Antonio Quintanilla
Antonio Quintanilla | |
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General | |
Lealtad | España |
Mandos | Ejército Real de Chile |
Participó en | Guerra de independencia de Chile |
Nacimiento | 14 de noviembre de 1787 Pámanes |
Fallecimiento | 1863 Almería |
Otros empleos | Gobernador de Chiloé |
Antonio Quintanilla fue un militar español que fue el último gobernador español de Chiloé y la última autoridad española que gobernó sobre parte del territorio chileno.
Biografia
Nació en el seno de una modesta familia santanderina, lo que le obligó a emigrar a América. Llegó a Chile en 1813 y se estableció en la localidad de Concepción, donde se empleó como dependiente en una tienda y entró en contacto con mucho de los políticos independentistas chilenos. Se alistó en el ejército realista, que tenía como misión reconquistar Chile para la corona española.
Cargos Militares
Gracias a su brava participación en la mayoría de las acciones bélicas contra los patriotas chilenos fue ascendiendo poco a poco hasta llegar al rango de coronel. Tras la batalla de Chacabuco fue designado por el virrey de Perú gobernador de la isla Grande de Chiloé, donde desplegó un importante contingente de fuerzas realistas. Al poco de su llegada recibió los galones de general.
En 1817 resistió todos los ataques de las tropas chilenas, ya que Chiloé era el único territorio de Chile que permanecía bajo la soberanía de la Corona de España. Rechazó a los hombres del coronel Beauchef y por dos veces a las tropas del general Freire. Todos los jefes militares chilenos trataron de negociar varios tratados de capitulación, pero todos fueron rechazados por Quintanilla.
Derrotas
El general Freire, que en aquel momento era presidente de la República, organizó un potente ejército en 1825 que se lanzó sobre la última provincia que los chilenos consideraban territorio nacional que se encontraba controlada por las tropas españolas. Los hombres de Quintanilla sufrieron dos fuertes derrotas en las batallas de Pudeto y Bellavista, que tuvieron lugar a principios de enero de 1826.
Dias Finales
Después de los sucesos anteriores, regresó a España en compañía de sus hijos y de su mujer, Antonia Álvarez de Garay, natural de Chiloé, y se mantuvo en el real servicio como brigadier del cuartel de Santander (1827), subdelegado general de Policía de la Mancha (1831) y gobernador de Tarragona (1839).
Recibió la Orden de Isabel la Católica (1824), la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo y la Cruz de la Batalla de Rancagua, entre otras distinciones.
Hacia el final de su vida, escribió una Autobiografía.