Anexo:Acciones próximas a Mayarí
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Acciones próximas a Mayarí. Como resultado del último ataque a la mina de Ocujal, perteneciente a la Nicaro Co., el enemigo abandonó esta posición al siguiente día, 19 de noviembre de 1958, retirándose hacia Mayarí. A partir de esa fecha, el mando de la Columna 17 decidió adelantar sus posiciones en esa dirección, y asumir el control de toda la zona comprendida desde Ocujal, Nicaro hasta Mayarí con algunas acciones militares, con el fin de presionar sobre este último objetivo. Estas acciones duraron desde el día 21 de noviembre hasta el 25 de diciembre
Sumario
Objetivos generales
El día 20 de noviembre de 1958, en el campamento Los mulos el teniente Melquiades González, designado para estas acciones, reunió a su personal y le explicó las nuevas tareas ordenadas a él, y, por ende, al pelotón. Según lo orientado, tenían que bajar al llano para establecer un campamento base y varias emboscadas y ocupar otras posiciones para vigilar el movimiento del enemigo y hostigarlo para evitar el suministro de mercancías y combustible. La idea general era, mientras se hostigaba a Sagua, poner en jaque al enemigo en los pueblos adyacentes, como Mayarí, Nicaro, Preston y Guaro-Cueto.
Emboscada en Alto de Cajimaya y Los Copales
El plan para las nuevas operaciones consistía en bajar hacia un campamento base que se usaría para alimentar la tropa y, desde allí, se harían los relevos a distintas emboscadas que se ubicarían de acuerdo con los movimientos del enemigo. El día 21 de noviembre se ocupó el campamento base. Esa noche se situó una emboscada en el Alto de Cajimaya y otra en los Copales. La primera compuesta por 10 hombres y la segunda por seis, con el mismo propósito; de igual manera se hostigó al enemigo en Mayarí-Nicaro.
Ataque a la patrulla Preston-Mayarí
Se mantuvieron las emboscadas varios días, y concluido el reconocimiento el Jefe del Pelotón, tomó la dedición de realizar una emboscada en la carretera Mayarí-Preston a una fuerte patrulla del ejército que por allí se movía.
El día 29 de noviembre, por la noche, con 16 hombres armados, uno de ellos con una San Cristóbal, seis Springfields y el resto con escopetas, se localizó el lugar idóneo: la alcantarilla de Marcos Sánchez, en la carretera Mayarí-Preston. Se trabajó en la vía y se colocaron tres minas, construidas en la artesanal fábrica de Calabazas. El personal se situó en la altura más estratégica, próxima a la alcantarilla, de manera que batiera con su fuego toda el área donde se interceptaría la patrulla del ejército batistiano.
El día 30 en la mañana se avizora el enemigo que venía en dos camiones; por error de cálculo, el que tenía que avisarle al teniente Melquiades, quien estaba cargo de la misma, dejó pasar al primer camión, mientras el segundo que ya llegaba, fue volado por la explosión de la mina. El camión que iba delante ganó la altura, donde se hizo fuerte y se entablo severa pelea. A los 20 minutos de iniciado el combate hizo acto de presencia una avioneta enemiga, la cual retornó a su punto de partida; fue entonces cuando el teniente Melquíades, considerando las llanuras desprovistas de vegetación que había que atravesar, decidió retirarse sin poder apoderarse de ningún armamento del enemigo, pues el fuego de los guardias del primer camión, que habían tomado posiciones, cubría toda el área e impedía acercarse al carro volado.
Tras esta acción, los rebeldes regresaron a su campamento base en Cajimaya. No tuvieron baja alguna, aunque el parte enemigo relaciona dos muertos.
Hostigamiento a Mayarí
Las avanzadas se movían en el lugar cada dos días, sin perder las áreas y se planificaba el hostigamiento a Mayarí, cuyos accesos ya comenzaban a bloquearse por las fuerzas rebeldes, tomando las carreteras Mayarí-Nicaro, Mayarí-Felton y Guaro-Cueto.
