del pólipo y el grado de desarrollo celular anormal (displasia). Cuanto más grande se convierten, mayor es el riesgo de cáncer de colon. Es recomendable extraer el pólipo de colon, si se trata de pólipo de colon adenoma tubular, pólipo velloso o cualquier otro pólipo en el colon. Este movimiento ayuda a reducir las probabilidades de desarrollar cáncer de colon en una fase posterior.

Adenomas como lesiones precancerosas

Algunos argumentos que apoyan esta aseveración son los siguientes:

  1. Tienen displasia epitelial.
  2. Especialmente los de mayor tamaño, tienen una distribución en el intestino similar a la del carcinoma.
  3. Se observan algunos adenomas con focos de adenocarcinoma.
  4. Los programas de detección y extirpación de los adenomas dan como resultado una frecuencia de carcinoma menor que la de la población general.
  5. Con frecuencia hay coexistencia de adenomas y carcinoma del colon.
  6. Se reconocen restos de adenoma en algunos carcinomas pequeños.
  7. Existe una enfermedad, la poliposis familiar (adenomatosis familiar) cuya historia natural demuestra la secuencia adenoma-carcinoma. La adenomatosis familiar se hereda con tendencia autosómica dominante. En la segunda o tercera década de la vida dan sintomatología. El intestino está tapizado por adenomas (más de 100, promedio 1000) de diversos tamaños, la mayoría tubulares, pero también hay vellosos. Si se deja evolucionar espontáneamente, el riesgo de carcinoma en un adenoma es de 100%.

Probabilidad de que aparezca carcinoma en un adenoma

Está relacionada con:

  1. El tamaño del adenoma: muy bajo riesgo en adenomas menores de 1 cm.. En adenomas de 1 a 2 cm. el riesgo es de 10%; en adenomas mayores de 2 cm. el riesgo es de 45%.
  2. La proporción relativa de componente velloso (papilar): mientras mayor porcentaje de componente velloso, mayor es la probabilidad de carcinoma. (Una Biopsia endoscópica parcial de un tumor velloso informada como adenoma no excluye que ya haya un carcinoma en alguna zona de la masa.
  3. El grado de displasia: el riesgo aumenta con el grado de displasia.

Véase también

Fuentes