El día 2 de diciembre de 1958, el Jefe del Pelotón empezó a poner en práctica el plan de hostigamiento a Mayarí y con seis hombres armados con Springfields tiroteó el cuartel, por espacio de dos horas, y fue ripostado por el enemigo con gran volumen de fuego. El día 3 se realizó otro hostigamiento sobre el cuartel en horas de la madrugada durante una hora y con los claros del día, esta pequeña fuerza se retira después de lograr satisfactoriamente sus objetivos. En la noche del 5 de diciembre se le volvió a hacer fuego al cuartel por espacio de una hora.
Este hostigamiento duró hasta la mañana del día 6, cuando el pequeño grupo rebelde regresó al campamento base en Cajimaya, al cumplir el objetivo exitosamente.
Asalto a una lancha con petróleo
En la mañana del día 6 de diciembre de 1958, al campamento de Cajimaya llegó un mensaje que informaba que desde Nicaro saldría una lancha con un cargamento de petróleo para abastecer la planta de Mayarí, la cual hacía varios días no funcionaba por falta de combustible, por el bloqueo que Unidades del Ejército Rebelde mantenían en este pueblo. Se comunicaba también que este combustible sería llevado a Preston y que iría acompañado por un convoy del ejército enemigo hasta Mayarí, ya que dicha lancha navegaría por el canal de Yarey. El sargento Perfecto Álvarez fue designado con un grupo de ocho hombres para la captura de dicha lancha, la cual fue apresada en el momento que hacía su entrada en el canal. La tripulación fue conducida hasta Preston, donde se descargaron 40 barriles de petróleo que se trasladaron a territorio rebelde, junto con los 11 tripulantes, quienes fueron devueltos, más tarde a Nicaro.
Encuentro similar en Chavaleta
Para el día 11 de diciembre de 1958 se aumentó el hostigamiento desde la emboscada de Chavaleta, el la salida de Mayarí para Nicaro y Felton. Los rebeldes se habían emboscado allí desde el día 8, y mantenido el tiroteo esporádico sobre los soldados batistianos. Los relevos se hacían en la misma emboscada, y se mantenía un férrea vigilancia sobre el enemigo y sus movimientos. Se trataba de hablar con ellos, desde las trincheras; se les exhortaba a defender la Patria y se llamaba por sus nombres a algunos que eran conocidos, los cuales contestaban con frecuencia a los rebeldes. En una oportunidad, un miembro de la avanzada rebelde, Luis Bernardo Castañeda (Marfalán) invitó a un soldado a caminar al centro del puente, cosa que hicieron los dos, se fundieron en un fuerte abrazo y conversaron unos minutos.
Este soldado prometió unirse alas filas rebeldes, y regresaron cada uno a sus trinchera. Los vecinos que observaron esta escena entre rebelde y casquito, aplaudieron largo rato. Después de este encuentro, durante dos días, cada vez que la avanzada enemiga iba a realizar fuego voceaba a los rebeldes que se metieran en las trincheras, y los mismo hacían estos.
A los dos días cambiaron ese personal, pero antes, el que dirigía aquel pelotón, avisó del camino que se iba a realizar y que tuvieran cuidado porque los superiores conocían de las conversaciones entre los rebeldes y ellos, y que querían sorprenderlos. Esto se comprobó el día 13 por la mañana, pues al hablarles no contestaron, e hicieron un nutrido fuego.
Otras acciones de hostigamiento a Mayarí
Por otra parte, las fuerzas del teniente Rolando Matos estaban compuestas por tres patrullas y un campamento base en el cruce del terraplén con la carretera Mayarí-Guaro que se dirige a Playa Manteca. Con una de estas patrullas Matos ocupó el caserío de Juan Vicente en la primera quincena de diciembre de 1958.
En los primeros días de noviembre el teniente Matos atacó un convoy del ejército que fue a Guaro a buscar petróleo, y al regreso le hizo una emboscada en el crucero de Serones, en la carretera de Mayarí a Guaro.
Fuente
- Comisión de historia de la Columna 19 “José Tey”. Columna 19 “José Tey”. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1982.